AM.or. (3/5)
AM.or. (3/5)
TRES
Minho se revolvió entre sus sábanas, tocaban a su puerta demasiado temprano, estaba en su semana de descanso y alguien osaba despertarlo; se frotó los ojos con el dorso de su mano y se incorporó.
—Buenos días— saludó el alto al momento que una sonrisa se dibujaba en su rostro, era Taemin.
—Buenos días, disculpa que te moleste, pero... verás... no tengo otra manera de contactarte, y pues... yo...
—No te preocupes— interrumpió Minho; —¿deseas pasar?— abrió un poco más la puerta dejando ver su torso desnudo, puesto que sólo dormía con los pantalones de la pijama; el locutor desvió la mirada, se sintió algo incómodo, el bombero lo notó e insistió; —vamos, pasa, ya conoces el departamento— agregó con toda intención; al rubio no le quedó más remedio que hacer lo indicado.
—Voy a tomar una ducha, espera aquí ¿sí?, no tardo— indicó el bombero al momento que encendía el televisor para hacer la estancia del otro más cómoda.
Taemin se quedó en la pequeña sala, tomó asiento en el sofá y miró por unos momentos el aparato, pero luego se dedicó a ver las fotografías que había en la pared y sobre un pequeño librero; eran paisajes y carreteras, al parecer a Minho le gustaba viajar; de repente vio una fotografía donde el alto posaba con un sujeto en un lugar que podría apostar era un invernadero. El locutor se acercó a esa fotografía para observarla de cerca, estaba seguro de que había visto a esa persona en algún otro lugar.
—Es Baek Minhyun— exclamó Minho al momento que se encaminaba hacia el librero donde estaba Taemin.
—¿Lo conoces?— preguntó incrédulo el locutor.
—¡Claro! Es mi primo— afirmó el alto al instante que aprisionaba al rubio contra el mueble, Minho tenía el cabello húmedo y la camisa abierta, no se veía nada mal.
El corazón de Taemin latió aún más fuerte cuando el bombero alargó su brazo hacia él, el locutor desvió la mirada para evitar que el otro notara su sonrojo; al estar lejos de la vista de Taemin, Minho sonrió satisfecho, lo había hecho a propósito.
—Esta fotografía nos la tomamos hace un par de meses— indicó el alto al momento que la tomaba del librero, para eso había estirado el brazo; —¿de dónde lo conoces?
—Bb-bueno... posee uno de los más grandes jardines e invernaderos, cultiva las flores más extrañas que hay, ¿cómo no saber de él?— respondió Taemin.
Baek Minhyun, tal y como había dicho, era conocido entre la gente que se dedicaba al cultivo y venta de flores, por poseer grandes hectáreas de jardines, plantas y flores exóticas, además de que patrocinaba concursos en los cuáles Jinki, como florista, había participado.
—Iré a visitarlo hoy— exclamó el bombero mientras observaba la fotografía que tenía en sus manos, luego miró a Taemin, —¿te gustaría acompañarme?
—¿Yo?... No lo creo... vine porque debemos hablar sobre...
—¿Cuál es la prisa? Dijiste que aunque llene los papeles, el divorcio iniciará hasta después de treinta días, ¿no?— interrumpió.
—Sí, pero...
—¿O tienes planeado hacer algo? Si es así, no hay ningún problema— el alto comenzó a cerrar los botones de su camisa.
La propiedad más cercana de Minhyun estaba a unos kilómetros hacia las afueras de la ciudad, eso llevaría tiempo; Taemin analizó las cosas, ése día era el único que no transmitía su programa de radio, por lo que tenía la tarde libre; conocer en persona a Baek Minhyun no estaba mal, parecía ser una muy loca idea, aún así lo pensó.
—¿Y bien?— preguntó Minho al ver que el otro había quedado en completo silencio por varios segundos.
—Sí, te acompaño.
Durante todo el camino habían estado en silencio, el rubio evitaba la mirada del otro, aún le apenaba un poco lo que sea que hubiera ocurrido hace un par de días; minutos después, Minho y Taemin descendieron del tren en la última estación, el invernadero no estaba lejos, podían ir a pie.
—¿Y tú te dedicas al cultivo de flores?— preguntó el alto
—No exactamente, pero conozco a gente que sí.
—¿Tu novio?— preguntó con toda la calma de mundo.
—¿Cc-cómo lo sabes?
—Lo supuse— esa era una gran mentira, Jonghyun le había conseguido dicha información, —Y, exactamente ¿qué es lo que hace?
—Tiene una pequeña tienda en la zona este de la ciudad.
—Y por eso es que conoces a Minhyun, ¿cierto?
—Así es; de hecho, hace unos meses el concurso fue en este lugar— explicó el rubio, habían llegado a la gran propiedad.
El pasto era de un verde vivo, tan extenso que parecía nunca terminar; a lo lejos se veían árboles frutales, unas cabañas y por supuesto, el invernadero.
—Adelante— exclamó de manera efusiva el anfitrión, cuya complexión y rasgos eran similares a los del bombero; —Choi Minho, ¿por qué no me avisaste que vendrías?— reclamó con tono de falso enojo.
—Era una sorpresa— sonrió el alto, luego se dirigió hacia su acompañante; —te presento a Lee Taemin, un amigo.
—¿Lee Taemin?— Minhyun miró de cerca el rostro del rubio; —¿nos hemos visto antes?
—Nn-no lo creo— el locutor se sintió un poco nervioso al tener al anfitrión de cerca, no podía negar lo mucho que se parecía a Minho.
—Tal vez si lo hayas visto—, intervino el bombero, —él asistió al concurso que se realizó en primavera—; Taemin miró al alto en forma de reclamo por haber dado dicha información, Minho simplemente le sonrió ignorando aquel gesto.
—¿En serio?—, Minhyun se mostró interesado, —¿participaste?
—No, en realidad vine como invitado; Lee Jinki fue quien participó— explicó, puesto que para ir como invitado tenía que ser por parte de algún concursante o patrocinador, ya que eran eventos exclusivos.
—Lee Jinki, ¿El que ganó el segundo lugar?
—Ese mismo.
—Ahora lo recuerdo; tenía potencial—, el anfitrión se llevó la diestra a la barbilla, —pero su arreglo era demasiado... perfecto.
Taemin parpadeó varias veces, le sorprendió el hecho de que el adjetivo "perfecto" hubiera sido mencionado como si de un defecto se tratase, Minhyun continuó, —no estuvo mal, pero en aquella ocasión la improvisación y el estilo de Kim Heechul llamó mucho más la atención—; Kim Heechul era un floricultor al igual que Jinki, pero su estilo era totalmente opuesto, mientras Jinki buscaba ser excelente e impecable en todos y cada uno de sus trabajos, Heechul optaba por lo abstracto, o al menos era como él mismo se calificaba.
La amena plática fue interrumpida por una llamada que el anfitrión debía atender; —no lo olviden, están en su casa; si necesitan algo, no duden en pedirlo, ¿de acuerdo?—, aclaró Minhyun antes de retirarse a su estudio, puesto que estaba en medio de los preparativos del evento de otoño.
Ambos salieron de aquella casa y se dirigieron al jardín.
—He estado miles de veces en este lugar, lo conozco como la palma de mi mano, no nos perderemos, confía en mí— exclamó el alto al ver lo nervioso que estaba el rubio al alejarse de la construcción; tras pensarlo unos segundos, Taemin comenzó a seguirlo.
Llegaron a un gran árbol, sus ramas de extendían a lo ancho, tanto que algunas casi las podían tocar de tan arqueadas que estaban por su mismo peso.
El bombero al llegar se echó bajo su sombra, se llevó ambas manos bajo la nuca y cerró los ojos; el otro simplemente se quedó de pie.
—Olvida por un momento lo que te preocupa y relájate— exclamó el alto luego de unos segundos.
—No estoy preocupado— contestó Taemin.
—Entonces, ven aquí—, el bombero se incorporó y palmeó el césped junto a él; —no te voy a hacer nada—, rió al recordar lo que se suponía había sucedido el primer día que se conocieron.
Un poco indeciso, Taemin hizo lo mandado; —aprovecha que estamos lejos de la ciudad, no hay vehículos ni algún otro ruido... ¿Sabes? desde hace tiempo suelo venir a este lugar.
—¿Y qué haces exactamente?— se atrevió a preguntar mientras se sentaba.
—Nada— contestó Minho de manera natural, —esa es la idea, pensar en nada, hacer nada, y regresar como nuevo a la vida diaria.
El rubio se quedó pensativo unos segundos; la idea parecía bastante sencilla y lógica, pero nunca la había puesto en práctica; —¿eso quiere decir que desde hace tiempo esta propied-
—Sshh...— con su dedo índice, y con su rostro muy cerca, Minho detuvo las palabras del locutor; —¿escuchaste eso?—, lo único que el rubio escuchaba era su corazón golpeando tan fuerte que parecía que se saldría de su caja torácica; —no debe estar lejos—, de inmediato, el bombero se puso de pie, dejando Taemin algo sonrojado y confundido.
Rodeó el grueso tronco y allí estaba, un polluelo que había caído de su nido, sacó un pañuelo de su bolsillo y con sumo cuidado lo devolvió a su nido que se encontraba algunos metros arriba.
Al bajar del gran árbol, Minho sacudió sus manoscomo si se hubiera tratado de un arduo trabajo, volteó a su derecha al sentiruna mirada, era Taemin, quien desde hacía varios minutos lo observaba con unagran sonrisa. Tal vez el haber ido no fue una idea tan loca.
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