Desengaño (2/2)
2/2
Won-sik suspiró mirando a Taemin, que tenía la cabeza gacha ante él.
—Bueno, él se lo pierde— exclamó Jong-in, quien estaba a su lado.
Taemin les había pedido que se reuniesen al medio día en una cafetería que solían frecuentar los tres, la noticia había tomado desprevenidos a ambos amigos cuando Taemin dijo que la tarde anterior Minho le había pedido que "se dieran un tiempo".
Won-sik rascó su mentón, —¿te dijo por qué?
—No, sí, no lo sé— sus hombros cayeron un poco más, —ahora que lo pienso todo pasó demasiado rápido, mencionó el trabajo y que últimamente ha estado un poco ocupado y con estrés.
—¿Y eso es verdad?
—Supongo que sí, sabes que estos días estuve atento a otras cosas.
—¿Le dijiste sobre la academia?
—No, no tuve oportunidad.
—Tal vez lo descubrió y no estuvo de acuerdo— intervino Jong-in, —siempre he pensado que el tipo es un poco controlador.
Won-sik miró a Jong-in con molestia; fuera cierto o no, no era momento para soltar esos comentarios.
—Entonces, creo que así será— exclamó Taemin sin mucho ánimo.
—¿Así será qué?— preguntó Won-sik, pensando que se perdió de algo.
—Ya sabes, estaremos separados un tiempo.
—¿Vas a aceptar ese hecho, así como así? ¿No vas a luchar por él?— preguntó incrédulo.
—¿Cómo?— preguntó.
Won-sik tuvo que admitir para sus adentros que realmente Taemin estaba mal, pues parecía incluso desorientado.
—Pues justo como lo hiciste la primera vez— Jong-in sorbió ruidosamente de su pajilla, frunciendo el ceño y agregó pareciendo molesto, —cuando conseguiste que saliera contigo y comenzaste a cortejarle.
Porque su historia había iniciado de esa manera, fue Taemin el que se aventuró.
—Jong-in tiene razón— habló Won-sik, —además, íbamos a empezar organizar la boda pronto, no puedes dejarnos con las ganas— dijo con ánimo.
Taemin le sonrió a sus amigos agradeciéndoles, con algo de aflicción, pero lo hizo.
~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~
—¡Tierra llamando a Minho!
Minho sacudió su cabeza y carraspeó, enfocando la mirada en la persona que estaba recargada en el marco de la puerta de su oficina.
—Te he llamado tres veces— dijo Changmin, —¿qué te ocurre el día de hoy?— se acercó al escritorio, no sin antes cerrar la puerta a su espalda.
—Nada.
—No puede ser nada— se sentó en la silla frente a él, —¿tiene que ver con lo de las últimas semanas?
Minho se humedeció los labios y dijo, —sí—, pues le había hablado a Changmin sobre sus sospechas acerca de que Taemin le estuviera ocultado algo.
—Eres un paranoico— su amigo repitió lo que le había dicho la última vez que tocaron ese tema.
—No lo soy, ayer por la tarde le escuché hablar con Won-sik.
—¿Además lo espías? Eso no es correcto.
—No lo espío, llegué a buscarle y les escuché por accidente.
Changmin se tomó el tiempo para cruzar una pierna sobre la otra y dijo, —¿y bien, cual era el secreto entonces?
—Iba a dejarme.
—Wow— exclamó negando con la cabeza, —eso no puedo creerlo, es... es imposible.
—¿Imposible?— las cejas pobladas de Minho se elevaron.
—Puedo apostar a que Taemin está más enamorado de ti que tú de él, es ridículo que quiera dejarte.
¿Qué diablos? ¿Changmin creía que Taemin era el que amaba más? Ahora las cejas de Minho se fruncieron.
—¡Espera!— Changmin volvió a hablar, —¿dijiste iba, ya no?
Minho se pasó la mano por el cabello, denotando su nerviosismo, —no en realidad, porque fui yo quien decidió que debíamos tomarnos un tiempo.
Changmin se removió en su lugar, —a ver, ¿qué fue lo que dijo Taemin textualmente?
Minho pegó la espalda a la gran silla de imitación piel, hundiéndose en ella.
Changmin contó treinta segundos en silencio y exclamó, —eres un paranoico y un grandísimo estúpido, de seguro estaban hablando de otro tema.
—Won-sik dijo algo sobre querer cosas diferentes en su vida y dejar personas atrás— se defendió Minho.
Changmin suspiró, —¿y no has pensado en la posibilidad de que Taemin sospechara sobre tu propuesta? Mudarse juntos es un gran cambio, tal vez sí quiere mudarse contigo, pero no a tu feo apartamento.
—Mi apartamento no es feo.
—Vamos, admite que lo es— rio flojamente, —los colores son grises y la decoración sombría, Taemin es un artista.
La mirada de Minho se mantuvo fija en la de su amigo por cinco segundos, luego la desvió, Changmin tenía un buen punto, muy razonable para ser sinceros.
—Minho, en verdad, admiro tu destreza para tomar buenas y precisas decisiones en el trabajo, no solo lo digo yo, mi padre lo admite y no duda en señalarlo también, pero eres un idiota cuando se trata de decisiones personales.
Changmin era el hijo del socio mayoritario de la empresa, mientras que el padre de Minho era el tercero, pero eso no impedía que hubiera una relación de amistad entre ellos.
—Creo que...
—La cagaste— completó Changmin, —aún si iba a terminar su relación contigo, no creo que debieras adelantarte a ello— se puso de pie y sacudió de su saco una pelusa invisible, —dijiste que solo le has pedido que se den un tiempo, ¿no es así? Puede que aún puedas enmendar tu error.
Changmin caminó a la salida y abrió la puerta, le miró sobre el hombro antes de dar un paso fuera y agregó, —por cierto, la junta de hoy se canceló, mi padre no llegará a tiempo, su vuelo se retrasó y cree que será mejor que nos reunamos mañana.
—Sí, está bien.
Eso era perfecto, pues no tenía tiempo ni cabeza para el trabajo, Changmin le había dado mucho en qué pensar.
Casi una hora después, el teléfono sobre su escritorio sonó, era el timbre asignado para su asistente, la amable señora Kim.
Minho levantó el auricular y dijo al instante, —lo siento, no estoy recibiendo a nadie por ahora, quien sea, solo dele una cita.
—Pero joven— exclamó ella, —es el señorito Lee— solo había una persona a la cual llamaba "señorito" y, aunque muchas veces Taemin le había pedido que no lo hiciera, ella se empeñaba en hacerlo.
La garganta de Minho se cerró por unos instantes y tuvo que aclarársela, —hágalo pasar— logró decir.
.
Taemin siempre fue directo y desde el principio le había dicho a Minho de frente que le gustaba mucho cuando le pidió una cita. Era cierto que la charla de la noche anterior le tomó completamente desprevenido, pero era momento de hacer las cosas bien, y cuando decía "hacer las cosas bien" se refería a que también le diría sobre sus últimas actividades, planes laborales e inseguridades.
Su atuendo era diferente al que solía usar, pues llevaba pantalones grises de vestir y camisa blanca, zapatos negros muy lustrados y el cabello recogido en una pequeña coleta despejando su rostro. En vez de esas prendas anchas y llenas de color.
No pasó desapercibida la sorpresa en el rostro de Minho, se sintió orgulloso al haberle provocado aquella reacción, pero en vez de regocijarse fue directo a lo que quería.
—¿Podemos hablar?— preguntó.
—Claro— Minho señaló con un movimiento de cabeza la silla de enfrente.
Taemin hizo un mohín con los labios, no iba a sentarse allí, no tan lejos de Minho, así que rodeó el escritorio y tiró de su brazo para que se pusiera de pie también y dijo con firmeza.
—No quiero que nos demos un tiempo, no quiero tener mi espacio; te quiero a ti.
Minho parpadeó antes de que su rosada lengua se dejara ver cuando se humedeció los labios, —yo también te quiero.
—¿Entonces por qué no estar juntos?— se echó a sus brazos y se sintió bien cuando Minho le correspondió.
No dijo ni una palabra, así que Taemin insistió desde su refugio, —¿por qué?—, en ese instante percibió cómo Minho se tensó ligeramente.
Minho inhaló y decidió repetir el veredicto de Changmin, —porque yo... yo soy un grandísimo idiota.
Taemin le soltó para mirarle a los ojos, era unos centímetros más bajo, así que tuvo que alzar la barbilla, —no lo eres.
Minho observó con detalle los ojos de su novio, eran brillantes y le miraban con cariño y expectación. Definitivamente no se sintió bien consigo mismo, así que en un gesto de cobardía le abrazó de nuevo, encorvándose un poco y diciéndole sin mirar su rostro: —ayer escuché que hablabas con Won-sik, pensé que tú ibas a dejarme.
Taemin intentó separarse, pero Minho le sostuvo con firmeza.
—No iba a hacerlo, no lo haría— explicó sobre el cuello de Minho, —estábamos hablando sobre algo que debí haberte dicho hace dos semanas— aprovechó el desconcierto de Minho para soltarse y empujarle con suavidad, haciendo que ocupara su gran silla, Taemin se sentó en su regazo.
—¿Qué es?
—¿Recuerdas que Won-sik es maestro de canto en una academia de artes?— decidió empezar por allí.
—Claro— sí, lo remembrada, era un hermoso edificio ubicado en una ciudad aledaña, habían ido un par de veces para presenciar algunos festivales.
—Hace dos semanas se abrió una vacante, estaban buscando un profesor de música, entrar allí no es fácil; es decir, es como un concurso.
Minho asintió antes de preguntar, —¿Y participaste?
—Sí, en unas horas es la prueba final.
Las palabras "cambio" y "dejar atrás" ahora tenían sentido, si Taemin era aceptado seguramente tendría que cambiar su lugar de residencia.
—¿Por qué me lo ocultaste?— preguntó por fin.
—Porque al igual que tú, soy un idiota— sonrió tontamente, pero cuando vio que Minho frunció el ceño se echó sobre él para apaciguar su molestia, abrazándole por el cuello y explicando con mayor seriedad, —no lo dije porque así, si fallaba, no iba a haber problema, nadie lo sabría.
—No creo que sea correcta esa mentalidad, se supone que debes hacerlo con intenciones positivas.
—Lo sé, pero tenía miedo; tu hermano no estaría muy contento si sales con un fracasado.
El hermano de Minho era de los pocos, por no decir el único, que no estaban a gusto con su relación, nunca había ofendido a Taemin, pero era evidente su inconformidad cuando los veía juntos.
—Lo que piense Minseok me tienen sin cuidado, lo mismo debería ser para ti— le besó la sien.
Taemin hizo un ruidito gutural en asentimiento y se acomodó mejor, quitando los brazos del cuello de su novio y recargándose de lado sobre el pecho de este.
Minho acarició la espalda del joven músico dos veces antes de decir, —lo siento, en verdad no fue mi intención oír su charla.
—Está bien, fue mi culpa, me habías preguntado antes y yo solo estuve evadiéndote.
Hubo silencio por varios minutos. Minho siguió acariciando su espalda con suavidad, mientras Taemin solo cerraba los ojos y disfrutaba de ello.
—¿Dijiste que en unas horas es la prueba final?— habló Minho.
—Sí, a las siete.
—Van a dar las cinco, debemos ir de una vez si queremos estar a tiempo— si recordaba bien era una hora de viaje.
Taemin abrió los ojos y se irguió, —¿irás?
—¿No puedo? ¿Es un evento privado?
—No, no; sí puedes ir, pero pensé que...
—¿Qué?
—¿No estás ocupado? ¿No interfiere con tus deberes?
Minho negó con la cabeza, —lo que sea puede esperar.
—¿En serio?
—Por supuesto— le palmeó la espalda y sonrió, —así que vamos.
—¡Vamos!— se puso de pie de un salto.
Minho tomó su saco y se encaminó a la puerta de la mano de Taemin, dejó algunas instrucciones a la señora Park y justo después Changmin hizo su aparición.
—Ey, Minho— dijo, —hay un informe que debemos...— sacó su nariz de la carpeta que llevaba y miró a Taemin frente a él, el chico estaba muy sonriente; Changmin cabeceó a manera de saludo, volvió su atención a Minho y continuó, —olvídalo, mañana en la reunión te pongo al corriente.
En realidad, a Won-sik no le sorprendió del todo ver a Minho llegar al recinto de la mano de Taemin. Sonrió al notar que su amigo se veía bastante animado a comparación de las dos pruebas anteriores, en las cuales no dejaba de morderse las uñas.
Les vio intercambiar algunas palabras, luego se dirigieron a la primera fila de asientos, donde Minho ocupó un lugar y después Taemin le dejó para dirigirse tras el escenario.
—Supongo que han hecho las paces— exclamó Won-sik cuando su amigo llegó su lado.
—Sí— la sonrisilla tonta fue la evidencia.
—Eso quiere decir que todo saldrá perfecto— tomó las partituras, las cuales estaban sobre una mesa que servía para la utilería y demás.
Taemin tomó el antebrazo de Won-sik para detenerle, negó con la cabeza y dijo, —cambio de planes.
—¿Cambiarás la melodía?— miró su reloj, —¿a solo diez minutos antes de la presentación?
Taemin no respondió a eso, solo exhaló y se frotó las palmas de las manos, la temperatura era agradable, pero de repente comenzó a tener un poco de calor.
—Bien, dame las partituras, les pondré en su lugar— de esa manera, cuando Taemin fuese anunciado y ocupara su lugar frente al piano, las notas estarían allí.
Taemin le sonrió con complicidad y algo de picardía.
Won-sik le miró con desconcierto, luego con sorpresa y finalmente con diversión, tres emociones en dos segundos cuando captó el mensaje.
—No me digas que... ¿Usarás la melodía que escribiste para Minho?— preguntó con emoción.
—Sí.
—¿Ya le has puesto título?
—Aun no, pero quiero que la escuche— tragó fuerte y dijo con firmeza, —hoy le pediré matrimonio.
Won-sik le miró asombrado y orgulloso, luego comenzó a reír, la palmeó la espalda y dijo, —muchas felicidades, amigo.
—¿Qué?— Jong-in llegó tropezando a su lado, —¿de qué me perdí?
[FIN]
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