Brother In Law (3/5)
Brother in law (3/5)
Capítulo Tres
Poco veneno no mata... ¿cierto?
—¿Dices que harán una cena para anunciar lo de la boda?— indagó Jonghyun, se había apresurado con sus tareas más urgentes y ahora él y Kibum se encontraban en un pequeño restaurant cercano a las oficinas del periódico.
—Sí, de seguro hoy en la tarde mi hermano llamará para avisarte—, se quedó pensativo unos segundos, justo acomodando las ideas que llegaban a su mente; —me comunicaré con Taemin—, sacó su móvil.
—¿Para qué?— indagó.
—Quiero saber qué será lo que el gran chef preparará— exclamó algo burlón.
—¿Cómo es que tienes el número de su trabajo?— indagó el columnista mientras un joven ponía los platillos que habían ordenado sobre la mesa; —además no creo que te conteste, ha de estar ocupado— agregó.
—Ellos mismos me dieron el número del consultorio de Minho y el del hotel donde es cocinero Taemin por si había alguna emergencia.
Jonghyun sólo suspiró y tomó los palillos dispuesto a probar su ramen y a escuchar atento las palabras del rubio con su interlocutor; al parecer Taemin se había ido temprano a casa pero no le dijeron porqué.
—No está— anunció, el otro sólo sorbió sus fideos; —le llamaré a su casa.
Volvió a marcar y esperó a que le contestara mientras tamborileaba los dedos sobre la mesa.
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Cuando sintió que le acarició las mejillas y lo vio aproximarse, inconscientemente separó ligeramente los labios y saboreó su aliento, aquél que siempre lo embriagaba y lo hacía perder la cordura; levantó los brazos para aferrarse al cuello del moreno con cuidado de no golpear su herida en su extremidad izquierda.
Las grandes manos de Minho se pasearon por la delgada espalda del otro y la acariciaron con vehemencia.
—Min... — susurró sobre sus labios húmedos por la saliva, pero el mayor no dejó que terminara de hablar ya que volvió a capturar su boca y esta vez lo empujó suavemente hacia atrás y lo recostó en el sofá.
Se acomodó y separó las piernas para que el alto se colocara entre ellas para una posición más placentera. Sus labios se apartaron unos centímetros en busca de oxígeno y Minho apoyó su frente en la de Taemin.
Ambos sonrieron y el mayor comenzó a darle besos cortos en el rostro y cuando llegó a su nariz, el pelirrojo soltó una risita; ante ello, Minho sólo pudo seguir atacando con besos rápidos, adoraba la risa de su novio.
Pero el sonido del teléfono, sobre la mesita de junto, los sacó de su burbuja.
El moreno intentó hacerlo desistir de su plan de atender la llamada, pero Taemin sin dejar de corresponder a los besos del otro se fue removiendo hasta llegar a su objetivo.
—¿Sí?— exclamó.
—Hola, soy Kibum.
—Es tu hermano— le avisó en un susurro y luego volvió a colocar bien, cerca de su oreja, el artefacto inalámbrico; —hola Kibum, ¿a qué debo tu llamada?— lo saludó y trató de sonar amable, pero tuvo que ahogar una risita cuando Minho le besó la mejilla muy cerca de su otra oreja.
—Es sobre la cena, quería saber si ya tienes planeado el menú.
Como Minho seguía jugando con la piel, ahora del cuello, de Taemin, este tuvo que separarse nuevamente por unos segundos del teléfono; —espera un momento, estoy hablando con Kibum— lo reprendió sin que se pudiera borrar la sonrisa de sus labios y el sonrojo de su rostro.
En ese mismo instante, en el restaurant, la situación no pasó desapercibida para el rubio quien tapó su móvil y en un susurro con el tono de voz escandalizado le dijo a Jonghyun, —el muy pervertido quiere tener sexo con mi hermano mientras atiende mi llamada, ¿puedes creerlo?—; y después volvió a prestar atención a su interlocutor.
—¿El menú?— indagó el pelirrojo.
—Sí, es que... no sé si sea mucho pedir pero... me gustaría cenar paella marinera—
—Oh... — se sentó en el sofá un poco más serio y cambio de oreja el teléfono inalámbrico, para ese entonces el moreno sólo se encontraba acariciando su rojizo cabello y acomodándoselo tras su oreja libre; —claro— respondió tras unos segundos, —por supuesto.
—Pero si es algo imposible para ti, entonces sería mejor que...
—No; no te preocupes; habrá paella marinera para cenar.
Lanzó un gritito de alegría, —Gracias Taemin, eres el mejor.
—De nada.
—¿Habrá qué?— frunció el ceño Minho cuando la llamada finalizó; —amor, eso es mortal para ti—; el moreno lo sabía, un sola gota de estofado de camarón, un sólo arroz que hubiera estado en contacto con algún marisco, causaba estragos en la piel y en la salud del menor.
—Pero Kibum en verdad quiere comer eso, y yo quiero que esté a gusto—, en realidad las palabras correctas eran "y yo quiero agradarle".
—Pues... la pediremos a domicilio de algún restaurant, será una comida aparte; tú no puedes cocinar paella marinera—; porque sí, Taemin se iba a ocupar de la cena, no era un gran volumen ya que sus amigos más cercanos eran pocos, pero él quería que todo estuviera exquisito.
—Le pediré ayuda a Jinki, que él la prepare en su casa, así no tendré contacto con ella—, le besó la mandíbula; —¿te parece?
Suspiró, —está bien—, besó su frente, —sólo ten mucho cuidado.
Sólo el cariño de Minho era lo que le ayudaba a Taemin a soportar las miradas e insinuaciones de odio del rubio; que incluso en algún momento pensó que podría pagarle con la misma moneda, pero luego llegó a la conclusión de que era mala idea, él no era así.
—No puedes pedirle eso—; exclamó Jonghyun tras haber escuchado la solicitud del rubio; —¿no sabes que es alérgico a los mariscos?
—Sí, lo sé; pero no lo estoy obligando, él dijo que eso habría para cenar—, sonrió satisfecho, —además es un pervertido y sin vergüenza—, recordó sus risas a través del teléfono, luego procedió a tomar sus cubiertos y dar el primer bocado a su comida que desde hacía unos minutos había sido servida.
...
Taemin se dedicó a preparar las salsas y guarniciones que llevarían sus platillos, estaba siendo extremadamente metódico, ya que la herida había cerrado pero eso no quería decir que no pudiera volver a sangrar, así que tras las muchas veces que Minho le pidió que tuviera cuidado, se envolvió la herida en una gasa y luego la mano completa en un guante especial.
Desde la tarde anterior había hablado con Jinki y como era su día libre, con mucho gusto aceptó encargarse de la paella marinera; llegaría un par de horas antes a su casa para ayudarle a servir los platillos; el pelirrojo era su mejor amigo, podría decirse que era su casi hermano, así que cuando supo sobre la extraña petición de su futuro cuñado, no dudó en colaborar.
Kibum había ido de compras, y la verdad no le importó y ni siquiera ofreció su ayuda aún sabiendo de la lesión de Taemin. Recorrió varias tiendas y una vez que encontró el conjunto perfecto para esa noche regresó en taxi a casa del menor.
—Ya llegué— anunció cuando puso el primer pie dentro de la residencia.
—¿Y cómo te la pasaste?— exclamó desde la cocina; —¿encontraste muchas tiendas de tu agrado?—, trató de ser amable, en verdad sí quería serlo, pero al parecer Kibum se empeñaba en hacerlo sentir mal.
—Pues, la verdad, no— arrojó las bolsas sobre el sofá y caminó hasta la cocina para asegurarse de que lo que estaba a punto de decir fuera realmente escuchado por su anfitrión; —en este pueblucho no hay nada atractivo, no sé que ve mi hermano de interesante en este lugar; debería llevármelo a vivir a la capital, allí las tiendas y todo está a su altura.
Cerró la mano con fuerza, apretujando la cuchara con la que removía uno de los guisos; trató de relajarse y luego giró sobre sus talones para encararlo con una sonrisa, una que le costó mucho.
—No sé por qué dices eso, Kibum, hay varias cosas divertidas en este lugar; cómo el museo, la biblioteca y la feria que se celebra en febrero; deberías ver el gran festival—, al decir gran, movió las manos exageradamente y con la cuchara que no había soltado salpicó el rostro de Kibum y su camisa color salmón.
—¡Omo!—, enseguida el rostro del menor cambió a uno de preocupación; —lo siento mucho—, se acercó, —¿tu ropa es muy cara?—, trató de sonar inocente.
Parpadeó perplejo pero luego apretó los dientes y masculló, —era cara... Iré a ducharme y a prepararme para la cena—, tras decir eso desapareció de allí.
—¡De verdad, lo siento mucho Kibum!— exclamó en voz alta; luego se llevó la mano lesionada muy cerca de su rostro y con el dorso se tapó la boca para ahogar su risa. Lo había hecho apropósito, no quería jugar sucio pero no pudo contenerse ante el comentario del rubio.
Jinki llegó a la hora acordada, pero no lo hizo solo, Joon llegó con él y muy amablemente decidió ayudar, no sabía nada sobre cocina, pero el poner la mesa no parecía nada difícil.
Minho se retiró de su consultorio antes de su horario habitual; esa noche, durante la cena con los amigos y familiares más cercanos de ambos anunciarían su compromiso, estaba emocionado y muy feliz.
Minutos después Jonghyun llegó, Kai y Luhan arribaron casi junto con él. Y casi a las siete de la noche también hizo su aparición Sulli, la recepcionista y asistente de Minho, junto con amigo de la infancia y novio Seunghyun; además de Suzy y Fei, un par de enfermeras que siempre apoyaban al moreno cuando había alguna emergencia.
Cuando todos los invitados estuvieron presentes, Kibum hizo su aparición; vestía un impecable, fino y llamativo traje de diseñador, por supuesto, al ser presentado ante los demás, los elogios no faltaron.
¿No que no había encontrado nada interesante en el pueblucho? Taemin exhaló tratando de mantener la calma.
—Hey— susurró Jinki a colocarse a su lado, —¿qué pretende tu cuñado al acaparar toda la atención de esa manera?, se supone que es tu noche.
Las palabras de su amigo sólo lograron hacer que se irritara, no con él; sino con Kibum.
Sólo diez personas; los amigos más cercanos de la pareja estaban presentes, Kibum, Jonghyun, Jinki, Joon, Kai, Luhan, Sulli, Seunghyun, Suzy y Fei. Todos se sentaron en una gran mesa para doce, que desde horas antes había sido instalada, junto con la tienda blanca, en el gran jardín trasero.
Cuando la noticia fue dada, todos los felicitaron y brindaron por ellos.
—Un mes pasa rápido, ya lo verán— exclamó Suzy, ya que incluso habían anunciado la fecha.
—¿Ya pensaron en la luna de miel?— intervino Fei.
—Les sugiero París; es muy romántico— dijo Sulli con una gran sonrisa.
Justo cuando Taemin abría la boca para responder a tan agradables comentarios de las chicas, Kibum tuvo que interrumpir, —querida, eso ya pasó de moda—, sorbió el vino de su copa de manera elegante y luego agregó, —lo de hoy son lugares exóticos, donde solamente gente con clase frecuenta.
—¿Y París no lo es?— indagó Sulli.
—No me lo tomes a mal nena, pero, cualquiera que haya recorrido los mejores lugares del mundo lo sabe—; y era verdad, al menos la parte de los viajes, ya que gracias a su trabajo, Kibum había viajado mucho y frecuentemente.
La chica frunció el ceño; pero antes de que todo se pudiera tornar incómodo, Taemin dijo que era hora de servir la comida.
Jinki, Luhan y Kai se ofrecieron a hacerlo y no dejaron que Taemin moviera ni un dedo, era su día y debía estar junto a su prometido.
Además de los platillos preparados por el pelirrojo, todos probaron la paella marinera, excepto Minho, Seunghyun y por supuesto Taemin. Todo estaba saliendo de maravilla hasta que Taemin decidió ponerse de pie para servir más pasta en el bol que estaba en el centro de la mesa.
—No te molestes— Kibum se puso de pie sonriente, —yo lo haré—, tomó el recipiente entre sus manos y se dirigió a la cocina.
Pero luego Jonghyun notó que también hacía falta más bebida, y guiado por las instrucciones de Minho, también se adentró a la cocina en busca de otra botella de vino.
—¿Qué crees que haces?— exclamó Jonghyun al ver que Kibum tapó apresuradamente el recipiente que contenía los mariscos.
—Sólo haré que vaya a la cama temprano— sonrió.
—¿Quieres matarlo?—, tomó al rubio del antebrazo y lo apartó de la barra donde estaba los recipientes con los alimentos; lejos de la puerta.
—Sólo es una pequeña alergia, ¿qué más puede suceder?—; su pequeña travesura consistió en tomar la cuchara de servicio y meterla en entre los camarones, revolverlos y luego regresarla donde estaba la pasta. Consideró que sólo un utensilio que estuvo en contacto con los mariscos no causaría mucho daño.
—Pues no sé— respondió el de menor estatura, —no sé lo que suceda, nunca he visto que tan severa es su reacción ante esos alimentos, pero no creo que sea bueno que le arruines la velada al chico.
—No pasará nada— sonrió, —sólo le causará algo de urticaria y tal vez su rostro se deforme más de lo que ya está, pero nada más— rió; porque eso sí, para Kibum, Taemin no era muy agraciado físicamente.
—¿Y si la alergia es más grave de lo que piensas?— cuestionó.
Eso lo hizo analizar las cosas por unos segundos, pero luego su actitud orgullosa regresó; —calma— rió algo nervioso.
—Kibum creo que estás exagerando las cosas, si tu hermano se entera de que tuviste algo que ver entonces...
—Chicos— una tercera persona apareció por el umbral de la puerta, era Seunghyun, —¿ocurre algo?—, ya se habían tardado un poco en la cocina; el recién llegado miró la barra y divisó el bol con la pasta, esa por la que Kibum había ido; Seunghyun se aproximó y la tomó, —me llevaré esto—, sonrió de manera amable y se retiró con el bol entre las manos junto con la cuchara que había sido expuesta a los mariscos.
Pasaron varios segundos antes de que ambos asimilaran lo que había ocurrido.
Jonghyun abrió los ojos desmesuradamente, —si Minho pregunta le diré la verdad— amenazó.
—Ya te dije que no te preocupes; diré que fui yo y me disculparé por lo que ocurra, Minho lo entenderá.
—¿Entender? ¿Entender qué? ¿Que su hermano es un psicópata?
—El que exagera las cosas eres tú— dijo serio, ahora ya estaba pensando mejor las cosas; pero entonces el sonido de un par de copas de vidrio al romperse llamaron su atención, al igual que el de las sillas al ser empujadas de manera descuidada; ambos se miraron confusos y salieron de inmediato al jardín para averiguar qué ocurría en la mesa.
Al llegar Seunghyun con la pasta, muy amablemente procedió a servirle a los presentes que así lo pidieron, entre ellos Taemin. Sólo bastó un bocado, y justo cuando iba a dar el segundo tuvo esa sensación característica, de inmediato dejó caer el cubierto llamando la atención de todos por el tintineo que produjo al chocar contra el plato y se aferró al antebrazo de su novio.
—¿Qué sucede?— indagó el moreno; pero en vez de emitir respuesta alguna, el pelirrojo tosió.
Minho, en un movimiento rápido que hizo que su copa cayera y rodara por la mesa hasta golpear otra, tomó su rostro entre sus manos alarmado.
La respiración del pelirrojo comenzó a acerarse al momento que la mirada del alto se llenaba de pánico; los presentes preocupados se pusieron de pie empujando las sillas hacia atrás, causando el característico sonido.
Pronto, en vez de toser, Taemin comenzó a tener arcadas, el aire empezó a faltarle e intentó tomar una bocanada de aire pero fue inútil; lo último que vio fueron las siluetas de Jonghyun y de Kibum llegar a la escena antes de que la oscuridad se lo tragara.
Minho sintió un vacio en el pecho al ver el cuerpo de Taemin perder fuerza y desvanecerse en sus brazos; casi al instante Jinki apareció a su lado, así que lo dejó a su cuidado y corrió, mejor dicho, voló hasta uno de los cajones del librero ubicado en la sala, allí tenía algunos antihistamínicos.
...
Poco a poco abrió los ojos y pasó la mano en la superficie en la cual yacía, estaba en su cama; lentamente se incorporó y justo en ese momento Minho entraba a la habitación.
—Amor— dijo el moreno al notar que el menor había despertado; —con cuidado—, exclamó y se apresuró a llegar a su lado para ayudarlo a sentarse.
Taemin se tocó el rostro buscando alguna señal de hinchazón; las sensaciones de hacía unos instantes ya las conocía, era su alergia, pero no estaba seguro de lo que había ocurrido a su alrededor.
—Calma, todo está bien—, el moreno se sentó a su lado y le besó la frente, ya que parecía desesperado buscando algo en su propia piel, —ya pasó, ya no tienes nada.
—¿Qué me sucedió? ¿Y... la cena? ¿Dónde están todos?
Suspiró, —ingeriste algo que estuvo en contacto con los mariscos, tu garganta de inflamó y por eso no podías respirar.
—¿Qué comí qué? Pero si Jinki fue muy cuidadoso.
Negó con la cabeza, —no fue Jinki; fue Key, fue un accidente.
La sorpresa hizo que abriera la boca y los ojos desmesuradamente; su cuñado prácticamente había intentado asesinarlo, pero Minho, como leyéndole la mente, aseguró; —mi hermano está muy apenado, me dijo que había olvidado lo de tu alergia y usó los mismos utensilios para los diferentes platillos— volvió a besar su frente, —en verdad, está muy apenado y arrepentido.
¡Y una mierda, eso era mentira! Taemin podía asegurar que eso era una vil mentira; —Pp- pero, ¿y los demás; Sulli, Fei, Suzy... Jinki?
—Tae— acomodó uno de sus mechones rojizos tras su oreja y le explicó con voz serena, —amor, después de que te desmayaste todos estaban preocupados, pero estuviste dormido por varias horas; justo se acaban de ir, Jinki insistió en quedarse pero como vi que estabas fuera de peligro le pedí que regresara a su casa.
—¿Y Kibum?
—Él ya se fue a dormir desde hace mucho; estaba algo cansado y después de explicarme lo sucedido se fue a su habitación, se veía muy angustiado por ti.
¡Patrañas, eso eran puras patrañas! El irse a dormir así como así era una clara señal de que no le importaban las consecuencias de sus actos.
—No sabes el susto que me lleve cuando te vi en ese estado— le besó suavemente sus labios tras su confesión.
—Min, todos los días tratas con pacientes que...
—Pero no es lo mismo; tuve mucho miedo— lo abrazó haciendo que pegara su mejilla en su pecho; así pudo escuchar los latidos de su corazón acelerado, asustado.
—Yo también tuve miedo— musitó y se aferró a la camisa de su novio, cerrando los ojos y aspirando su aroma, tan varonil.
El moreno jaló las mantas para que ambos pudieran meterse debajo de ellas y recostarse; se acurrucaron muy juntos, compartiendo su calor.
—Te amo Taemin—, besó su frente y luego su nariz.
—Te amo Minho— contestó y beso sus labios.
Al día siguiente, después de escuchar el relato de su amigo, Jinki negó con la cabeza.
—No creo que haya intentado borrarte del mapa... ¿o sí?
—No lo sé— suspiró, —ya no sé qué pensar; hoy en la mañana todo parecía igual; me miraba igual, hacía los mismo tipos de comentarios; pero ante Minho él es alguien noble.
—Es una arpía, eso es. Pero no te preocupes, Minho te quiere mucho y no dudo que si sucede algo más grande te dará la razón; además, luego de la boda Kibum se irá. Todo estará bien.
—Gracias por apoyarme— le sonrió y ató su mandil; era hora de ingresar a la cocina, su jornada estaba a punto de iniciar; —lo único que me tiene con el pendiente es que pasado mañana Minho saldrá de viaje por casi una semana, tiene una serie de conferencias en la capital y pues... Kibum y yo nos quedaremos solos en casa.
—Oh Dios; ¿quieres que me mude contigo? Si intenta algo debe haber testigos.
—No, no creo que sea necesario.
—¿Pero y si intenta envenenarte de nuevo?
Rió ante el gesto exagerado que hizo el mayor, —tendré mucho cuidado; además estaré la mayor parte del día aquí en el hotel; así que no lo veré más que en las noches.
Jinki no pareció muy convencido, iba a argumentar algo más pero las voces de sus ayudantes se escucharon.
—¡Taemin!— Luhan se dirigió al pelirrojo, —¿ya estás mejor?
—Sí, mucho mejor, gracias.
—No deberías venir a trabajar cuando tu herida de la mano acaba de cerrar y apenas ayer sufriste una intoxicación— dijo Kai.
—De verdad, no se preocupen— insistió sonriente.
.
—¿Y te creyó?— los ojos de Jonghyun amenazaron con salirse de sus cuencas.
—Claro— respondió sumamente confiado; ambos estaban en una fuente de sodas.
—¿Pero cómo? ¿sólo así?
—Le dije a Minho que fue un accidente, que olvidé que el cocinerucho era alérgico a los mariscos; y que por supuesto yo estaba muy apenado por ello.
—No solo apenado, avergonzado y arrepentido deberías estar— trató de reprenderlo, —está bien que los quieras separar, pero no así; la vida del chico estuvo en juego, ¿no lo entiendes?
Rodó los ojos, —ya ya... la próxima vez usaré otros métodos, ¿satisfecho?
—Pues la verdad no— musitó y sorbió de su pajilla; no estaba de acuerdo pero nada podía hacer, Kibum era muy persistente y cuando algo se le metía en la cabeza difícilmente podía hacerlo cambiar de parecer. Pero lo cierto era que Kibum sí estuvo algo asustado, no creyó que la reacción del menor ante aquél alimento fuera grave; pero su orgullo le impidió disculparse de verdad, además de que su plan de acabar con la relación lo cegaba.
...
Y así fue; Minho tuvo que salir de viaje hacia la capital por motivo de varias conferencias dejando a sus dos seres queridos juntos, sin sospechar que el ambiente entre ellos era bastante tenso.
—¿Pensarás en mí?— indagó Taemin sin querer soltar su mano. El moreno estaba por encaminarse a la puerta que le correspondía para subir al avión.
—Todos los días— respondió y besó rápidamente sus labios. Kibum estaba a sólo unos pasos de distancia y al presenciar aquello rodó los ojos en señal de fastidio, le parecía cursi y tonto todo lo que su hermano decía, en lo que se había convertido; y de eso le echaba la culpa a Taemin.
—¿Lo prometes?— hizo un mohín con los labios a tan solo unos milímetros de distancia del rostro de su novio.
—Lo prometo— sonrió y acarició su nariz con la propia.
—Minho, se te hará tarde— intervino el rubio, y no porque quisiera que el moreno se fuera, sino quería que se separaran de inmediato.
—Sí, ya voy— contestó, y luego soltó a Taemin para acercarse a su hermano y abrazarlo fuertemente; —cuídense los dos.
—No te preocupes por eso— contestó sonriente Kibum.
Taemin alzó una ceja, no porque estuviera celoso de aquél abrazo, no; sino porque no sabía cómo interpretar las palabras de su futuro cuñado.
Una vez que el moreno desapareció tras la puerta del andén; ambos regresaron sobre sus pasos hacia el estacionamiento; Minho le había dejado su lujoso vehículo a Taemin.
Durante el trayecto el pelirrojo sólo se concentró en la carretera y Kibum en observar por su ventana.
—Debes conducir con mayor precaución, este auto es muy preciado para Minho; me atrevería a decir que es lo que más quiere—, dijo con plena intención de molestarlo.
—Sí, lo tendré en cuenta; gracias por el consejo.
Esa respuesta no le agradó al mayor, ya que no había molestia en ella, así que agregó, —tanto ama este vehículo que me sorprende que te haya permitido usarlo esta semana.
Porque confía en mí, por eso; pensó, pero no quiso discutir con él, sólo esbozó una tenue sonrisa y apretó en volante entre sus dedos.
Al ver que sus provocaciones no daban resultados decidió quedarse callado lo que restó del camino; definitivamente la semana sin su hermano, solamente soportando la presencia de Taemin, sería molesto, así que, apenas llegaron a la entrada de la casa, Kibum tomó otro rumbo.
—¿A dónde vas?— exclamó Taemin al ver que el rubio no se dirigía a la pequeña puerta de madera.
—Quiero tomar unos tragos, ¿acaso debo informarte de todo lo que haga?
—No; claro que no, solo... bueno, ¿te espero despierto?—, sabía que Kibum tenía llave de la puerta principal, pero aún así quiso ser amable; sin embargo sus intenciones se fueron a la basura. El rubio rió estrepitosamente antes de contestar, —no cariño, no estamos en la secundaria; llegaré a la hora que crea conveniente; chao—, después de decir aquello se alejó caminando por la acera, los rayos del sol aún tenían el cielo de color rojo, eran alrededor de las cinco de la tarde.
No mintió, su objetivo era buscar un lugar tranquilo y beber un par de tragos, luego tal vez llamaría a Jonghyun para que lo acompañase, pero su verdadero fin era replantear su estrategia.
Por su lado, Taemin solo suspiró pesadamente antes de adentrarse a su casa; lo bueno era que por fin Kibum lo dejaba en paz por una horas, lo malo es que Minho no estaba. Habían algunas cosas de limpieza que debía hacer, así que puso manos a la obra y terminó pronto, luego tomó un tibio y relajador baño para después echarse al sofá a ver televisión, no supo en qué momento se quedó dormido.
Antihistamínico, es un fármaco que sirve para reducir o eliminar los efectos de las alergias, al actuar bloqueando la acción de la histamina en las reacciones alérgicas, a través del bloqueo de sus receptores. (Fuente: Wikipedia)
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