El Rubicon Primaris es el proceso a través del cual un Marine Espacial original se convierte en un Primaris.

Historia

La introducción de los Marines Primaris en el Adeptus Astartes no fue un proceso fácil en modo alguno. Los Capítulos de los Marines Espaciales son muy tradicionalistas y algunos son conservadores en extremo, habiendo mantenido las mismas tradiciones guerreras durante miles de años terranos. Por supuesto, la orden expresa de Roboute Guilliman como Lord Comandante del Imperio facilitó la transición a la nueva era.

Para los Ultramarines, y la gran mayoría de sus Capítulos Sucesores, la palabra de su Primarca resucitado fue suficiente y dieron la bienvenida a los Primaris con mucho gusto. Pero hubo Capítulos especialmente secretistas o tradicionalistas que vieron la incorporación de los Marines Primaris en sus filas como una dilución de su reserva genética y una traición a su cultura ancestral.

Algunos de los Adeptus Astartes sospechaban que los Marines Primaris, siendo más fuertes, más duraderos y más cercanos en sangre a los Primarcas, supondrían la obsolescencia de los Astartes tradicionales. Ninguna razón, como señalar que lo que los Primaris ofrecían en habilidad bruta, les faltaba en experiencia y versatilidad, podría aliviar la herida espiritual de ver a los recién llegados usando su heráldica de Capítulo.

Los Marines Espaciales Primaris de la Fundación Ultima fueron rápidamente incluidos en hermandades en las que los aspirantes de antaño habían tenido que dar todo para conseguir acceder. Preguntas, cargadas con el peso del destino de la humanidad, flotaban en el aire.

¿Los Marines Primaris finalmente extinguirían a los Marines Espaciales tradicionales? ¿Se diluiría la identidad del mundo natal de cada Capítulo, con tantos miles de nuevos reclutas procedentes de las bóvedas de estasis de Marte? ¿Era posible que un Marine Espacial se transformara en un Primaris, heredando los beneficios de la arcanociencia del Adeptus Mechanicus mientras conservaba su personalidad y experiencia?

Esta última pregunta se la habían planteado muchos capítulos Astartes a lo largo y ancho de la galaxia. Incluso Marneus Calgar, Señor del Capítulo de los Ultramarines, se la había formulado al propio Belisarius Cawl y había discutido con otros compañeros Señores de Capítulo con los que coincidió en persona.

Se debatió si tal acto era incluso posible sin tener consecuencias mortales para el destinatario, ya que los datos que el Archimagos Belisarius Cawl había acumulado sobre esta posibilidad sugirieron que la tasa de fallo alcanzaba el 61.6% en dicha transformación mientras que el proceso se perfeccionase, lo que llevaría tiempo. Luego estaba la preocupación moral de si el proceso debería intentarse siquiera.

El dilema resultó ser controvertido. Hubo quienes afirmaron que este era el destino final de todos los Astartes, mientras que de otros sectores llegaron rumores de rechazo, incluso de rebeldía, ante dicha perspectiva.

Los señores de los Ultramarines llegaron a la conclusión de que, para facilitar la transición de siglos de tradición imperial a un nuevo orden, era necesario probar si efectivamente esta transformación era posible o no. Fue el propio Marneus Calgar quien dio un paso adelante como el primer sujeto de prueba de las filas de su legendario Capítulo. Fue un proceso que le costó la vida, aunque, al igual que su Primarca antes que él, volvió del umbral de la muerte para servir una vez más.

La operación para transformar a Calgar de un marine espacial tradicional en un marine Primaris se realizó en una bóveda médica autoesterilizada. La sala estaba atestada de elaborados servidores médicos y dominada por una gran losa de mármol en el centro, ingeniosamente tallada para recoger las copiosas corrientes de sangre que resultarían del proceso. La cirugía debía ser extensa y agonizante, un hecho que Marneus conocía bien por las descripciones tediosamente exhaustivas del proceso de Belisarius Cawl.

Un Marine Primaris está dotado de tres nuevos órganos de semilla genética, además de los diecinueve injertos, suturas e implantes químicos originales en un Aspirante a Marine Espacial Primer Nacido.

Estos son el Magnificat, que está enterrado profundamente en el cerebro para estimular el crecimiento e intensificar otras funciones orgánicas; el Horno de Belisarius, que libera una explosión de hiperesteroides y corticoestimulantes cuando se asesta un golpe mortal para que el Marine Primaris pueda seguir luchando; y los Tendones Bobina, largos cables de acero duradero que recubren cada tendón con una cubierta metálica que brinda una tremenda resistencia.

Durante la implantación de los órganos Primaris, Marneus Calgar fue abierto de la cabeza a los pies. Su caja torácica se rompió y, en el clímax del procedimiento, su fisiología se suprimió hasta el punto de que su vida se desvaneció. Coros de querubines cibernéticos cantaban réquiems felices y superpuestos, balanceando sus aspergillums para que el incienso sagrado pudiera guiar el alma de Calgar de regreso a su cuerpo.

El cadáver yacía en la mesa, su carne desgarrada y abierta al aire, en lo que pareció una eternidad para aquellos que miraban. Pasaron diez largos minutos solares, luego veinte. Los cirujanos con cara de calavera hacían ruidos mecánicos, murmuraban y apuñalaban la carne torturada del Señor del Capítulo. Los que rodeaban la galería del quirófano contenían el aliento, aterrorizados.

Luego, con sus heridas cerradas por mil agujas punzantes y sus poderosos corazones electrificados para latir una vez más, el reforjado Marneus Calgar volvió a la vida. Rompió sus ataduras con un rugido estremecedor, cubierto de sangre; volviendo a la vida cuando su Horno de Belisarius lo llevó a la preparación inmediata para la batalla.

Calgar había regresado del borde de la muerte y, al hacerlo, le había mostrado a su Capítulo y a todos los Marines Espaciales que la transformación era posible.

El Rubicón Primaris se había cruzado y se abrió un nuevo camino para los Astartes.