Destination (9/11)
Destination (9/11)
IX
La chica lo miró sorprendida.
—Yy-yo... yo; Lee Taemin es mi novio— explicó no muy convencido; la mujer entrecerró los ojos y luego señaló una pequeña sala de espera.
—Aguarde allí por favor; en un momento le darán la información que necesita.
El alto asintió y fue hasta el lugar indicado seguido muy de cerca del pelirrojo.
—No sé si haya sido una buena idea decir eso— exclamó en voz baja al momento que tomaba asiento.
—No hay otra forma, sólo así podremos averiguar qué fue lo que me sucedió.
—¿Y si ya eras casado? Corremos el riesgo de ser descubiertos.
—Calma, no soy, no era casado— corrigió, —gracias a la fotografía, —señaló el mural, —y a este lugar pude recordar algunas cosas.
Suspiró, —pero si nos encontramos con un verdadero familiar tuyo estaremos en problemas.
Un hombre de unos cuarenta y tantos se acercó a ellos, vestía una bata blanca y anteojos.
—¿Es usted quien está buscando a Lee Taemin?— indagó; el alto se puso de pie y asintió; el hombre continuó, —soy el doctor Park, colega del doctor Lee— se presentó.
—Choi Minho— contestó con una reverencia, las manos comenzaron a sudarle.
—Joven Choi, según me indicó la señorita Jung, usted dice ser la pareja sentimental de Taemin, ¿cierto?
—Así es.
Lo miró de arriba a abajo, —yo nunca lo había visto por aquí, y créame, mi colega vivía prácticamente en este lugar.
—Es que yo... tuve que salir de la ciudad por cuestiones de trabajo, y hasta hace poco regresé.
El hombre aún no se notaba del todo convencido; —dígame, ¿cuándo fue la última vez que habló con él?
—Hace tres meses— pensó rápido, según la fecha de la nota del periódico el accidente, —nos distanciamos un poco, pero yo... quiero remediar las cosas— explicó, porque ¿Quién creería que en tres meses no se habían comunicado?
—Taemin sufrió un accidente automovilístico, me imagino que está al tanto de eso— el moreno negó y el mayor continuó arqueando las cejas, preocupado, —actualmente se encuentra estable pero no ha mostrado mejora; —suspiró, —pase con la señorita Jung para registrarte— indicó.
El pelirrojo miró atento el formato, Choi Minho tenía veintiocho años, sólo uno más que él.
Una vez que dejó el bolígrafo sobre el escritorio siguió a la mujer de recepción hasta un área especial.
—Adelante— le dijo ella y abrió una puerta para que entrara a una habitación llena de flores cuyas paredes estaban pintadas de color durazno.
Tragó saliva, no prestó atención a lo que dijo la mujer al despedirse y dejarlos solos; parpadeó varias veces y se acercó, quiso cerciorarse de que no alucinaba; era Taemin quien yacían en el camastro conectado a varios tubos, su piel estaba más pálida de lo normal y sus labios secos.
—Soy yo— exclamó el fantasma a sus espaldas; —no estoy muerto.
Minho se quedó allí unos segundos, tal vez minutos; observándolo. Entonces tuvo el impulso de tocarlo.
Dio un paso más y estiró su brazo hasta posar su mano en el antebrazo izquierdo del pelirrojo; su piel estaba suave, pero algo fría.
—Puedo sentirte— musitó Taemin desde el otro extremo de la habitación; pero en ese instante se escucharon los pasos apresurados en el pasillo, luego la puerta se abrió de golpe.
—Estoy seguro de que él no conocía a ningún Choi Min... — la persona que abrió se detuvo en seco y luego exclamó, —Oye tú, ¿qué crees que estás haciendo?
Era un chico rubio de mirada afilada que lo señalaba, —¡Quítale tus sucias manos de encima!
Minho pensó que el mundo era demasiado pequeño, ya que esa persona era la que le había rentado el departamento, y si eso no era suficiente, quien se asomó detrás de él era un muchacho que había conocido hacía poco más de tres meses en uno de sus anteriores y múltiples trabajos, de cabello color chocolate y más bajo que él, se llamaba Kim Jonghyun.
El alto se alejó del camastro.
—¿Qué hace usted aquí?— Kibum le habló formal, era obvio que había reconocido a su inquilino; y Jonghyun también reconoció al alto, pero sólo se limitó a decir , —calma, Key; debe haber alguna razón.
Key, al escuchar eso, en la cabeza de Minho algo hizo "clic"; entonces Kim Kibum era Key; y Taemin era el compañero del que habló la pareja de ancianos en el elevador.
—Bien— Kibum llevó ambas manos a su cadera, —estoy esperando una explicación.
—Key será algo difícil de convencer, pero sólo repite lo que yo— dijo el pelirrojo posicionándose más cerca de Minho, este movió ligeramente la cabeza en forma afirmativa.
—Salí por un tiempo con Taemin, pero por algunas cuestiones tuve que viajar y perdimos comunicación— explicó el alto; —regresé a la ciudad hace poco y quise reunirme con él.
La mirada del rubio seguía siendo escrutiñadora, el moreno continuó, —por eso vine al hospital a buscarlo, yo no sabía que...
—¿Por qué yo no te conocía?— Kibum lo interrumpió olvidando las formalidades, —¿por qué no me dijiste sobre esto cuando te renté el apartamento?
—Yo no sabía que eran amigos ni tampoco sabía donde vivía; no creo que Taemin pensara que lo nuestro tenía futuro, supongo que por eso no nos presentó— frunció el ceño al decir aquello, puesto que eso no era argumento suyo, sólo estaba repitiendo lo que el otro le decía.
—A ver, dime ¿cuántos años tiene Taemin?— preguntó.
—Veintisiete.
—¿En qué mes es su cumpleaños?— cruzó los brazos sobre su pecho.
—Julio.
—¿Qué golosinas le gustan?
—El chocolate y la leche de plátano.
—Su comida favorita.
—Bulgogi.
—¡Aja!— dijo victorioso Kibum, —te equivocas, le gusta el Kimchi.
—Lo come sólo porque tú lo preparas— refutó.
El rubio alzó la ceja mostrando indignación, luego atacó, —Última pregunta, dime alguna seña particular; algo que no cualquiera sabría; convénceme— lo retó.
El fantasma parpadeó varias veces, debía decir algo de lo que su amigo no dudara, pero antes de que pudiera mencionar algo, Minho se adelantó.
—Tiene una cicatriz en el interior del antebrazo derecho, nunca le he preguntado cómo se la hizo, pero estoy seguro de que fue en alguno de sus intentos por salvar a alguien, porque eso era lo que él quería, salvar a las personas, no le gustaba ver a alguien en peligro.
El pelirrojo lo miró asombrado, eso ni él mismo se lo esperaba, luego sonrió ante algo que pudo describir como felicidad; porque a pesar de ser un espíritu poseía sus rasgos, incluyendo ésa cicatriz, la cual no pensó que Minho hubiera notado. Eso quería decir que el alto era un gran observador.
Kibum exhaló y miró el cuerpo de Taemin, estaba recostado de tal forma que esa cicatriz no era visible, y eso de "salvar a las personas" muy pocos lo sabían, podría apostar que sólo él y Taesung eran sus confidentes.
—Intentaba bajar un gato de un árbol, así se lastimó— dijo ahora más tranquilo, luego suspiró, —iré a cambiarle el agua— tomó el florero y salió dejándolos solos en el recinto.
—Key siempre pensó que los girasoles eran mis favoritos— rio nostálgico Taemin, —lo que no sabe es que prefiero los claveles.
—No sabía que Taemin y tú se conocían— habló por fin Jonghyun, quien había estado nada más de oyente; —por eso, planeé junto con Kibum una cita a ciegas aquella noche.
—¿Eh?
—La noche que cancelaste Taemin igual lo hizo; se quedó hasta tarde en el pabellón infantil haciendo guardia y de regreso a su casa ocurrió el accidente.
—Lo lamento— sintió la necesidad de disculparse, aunque ya había pasado casi tres meses, —tenía algunos asuntos de trabajo, sabes que tengo más de uno y pues yo...
—No te preocupes— lo interrumpió, —no tienes porqué explicarlo, bien dicen que por algo ocurren las cosas, ¿no? Probablemente ustedes no estaban destinados a encontrarse— suspiró y cambió el tema; —al principio Kibum venía a diario, luego sus responsabilidades laborales no se lo fueron permitiendo por lo que sólo viene ahora cada tercer día.
—¿Y mi hermano?— indagó el fantasma.
—¿Y su hermano?— Minho habló por él.
—Taesung estuvo en la ciudad el primer mes, pero como tiene negocios en el extranjero no puede desatenderlos; sin embargo, está en constante comunicación con Key.
—¿Cuál fue mi diagnóstico?
—¿Cuál fue su diagnóstico?— Minho otra vez intervino por el fantasma.
—No saben la razón; físicamente todas sus heridas han sanado, ya le realizaron muchos análisis y resonancias; simplemente parece ser que no quiere despertar— explicó; —pero ya ha pasado mucho tiempo.
En ese instante el rubio entró, dejó el recipiente con las flores en la mesita y jaló una silla para sentarse junto a su amigo.
—Taemin— le habló y acarició su rojiza cabellera, —¿por qué no me dijiste que habías salido con un chico guapo, eh?— bromeó a pesar de que sus ojos estaban aguados; —pensé que confiabas más en mi.
—Ven, vamos afuera— dijo Jonghyun, él sabía lo sentimental que se ponía su novio y quería darle privacidad.
Minho le echó una mirada al fantasma quien le estaba prestando toda su atención al rubio escuchando lo que le decía y además, tratando de sentir su toque, el cual no percibía a diferencia del de Minho.
—Qué pequeño es el mundo, ¿no?— exclamó el pelichocolate una vez que estuvieron en el pasillo; —quien diría que Kibum te rentó el apartamento a ti. Una vez escuché tu nombre, pero ya sabes, existen cientos de Choi, no tantos como los Kim pero...
—Eeh... Creo que es mejor que me retire; mañana tal vez regrese— lo interrumpió.
—Oh, claro— asintió.
.
Pero esa tarde sus pasos lo llevaron directo a la librería de Onew.
—¡Claro! ¡Ésa era tu misión!— dijo el de ojos pequeños, —debías ayudarlo a encontrar su cuerpo.
—¿Qué?
—Piénsalo, ¿por qué otra razón solamente tú lo podías ver?
—Onew, yo no creo que...
—Sea como sea, el destino tiene sus maneras de hacer las cosas— dijo Onew cien por ciento convencido; —ahora debes averiguar cómo regresarlo a su cuerpo.
—¿Debo? ¿Qué no por instinto él lo sabe?
—Puede que sí— Jinki se quedó pensativo por unossegundos y luego agregó, —puede que sólo necesite recordar cómo regresar.
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