"El campamento":


—¡Y la pasaremos genial! —grita Cloe a mi lado mientras yo reviro los ojos, poniéndolos en blanco. Siempre es tan emocional, tan sonriente y esperanzada

—Permíteme dudarlo —digo con agobio haciendo que ella curve sus labios hacia abajo mientras se aleja de mí rompiendo el abrazo que había estado dándome un segundo atrás

—¿Porque siempre eres tan aburrida? —me dice viéndome con tristeza y yo le regalo un de esas sonrisas que le das a un niño ingenuo, mientras palmeo suavemente su cabellera

Cómo si fuese un cachorrito

Debo dejar de comparar a las persona con animales

—También me pregunto cómo es que puedes estar todo el tiempo con esa sonrisa en los labios, ¿no te duele? —le pregunto y ella suelta un bufido acompañado de una pequeña risilla

No mentía. Cloe era mi mejor amiga desde los ocho años, vivimos una junto a la otra y de allí surgió nuestra amistad. Al comienzo, cuando ella junto a su familia se mudaron al vecindario, siquiera le dirigía la palabra, se me hacía muy falsa y frívola, siempre llevaba una sonrisa en los labios, se comportaba bien con todos, y siempre estaba dispuesta a brindar su ayuda a quien lo necesitara. Algo que se me hacía muy falso, y por lo mismo comencé a seguirla y espiarla tratando de encontrar su verdadera identidad. Se me hacía irreal el que una persona pudiese estar siempre riendo, alegre, y tan amistosa. Las personas se molestaban, se alteraban, se agobiaban

Yo por ejemplo, pasaba la mayor parte del día molesta y refunfuñando

Y fue justo así como nació nuestra amistad, pues mientras yo trataba de encontrar el momento en que Cloe se molestara y gritara, o al menos se jalara de los cabellos alterada. Ella me espiaba de igual forma para verme sonreír, o feliz

Una tarea bastante difícil viniendo de mi, que siempre tenía una causa para estar molesta, hastiada

Y hoy, no era la excepción. Metí mi maleta con desgana en el maletero del autobús amarillo de la misma forma que hacían mis compañeros de clases, y Cloe colocó sus pertenencias junto a las mías. Ella, pese a mi famoso humor de perro, seguía igual de sonriente y feliz.

Llevábamos ocho años de amistad y nuestra notable diferencia nunca había creado problemas entre nosotras. Ella era como el sol, brillante y calentito; y yo, la noche oscura y fría. Mi estado de humor negro e insoportable nunca le molestaba, era como si estuviera adaptada a ello, y cuando intentaba molestara y quitarle la sonrisa de los labios diciéndole cosas hirientes, ella sonreía aun más, mostrando que mi comportamiento le era indiferente

Por lo que siempre me tocaba desistir

—Vamos anda, no seas tan peleona —me dice con emoción y entrelaza su mano con la mía para guiarme hasta el autobús y poder tomar asientos

Camina dando saltitos por lo que su melena rubia, que le llega a los hombros, se mese en el aire de un lado a otro. Y sonrió porque ella es especial, porque es la única que se ha quedado a mi lado, que me demuestra cariño, y me brinda su amistad incondicional

Ella es mi amiga

Se tira en uno de los asientos casi al final del autobús, y luego tira de mi mano haciéndome caer a su lado

El resto de nuestros compañeros no tarda en subirse al autobús y tomar asientos. Justo entonces el profesor se pone de pie frente a nosotros, y nos da el discurso de portarnos bien y no sé qué mierdas de mancharnos el expediente

Yo no le hago ni puñetero caso, siempre salen con las mimas mierdas y charlitas amenazantes para hacernos portar bien. Por lo mismo me coloco los audífonos, sin prestarle más atención, y me sobresalto al escuchar la respuesta a coro de mis compañeros a algo que el profesor preguntó; y vuelvo a sonreír cuando giró mi rostro y encuentro a Cloe sonriendo y alzando sus manos al aire emocionada

Ella no me ve reír porque está demasiado ensimismada en sus emociones como para prestarme atención.

¿Cómo es que asistir a un estúpido campamento puedo emocionarle tanto?

No hallo la respuesta para ello, y no se lo pregunto porque ha sido demasiado de mi mal humor. y son apenas las nueve de la mañana

Llegamos al campamento cuatro horas más tarde. Y mientras todos vocean emocionados, yo me quejo del suplicio que tengo en mi culo al llevar tanto tiempo sentada, y en cómo duele la marca del asiento en mi cara

Esto es una mierda

—Buenas tardes, dormilona —me saludo Cloe burlona y sonrío sin poder cortarme 

Ella llega a ser contagiosa

Bajamos nuestras maletas del autobús, y para mi suerte, las habitaciones del campamento son de dos personas, cosa que me alivia porque no soportaría compartir habitación con chicas huecas de cerebro, que solo prestan atención a sus uñas

A Cloe le daría igual compartir habitación con cualquiera, ella podría incluso hacerlo con todas nuestras compañeras juntas y no tendría problemas. Ella es sociable y amigable

Cosas que odio, yo soy asocial. Aún me pregunto cómo podemos ser amigas de tantos años

Pero gracias a dios Cloe y yo compartimos habitación. Al menos en algo me escuchó, ya que mis padres no se tragaron el cuento de que me sentía muy mal, fatal

La vista se me va a todos lados mientras seguimos al profesor que nos reparte por las habitaciones. Hay un lago hermoso en el que sin dudas muero por nadar, amo al agua con mi vida

Llegadas a nuestra habitación, dejamos las maletas a un lado de la cama, que para nuestra sorpresa sólo hay una, y es matrimonial

Cloe comienza a sacar las cosas de su maleta y cuelga su ropa en los percheros vacíos qué hay en el closet, yo la observo divertida al ser consciente de la que cantidad de ropa que trajo para dos días que vamos a pasar en el maldito campamento

Al menos hay un lago

—¿Te ayudo con la ropa Su? —ella inquiere aún de espaldas a mi y termino de colocarme la trusa enteriza de color azul cielo con diseños en blanco, el cual hace un lindo contraste con mi piel blanca, y mi cabello caoba que me ato en una cola de caballo en el centro de mi cabeza

Así está mejor  

—No hace falta, iré a nadar —le aviso mientras me coloco mis chancletas y ella se gira de inmediato para verme

Sus ojos se abren de la sorpresa al encontrarme vistiendo mi traje de baño, y me recorre de los pies hasta la cabeza con una lentitud desalmente

Nunca antes me había estudiado de esa forma

—¿Saldrás así? —inquiere viéndome al fin a los ojos, y yo sonrío

—¿Tú que crees? —le suelto, porque ella sabe perfectamente la respuesta, y entonces sonríe a boca cerrada mientras niega con sutileza, como si yo no tuviera remedio. Que no lo tengo —Esta lleno de chicos aquí —me recuerda y yo me encojo de hombros

—Sabes que no me importa —digo sincera y ella vuelve a asentir

—Está bien, yo iré en cuanto termine con mi ropa —me dice y vuelve a girar sobre su eje para continuar con los percheros

—Allí nos vemos —es lo último que digo antes de salir

Camino por el campamento como pancho por su casa mientras siento las miradas de todos sobre mi, y de vez en cuando, me llevo un que otro chiflido

No les hago caso, sé de sobra que los hombres piensan con el pene. Son animales racionales

O al menos así los veo yo

Me sorprendo al encontrar a personas ya en el lago jugando o simplemente lanzándose agua.

Así que se me han adelantado

Sonrió divertida comprobando que después de todo, no soy la única loca que se pasea en traje de baño por el campamento

Me meto despacio en el lago midiendo la profundidad y si las piedras son filosas o no

Que no lo son

Y camino dentro del agua hasta que logro que me cubra sobre el busto, a esa altura me gusta.

Me mantengo alejada de todos, no me gusta relacionarme, y cuando algunos de mis compañeros me llaman para jugar con ellos declino siendo lo más afable posible

Me gusta la tranquilidad, la soledad, el silencio

Por ese motivo permití que Cloe se quedara, porque a pesar de su hiperactividad, ella no era como el resto de superficial y llorona

Cloe, era simplemente Cloe. Y estábamos adaptadas la una a la otra

Me quede quieta en el lago luego de un rato de nadar de un extremo a otro, escuchando mis pensamiento, disfrutando de la naturaleza y la tranquilidad que me brindaba aquel lugar

Era relajante

—¿Porque tan solitaria Susana? — su voz tan pegada a mi oreja, y su aliento caliente golpeando mi piel, además de su cercanía, me pusieron la piel de gallina.

Pegué un brinco dentro del agua, y ahogue un grito que por lo visto lo hizo soltar una carcajada

Me giré justo en ese momento, para lanzarle una mirada de molestia que le importo tres comimos, y sin mi consentimiento me tomó de los hombros y plantó un sonoro beso en mi mejilla haciendo que el resto de nuestros compañeros que estaban a unos metros de nosotros vocearan adulándonos

Que asquerosos

Kevin sonrió de lado a lado al escuchar todo aquello, a pesar de estar dándole la espalda a nuestros compañeros

—Siempre tan caliente Susana —me dijo, acercándose a mis labios, y me dieron unas inmensas ganas de vomitar, junto a otras aún más fuertes de pegarle un bofetón

Lo mire llena de molestia, y el pareció no notarlo, o es que le daba igual. Frente a mí tenía a Kevin, uno de los chicos más populares del instituto. Me veía con una sonrisa amplia, y sus rizos caoba colgaban en su frente mientras gotas de agua caían de él terminando en sus hombros

Se veía tierno

Kevin tenía unos ojos negros brillantes, su piel era acaramelada, tenía músculos, y era muy espabilado

Demasiado

Por lo que desde muy temprana edad había logrado llamar la atención de todas las chicas de nuestro salón, y del instituto

Excepto la mía

Estuve por darle una de mis respuestas más agrias y humillantes, cuando sus ojos dejaron de estar fijos en mi, para centrarse en algo justo detrás

—Jo-der —fue lo que dijo haciéndome girar sobre mi propio eje

Y allí la vi

Era Cloe

Traía un biquini rosado que no cubría prácticamente nada, y estaba parada a la orilla del lago, con sus brazos cruzados sobre su pecho, y una cara de molestia mientras miraba en nuestra dirección

O bueno, me miraba a mi

Y en serio estaba.. ¿molesta?

Aquello me preocupo, porque Cloe nunca se molestaba, jamás, así que deje de prestarle atención al imbécil de Kevin y salí disparada hasta quedar frente a ella

Entendía porque la sorpresa de todos, porque la miraban tanto.

Cloe tenía un rostro angelical, era rubia, su rostro era redondo, y era una cabeza y media más baja que yo, o quizás dos. Al igual que yo, todos sabíamos que era una chica alegre y divertida, algo que no marcaba muchos puntos a la hora de conquistar, las personas solo la trataban de amigos, ella era demasiado aniñada y carismática, y supongo que nadie quería lastimarla o acabar con esa bonita sonrisa, después de todo, ellos solo buscaban pasar el rato

Además, Cloe siempre usaba ropas holgadas, anchas, nada que se cerniera a su figura. Pero ahora, ella..

Incluso yo tuve la necesidad de mirarla de pies a cabeza sin poder creerme lo que tenía delante, ella.. ¿de dónde había sacado ese cuerpazo? 

Yo era su amiga, se supone que debía saberlo, pero no lo hacía. Hasta ahora no sabía del cuerpo voluminoso que ella poseía, hasta ahora no la había visto como si fuese..

Ella..

Ella ya no se veía tan niña, ni tan ingenua. Ni siquiera parecía Cloe 

Aquel traje de baño se le ajustaba en las partes necesarias, tenía unos pechos bien desarrollados, firmes, un poco más pequeños que los míos, pero eran bonitos. Ella.. ella tenía caderas, piernas, pantorrillas, todo bien definido

Tenía un cuerpo hermoso

¿Cómo no lo había visto?

—¿Qué ha pasado? ¿Alguien se ha metido contigo? ¿Qué te han hecho? —le pregunté apresurada saliendo de mi desconcierto, y ella frunció los labios luciendo adorable

Pero seguía molesta

No se había recogido su cabello de corte cuadrado, por lo que seguía colgando sobre sus hombros, y sus ojos se veían más verdes debido a la luz del sol. El traje de baño rosado, contrastaba de manera sexy con su piel blanca y su rubio cabello

Era un monumento

—No me han hecho nada —me dijo igual de disgustada y pasó por mi lado chocándome con su hombro en el transcurso 

Me quede perpleja

¿qué le sucedía?

Giré sobre mi eje para verla caminar con firmeza lago adentro, y allí fui consciente de cuan disgustada esta Cloe, estaba muy molesta, y pese a no saber la causa, me preocupé muchísimo porque ella no sabía nadar

Iba rumbo a donde minutos antes me encontraba yo, allí donde el agua prácticamente me llegaba al cuello, sin sacar cuentas de que ella no sabía nadar, ni daría pies. Estaba tan segada por la braveza que ni siquiera lo recordaba, y fue cuestión de minutos, para que todo aconteciera frente a mis ojos

Ella iba caminando con decisión lago adentro, se veía que caminaba furiosa, lo podía notar en cómo se movían sus brazos dentro del agua. Nuestros compañeros de clases aguardaban por su llegada con una sonrisa de estúpidos en los labios, y entones, resbaló, y se hundió.

Nadé precipitada para llegar y sacarla del agua lo más pronto posible, puesto que además de mí nadie sabía que ella no sabía nadar, y podía ahogarse

¡Carajos!

La vi alzar un brazo e hizo el intento de sacar su cabeza del lago, pero fue en vano y volvió a hundirse.

Mis pulmones ardían por la velocidad que llevaba, mientras no hacía más que lamentarme por haberme quedado tanto tiempo en la orilla mientras la dejaba avanzar

Pero ¡joder! Estaba impresionada

Llegue a ella, envolví mis manos alrededor de su cintura y la alce sacando la mitad de su cuerpo del agua a la vez que la lanzaba hacia la parte baja del lago

No había hecho algo así en mi vida

Llevaba la mitad de su peso en mis manos mientras el agua me hundía tapándome por completo.

La tarea se me hacía cada vez más difícil, mis pulmones dolían al igual que mi nariz, puesto que estaba tan nerviosa que no me importaba siquiera tragar agua si se trataba de ella

No sé si fueron segundos, o largos minutos, pero finalmente llegó el momento en que ella pudo dar pie, y yo pude sacar mi cabeza del agua

Mis pulmones ardieron aun más cuando salí a la superficie, y tomé una inmensa bocanada de aire. Realmente llegue a creer que moriría ahogada, o que moriríamos

Siquiera pude regular mi respiración cuando Cloe se enganchó en mi cuello, rodeándolo con sus brazos y me apretó con fuerza

—Gracias —me dijo echando su cabeza hacia atrás, mostrándome sus bellos faros verdes, y yo no pude hacer más que preguntarme el porqué mi corazón latía tan aprisa

¿Sería por el susto que pasamos?

Correspondí su abrazo aún nerviosa, todo mi cuerpo temblaba, había pasado un tremendo susto

Cloe se volvió a inclinar hacia atrás, alejando únicamente su cabeza —Susana —me dijo en un susurro que provocó que una corriente eléctrica me recorriera todo el cuerpo

¿Qué diablos había sido eso?

Ella estaba erizada, traía la piel de gallina, y su pelo rubio ahora se veía más oscuro, mientras se pegaba a los laterales de su bello rostro

Alcance a ver un lunar muy cerca de sus pechos, junto a una pequeña verruga que tenía bajo su oreja

¿Cómo es que me había perdido de tantos detalles en ocho años que llevábamos de amistad?

Mis ojos se quedaron fijos en los suyos, y así quedamos por un momento, como si de aquella forma pidiéramos expresarnos

—Yo..

—¡Susana! ¡Dios! ¡Que susto me has dado! —fue Kevin quien apareció una vez más interrumpiendo lo que sea que Cloe iba a soltar. Y sin tener el más mínimo tacto la apartó de mi lado con despreocupación haciéndola trastabillar hacia atrás, para abrazarme —Me has dado un tremendo susto —me dijo estrujando mi cuerpo entre sus brazos

Quería golpearlo

No éramos amigos de nada, ¿porque se había asustado tanto?

Tras de él, Cloe lo observaba con rostro de pocos amigos.

¡Y no era para menos!

Si había alguien que había estado en peligro era ella

—Yo.. Susana.. pensaba ir despacio —soltó dejándome más confundida. Él se alborotó las hebras de su cabello caoba igual al mío en un gesto de nerviosismo, y yo le miré con ojos achinados —Tú.. tú me gustas mucho, muchísimo —tomo mis manos de forma necesitada, como si fuese imprescindible para poder respirar, y me miró con fijeza a los ojos

—¡Genial! —soltó Cloe a su espalda enfurecida, y dio media vuelta para salir apresurada de allí

Y así fue como Kevin se me confesó aquella tarde en el lago del campamento. Algo que no tuvo la más mínima importancia para mi, hasta un día después

—Kevin yo.. yo..

—Está bien —me interrumpió al notar que de mis labios no saldría nada coherente —Veámonos hoy en la noche, en la fiesta de recreación, todos vendrán —contó, cómo si con aquella ultima frase le pudiera quitar peso a la situación

—Está bien —le dije, no porque quisiera, sino porque mi cabeza no dejaba de pensar en Cloe y lo mal que se veía

¿Qué habrá podido pasarle?

¿Alguna chica se habrá metido con ella?

De seguro era eso, Cloe era tan buena y amigable, que seguramente no se había defendido

Salí del lago dando grandes zancadas, y no me detuve hasta llegar a nuestra habitación, la cual abrí sin siquiera tocar

Grabe error

Al adentrarme en la habitación, me tope con Cloe en bolas. Se quitaba la trusa con molestia, prácticamente arrebatándola de su cuerpo para dejarla tirada en el suelo

Sus pechos realmente se veían firmes, eran bonitos, y tenía los pezones rosados

¡¿Qué mierda estaba pensando?!

—¿Me dirás que fue lo que te sucedió? —trague saliva con dificultad cuando ella alzó los ojos y me miró con fijación

—No me ha sucedido nada —me corto con mala forma

Di cuatro pasos en su dirección, acercándome a ella —Dime quien carajos fue y que coño te hicieron, y yo lo solucionaré. No importa quien sea —dije decidida, aunque nerviosa. Su cercanía me ponía de los nervios. Ella en cambio no parecía nada avergonzada de estar desnuda frente a mí

—Ya te he dicho que no..

—Dímelo —exigí agarrándola con fuerza del mentón, y sus ojos se abrieron de la sorpresa

Pero le duró bien poco. Estamos tan cerca que su respiración golpeaba sutilmente en mi rostro, y cuando su pecho se hinchaba, sus pezones chocaban con la piel bajo mi trusa

Se me estaba haciendo una tarea muy complicada mantener mis ojos en su bello rostro

Ella alzó su barbilla con determinación, y me lanzó una mirada de muerte

—No podrías hacer nada de todos modos —confesó deshaciéndose de mi tacto con brusquedad, como si mis dedos le quemaran

—Si puedo, no importa si es hombre o mujer, lo solucionare

—Ya déjalo estar, Susana —termino con agobio y se metió a la diminuta habitación de baño tirando la puerta de un portazo

Quise preguntar el porqué me llamaba por mi nombre, y no usando aquel diminutivo con el que solamente a ella permitía llamarme

¡Es que no la entendía!

Yo solo intentaba defenderla y ella me agradecía son sus malos tratos

¿Qué culpa tenia yo?

Para cuando llegó el anochecer todo seguía igual, o peor. Cloe apenas me dirigía la palabra, y había una tensión tan grande en la habitación que podía ser cortada con cuchillos

—Cloe —la llame, pero continuó ignorándome —Lo dejaré estar, pero no me sigas tratando así, por favor —me sentí patética luego de aquello.

Jamás en mi vida había suplicado a nadie por nada, me importaba bien poco si querías irte o quedarte en mi vida, sin embargo, con ella era diferente

—¿Sabes una cosa? —se urgió nuevamente para verme a los ojos, y yo le preste toda mi atención—Te has pasado toda la vida deseando el momento en que me enojara, que gritara, y me alterara —escupió —Y ahora que me encuentro cumpliendo con tu deseo de hace ocho años, me pides que no lo haga, me suplicas. Ya no sé de qué forma quedar bien contigo, ¿qué más quieres de mí? —me pregunta devastada y yo bajo la mirada sin poder mantener mi contacto por más tiempo

¿Porque duele todo lo que me dice?, arden sus palabras cargadas de ácido y calan hasta lo más hondo de mi ser

Me está lastimando, y pareciera que lo hace a posta

—¿Vas a salir? —inquiero al verla colocarse unos vaqueros, pero unos que a diferencia de todos los años anteriores, son entallados, ajustándose a las partes justas de su cuerpo

Y en la parte superior lleva un tops corto, que solamente hace que sus pechos resalten y parezcan más grandes

—Si, adivinaste —me dice con ironía poniéndose de pie, y yo la sigo con la mirada

Ella toma su celular y lo lanza dentro de un pequeño bolso que se cuelga al hombro

—¿Sola en la noche? —no puedo evitar preguntar, y me molesta el hecho de sentirme como si fuese su madre

—Tampoco es como si me fuese sola a la calle. Es la recreación, no hay que exagerar —comenta con obviedad y cierra el zíper de sus botas que llegan hasta su tobillo, para caminar hasta la puerta y poder largarse —Anda, si es el enamoradizo —comenta irónica, y yo asomo mi cabeza para toparme con Kevin, quien se encuentra parado en la puerta regalándome una sonrisa

Lo había olvidado por completo, la dichosa recreación

No me apetecía un pelo

Menos asistir con él

Cloe sale de la habitación pasando por su lado, y Kevin me mira expectante mientras se balancea sobre sus botas de cordón de adelante hacía atrás

Kevin viste un pulóver negro, y unos vaqueros del mismo color rasgados únicamente en las rodillas. Su cabello va rizado y acoplado en su cabeza dondole un toque encantador, mientras sonríe ansioso

—Dame unos diez minutos para alistarme, ¿vale? —es lo que le digo, y sin esperar respuesta de su parte cierro la puerta en su cara

Tampoco es como si me fuese a cambiar de ropa con él dentro de la habitación

Me coloco una falda tableada y un top corto negro que contrasta con mi piel. Decido ponerme unas botas negras que me llegan hasta la rodilla, y me instalo labial color piel

Cosa que apenas se nota

Me hago una cola de caballo en el centro de mi cabeza antes de abrir la puerta nuevamente, y no me sorprende encontrar a Kevin esperando tras la misma

Lo veo aguantar la respiración en cuanto me ve, y luego, traga con dificultad mientras me observa de pies a cabeza con lentitud

—Susana, estás..preciosa

Reviro los ojos hastiada. A cualquier otra chica ese halago le haría flipar, sobre todo si viniera de Kevin que era un chico codiciado

Pero no para mí

—Vámonos —le digo cerrando la puerta de la habitación, y como entiendo que no se moverá, lo hago caminar agarrándolo del brazo

El campamento está a oscuras, alumbrado únicamente por los faroles altos que nos regalan luces anaranjadas brillantes, cosa que agradezco porque me permite detallar a cada uno de los presentes con claridad

Siento como la vista de muchos recae en mi, y luego en Kevin, quien por alguna razón sigue aferrado a mi brazo. Los cuchicheos no se hacen esperar, y yo no hago más que bufar mientras busco a Cloe con la mirada

La noche se siente fresca, hay aire frió y turbio que me abraza y mueve las hojas de los árboles del campamento. Sé que por la hora los profesores de guardia se encuentran cada uno en su lugar, a una distancia prudente de nosotros mientras nos dan la libertad de recrearnos

Encuentro a Cloe a lo lejos, está junto a dos chicas más, riendo con diversión mientras se sirve ponche en un vaso rojo de plástico

Aquello me pone de los nervios, y es justo en ese momento que me alejo del tacto de Kevin para salir disparada en su dirección

—Cloe.. —estaba furiosa, y mi voz lo confirmaba. Ella pegó un bote en cuando me escuchó, pero no se giró, y siguió sirviéndose el ponche en el gran vaso de plástico

No me molestaba que hablara con chicas, me molestaba que actuara con ellas de la misma forma en que nos tratábamos nosotras

Era eso lo que me molestaba

Ella se tomó su tiempo en acabar, y se giró para enfrentarme con calma, sin prisas

Me regaló una sonrisa sádica mientras su cabello se movía sobre sus hombros, y allí supe que lo haría, que lo que sea que fuese a salir de sus labios me acabaría

Pero me mantuve firme y alcé mi barbilla, no me humillaría más

La vi abrí y cerrar su boca barias veces mientras murmullos ininteligibles eran expuestos por sus labios

Las chicas que se encontraban junto a ella me miraban con preocupación y un poco de miedo, por lo que decidieron colocarse detrás de Cloe, como si ella fuese un escudo

Menudas patéticas

Cloe apretó sus manos hachas puños, me regaló una mirada helada, y cuando abrió su boca con decisión, se vio interrumpida por un grito ensordecedor que provenía del otro extremo del campamento

Era uno de nuestros compañeros que hablaba a través de un megáfono

—¡Juguemos a verdad o reto! —aquello no me agrado lo más mínimo, odiaba ese tipo de juegos donde siempre terminabas besándote con personas que siquiera conocías. Pero parecía haber sido aquello lo que frenó los impulsos de Cloe, y solo por aquello acepté mientras me encaminaba junto a mis compañeros dentro de la pequeña discoteca para jóvenes que tenía el lugar

Tomamos asiento en el suelo de madera completando un inmenso círculo, Kevin no tardó en correr y tomar asiento a mi lado, mientras que Cloe había optado por hacerlo frente a mi, con sus estúpidas amigas a cada lado de su cuerpo

Aquello me hizo blanquear los ojos, la situación era estúpida

Por eso odiaba los campamentos

Fue Ulises, uno de los amigos de Kevin quien agarró una botella de plástico puesto que beber bebidas alcohólicas estaba prohibido, y le dio vueltas frente a todos en el centro del círculo, y para mí mala suerte, la botella quedó apuntando en mi dirección

¡Carajos!

El otro extremo de la botella apuntó a Cloe, por lo que le tocaba a ella hacer las preguntas

—Susana, ¿verdad o reto?

Dado el grado de molestia que ella sentía hacía mi, y que yo no entendía, decidí verdad, teniendo de sus impulsos vengativos

—¿Es cierto que te gusta Kevin? —me dijo, y sonrió con malicia, por lo que hubo un momento en que la desconocí. Cloe no era así

Y de eso fui consciente el segundo siguiente, cuando la sonrisa decayó un poco en sus labios, titubeó, y vi en sus ojos un halo de tristeza, porque sabía que lo que estaba haciendo estaba mal, ella no era así

—Prefiero reto —dije al sentir todos los ojos sobre mi, viéndome con curiosidad

Odiaba ser el centro de atención, ella lo sabía bien, y estaba haciendo todo lo que me molestaba para mortificarme. Lo peor es que no entendía el porqué

—Bésalo —soltó, retadora, viéndome con fijación. Ella me estaba.. me estaba retando

Llegó mi momento de sonreír, aunque por dentro tenía ganas de ahorcarla y darle unos trompones para ponerle el cerebro nuevamente en su lugar, porque evidentemente haber tragado tanta agua en el lago no estaba permitiendo que el oxígeno circulara en su cabeza

Ella sabía que no sería capaz de besarlo, porque no me gustaba. Me causaba repulsión. Pero el simple hecho de no hacerla salirse con la suya me llenaba el cuerpo de una satisfacción inexplicable

Le sonreí tanto que su sonrisa se borró de sus labios, dudosa. Pero no quería lucir así, por lo que alzó una ceja retadora

El resto de nuestros compañeros chiflaban al aire por el castigo impuesto por mi amiga, y sentí ganas de mandarlos a callar. Pero en su lugar tomé a Kevin por el cuello, ya que daba a mi lado, y lo hice moverse para hacerlo quedar frente a mi, de espaldas a Cloe

Y le sonreí una vez más antes de juntar mis labios con los de aquel chico que no despertaba ningún sentimiento en mi, pero no besaba mal. De hecho, lo hacía muy bien, tanto, que lejos de sentir náuseas, me hizo sentir a gusto

El chico hizo por adentrar su lengua en mi boca, y se lo permití. No era el primer beso que daba, de hecho lo había hecho en varias ocasiones con distintos chicos, pero no me parecía la gran cosa puesto que no sentía las mariposas en el estómago de las que todos hablaban, no sentía esa corriente, y mucho menos nervios

¡Kevin realmente besaba genial!

Pero para mí el beso tenía el mismo significado que los besos dados anteriormente, nada. El vacío seguía allí, y el hueco de no poder llenar las expectativas de poder sentir lo que todos al dar un maldito beso

Abrí mis ojos aun con la lengua de Kevin en mi garganta, y miré con fijación a Cloe. Le estaba enviando un mensaje que sólo ella podría captar, uno con mis ojos, mira cómo lo disfruto

Y realmente simulé que lo disfrutaba mientras soltaba un gemido falso que se ahogó en sus labios, y adentraba mis dedos en su rizado cabello

El beso termino unos segundos después, sonreí falsamente para mis compañeros que habían sido espectadores de toda la falsa, y mire a Cloe con una ceja alzada al notar su vaso plástico apretujado en su mano que estaba hecha un puño. Tenía los nudillos de esa mano blancos, y parecía estar apretando sus dientes, pues se le marcaban las venas del cuello

—Eso ha estado.. —me dijo Kevin atrayendo mi atención, y lo vi cerrar sus ojos mientras se saboreaba los labios con la lengua

—Bien —termine por él al verlo aun con los ojos cerrados

—¿Bien? —me miró estupefacto —¡Fue genial! —aulló

—Ya, lo que tú digas

Para mí solamente había estado bien. Sabía que él estaba siendo sincero a la hora de expresarse, y eso me hacía replantearme una vez más que quizás, en el fondo, la del problema era yo, no ellos

—Cálmate bro —le dijo Ulises a Kevin con una amplia sonrisa en los labios
—Luego pueden hacer lo que gusten, pero ahora, déjanos jugar —palmeó su espalda, y seguido le dio vueltas una vez más a la botella

—Yo me largo —comunicó Cloe haciendo por ponerse de pies, pero justamente la botella le apuntó a ella, y volvió a caer en el suelo donde había estado sentada

No porque hubiera querido, sino por lo tomada que estaba. Uno de nuestros compañeros había colado una botella de alcohol que había vaciado en el ponche

Y ella parecía haber estado vendiendo muchísimo de eso

—No puedes irte, ha llegado tu momento —le comunicó Ulises haciendo que ella posara sus ojos verdes en él

—¿Qué? —inquirió ella confundida

—¿Verdad o reto? —disparó el

—Reto —respondió ella con un encogimiento de hombros

—Bueno, admito que Susana y Kevin se han besado muy bien. Pero las he visto juntas en el lago y no he podido arrancar las fantasías de mi cabeza —Cloe frunció el ceño sin entender de que iba aquello, y Ulises se llevó una mirada rabiosa por parte de Kevin, pero poco le importó

—¿Que dices? —ella le miró ladeando la cabeza a un lado y me dieron ganas de reír. Era tierna sin proponérselo

—Te reto a besarte con Susana —le explicó y otra vez mi corazón comenzó
a latir desenfrenado en mi pecho

—¡No! —vocifere al instante y sus ojos verdes cayeron sobre mi

—¿Tienes miedo acaso? —me preguntó retadora y yo apreté mis puños a los costados de mi cuerpo

—¿De que debería tener miedo? —pregunte jocosa, ahora si estaba de muy mal humor

—De mi —confesó y no pude aguantar las ganas de reír. Explote en una carcajada allí mismo, mis hombros y manos se sacudían mientas una lagrimita se escapaba de mi ojo derecho

—¿Estás loca? —pregunte aun atacada de la risa y ella me observo furiosa. No había pizca de gracia en su expresión

—Entonces hazlo, bésame

—No puedo hacerlo, porque es tu castigo, no el mío

Ella sonrió abiertamente, tanto que creí que se le partiría el rostro en dos. Sus ojos brillaban de la emoción y se puso de pies esta vez, aguantándose de las cabezas de sus compañeras, cosa que me hizo muchísima gracia.

Caminó en mi dirección tambaleándose por todo el recinto, y se arrodilló frente a mi, haciendo que su perfume se colara en mis fosas nasales. Su respiración tibia me chocó en la cara, y alzó su mano para colocar mi cabello tras la oreja

Era delicada y tierna, yo no podía hacer más que mirarla sorprendida, mientras tragaba con dificultad

¿Porque hacía tanto calor aquí?

—Que sepas.. —sonrió frente a mis labios y mi corazón se disparó en mi pecho —Que para mí no es ningún castigo besarte

Y me beso, sus labios arroparon los míos y su mano fue hasta mi nuca donde me sujeto para volverlo más intenso. Cloe me besaba con urgencia, desenfreno, y tanta necesidad, que yo estaba pasmada. Su lengua se adentró en mi boca sin permiso, y todos los bellos de mi piel se pusieron de punta

Sus manos me acariciaban como si entre sus dedos yo fuese de porcelana, y temiera quebrarme. Sus labios en cambio, me besaban con tanta dominancia, como si estuvieran exigiendo su puesto, como si fuesen suyos. Y aquel comportamiento no hizo más que albergar la duda sobre la intensidad y sus intenciones conmigo

Hasta que reaccioné, fue como despertar de un sueño profundo, como haber estado dormida por muchos años. Sentía los latidos de el corazón en mi garganta, las cosquillas tortuosas en mis muslos, piernas y pantorrillas, y la necesidad, las consecuencias de la abstinencia 

Y le correspondí

Mis manos se alzaron hasta enredarse en su cabello rubio, y ella tiró de mi labio inferior haciéndome jadear aun sin apartarme.

Me sentía embriagada, en una nube pasional que no me permitía pensar con claridad. Por primera vez sentí las mariposas en mi estómago, las cosquillas en mis brazos y todas partes de mi cuerpo haciéndome temblar. Por primera vez estaba sintiendo lo que ocasionaba un beso, lo que podía experimentar con tan sólo un beso 

Cloe jadeó en mis labios, y entonces fui yo quien adentro la lengua en su boca. El sabor a frutas y alcohol explotó de inmediato en mi paladar mientras la apretaba por las caderas aferrándola más a mi

Mi cerebro entró en colapso y mis bragas comenzaron a mojarse, mi corazón ardía al igual que mis pulmones, pero no podía apartarme, no quería

Aquello se sintió como la gloria, el maldito paraíso. Mo vista se nublo de puntos puntos negros, y no pude hacer más que desearla.

Por un momento, todo el panorama frente a mí se disipó, y no había cabida para algo más que el deseo incontrolable que Cloe había despertado en mi

Hasta que escuche los jadeos de mis compañeros, y los gemidos de excitación. Fue hasta entonces qué reaccione, que caí de aquella nube de ensueño donde me encontraba flotando. Hasta que la aparté de mí de forma precipitada dándole un empujón, para encarar a mis compañeros

Los chicos nos veían con una sonrisa de imbéciles en los labios, y cara de excitados

Me regañe internamente, y sin prestarle atención a Cloe me puse de pies y salí de aquel lugar apresurada

¡Maldita mierda!

¿Cómo es que me deje guiar así por ella? ¿Cómo pude seguirle la corriente?

¡Maldita Cloe de mierda!

Abrí la puerta de la habitación y la cerré dando un portazo. Me jalé de los pelos furiosa, y me quite las botas con molestia, para lanzarla contra la pared

—¡Maldita hija de.. ¡carajos! —pegue un bote en la cama y giré mi rostro asustada para encontrarme con Cloe, que le había propiciado un tirón a la puerta

—Es de muyyyy mala educación hablar de las personas a sus espaldas —me dijo meciéndose para los lados, y sonrió borracha

Si no estuviera tan furiosa me hubiese burlado de ella, pero lo cierto es que aquel comportamiento no hizo más que molestarme el doble. Cloe estaba borracha, por eso había cometido aquella imprudencia, y yo, yo lo había disfrutado

¡Me había gustado!

Me había aprovechado de ella y su estado

—Deja de pesártelo tanto Su —sus dedos se adhirieron a mi piel, enviando impulsos a mi sistema nervioso. Me tenía sujetada de la barbilla, y su rostro estaba tan cercano al mío que una vez más mi corazón latió desenfrenado

—¿Que mierda haces? —le pregunte cuando descifre sus intenciones de volver a besarme

Ella se detuvo, ahora más cerca, tanto que su nariz chocaba con la mía, y respirar me dolía

—Quiero besarte —me dijo, así campante como si hablara del clima.

Cerré mis ojos con fuerzas y tomé una inhalación profunda tratando así de calmarme

Dato: no funcionó

Cloe aprovechó de mi despiste para pasar su lengua por mis labios, arrancándome así un jadeo

—Estás ebria —la aparté de mi, alejándola por sus hombros

—Ebria o no, me gustas igual —confesó

—¿Qué?

—Que me gustas Susana —contó igual de campante —Me gustas desde siempre

Y fue ese el incentivo para tomar el control de aquello y hacerla entrar en razón

Estaba más borracha de lo que imaginaba

—Estás muy tomada, será mejor que te recuestes —me puse de pies para hacerla acostarse en la cama

—Me he emborrachado para poder confesártelo, yo no puedo sola con esto —me confesó cuando la pude sentar en la cama

—Ya deja de decir boberías, mañana te arrepentirás —logre acostarla por completo en la cama, y ella hundió su cabeza en la almohada

—Mañana, te lo confesaré sobria y quiero ver cómo podrás ingeniártelas para seguir ignorando mis sentimientos —alzó sus ojos para vincularlos con los míos —Tus labios saben a gloria, ahora me gustas más

Y mi corazón se volvió a disparar, Cloe me sonrió feliz y luego de tres pestañazos el sueño la venció. Pero yo, seguía con el corazón galopando en mi pecho, con los labios resecos, y las manos temblorosas

Cloe acabaría con mi paz mental

•••

Cuando abrí mis ojos nuevamente, ya era de día. Lo primero que hice fue observar el reloj de la mesa de noche, que marcaba las siete y veinte de la mañana. Fue justo entonces que me gire sobre el colchón, para encontrarme completamente sola en la habitación

Sonreí con satisfacción

—Sabía qué harías esto —hablé sola al comprobar que exactamente cómo había previsto la noche anterior, Cloe se arrepentiría de su descontrol, y del estado en que la ponía el alcohol, y se escondería para no darme la cara —Estoy segura de que ahora está muriendo de la vergüenza —me mofe a su costa, y una carcajada maquiavélica abandono mis labios —Si es que realmente recuerda algo —y reí aun más alto, mientras mi pecho se sacudía y la carcajada maligna rasgaba mi garganta

—Cuanto veneno desde tan temprano —comentó postrándose en la puerta del baño —¿No te enseñaron que es de mala educación hablar de los demás a sus espadas? —inquirió alzando una ceja, viéndome sonriente y tranquila, como si no estuviésemos hablando de ella, como si no me estuviese burlando de su persona dos segundos atrás

A diferencia de ayer, se veía fresca, tranquila. Su cabello estaba húmedo colgando a cada lado de su rostro, y llevaba únicamente un camisón blanco traslúcido que permitía la vista perfectamente de su corpulencia

Trague con dificultad al tenerla frente a mí tan dispuesta y sobria, donde no sabía cuanto recordaba de la noche anterior, si es que en realidad recordaba algo

—Lo recuero todo perfectamente —comentó, cómo si pudiese leer mi mente con una calma escalofriante

Mi corazón latió una vez más desenfrenado en mi pecho, pero hice de todo por evitarlo —Supongo que ahora me pedirás una disculpa —le dije petulante, lista para verla muerta de la vergüenza

—¿Y porque se supone que deba pedirte disculpas? —alzó una ceja intrigada

—Porque ayer tu..

—Yo te confesé que me gustabas —me interrumpió y yo le miré incrédula —Sé que lo hice —camino a paso lento, hasta quedar frente a mi, que me encontraba sentada aun sobre la cama, con mis piernas colgando al aire fuera de esta —Y no me arrepiento

—¡¿Qué?! —el grito que salió de mis labios lo debió haber escuchado medio campamento

Ella sonrió divertida con los brazos cruzados sobre su pecho. Seguía igual de apacible, en su rostro llevaba algunas gotas de agua, y su semblante, se veía tan angelical, contrariado con todo lo que salía de su boquita

—¿Estás loc..

Cloe me beso, acallando el montón de barbaridades que tenía para soltarle. Su mano hacía puño el cuello de mi camisa por donde me sujetaba mientras sus labios se movían con decisión sobre los míos

—Lo que siento por ti no va a cambiar Susana. El alcohol no ha tenido nada que ver —confesó franca, dejándome perpleja mientras su aliento mentolado y cálido acariciaba mis labios con premura

—Claro que no —negué bajito, y temblorosa mientras miraba sus hermosos ojos verdes —Somos amigas —por más que traté de agarrar fuerzas, y tener decisión, lo que salía de mis labios era apenas un susurro tenebroso

Mi autocontrol se desmoronaba a cámara rápida

—Lo que siento por ti, no es amistad—continuo iluminándome, dejándome fuera de balance. Su agarre en el cuello de mi camisa no se había aflojado en lo absoluto, y sin pedir permiso ni tener contemplaciones estrelló sus labios con los míos en un beso arrollador y apabullante

Mi instinto pedía a gritos que me alejara de ella, que la empujara. Que aclarara que entre ambas sólo existía una amistad, que ambas éramos mujeres, y estábamos confundidas

Pero eso no sucedió

Porque mi corazón y mis ganas tomaron el control, y me permitieron abrir mis labios para responderle aquel beso arrebatador

Un suspiro abandonó sus labios cuando mi boca le siguió el ritmo y compás, sus deos ágiles se inmiscuyeron en mi cabello, mientras lo apretaba con fuerza elevando mi barbilla para profundizar

No di cabida a los pensamientos, por primera vez deje de analizar y calcularlo todo, para sentir. Por segunda vez en mi vida estaba sintiendo aquellas emociones nuevas y apabullantes

Y me gustó

Las campanas de la iglesia retumbaron en mi cabeza mientras sus labios marcaban el ritmo

Solté un gemido de satisfacción cuando Cloe se sentó a horcajadas sobre mí y se movió, enviando corrientazos por mi venas. Estaba embriagada de su persona, de su tacto caliente y delicado, de su boca ágil y voraz, de sus ganas y las mías

Mis dedos se cerraron con fuerza en su cintura, y ella se movió aun con más fuerza, provocando que mi zona íntima se excitara y calentara. Sentía mis bragas húmedas mientras Cloe no dejaba de frotarse contras mi

Me deshice de su Camisón, dejando al descubierto su piel perlada y pulcra. Sus pezones rosados estaban erguidos, y sin dedicarme a analizarlo metí uno de ellos a mi boca

Cloe jadeó arqueando su espalda, mientras tiraba con fuerza de mi cabello, dejando caer su cabeza hacia atrás

Olía a rosas, y yo realmente la consideraba una

Deje un camino de besos húmedos desde sus pechos hasta su barbilla, para luego, volver a sus labios

Ella aprovechó de ese momento sincero para tomar el control, y sentí su mano descendiendo por todo mi abdomen, hasta perderse entre mis bragas

Y no se lo impedí

—Estás mojada —murmuró sobre mis labios y entonces retiró su mano que me acariciaba lentamente mis labios vaginales

Casi que proteste por la ausencia de sus dígitos en aquella zona tan intima

Cloe me sonrió con suficiencia, mostrando una sonrisa mezquina, al verme tan descontrolada, y sin despegar sus ojos de los míos, metió los dedos con los que segundos atrás acaricio mi sexo, a su boca y los lamió 

—Umm —murmuró con los ojos cerrados, chupando los dedos dentro de su boca con ahínco —Sabes exquisito —confesó viéndome a los ojos, sus orbes verdes oscuros llenos e lujuria, y sentí mis cachetes arder mientras mi cuerpo entero se erizaba

Sentí vergüenza, pero no por lo que ella había dicho, sino por la sarta de pensamientos inapropiados que tenía en mi cabeza, fantasías que quería cumplir con ella

—Nunca hemos sido amigas —me susurro acercándose de nueva cuenta a mis labios, mientras que no podía hacer más que mirarla embelesada —Las amigas no se hacen esto —dejo un beso de pico en mis labios y gemí alto cuando entendí que aquello había sido una distracción para introducir esta vez sus dedos en mi vagina

Cloe dejó de estar sentada encima de mí para colocarse a mi lado sobre el colchón, y volvió a mover sus dedos dentro de mi, provocando que me dejara caer de espaldas en la cama

Aquello era glorioso

Estaba tan mojada que sus dedos resbalaban dentro de mí con facilidad, pero lo realmente magnífico, es que Cloe taladraba mi punto más sensible  con facilidad, como si yo le hubiese dicho exactamente dónde tocar

—Cloe, joder —gemí una vez más arqueando mi espalda en la cama mientras sus dedos llegaban hasta lo más profundo —Ahh.. si.. ahí —pedí aun retorcida en la cama mientras ella estimulaba ahora mi clítoris con desenfreno

Me sentía al límite, en la cúspide

Alzó la blusa de mi pijamada hasta mi cuello y al no llevar sostén se le hizo más fácil llevar uno de mis botones a su boca

Jadee sin poder controlarme mientras su lengua jugaba con mi pezon duro y erecto. Un nudo de anticipación se instaló en mi estómago, y los jadeos incontenibles comenzaron a abandonarme mientras sus dedos se movían desesperados, y el orgasmo amenazaba con destrozarme

Lo sentía tan cerca

Los besos húmedos descendieron por mi torso, y cuando sus dedos fueron sustituidos por su boca, mis ojos se abrieron de sobremanera, el aliento se me atascó en la garganta, y supe que había llegado al mismísimo paraíso

Su lengua tibia se movió como pez fuera del agua, mientras el nudo en mi estómago se endureció aún más

Su lengua se deslizó dentro, muy adentro mientras que yo me retorcía y mi piel picaba sin condiciones

Estaba agitada, cubierta por una capa de sudor, extasiada, y al punto de un colapso

Su boca se cerró en mi bagina, y succionó arrancándome un grito de placer

Podía sentir cada palpitar de mis venas, y mis oídos se taponearon, mientras que los destellos era todo lo que veían mis ojos

—Córrete ahora Susana —demandó, su aliento tibio acariciando mi clitoris palpitante, y entonces..

Le obedecí

Me deje ir, mientras los espasmos me abrazaban, y jadeos me abandonaban

Jamás había experimentado sensaciones tan fuertes y demandantes, jamás había llegado a este punto de satisfacción con apenas un oral, ni siquiera me sentía así luego de la penetración, la mayoría de las veces siquiera obtenía el orgasmo, y las pocas veces que si, en mi estómago se asentaba un vacío insoportable

Sin embargo Cloe había logrado llevarme a ese sitio que tantas veces había buscado, que moría por encontrar, y explotar

—Así me gusta, muy obediente —me dijo con la voz ronca mientras se limpiaba los labios con sus dedos para luego chuparlos, bebiendo hasta el último de mis fluidos mientras yo sonreía agotada sobre aquella cama

Me sentía drenada

—No somos amigas —le dije

—Nunca lo hemos sido —me respondió sonriente acariciando uno de mis pechos con sus dedos. Termino de deshacerse de mí pijama, y volvió a sentarse sobre mi, mientras su sexo húmedo se movía despacio sobre el mío

—Cloe..

—¿Qué? —inquirió moviéndose muy lento, los pliegues de su vagina abriéndose para abrazar a la mía que la recibía gustosa

Respiraba con pesadez al igual que yo, sus labios estaba partidos mientras su aliento caliente se mezclaba en el aire con el mío, y allí sentí la oleada de calor fundirse en cada uno de mis poros

—No quiero que seamos amigas —confesé alzando mis caderas, para moverme al mismo ritmo que ella, frotándonos piel con piel

—Yo tampoco —contó entre una risa y jadeos, y mis dedos se encajaron con fuerza en su cintura —Me gustas Susana —sus ojos verdes miraron con profundidad a los míos, y a diferencia de las otras veces, supe muy bien que responderle

—Tú a mí también —sus ojos se abrieron de la sorpresa, y sonreí satisfecha de aquello. Aproveche su momento de incredibilidad para empujarla por el pecho, haciéndola caer a mi lado sobre la cama, y poder al fin, treparme sobre ella

Que sonrió a boca cerrada, abriendo sus piernas para mi encantada

—Y muero por hacerte el amor —confesé moviéndome sobre ella con desesperación y ganas, jadeando de la satisfacción

Supe entonces que allí era feliz, entre sus brazos, piel contra piel, con sus besos desenfrenados y nuestras ganas dominándonos

Cloe me abrazo logrando que nuestros pechos se juntaran, al igual que nuestras bocas, mientras me movía sobre ella, y mi cabello nos tapaba como si fuese una cobija

Supe además, que siempre habían estado allí nuestras intenciones, nuestras ganas y deseos, así como nuestros miedos. Por esa razón nos espiábamos desde los ocho años de edad, por esa razón nos llevábamos tan bien a pesar de ser completamente diferentes, por eso decidimos ser amigas




LietyDGR
2023

Con Amor

  Déjame una 🌟

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