Desengaño (1/2)

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Desde la tienda 24-horas, Minho caminó hacia su apartamento, no podía negar que estaba un poco enfadado; observó a ambos lados de la calle antes de cruzar y aceleró el paso. Minutos antes Taemin, su novio, le había llamado para posponer su cita, al menos no la canceló como la vez pasada; ¡ah! porque no era la primera ocasión en que el chico hacía eso, definitivamente no en las últimas dos semanas. Minho no era tonto, algo despistado a veces, sí; pero no idiota, algo estaba ocultando Taemin.

¿Podría ser una fiesta de cumpleaños? No, faltaban algunos meses para su propio cumpleaños y muchos más para el de Taemin.

¿Un tema sobre su familia? Tampoco, el hermano mayor de Taemin, Jinki, pocas veces podía mantener algo oculto, para esas alturas ya habría abierto la boca.

¿Qué sería entonces?

Lo peor era que cada vez que preguntaba, Taemin solo sonreía enormemente antes de decir, "nada sucede, cariño" y besarle con ahínco.

Sacudió la cabeza un poco, decidiendo que si seguía pensando en ello solo iba a frustrarse más, porque no había forma alguna de obtener información. ¿Y si solamente se estaba volviendo paranoico?

Subió los pocos escalones del edificio e ingresó, dirigiéndose directamente al elevador. El vestíbulo era amplio, el lugar era muy limpio y le gustaba la zona donde se ubicaba, no por nada había comprado su apartamento allí. Aquel apartamento que esperaba pronto compartir con su novio, porque en las últimas semanas había estado planeando cómo proponerle que se mudara con él.

Taemin impartía clases de piano y a veces de baile en un pequeño, pero concurrido centro de artes, el cual se encontraba más cerca del apartamento de Minho que el de él. Proximidad a su lugar de trabajo, un buen argumento para convencerle de mudarse.

~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~

Taemin rebuscó en su librero, bueno, en realidad era una tabla sujeta con un par de varillas metálicas a la pared, en ella tenía ordenados algunos libros, cuadernos, partituras y carpetas con su documentación personal, como su acta de nacimiento, historial académico y médico, cosas así.

Frunció el ceño y resopló hacia arriba para apartar del rostro su flequillo, hizo una nota mental para no olvidar e ir lo más pronto posible a la peluquería.

El teléfono sonó estando sobre la mesa cercana y Taemin gruñó sospechando quien era, dejó de rebuscar entre sus papeles y fue hasta el artefacto, del cual apromió el botón verde sin siquiera mirar en realidad la pantalla.

—¿Lo tienes?

—Aun no, lo estoy buscando— contestó.

—No lo olvides, debes llevar dos copias de ello— especificó Won-sik al otro lado de la línea.

—Sí, sí, lo sé.

—Con suerte mañana mismo te programan para la tercera prueba— se escuchó la emoción en su voz, como si fuera él el sujeto en cuestión.

Taemin exhaló.

—¿Estás nervioso?— preguntó Won-sik.

—Un poco.

—Tranquilo, lo has hecho muy bien, la tercera prueba solo es por protocolo, es para que todos los directivos estén presentes, te aseguro que ya estás dentro.

—¿De verdad?

—Sí. ¿Por qué crees que te han solicitado tu documentación?

—No lo había pensado— dijo sincero.

—Eso supuse—, se escuchó cómo Won-sik se acomodó en su lugar, seguramente aún estaba en su oficina ocupando su silla de imitación piel, luego agregó, —¿qué melodía emplearás esta vez?

Taemin se relamió los labios, —aún no lo sé.

—¡Yo sí! Usa la nueva, la que me dijiste que recién terminaste de escribir.

—No lo creo.

—¿Por qué?

—Porque aún no tiene título, y porque la escribí con una intención especifica.

—Es para Minho, ¿no es así?

Taemin soltó una risita nerviosa, —¿cómo lo supiste?

—¿Cómo no saberlo?—, rebatió Won-sik, —estás tan enamorado de él, que realmente aun no entiendo del todo la razón por la cual no le has dicho sobre esto.

—Es una sorpresa— se encogió de hombro aún cuando su amigo no lo podía ver, —además, si fallo él no lo sabrá.

—No vas a fallar, ya te lo dije.

~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~

Cuando Taemin pospuso su cita, lo más lógico para Minho fue que esta sería al día siguiente y a la misma hora, es por eso que al salir de la oficina se encaminó al centro de artes, aparcó su Audi y fue hacia la entrada, en verano ese lugar estaba lleno de niños y adolescentes, eso lo entendía, pues era una manera en la cuál los padres mantenían a sus hijos ocupados durante las vacaciones escolares, además de que la colegiatura era accesible para todos los estratos sociales. Esa era la última semana de vacaciones de verano, pero debido a la hora no le sorprendió encontrar los salones y pasillos vacíos. Solo algunos profesores estaban allí, Sunny, la maestra de pintura, fue muy amable al indicarle donde estaba Taemin.

—¿Vas a decirle a Minho?

Minho se congeló, estaba a punto de asomarse a la pequeña sala común cuando Won-sik mencionó su nombre. Él conocía a Won-sik, era uno de los dos amigos más cercanos de Taemin, el otro se llamaba Jong-in y no le agradaba en lo absoluto.

—Aún no— contestó Taemin.

—¿Temes que no lo acepte?

Minho cerró las manos en puños, fuertemente, clavándose las uñas romas en las palmas.

—No, no es eso.

—Ya te lo dije, todo estará bien; además, los cambios son buenos, es totalmente normal que quieras algo diferente en tu vida y para eso muchas veces tienes que dejar personas y cosas atrás, como el hombre maduro que es él debería saberlo y entenderlo— rebatió Won-sik, —si lo has decidido desde hace dos semanas, solo díselo a Minho de una buena vez, acaba con ello.

Oyó la respiración de Taemin, había lanzado un suspiro. ¿Taemin iba a dejarle? Minho no pudo seguir escuchando más, así que se marchó silenciosamente de allí.

Taemin soltó una larga y audible exhalación, luego se dejó caer en la silla plástica, pensativo; porque, así como Won-sik lo decía sonaba sencillo. Y en realidad lo era, solo que él tenía ciertas inseguridades y asuntos que aún no podía resolver de manera personal. En sus planes próximos estaba el pedirle a Minho matrimonio, pero también estaba el hecho de que a veces se dejaba llevar por quienes les rodeaban, en especial por los fisgones que señalaban su relación: el hijo menor de uno de los inversionistas de un corporativo que se dedicaba a la aeronáutica, y el hijo único de una madre soltera. Si bien Minho no era un heredero o de la realeza, tenía cierto y mayor status que un profesor de piano de un centro comunitario.

Cuando Won-sik le comentó sobre una vacante en la segunda academia de artes más reconocida del país, aquella que tenía su cede en la ciudad contigua a solo una hora de viaje, no dudó en decir que sí, que sí haría lo necesario por aplicar. Entonces, cuando Won-sik comenzó a hablarle sobre los requisitos y los detalles, Taemin pensó que no estaría cómodo si Minho se enterase si llegara a fracasar, por eso había decidido ocultarlo. Si lo lograba sería una gran sorpresa para ambos, pero si no lo lograba nadie saldría herido. Desde el inicio Won-sik le dijo que eso era una mala idea, ¿cómo pretendía pedirle matrimonio a alguien a quien le iba a ocultar cosas? Pero Taemin se mostró firme en su decisión y Won-sik ya no insistió. Hasta ahora.

—Pienso que estás cometiendo un error, y aunque lo comprenda, Minho tendrá toda la razón al enfadarse cuando se entere— agregó Won-sik tras unos segundos.

—¿Te estás poniendo de su parte?— Taemin trató de bromear, —pensé que eras mi amigo.

—Lo soy, y como tal, parte de mi trabajo es decirte cuando estas haciendo las cosas mal.

Taemin resopló y decidió cambiar el tema, —olvídalo ya, mejor ayúdame a escoger una melodía para la prueba— porque sí, ya le habían dado la fecha para su tercera y última prueba.

Cuando la melodía quedó seleccionada e incluso ensayada, cada uno tomó su propio camino, sin embargo, a Taemin se le hizo extraño que Minho no le hubiese llamado durante la tarde, así que decidió hacerlo él.

Tras el tercer intento en el cual fue mandado directo al buzón de voz, Taemin tomó una ruta diferente a la que llevaba a su casa. Esperaba que todo estuviera bien con Minho, pero no iba a quedarse con la duda, iría a su apartamento.

.

Mordiéndose la uña del pulgar derecho, Minho paseaba en su sala de estar.

Minho era consciente de que también él, últimamente había dedicado más atención al trabajo y no a su relación, el mes pasado había salido de viaje y Taemin le había preguntado si podía acompañarle, Minho había dicho que no porque seguramente se aburriría ya que solo iba a ir debido a reuniones de trabajo y no para vacacionar. Taemin había aceptado aquello sin protestar.

Y pensar que iba a pedirle que se mudase con él. Si desde unas semanas ya lo había decidido, como dijo Won-sik, ¿por qué Taemin aún no había terminado su relación? Bueno, conociendo la personalidad de su novio, probablemente estuviera algo avergonzado, o incluso sintiéndose culpable por cosas que en realidad no eran su culpa.

Su novio. Ya no podría seguir llamándole así, eso era seguro.

¿Y si era Minho el que lo hacía? Es decir, desde que su relación inició, Minho siempre le había procurado en la medida de lo posible y un poco más en algunos casos, ahora bien, si Taemin aun no buscaba la manera de terminarlo, él podría... podría evitarle ese problema.

Escuchó que alguien llamó a la puerta y observó por la mirilla, era Taemin.

Inhaló y exhaló, preparándose para la mejor actuación de su vida, y luego abrió la puerta.

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