A veces,uno suele enfrentarse a momentos difíciles, esos, que a pesar de que tienes la mayor fortaleza posible en tu alma, se da al caso en que ya no puedes continuar y simplemente arrojas la toalla y te sientes débil y derrotado.
Llegas a caer tan profundo en ese agujero de desesperación y culpa, de autodesprecio y odio a tu persona, que simplemente sientes que es el fin del camino...
Precisamente esas son las nubes grises a las cuales me enfrentó para que tú, mi pobre corazoncito oscuro, ya no sufras.
Pero quién lo diría, que ese joven guitarrista, aquel que logro robarte de lo más recóndito de tu caja, te volvería tan fuerte y te llenaría de tanto valor y amor, que lograras traspasar esas nubes tan espesas y oscuras.

Bastó con ver su linda sonrisa, esa que fácilmente y por primera vez logro robarte hace casi un año, bastó con ver su dulzura reflejada en su mirada, para que pudieras sanar nuevamente de tu caída, que pudo convertir en esa luz de esperanza para que pudieras seguir avanzando entre la neblina.

Entre sus brazos me sentí segura, sus manos acariciando mi cabello lleno de calma mi ser y reconfortaba mi espíritu. Y a pesar de que mis lágrimas desbordaban por montón en mi triste mirada, el se mantenía tan leal y dulce, abrazándome con fuerza en su pecho y dándome ese consuelo que mi alma gritaba con  desespero. Ni siquiera necesito darme palabras de aliento, ya que con sentir su corazón cerca del mío, sus manos en mi rostro y un dulce beso siendo robado de mis labios bastó para entender, que por más gris sea el panorama, el continuará teniendo mi pobre, oscuro y triste corazón bajo su protección, y que así como yo trato de mantener fuerte su corazón, el me acompañara y hara lo mismo el tiempo que ambos nos permitamos..

Si el te busca en el momento más crítico de tu vida, te toma en sus brazos y te reconforta tu alma, entonces es ahí.