Este viene siendo uno de mis escritos favoritos de este 2017

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Se dejó sentir el grito. Una armónica sinfonía clavada en soledad.
Viento de bosque que abraza las cortezas vírgenes. ¿Lo imaginas? Porque yo sí. Desde que tenía 3 años de edad.

De magia se enredó en rituales. Manteles y mesas enormes en pálidos trechos entre las rocas. Con cielo azul, de día o de tarde. En la penumbra y bajo la afilada hoja de la noche; el amor.

Se hizo la lluvia de mil serenatas. Letras inflamadas, música de un niño. En las venas lava al corazón quemaba pues había diez ninfas y ningún suspiro.

En aquellos amaneceres se podia volar y cruzar portales. Se podía hablar con los animales. Ver el sol en otros lugares y luces de color en improvisados bailes.

Los tesoros escondidos de viejas dimensiones aún buscan dueños, mapas mullidos se esconden en el librero. Hubo uno que hallamos al final del arcoiris "La Ruta para Ser Inmortales" que casi fue nuestro. Pero nos amaneció y así de pronto, todo se borró.

Y aún puedo verlo si, aún puedo verlo. La cascada, los mapas, las ninfas, los laberintos, todo. Pero hace décadas que ya nadie más los ve.

Así que me quedé callado, como si nada hubiera pasado. Así que decidí callar, hasta que la muerte me de la paz. O como un anciano, viejo alucinado, poco importe lo que diga ya.

Entonces a mis ninfas vaporosas de vestidos sublimes les diré:

"Guarden el mapa que vivió al pie del arcoiris, ese que me hará inmortal. Si sobrevivo a esta ingrata vida y llego a una alta edad, les juro que las veré del otro lado y jugaremos en el pantano y cazaremos relámpagos. Una vez más como antaño no habrá mundo que nos haga daño pues esta vez, con la luz de la inmortalidad a mis pies, mi sueño se habrá realizado; ser alguna vez llamado: 

-una alucinación, tal vez-"

---Gendou