Sigues en la lista.

Todos los nombres lucían ahora borrosos, imposible descifrar por lo menos una letra, pero tú sigues en la lista.

Cerré la hoja nuevamente, seis dobleces hasta dejar un pequeño rectángulo con letras grandes y marcadas.

"LEEME"

La leí, la memoricé, y ahora estaba a punto de abandonarla. Pero tu nombre sigue tratando de persuadirme, me dice que estás en algún lugar.

¿En dónde estarás?

Se supone que seré capaz de reconocerte cuando te vea; pero temo equivocarme.

¿Eres tú?

Mi corazón se agitó con tu presencia, mis movimientos no podían presumir de ser realmente míos, eran y tenían voluntad propia.

Caminé aprisa, los pasos raudos no me bastaban, así que corrí... ¡Eras tú!

Lo sentí, no podía equivocarme, no fueron mis ojos los que pudieron discernir el mundo de tu presencia; fue mi alma que se aferraba con obstinación a la tuya.

Obstruí tu paso, me coloqué frente a tu rostro y me fue imposible obligar mis pupilas a desprenderse de tu piel.

-Eres tú -dije sin más, pero la sonrisa en mis labios revelaba más de lo que lo hacían esas dos palabras.

Sonreíste; me hiciste feliz ¡No me había equivocado!

Dejé que el viento robara la lista de mis manos, mientras tus brazos rodeaban mi cuerpo y me estrechaban con fuerza, y tus labios me regalaban un beso de amor en la frente.

El trozo de papel calló a mis pies, y el nombre seguía ahí. "Gerard Way" El único nombre que aun podía leer, el que permanecía escrito con tinta indeleble sobre la lista.

-Te encontré -dijiste apacible y tu sonrisa me obsequió el primer momento inolvidable bajo la vigilia condescendiente de tu mirada.

Le entregaste tu lista al viento, y alcancé a leer mi nombre mientras este la robaba.

"Frank Iero"

Atentamente: El Destino.

Esta historia fue escrita y publicada hace unos tres años.

Muchas gracias por leer, por sus votos y comentarios.

Un abrazo!

Atte: Deid.