Verdad o Reto 2/3
Parte 2
La nieve caía lentamente fuera de mi ventana, empañando los vidrios a causa del calor de la calefacción.
El ambiente estaba tranquilo siendo las 11 de la noche, el sonido de la larga noche y un solitario vecindario acompañado con unos gemidos entrecortados saliendo directamente de mi habitación.
Aunque la temperatura estaba bajo 0 ahora mismo sentía que mi cuerpo estaba en llamas, al hacer contacto con el caliente cuerpo de Jenny presentía que ambas nos quemaríamos en cualquier momento.
-No puedo esperar –susurré en el oído de Jenny
-No seas impaciente, deja que termine de saborearte –habló en mi oído.
Mis senos llevaban más de 4 minutos en su boca, estaban tan rojos y sensibles que me corrí una vez solo por el toque de Jenny.
Aunque recorrió casi todo mi cuerpo con sus besos aún no había llegado al lugar que quería y estaba ansiosa, dolía un poco.
Seguía sentada en su regazo, rodeaba mi espalda acariciando mi cintura mientras lamía repetitivamente mis senos, mientras yo me frotaba un poco, hacia adelante.
Justo era el momento perfecto para llegar al lugar que tanto había esperado, con rudeza levanté su mentón y la obligué a que nuevamente besara mis labios, extendiendo su lengua inundando de calor toda mi boca, haciendo que mi centro palpitara y pidiera más y más, me separé de ella, me relamí los labios y la recosté por la fuerza en la alfombra, estábamos directamente viendo hacia el espejo de mi habitación, levanté la vista y vislumbré mi rostro sonrojado, mi frente con gotas de sudor, mi pecho y clavículas completamente rojos, bajé la vista avergonzada y procedí a hacer sentir bien a Jenny.
No sabía por dónde empezar por lo que opté por recorrer su abdomen con mi lengua guiando un camino de besos cada vez hacia abajo, hasta llegar al lugar que ansiaba probar.
Mi mente estaba completamente nublada por la excitación que tardó un minuto en procesar que el portón del patio estaba abriéndose, levanté la vista para ver a Jenny y ella me vio con la misma mirada, expresando sorpresa y miedo.
-Carajo, ¿es tu madre? –preguntó levantándose para ver por la ventana.
Ambas corrimos para verificar, limpiando el empañado vidrio con nuestras manos, y...
Efectivamente era el auto de mi padre atravesando el patio para llegar al garaje.
-Mierda ¿no dijiste que regresarían mañana? –preguntó Jenny con exasperación viendo hacia todos lados para localizar su ropa.
Porque sí, ambas estábamos denudas buscando nuestras prendas como locas, no pasó un minuto cuando escuché a madre al pie de las escaleras, ya que teníamos la luz de mi habitación encendida.
Se me bajó la calentura en chinga, estaba excitada ahora estoy que me ahogo de la impresión por apresurarme a ponerme una blusa y mis pantalones, Jenny estaba igual.
-Niñas, ¿ya se durmieron? –gritó mamá
Los pasos se escuchaban cada vez más cerca, como pudimos nos metimos en la cama y nos tapamos completas con la cobija.
La puerta de mi habitación se abrió y yo rápidamente cerré los ojos.
-Parece que dejaron la luz encendida, pero, ¿por qué hace tanto calor aquí adentro? La calefacción está muy alta –oí mencionar a mi madre, en ese momento tenía el Jesús en la boca, ¿se dará cuenta de lo que estábamos haciendo hace unos minutos?
Tragué con dificultad suspirando, para fingir que estaban interrumpiendo mi largo sueño.
-Estas niñas, si se tapan de esta manera se pueden asfixiar –mi madre destapó la cobija.
-Están sudando, pero igual, prefiero que suden a que se congelen –depositó un beso a cada una en nuestras frentes, apagó la luz y se fue.
Liberé el aire que tenía retenido en mis pulmones y tragué saliva, tenía la garganta seca.
-Jenny –susurré
-Estuvo cerca -suspiró recostándose a mi dirección.
-Sí –susurré
Sin poder evitarlo se nos escapó una risa a ambas, estuvimos al borde de la muerte y ahora simplemente nos estábamos riendo, estaba sudando a chorros por todo el cuerpo, no dudo que Jenny esté igual.
Me animo a mencionar el tema –Jenny, lo que pasó... ¿quieres hablar de eso? –pregunto antes que nada.
-La verdad no, hablemos mañana sobre esto ¿de acuerdo?
-Hmmm –asiento, no sé si estoy aliviada o decepcionada.
De hecho esto no tuvo que pasar, no tengo idea que nos pasó, ninguna sintió algo por la otra antes.
Quizá solo fue el morbo del momento y la libido que se apoderó de mí, espero que nuestra relación no se vuelva incómoda después de esto, odiaría perder a mi mejor amiga por una estupidez y desliz.
Divagando entre pensamientos me quedé dormida.
Al abrir mis ojos la habitación estaba iluminada por los cálidos rayos del sol, nevó toda la noche por lo que era justo que al menos saliera el sol esta mañana, me senté en la cama, estando ésta vacía.
Ella se había ido.
¿Vergüenza?
¿Timidez?
¿Arrepentimiento?
No sé lo que fue, solo entiendo que me sentí un poco triste.
Me levanto, tomo una una cobija, mis pantuflas y bajo a la cocina.
-Buenos días, cielo –escucho a mamá al entrar por el arco de la puerta.
-Buenos días –respondo cubriéndome completamente con la cobija recostando mi cabeza en el mármol de la isla.
-¿Dormiste bien? –pregunta sirviéndome una taza de café.
-Sí –respondo mientras aparto la taza –aún no me lavo los dientes –explico
Me hago la tonta y pregunto con descaro -¿A qué hora regresaron? Pensé que vendrían a medio día o algo así –confieso, ya que en serio lo esperaba.
-Ese era el plan, pero hubo una tormenta de nieve a dónde nos dirigíamos y no tuvimos más remedio que cenar y regresar a casa –explica poniendo su taza vacía en el fregadero.
-¿Y Jenny? –pregunto de forma casual.
-Ohhh, se levantó temprano, dijo que tenía algo que hacer en casa.
-¿Es así? –pregunto, sin dar tiempo a una respuesta resoplo –la llamaré más tarde.
-Sí, deberías, se veía apurada, no quiso quedarse para el desayuno.
-Hmmm, iré a mi habitación, tomaré una ducha caliente –aviso a mi madre y me doy la vuelta para dirigirme a las escaleras.
-Está bien cariño, tu desayuno está en el microondas, iré de compras con unas amigas, nos vemos en la tarde –se despide tomando su bolso.
-Está bien, mamá, diviértete –le lanzo un beso y salgo de la cocina.
Al llegar a mi habitación me recuesto en la cama con pesar, mordiendo las paredes internas de mi boca.
Me levanto y me dirijo al baño para lavar mis dientes y rostro.
-Espantosa –pronuncio viendo mi expresión en el espejo, luzco fatal.
Sin querer derramé crema dental en mi blusa, me sorprendí cuando caí en cuenta que mi blusa estaba al lado revés, por la prisa de anoche no me di cuenta.
Espero que mamá tampoco se haya dado cuenta.
Suspiré y noté dos puntitos resaltados en la blusa, claro, no llevaba sostén.
Por lo que mis pequeños pezones estaban resaltados por el frío.
Por inercia los presioné con el lado contrario del cepillo dental haciendo que estos se pusieran más erectos.
Estos aún estaban sensibles, un escalofrío recorrió mi espalda.
Lavé y dejé el cepillo de dientes en su lugar y por puro morbo y curiosidad levanté mi blusa a la altura de mi pecho, dejando al descubierto mis pequeños senos.
Mierda, ya me excité.
Soy ese tipo de chica que se excita en chinga, puedo estar haciendo algo normal, pero si mi mente sucia le haya doble sentido y lo malinterpreta, es suficiente para que mi centro se humedezca.
Apartando los malos pensamientos, ya que es muy temprano para ello, la bajo nuevamente y me dirijo a mi habitación, tengo que llamar a Jenny o probablemente no lo haga.
Le daré su espacio y esperaré a que ella lo haga, total se fue sin darme la cara siquiera.
Me termino de quitar la ropa que traía puesta y tomo una bata de baño limpia de mi armario, me dirijo al baño cuando caigo en cuenta el tremendo desorden que es mi habitación.
Hay envolturas vacías de frituras regadas en toda la habitación, cobijas en todas partes, botellas de soda vacías y ropa también.
Suspiro, me pongo la bata de baño y comienzo a recoger todo.
Inicio arreglando mi cama, recojo y doblo las cobijas, las meto en mi armario.
Recojo toda la basura y las botellas, las meto en unas bolsas plásticas para ir a dejarlas a los botes de reciclaje más tarde.
Lo único que falta son las prendas de ropa, la acomodo toda en un cesto y precedo a arreglar la alfombra para terminar con mi arduo trabajo.
-¿Qué es esto? –me pregunto al ver un bulto debajo de la alfombra.
Mi mente asustadiza dedujo que puede ser un ratón o algo, es imposible que un ratón se haya colado en mi habitación pero era más convincente que otra cosa.
Con temor levanto la alfombra.
Respiro en paz al darme cuenta que es una prenda de ropa, procedo a recogerla.
No-puede-ser
-Jajaja, son las bragas de Jenny –parece que por ir a la ligera se olvidó de ponerse sus bragas, ya que anoche ambas nos pusimos nada más los pantalones de pijama, porque no teníamos mucho tiempo.
Parece que olvidó dónde las puso y no le quedó de otra que irse así.
-Tonta –me burlo poniéndola en el cesto de ropa sucia.
Sin embargo mi mente de alcantarilla comenzó a trabajar más rápido que lo normal.
Se me ocurrió una idea, una muy pervertida por cierto.
Las puse en mi cama y las vi con atención.
Son muy normales en realidad, no son bragas de viejita pero tampoco son de las sexis, un color neutro y nada más.
Pero por alguna razón me excité solo de verlas, recordé la noche anterior dónde me hizo un candente strip y besó mi pecho hasta venirme por eso.
-Sí parezco una pervertida –confieso mientras me levanto a cerrar la puerta con seguro.
Estoy segura que mamá ya se fue pero nunca está de más tomar unas precauciones.
Extiendo completamente las cortinas y anivelo la calefacción, corro al baño para lavarme las manos.
Me siento en la alfombra con vista al espejo como la otra noche y abro las piernas.
Sí es vergonzoso.
Debo decir que comencé a hacer esto cuando tenía 15 años, sin embargo nunca pensaba en alguien en concreto, solo cerraba los ojos y me dejaba guiar por el placer, sin embargo hoy es diferente.
Con las bragas de Jenny en mis manos comienzo a recorrer mi cuerpo con las manos, deslizándolas por mi cuello, pecho y abdomen.
Anoche se sentía demasiado bien cuando lamía mi pecho, como los recorría con sus labios, envolvía mi pezón en su lengua y lo succionaba lentamente.
Si cierro los ojos aún puedo recordarlo, puedo sentirlo también si mis dedos presionan mis pezones erectos.
Suspiro.
-Fue demasiado bueno, es una pena que no hayamos llegado más lejos, como a este punto –susurro para mí misma mientras recorro mi vulva con mi dedo índice y medio.
Levanto mis dedos y los introduzco en mi boca para humedecerlos, fijo mi reflejo en el espejo, mis pupilas están dilatadas y mis mejillas sonrojadas, bajo la mirada a mi centro, eso me excita más.
Con mis dedos húmedos masajeo de forma circular mi clítoris, el placer va calentando poco a poco mi vientre, aumento la velocidad y lo aprieto entre mis dos dedos, los deslizo suavemente de arriba hacia abajo.
Estoy tan excitada que mi vagina está completamente lubricada, introduzco mis dedos para lubricar toda el área de mi vulva. En este punto ya no puedo retener mis gemidos.
Casi siempre trato de no hacer ruido o morder una toalla por las noches, para que mis padres no escuchen, sin embargo ahora que estoy sola puedo gemir en voz alta tanto como quiera.
Tomo las bragas de Jenny y las paso sobre mi pecho, mis pezones están tan erectos al punto que duelen, los suavizo con suavidad con las bragas de Jenny, cierro los ojos.
Levanto un poco mi cadera y la muevo de forma circular, mientras mis dedos se introducen con lentitud en mi mojada vagina, los muevo y extiendo en mi interior, buscando ese lugar que mata de placer, mi cintura y abdomen se mueven hacia delante y hacia atrás, haciendo que mis dedos se introduzcan con el mismo ritmo.
-Hmm, rico –pronuncio mientras las bragas de Jenny bajan lentamente hasta llegar a mi clítoris. Con la misma intensidad las froto.
Poco a poco siento como el calor inunda todo mi interior, me comienzo a mover con más rapidez, mi clítoris se siente caliente y palpita lentamente.
-Ahhhh –respiro con dificultad, estoy cerca de llegar.
En mi imaginación Jenny está tocándome con sus delicados dedos mientras frota mi clítoris.
Mis gemidos se hacen más fuertes –Un-poco-más –pronuncio con la voz entrecortada.
Aumento la velocidad de mis dedos, cuando siento cómo ese calor completamente llena mi interior, mis piernas se sienten débiles y mi vientre caliente, mi cintura se mueve con más rapidez, mis dedos en este puntos me duelen, sin embargo me apresuro con la velocidad para poder sentir más de ese placer.
-Ahhhh –arqueo la espalda con la cabeza hacia atrás, mis dedos dejan de moverse y siento como ese placer delicioso inunda mi ser, ardiendo en mi vagina.
Respiro con dificultad
De mi vagina se desliza un líquido transparente, tanto mi corazón como mi clítoris palpitan con fuerza.
Me acuesto completamente con mi pecho subiendo y bajando.
Miro el techo blanco, con las pequeñas figuritas de lunas y estrellas que pegué para que brillaran en la oscuridad.
Mi cuerpo aún está débil por el tremendo orgasmo que tuve hace unos momentos, pienso cuidadosamente lo que haré.
Definitivamente lo que pasó anoche provocó cosas que nunca pensé que pasarían, sin embargo no creo que sea posible parar a este punto, nosotras cruzamos una línea.
Esa línea imaginaria que los amigos no deben cruzar.
Además de besarnos en la boca, ver nuestra desnudes, tocar nuestros cuerpos y besar cada centímetro de él.
Cruzamos la línea y ahora debemos hablar de ello.
Me levanto con dificultad acomodando mi desordenada bata de baño y me dirijo hacia la bañera.
Las cosas no son así de fáciles ahora.
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