FANTASMAS

Dicen que los días de niebla inventan caminos y que los ciegos de mente se pierden para nunca volver; luego los encuentran tan pero tan lejos que nadie los conoce. Ni siquiera el tiempo.

Un camellón anciano, blanco como la cal aguada que lo cubre. Vías férreas color bronce quemado dividen sus banquetas. Fantasmas que caminan con la gente tan igual a ellos que seca la garganta y ensordece sus voces resonantes en cada rincón, en cada pared, y es por que el pasado está apenas dos metros encima de esta ciudad de muertos.

A lo mejor la niebla subió en mi propio patio y he venido aquí. Temo que el tiempo no me reconozca y me vea siendo un árbol o una nube de los días de gloria en este terruño, y es que aquí puedo ser el tren que pasó un 3 de mayo de 1974 o aquella camioneta que se atascó un 7 de diciembre de1980, puedo ser el techo de una cantina recurrente o el puente hacia el más allá, hacia la niebla total, a donde me esperan ansiosamente mis fantasmas.

Si no aparezco en los próximos días, si no me ven, si mi espejo me extraña sabré entonces que sigo aquí, en Villa el Triunfo, Balancán, Tabasco.

Gendo Uribe