Doggy Again |FRERARD|

-¿Y cómo está Gerard? – preguntó antes de que el pequeño se marchara a su hogar.

-Bien, solo que lo único que quiere comer estos últimos días es pastel –respondió Frank con desconcierto –Gerard debo irme, mañana... ¿me ayudarías a alimentarlo? La vez anterior casi se come mi rostro porque me calló helado encima.

-No sé qué hacías dándole helado a tu perro, pero claro que te ayudaré.

Se despidieron con un beso en los labios y el joven Frank caminó despacio hacia la acera, giró su rostro hacia la puerta y agitó su mano mientras sus labios dibujaban una sonrisa.

-Te veré mañana –dijo alto para que pudiera oírlo.

~

-¡Gerard detente! ¡No... no lo hagas! –gritaba el joven Frank mientras corría del enorme San Bernardo que quería una probada de ese chocolate que lucía tan delicioso. Se colocó sobre una silla y mordisqueó un último trozo de chocolate para alzar su brazo fuera del alcance del perro – ¡Come tus croquetas, y te daré un trozo Gerard! –trataba de convencerlo pero era inútil, las croquetas estaban intactas.

-Esto pasa porque comes golosinas cuando intentas alimentarlo Frankie –irrumpió Gerard en el escándalo que tenían él y el cachorro.

-¡Gerard! ¡No se suponía que llegaras todavía! –reclamó sorprendido.

-¿Por qué no? –dijo divertido por la reacción de Frank.

-Porque...

-Solo deberías remojar sus croquetas con jugo de carne o algo por el estilo –sugirió al notar que Frank no diría nada más.

-Creo que es vegetariano, y eso solo sería peor.

-Yo no creo que tu perro sea vegetariano amor, sólo, deberías intentarlo –argumentó de nuevo mientras le ofrecía su mano para que bajara de la silla, y el perro Gerard brincoteaba por todo el patio hasta que el olor del chocolate llegó una vez más a su alcance y vista.

-¡Toma, come un poco de chocolate! – dijo Frank arrojando la barra sobre las manos de Gerard y corrió aprisa hacia la cocina.

El enorme can corrió sin pausa hasta dejar a Gerard fuera de la casa, y al escuchar los gritos de su dueño llamarlo cambió su dirección hacia la cocina de su hogar.

-Toma cachorro, si no te lo comes te daré un premio enorme – dijo dulcemente y colocó un trozo de papel a manera de carta entre su hocico –Solo tienes que dárselo a Gerard; Gerard mi novio ¿de acuerdo? – acarició su cabeza y sacó de la nevera un pequeño pastel redondo de chocolate y un corazón formado con cerezas justo en el centro.

-Frankie... -inquirió Gerard cuando entraba a la casa pero se vio interrumpido por el enorme perro que se le lanzó encima hasta tirarlo sobre el suelo – ¡Gerard, ya basta!

El perro lamía su rostro sin cuidado, y repentinamente Gerard notó que había dejado una hoja roja caer al suelo. La tomó mientras se incorporaba y miró a Frank caminar hacia él con un pequeño pastel entre sus manos.

-¡Feliz cumpleaños Gerard! –exclamó felizmente al notar que los ojos de su novio lo miraban sorprendido.

-Hoy es mí...

-¡Lo olvidaste de nuevo amor! Pero aquí estoy para recordártelo todos los años, tu cumpleaños jamás se mueve de su lugar, y aun así tu cabeza siempre lo olvida.

Gerard sonrió felizmente y quitó el pastel de las manos de Frank para poder abrazarlo sin estorbo alguno.

-Gracias amor –dijo despacio y besó sus labios.

-Gerard hizo todo mal –se quejó apesadumbrado –Se suponía que te diera la carta en las manos.

-Lo hizo bien para ser él –dijo riendo –Tal vez para el próximo año les salga mejor – sonrió finalmente y le guiñó un ojo.

-Te amo Gerard.

-Y yo a ti, este el mejor cumpleaños que he tenido –dijo dulcemente.

-Siempre dices lo mismo –comentó Frank divertido.

-Eso es porque siempre que esté contigo creo que no podría ser mejor.

FIN

Hola bonitos y bonitas! Iba a actualizar ayer junto con las otras que tengo guardadas pero no me dio tiempo. Muchas gracias por leer, espero les guste esta pequeña historia, besitos :*

Atte: Deid.

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