El divino crímen

                                                                                         ACTO 1

                                                                                        - Escena 1 -

(Se abre el telón y aparece la escena de un crimen en un callejón. En el centro hay un cadáver tumbado en el suelo y junto al cadáver hay dos policías, Virgilio y Dante. Virgilio es el mayor de la policía y Dante es un inspector.)

DANTE (mirando una libreta que tiene en la mano): Acabo de hablar con la pareja que lo encontró pero no saben nada. Dicen que se lo encontraron así y enseguida llamaron a la policía.

VIRGILIO (mirando al cadáver, el cual tenía un disparo en el pecho): Se llamaba Luís Rosales, tenía 57 años y era dueño de la fábrica de papel que hay a las afueras de la ciudad. La forense dice que murió por el disparo, aunque tiene la nariz rota pero es anterior.

POLICÍA 1 (en una mano llevaba un objeto y unas flores): Inspector, hemos encontrado su móvil junto con unas flores en la basura.

DANTE (toma las flores y el móvil): Gracias. He visto una floristería al venir, deberíamos pasarnos, ya que están frescas y no hace mucho que las compró.

VIRGILIO: Perfecto, vamos. Mientras tanto les dejaré el móvil a los informáticos para que lo desbloqueen.


                                                                                        - Escena dos -

(Se encuentran en la floristería. La florista, que sigue detrás del mostrador ha accedido de buen gusto a ayudar a los agentes).

FLORISTA: Sí, recuerdo haber vendido esas flores hará un par de horas.

DANTE: ¿Recuerda quién las compró?

FLORISTA (Afirmando con la cabeza): Era un hombre alto, con el pelo canoso y sin barba. Llevaba un traje de esos que valen mucho dinero, ya sabéis.

VIRGILIO (Mirando a Dante): Es nuestro hombre.

FLORISTA (Con una actitud chismosa): ¿Qué ha ocurrido? He visto algunos coches de la policía pasar por aquí a toda prisa.

DANTE: Eso es información confidencial.

(De repente suena el teléfono de Virgilio. El policía se retira un poco hacia atrás y contesta.)

VIRGILIO (Hablando por teléfono): Sí. Ajá. De acuerdo. Perfecto, envíame la dirección y ahora iremos Dante y yo. Vale, gracias. (Cuelga la llamada y se dirige a Dante.) Vamos, tenemos algo.

DANTE Y VIRGILIO (A la florista): Gracias.

(Ambos policías desaparecen de la escena.)


                                                                                       - Escena tres -

(Dante y Virgilio aparecen delante de una casa.)

VIRGILIO: Los informáticos descubrieron decenas de llamadas durante las últimas horas desde un teléfono. Lo han rastreado y la dueña vive aquí, igual ella sabe algo.

(Los dos agentes se dirigen hacia la puerta y tocan el timbre. Abre una mujer de mediana edad, con los ojos llorosos.)

ISABEL (Esperanzada): ¿Quién sois? ¿Os envía Luís?

DANTE: Somos el inspector Alighieri y el mayor Marón, de la policía. ¿Es usted Isabel Rodríguez?

ISABEL (Se empieza a preocupar): Sí, soy yo. ¿Qué ha pasado?

VIRGILIO: Desafortunadamente señora Rodríguez, no le traemos buenas noticias. Esta mañana han encontrado sin vida al señor Luís Rosales.

ISABEL (En estado de shock): No. No, no, no. Esto no puede ser verdad.

DANTE (Cogiendo a Isabel del brazo por si se caía al suelo): Vamos dentro, siéntese y hablemos.

(Los tres pasan al interior de la casa e Isabel los guía hacia el salón. La mujer se sienta en el sofá, mientras que los dos policías toman asiento en los sillones que hay enfrente.)

ISABEL (Llorando): Sabía que algo iba mal. Esta mañana he hablado con él y todo estaba bien, pero desde que no se ha presentado.... (Se le corta la voz).

DANTE: ¿Qué relación tenía usted con el señor Rosales?

ISABEL: Tenemos una relación amorosa. Bueno, teníamos. Ambos estábamos casados, pero nuestros matrimonios no iban bien y sin querer nos enamoramos. Era un buen hombre, no se quién habría podido hacer algo así.

VIRGILIO: Siento preguntar esto pero, ¿Qué ha hecho usted desde las 9 hasta las 12 hoy?

ISABEL (Enfadada): ¿Acaso soy sospechosa? Yo lo quería.

DANTE: Bueno, ya sabe lo que se dice. Del amor al odio solo hay un paso.

ISABEL (Resentida): Estaba aquí, pero como Luís no se ha presentado, a las 10 he ido a desayunar con mi amiga Leonor.

VIRGILIO: Necesitaremos hablar con su amiga para comprobar su coartada.

ISABEL: De acuerdo.

DANTE: ¿Sabe si su marido pudo haberse enterado de vuestra aventura?

ISABEL (Sonriendo amargamente y señalando por la ventana.): Puedes preguntarle a él mismo, acaba de llegar.

(Un hombre entra a la casa y llega al salón dónde está la mujer con los dos policías.)

PABLO: Buenos días. ¿Quiénes son ustedes?

ISABEL (Quitándose las lágrimas): Pablo, querido, son el agente Alighieri y el mayor Marón. Esta mañana han encontrado asesinado a Luís.

PABLO (Con una sonrisa diabólica): Yo no he sido, llevo toda la mañana en mi bufete de abogados. Pueden comprobarlo si quieren. (Les tiende una tarjeta a los policías). Bueno, ¿has hecho la comida cariño? Me muero de hambre.

(Dante y Virgilio se miraron el uno al otro, alucinando.)

PABLO: Bueno, ya se pueden marchar. Sí, es una pena que el amante de mi mujer haya muerto, pero ya no tienen nada más que preguntar, ¿no? (El señor acompaña a los dos policías a la salida de su casa.) Que tengan un buen día.

                                                                                            ACTO 2

                                                                                           - Escena uno -

(Se abre el telón y el escenario es ahora la comisaría de policía. Hay agentes por todas partes, y justo en el centro están Dante y Virgilio.)

DANTE (A Virgilio): Hemos comprobado las coartadas de la amante y el marido y son válidas las dos.

(Aparecen en escena tres personas acompañadas por un policía. Una mujer, un hombre y un chico joven. La mujer y el hombre tienen unos 40 años, y el chico unos 18.)

POLICÍA 2: Mayor, estos son la esposa, el hermano y el hijo del fallecido.

VIRGILIO: De acuerdo, hazlos pasar a cada uno a una habitación diferente. Así evitaremos que se cubran los unos a los otros.

(El policía se lleva a los tres familiares fuera de escena)

VIRGILIO (A Dante): Yo me encargo de la mujer, tú del hombre y luego hablaremos con el niño.

DANTE: De acuerdo.

                                                                                        - Escena dos -

(Se abre el telón y podemos ver a la mujer de la escena anterior sentada en una mesa y enfrente de ella está sentado Virgilio.)

VIRGILIO: Entonces es usted Amanda, la mujer del señor Rosales.

AMANDA (Sin mostrar una pizca de pena): Así es. 

VIRIGILIO: Siento ser tan directo pero su marido ha sido asesinado, y no veo en usted dolor ni duelo. 

AMANDA: Bueno, qué pena voy a sentir cuando mi marido y yo casi que no hacíamos vida de pareja. Yo le tenía aprecio pero ya está. Os recomiendo que habléis con su amante, igual ella sabe algo más.

VIRGILIO: Si su marido y usted no hacían vida de matrimonio, ¿por qué seguían casados?

AMANDA (Con actitud desinteresada): Mi marido era millonario. Él necesitaba a alguien con quién acudir a los eventos y parecer un feliz matrimonio, y a mi me gustaba llevar una vida lujosa. No veo fallos en nuestra unión.

VIRGILIO (En todo acusador): A lo mejor, mató usted a su marido para quedarse con su dinero.

AMANDA: Ay, señor agente, mi marido no era idiota. Teníamos una separación de bienes, si nos separamos o él moría, yo me quedo sin nada. Así que no, no tenía ninguna necesidad de asesinarlo.

VIRGILIO: ¿Qué ha hecho usted esta mañana de 9 a 12h?

AMANDA: Primero he tenido clase de yoga y luego he ido de compras con un par de amigas.

VIRGILIO: Necesitaré sus números de teléfono.

AMANDA: De acuerdo pero, una cosa más agente. Si yo fuera usted hablaría más a fondo con el hermano de Luís, Julio. Desde que su padre murió y le dejó la empresa a Luís, podemos decir que no se llevan bien.

(Virgilio sale de la sala y fuera está esperándolo Dante, quién ha oído toda la conversación.)

DANTE: Pues nada, voy a hablar con Julio.

                                                                                  -Escena tres -

(Aparece otra habitación idéntica que la anterior pero esta vez vemos sentado al hombre, y delante de él, a Dante. El hombre se ve triste y se encuentra llorando.)

DANTE: Entonces, cuéntame Julio. ¿Cómo era su relación con Luís?

JULIO (Con pena): Luís era mi hermano, yo lo quería muchísimo.

DANTE: Su cuñada no opina lo mismo. Dice que su relación se había enfriado ya que usted envidiaba a su hermano por ser el total heredero de la empresa.

JULIO (Enfadado): Esa arpía, lo único que quería es dinero. Es verdad que en un principio me enfadé con mi padre y mi hermano por apartarme del negocio familiar, pero con los años me di cuenta que lo habían hecho por mi bien. Yo no sería capaz de llevar una empresa como ellos.

DANTE: ¿Entonces usted y Luís se llevaban bien?

JULIO (Sacando su teléfono móvil de la chaqueta y tendiéndoselo a Dante): Claro. Mire, esta conversación es de ayer por la noche. Habíamos quedado mañana para comer.

DANTE: Necesité que me diga lo que ha hecho esta mañana.

JULIO: Trabajo como chef en el restaurante Casa María. He empezado a las siete a trabajar, pero cuando la policía me ha llamado, he venido corriendo. Puede hablar con Alejandra, es mi jefa.

DANTE: Perfecto.

JULIO: Señor, mi sobrino y su padre no es que tuvieran una buena relación, pero no creo que haya sido él tampoco.

DANTE: No descarte sospechosos tan pronto, señor Rosales. Quién menos se lo espera suele ser el asesino.

                                                                                      - Escena cuatro -

(Cuando se abre el telón podemos ver la misma habitación que en las dos escenas anteriores. Ahora sentado está el hijo del fallecido y de pie enfrente de él están Dante y Virgilio.)

DANTE: Óscar Rosales Mendoza.

ÓSCAR (Con la mirada perdida): Ese es mi nombre.

DANTE: Su tío Julio me ha dicho que su padre y usted no tenían una buena relación.

ÓSCAR: Así es. Mi padre era un cerdo, nos abandonó a mi y a mi madre hace años, cuando apareció esa zorra de Amanda. Pero cuando mi madre murió, me tocó venir a vivir aquí.

VIRGILIO: Hemos visto tu listado de delitos, y para ser tan joven, está bastante lleno. Robo de dinero, robo de coches, te diste a la fuga tras un accidente con el coche robado, que encima era de tu padre, y un largo etcétera.

ÓSCAR (Sin mirar a los agentes): Y aún hice poco, para todo lo que se merecía.

DANTE: Te das cuenta que te estás auto acusando.

ÓSCAR: No. Odiaba a mi padre, es verdad, pero nunca lo mataría. Al fin y al cabo me dio la vida. Además llevo todo el día en el colegio.

VIRGILIO: Hablaremos con tus profesores para saber si eso es verdad.

DANTE: ¿Sabes de alguien quién lo pudiera haber hecho?

ÓSCAR: La verdad es que sí. Ayer por la noche fui a la empresa de mi padre, necesitaba hablar con él sobre su consentimiento para una excursión de la escuela. Pero cuando llegué oí gritos, y vi a un señor pegándole. Le partió la nariz, y cuando me vio, se fue. Además le dijo: 'Esto no quedará así'

DANTE: ¿Sabes el nombre?

ÓSCAR: Oí a mi padre llamarlo Miguel. Creo que era un trabajador de la empresa.

VIRGILIO: Perfecto. Muchas gracias Óscar y sentimos la pérdida de tu padre.

(Virgilio y Dante salen de la sala, y se quedan hablando en el pasillo.)

DANTE: Voy a buscar a algún Miguel en la empresa.

VIRGILIO: De acuerdo. Yo voy a comprobar todas las coartadas.


                                                                                          ACTO 3

                                                                                          - Escena uno -

(Dante y Virgilio llegan a la empresa y se dirigen hacia una de las personas que está subiendo cajas de papel a un palé.)

DANTE (Al señor): Disculpe, ¿es usted Miguel?

MIGUEL: Sí, ¿Quién son?

VIRGILIO (Enseñando la placa): Policía. Tenemos unas preguntas para usted sobre la muerte del señor Rosales.

MIGUEL (Abriendo lo ojos como platos): ¿Luís ha muerto?

DANTE: Ha sido asesinado esta mañana. Estamos aquí porque se le vio discutir ayer con él.

MIGUEL: Así fue. Pero yo no fui.

DANTE: Eso dicen todos.

MIGUEL: He estado aquí trabajando toda la mañana. Además, lo de anoche se me fue de las manos. Llevo toda mi vida trabajando aquí, mi familia come con lo que gano yo aquí, y ayer Luís me llamó porque me quería echar. Entonces me enfadé y fue cuando le pegué, pero nunca en mi vida se me habría ocurrido matarlo.

VIRGILIO: ¿Le dijo por qué lo quería despedir?

MIGUEL: Dijo algo como que la empresa no estaba pasando por un buen momento. Pero la que debe saber más de esto es Elena, su secretaria, o Antonio, su mano derecha.

DANTE: De acuerdo. No se vaya muy lejos, nos podremos en contacto con usted al confirmar su coartada.


                                                                                      - Escena dos -

(Dante y Virgilio tocan la puerta de un despacho, y una voz femenina los invita a pasar. Cuando entran de pie en el centro de la oficina hay una mujer joven, con el semblante asustado.)

ELENA: Bienvenidos agentes, soy Elena García, la secretaria de Luís Rosales. Es una pena lo de su muerte, era muy querido por aquí. Decidme, ¿en qué les puedo ayudar?

DANTE: Señorita García, ha llegado a nuestros oídos que la empresa no estaba pasando por un buen momento y que era necesario despedir gente.

VIRGILIO: Pero al investigar las cuentas de la empresa, nos hemos dado cuenta de que hoy, a las once de la mañana, los números rojos en los que estaba las cuentas han desaparecido porque alguien ha ingresado más de 14 millones de euros.

DANTE: Y usted dirá, ¿de dónde ha salido tanto dinero? Pues al investigar la cuenta del benefactor, imagínese nuestra sorpresa al ver que ha sido usted.

VIRGILIO: Desde hace mucho tiempo ha ido robando dinero, poco a poco cada mes, de la cuenta de la empresa, hasta dejarlo en números rojos.

DANTE: Y cuando ya habías convencido al señor Rosales de que la empresa iba mal, lo ha matado para quedarse usted con ella.

ELENA (A punto de llorar y asustada): ¡No! Yo no lo he matado. Es verdad que fui robando dinero de la empresa, pero yo no quería.

DANTE (Con un tono irónico): ¿Ah no? ¿Lo hiciste sin querer?

ELENA: No. Me obligaron.

VIRGILIO: ¿Quién?

ELENA: Antonio Muñoz.

DANTE: ¿La mano derecha de Luís?

ELENA: Convenció al señor Rosales de que lo pusiera a él como heredero de la empresa en su testamento, por si a él le ocurría algo. Luego me hizo robar el dinero para hacer creer que la empresa iba mal, con la esperanza de que sus artimañas de hacerle ver que su vida era una mierda funcionaran y al final se quitara del medio. Pero parece ser que decidió no esperar y lo hizo él mismo.

VIRGILIO: ¿Sabes dónde podemos encontrar a Antonio?

ELENA: Al final del pasillo.

DANTE (Sacando la pistola de la cartuchera y bajando la voz): ¿Está aquí?

ELENA: Sí, tenia una reunión con el abogado de la empresa.

(De repente se oye un fuerte grito y Dante y Virgilio salen al pasillo a ver que ocurre. El grito venía del despacho de Luís Rosales.)


                                                                                          - Escena tres -

(La puerta del despacho se abre. Sale un señor con traje y detrás de él, otro hombre con aspecto desaliñado.)

ANTONIO (En cólera): ¿Cómo es posible que la empresa no esté a mi nombre?

ABOGADO (Asustado y caminando poco a poco hacia atrás): Ya se lo he dicho, señor Martínez. Anoche me llamó el señor Rosales para hacer ese cambio, y dejarle la empresa a su hijo Óscar.

ANTONIO: Eso no puede ser legal.

ABOGADO: Sí, lo es.

ANTONIO: ¿Y a mi no me ha dejado nada?

ABOGADO: Siento decirle que no señor.

(En ese momento, Antonio saca una pistola de su espalda y apunta a la cabeza del abogado.)

ANTONIO: Seguro que puedes hacer algo para cambiar eso.

(Virgilio y Dante sacan sus pistolas y apuntan al socio del señor Rosales)

DANTE: ¡Antonio, baja esa pistola!

ANTONIO: ¿Quiénes sois vosotros?

VIRGILIO (En un tono de voz tranquilo): Policía. Baja el arma.

(Despacio Dante y Virgilio se van acercando más a Antonio, quién sigue apuntando al abogado, pero empieza a llorar y el arma se agita entre sus manos. Al final, Dante consigue llegar al lado del asesino y le quita la pistola.)

DANTE (Sacando las esposas y poniéndoselas a Antonio): Señor Muñoz, queda usted detenido por el asesinato de Luís Rosales.

ANTONIO (Llorando e intentando liberarse del agarre del policía): No tiene pruebas.

VIRGILIO (Cogiendo la pistola del acusado del suelo con un pañuelo): Seguro que cuando balística analice esta arma, coincidirá con la que se usó para asesinar al señor Rosales.

(De momento, aparecen un grupo de policías en escena)

POLICÍA 3: Aquí llegan los refuerzos señor.

VIRGILIO (Dándole la pistola al policía y sacando las esposas, se dirige a Elena): Señorita García queda usted detenida por robo y ser cómplice del asesinato del señor Luís Rosales.

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Explicación de la obra y dónde me he inspirado en la Divina Comedia de Dante Alighieri:

Con esta obra he querido explicar los círculos del Infierno de Dante. Cada círculo representa a cada una de las personas que han sido sospechosas. Desde el círculo 1 (los no bautizados), como la florista que no tenía nada que ver con el caso, si no que es la última persona que tuvo contacto con el asesinado; el círculo dos, la lujuria con la amante; el tres es la gula, con el marido de la amante; el cuatro la avaricia mediante la esposa; el cinco, la envidia representada por el hermano; el seis, la herejía por el hijo; el siete, la violencia contra el prójimo por el hombre con quien tiene una pelea; el octavo, el fraude por la secretaria; y por último en el noveno círculo se encuentra el traidor y Lucifer, el asesino.

Además, los dos protagonistas son el mismísimo Dante, protagonista de La Divina Comedia, y Virgilio quién es el guía de Dante por el Infierno y el Purgatorio.

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