Parte 1

Hoy me ha costado mucho levantarme de la cama, ayer estuve hasta las tres avanzando la propuesta. No sé para que le dije al Señor Gómez que me encargaría yo. ¡Ah sí! Ya lo recuerdo, porque quiero ese maldito ascenso. Claro que a este paso me voy a morir por falta de sueño. Espero que el Señor Gómez se decida pronto, sino voy a tener serios problemas con mis amigos. Llevo varios meses desaparecida y dando largas a los planes que me proponen.

Siento cómo el bolso vibra mientras salgo del Starbucks. Esto es la más parecido a vida social que tengo, darle los buenos días a Fernanda mientras prepara el café. De forma automática saco el teléfono del bolso y miro el número del mensaje. Número desconocido.

ND (Número Desconocido): Me encantó el polvo de ayer ¿repetimos?Ya sabes, sexo salvaje sin compromiso ;D

En cuanto lo leo me atraganto con el café y me pongo a toser como una loca. Cuando consigo reponerme de mi ataque de tos vuelvo a leer el mensaje. "Sexo salvaje sin compromiso" Buff, no sé qué es eso desde hace años, desde que comencé en este trabajo. Sin poderlo evitar se me dibuja una sonrisa pilla en el rostro antes de ponerme a teclear:

Yo: Dime cuándo y dónde y nos vemos allí. Yo llevo el látigo, tú las esposas

Me quedo mirando el móvil a la espera de que llegué la contestación. Pero pasado unos segundos me doy cuenta que no va contestar. Parece que se ha dado cuenta de que se ha equivocado de número. Sin pensar más en ello vuelvo a meter el móvil en el bolso y me pongo de camino a la parada del autobús. Justo cuando llego siento una ligera vibración. Sin prisa saco el teléfono y leo:

ND: María?

Se me escapa una pequeña risa al leerlo.

Yo: A ti te dejo que me llames como quieras, aunque suelo responder mejor por el nombre de Loba Hambrienta

Me quedo mirando la pantalla ansiosa. ¿Continuara escribiendo? ¿O se habrá asustado y borrará el número? Probablemente pasará lo segundo, es lo más normal, yo haría lo segundo si un desconocido se pusiese a mandarme mensajes raros... Bueno vale, estoy aburrida y es lo más divertido que me ha pasado en meses. Pero si no fuese por eso le hubiese mandado un mensaje llamándole pervertido y habría borrado el número. El teléfono vibra en mis manos.

ND: Esta noche a las 22:00 en el centro comercial de la calle principal

"Puag, es un pervertido de verdad" pienso antes de que me vuelva a vibrar el teléfono en la mano.

ND: Mándame una imagen tuya para que te pueda reconocer

Sin pensarlo dos veces busco en internet y le mando la primera foto que encuentro. Unos segundos después tengo respuesta.

ND: Me pone tu entrecejo

En cuanto lo leo me echo a reír. "Por lo menos tiene sentido del humor" pienso conteniendo la risa al ver que la gente de la fila se ha girado para mirarme.

Yo: Gracias, le dedico mucho tiempo para que esté perfecto

ND: Se nota que está cuidado. Me tendrás que contar el secreto para que se lo dé a mi tía

Me vuelvo a reír. No sé por qué estoy haciendo esto, supongo que es por la falta de sueño. Pero no puedo evitar ponerme a escribir:

Yo: Miel y aceite de oliva. Que lo mezcle y lo aplique en abundancia. Así le quedará suave y esponjoso

Tarda un poco en contestar. Cuando la pantalla se ilumina leo con rapidez el mensaje.

ND: Sabes que si pones en el buscador del navegador "mujer fea" tu imagen es la primera en salir? Lo comento porque a lo mejor estás interesada en poner una queja a Google

Yo: Me estás llamando fea?

ND: Yo no, ya te he dicho que me pone tu entrecejo. Creo que te da carácter. Pero Google puede que sí. Si quieres te ayudo con la queja, soy abogado

Yo: Lo pensaré

ND: Haces bien ;) Lo de esta noche. ¿Sigue en pie?

Yo: Claro!! Allí te veo!!

ND: Perfecto! Te mando una imagen para que me reconozcas

En el momento que recibo la imagen abro los ojos y la boca por la sorpresa. El muy guarro me ha mandado una foto en la que sale desnudo haciendo una obscenidad. Miro a los lados para comprobar que nadie más la ha visto. Me moriría de vergüenza.

ND: Qué te parece?

Estoy a punto de llamarle de todo cuando el autobús para. Guardo el teléfono en el bolso para subir. Es una rutina diaria, así que lo hago de forma automática: saco la tarjeta de transporte, saludo al conductor, la paso por el lector y me encamino a un sitio al fondo del autobús. He notado un par de vibraciones más del móvil pero no le he prestado atención hasta que estoy sentada.

ND: Hola?

ND: Sigues ahí?

Yo: Sí.

ND: Por un momento he pensado que mi cuerpo escultural te había asustado ;) Entonces, qué te parece?

Al recordar la foto pongo cara de asco.

Yo: Creo que eres un enfermo salido

ND: ???

ND: No te ha gustado? Ya sé que salgo con poca ropa pero no pensé que te afectaría tanto, sólo salgo haciendo pesas

¿De qué está hablando? Miro la pantalla tentada en apagar y dejar esa conversación estúpida que estoy teniendo con un desconocido. Pero al fin y al cabo... no pierdo nada. Vuelvo a la foto y la abro. Aparece desnudo inclinado y tocándose... Me acercó un poco más el móvil para ver mejor la imagen. ¡Mierda! En realidad no está desnudo. Es un efecto óptico, el brazo se confunde con sus partes y la pesa no se ve bien por el fondo. No puedo evitar quedarme sorprendida ante la broma. Cuando levanto la cabeza con una sonrisa en el rostro me doy cuenta de que mi compañero de asiento, un señor de unos sesenta años, me está mirando con desaprobación. Al comprender lo que debe de estar imaginándose la sonrisa de mi cara desaparece. Corriendo cierro la foto. Para no volver a enfrentarme a la mirada del señor me centro en el móvil.

Yo: Bien jugado. Y como extra por tu buena jugada te confesaré que mi compañero de autobús me ha pillado mirando la foto y ahora piensa que soy una salida

Espero la contestación pero parece que está tardando. ¿He puesto algo raro? Releo los mensajes, me parecen bastante inofensivos. Siento la vibración en la mano.

ND: Dime que estás en un autobús público y vas a trabajar...

Al darme cuenta de su miedo me entra un ataque de risa.

Yo: Qué pasa no te gustan las colegialas jovencitas?

ND: Me sentiría fatal si le he mandado esa foto a una niña... Aparte de que no quiero ir a la cárcel por pederasta

Estoy tentada de no decirle nada, pero me ha dado pena.

Yo: Tranquilo pase hace mucho los dieciocho. Y sí, voy camino del trabajo en autobús público

Me quedo un rato pensando y al final escribo:

Yo: Y tú?

Me mordisqueo una uña nerviosa. No debería haber escrito eso. Le estoy dando pie a que estoy interesada a seguir charlando y en el fondo no me interesa... ¿o sí? Dejo mis cavilaciones porque he recibido otro mensaje.

ND: En el descanso, desayunando

Frunzo el ceño y hago un mohín con la boca. Si está en el descanso del trabajo un martes a las ocho de la mañana está claro que no es abogado, pero hay otra cosa que me preocupaba más.

Yo: Eso quiere decir que soy la diversión del grupo que está haciendo el descanso?

ND: No, está vez has tenido suerte. Quería intimidad para hablar con María de sexo húmedo y lujurioso. En lugar de eso estoy hablando con Loba Hambrienta de entrecejos

Me vuelvo a reír.

Yo: Pues visto así no está nada mal el cambio de planes. No hay nada como hablar de entrecejos...

ND: Hablar de sexo húmedo y lujurioso?

Yo: LOL

Yo: Qué ha pasado con lo de abogado?

ND: Me quedé en primero de carrera, las leyes me aburrían, jejeje

Yo: Vaya, eso significa que me he quedado sin abogado ;P Y ahora a qué te dedicas?

Se vuelve a quedar un rato callado hasta que aparece el globo en la pantalla.

ND: Loba, si quieres más información tendrás que darme algo. ¿Qué tal esa imagen?

"Ni en broma le voy a mandar una imagen mía" pienso, no tengo ni idea de quien es. Además esa conversación está llegando demasiado lejos, se suponía que era una tontería y llevamos ya un buen rato mandándonos SMS.

Yo: Lo siento, nada de imágenes. Si quieres te doy una descripción

ND: Me vale

Yo: Soy rubia, alta, delgada y con ojos azules

ND: Y cómo vas vestida?

Me miro de arriba abajo antes de ponerme a teclear.

Yo: Lo normal para ir a trabajar. Falda y chaqueta gris y zapatos de tacón alto negro. Contento?

ND: Sip, gracias. Ya tengo una idea mucho más clara de cómo eres

Me vuelvo a reír, ¿de verdad piensa que sabe cómo soy por un par de mensajes tontos?

Yo: Ah sí? Y cómo soy?

Parece que la respuesta le está llevando un rato. Cuando alzo la vista me doy cuenta de que la siguiente parada es la mía. He estado tan concentrada en los mensajes que casi me la salto. Tendré que ver la respuesta más tarde. Me levanto y doy al botón de stop. Noto la vibración en el bolso y hace que mire con ansia la parada. Quiero saber que ha puesto pero el autobús va lleno y casi estoy haciendo malabares para agarrarme como para ponerme a mirar el móvil. El autobús para en un paso de cebra donde están cruzando unos escolares. "Vamos, vamos, moveros" pienso nerviosa. En cuanto el autobús abre las puertas salgo de un salto y me abalanzo sobre el bolso. Tengo un globo rojo de que he recibido un mensaje.

ND: Deduzco que eres una chica entre veinte y treinta años, con sentido del humor, que le gusta ir cómoda con zapatos planos y pantalón, morena, de ojos marrones y probablemente bajita y con curvas. Ah! Y con una mente calenturienta

Mis ojos no dan crédito a lo que están leyendo. Estoy totalmente indignada, así que sin pensarlo le contesto.

Yo: No soy bajita!!

ND: Jejeje, gracias por confirmar el resto de mi descripción. No te preocupes no soy muy exigente, me gustan las morenas ;)

Yo: No soy morena

ND: Castaña?

Aprieto los dientes con rabia. Esto tenía que acabar.

Yo: Lo mejor es que esto lo dejemos aquí. Si quisiera ligar con desconocidos me metería en alguna de esas redes sociales de parejas

ND: Ok, anotado. También estás soltera. Algo más?

"Será gilipollas" pienso irritada.

Yo: Que te den, capullo. Me voy a trabajar

Sin pensarlo más guardo el móvil y me dirijo a la oficina. Me ha enfadado, ¿por qué me ha enfadado? Ha sido una estupidez, sólo ha deducido un par de cosas de mi físico, nada más. Mientras subo al despacho me miro en el espejo. Vale, ha dado en el clavo. No soy una chica despampanante, soy normal. Cuando salgo del ascensor me cruzo con Susan mi compañera de trabajo. Susan es totalmente diferente a mí, es decir, ella sí que es despampanante. Es alta, con un cuerpo descomunal y una cara que toda revista de moda querría, labios carnosos, ojos verdes y melena larga castaña con reflejos dorados. Al lado suyo me siento muy poca cosa, aunque me llevo genial con ella.

El resto del día lo paso liada con los bocetos y la propuesta, así que me olvido totalmente del móvil. Me he tenido que quedar un par de horas más en el trabajo. Después de haber dormido cuatro horas la noche anterior cuando llego a casa caigo rendida en la cama tirando el teléfono en la mesilla de mala forma, eso sí, no me pasa desapercibido el hecho de que tengo dos notificación de que he recibido un par de mensajes. Demasiado cansada para lidiar con sus tonterías lo ignoro y me duermo.

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