Aquella mujer, Madame Noelle le llamaban, era símbolo de paz y justicia para la República de Marsella, modista de profesión pero heroína por decisión. Maestra en su arte dadas sus capacidades natas en la telekinesis, pues se trataba de aquellos individuos a los cualés el prana fluía libremente por su cuerpo.

Siempre portando una bufanda cuyas tiras sobrantes al enrollarse le llegaba hasta la cintura, se dedicaba a detener pequeños pillos al principio, pero desde que aquél misterioso joven ahora como adulto había vuelto a aparecer en el ojo público de su planeta, las amenazas hacia la tranquilidad de su pueblo se volvieron más curiosas y peligrosas. 

La ciudad que protegía se parecía muchísimo al París en Tierra II de finales del siglo XIX, pero este tenía la particularidad del Sistema Aéreo y de Comunicaciones Urbano, una red de teleféricos que pasaban por toda la ciudad y que a la vez llevaban todas la redes de telegrafía, aunque poco a poco las modernas tecnologías de Tierra I y Tierra II irrumpían en la vida de la gente.

Últimamente hombres uniformados muy extraños aparecían, sus vestiduras no correspondían a su mundo, ni siquiera a los agentes de la Alianza Universal, formación que apenas la fémina conocía; lo peor era que sus armas de fuego eran de aquellas que arrojaban luces fulminantes.

Su más reciente incidente fue cuando estos sospechosos intentaron tomar el Palacio de la Moneda. Con su larga bufanda y sus poderes ideo su estrategia, su accesorio al extenderse le servía como lazo, misma capacidad que aprovechaba para desarmar a sus oponentes y luego atacar a golpe limpio.

Fue un éxito su intervención, capturó a los malhechores, aunque no supo el motivo del atraco, tal vez era por esa joya extraña que había llegado, le nombraban "Núcleo del Bien" o algo así...