Apagón

Oscuridad.

Eso era todo lo que el podía observar en el abismo, el vacío que se posaba frente a el, el vacío que el mismo había creado.

...

(¿Cuanto tiempo a pasado?)

Diariomori observa con calma y en trance aquel vacío, lentamente flotando en la oscuridad, como una mancha de aceite en un mar infinito en capacidad.

Su mente en blanco y sin pensamientos vagando de un recuerdo a otro con cada segundo que se posaba en aquel lugar, sus ojos oscuros como un abismo que traiciona su existencia reflejando la vida desde su creación hasta el final de todo lo que es capaz de ver.

Un ser consciente de si mismo, un ser que no fuera el mismo, hubiera muerto al ver y recibir toda esa... "informacion" directamente en si psique, pero eso es algo que, como alguien que lleva haciéndolo desde su nacimiento... no le afectaba realmente, era una extensión de si mismo, era una naturaleza de su ser.

Una naturaleza que desearía abandonar.

Ahh...

Un pequeño suspiro salió del ser oscuro que ahí se asentaba, ente que cuidadosamente se puso de pie, su peso doblando el abismo levemente.

(Me siento... cansado... ¿por qué estoy cansado?...)

El hombre se volteó en el lugar, como si estuviera viendo algo en la oscuridad, lentamente se encaminó a la izquierda de su posición en dirección a un abismo diferente.

¿Cuantos días pasaron? ¿Cuantas semanas? ¿Cuantos meses? ¿O fueron años?

El no sabía ciertamente, había dejado de contar el tiempo tras su primer milenio de edad, solo seguía su camino con calma, lentamente cambiando de espacio en espacio, el pudo observar una luz en la distancia, algo brillante que lo atraía como una polilla a la luz.

El se dirigió con calma a la luz llendo lentamente hasta que...

(¿Mm?)

Un dolor como el de una aguja a su corazón lo atravesó, un dolor leve pero agudo, un dolor que resonó con una parte de si mismo.

(¿D?... ¿que sucede?)

El hablo consigo mismo, con uno de los seres que conformaban su existencia, teniendo el dolor, el se observó a mismo, revisó las conexiones que el tenía con su pasado, inspeccionó...

Que una de las conexiones con sus hijos había sido cortada.

Un sentimiento de frío lleno su ser, un frío profundo que lo hizo temblar, el había abandonado toda conexión con su pasado, todo aprecio, todo cariño... pero aún así, dentro de el, una pequeña chispa quedaba, una chispa que lo hacía protegerlos, una chispa...

Que le decía que había fallado en su único trabajo.

No... es imposible...

El hombre se dio la vuelta para ver el abismo, vacilando entre si seguir su camino a aquella luz, o si regresar para ver que había pasado, el porque su conexión se había cortado.

Otro pulso lo volvió a llamar... cerrando sus ojos en un suave parpadeo, se dio la vuelta completamente y camino de regreso al abismo... una grieta se abrió frente a el, una grieta que lo guió hacia... un camino peculiar.

Un campo de cerezos, árboles de color rojizo y hojas rosadas adornaban el lugar, con Diariomori lentamente caminando, llegó a la cima de una colina viendo el horizonte y... el como un cuerpo yace recostado con las manos sobre su pecho en una posición tranquila.

...

Un sentimiento de vacío recorrió momentáneamente al hombre que a un paso apresurado se acercó al muchacho, sus pies hundiéndose en la tierra, llevándolo a una desesperación leve, una desesperación que creció en intensidad al sentir... que aquel muchacho no tenía vida... su esencia había sido perdida hace ya demasiado tiempo... el solo se había enterado ahora  porque la lejanía a la que estaba era demasiado grande, tanto que trascendía el arquetipo de distancia elaborado por la comprensión humana.

El se agachó sobre el muchacho, acariciando lentamente su rostro, sin saberlo unas pequeñas lágrimas negras empezaron a recorrer su rostro, lagrimas que demostraban su cariño, un cariño que sin importar su forma, sin importar quién fuera ahora el tendría como el padre que era.

...

El sollozo de aquel ser se escuchó por 9 soles y nueve lunas... su espíritu había sido dañado, sin siquiera ser golpeado, era raro, muy raro... que un ser de su calibre, un ser como el, cometiendo el acto más humano posible, el llorar a un ser querido.

Lentamente en su soledad unos pasos escucho a sus espaldas, una voz que se escuchaba suave y cálida llegó a sentirse en el aire, una voz femenina.

Pero una voz que aparentemente fue ignorada por aquel en su dolor, mientras el tiempo empezó a pasar, esa voz se le acercó una y otra vez cada día, hasta que finalmente...

Quien eres?

El hombre dijo en un tono bajo mientras dejando atrás el cuerpo de su hijo fallecido, lentamente volteo a ver a los ojos a una cara familiar... pero distinta a la vez, un rostro que le sonreía suavemente y con comprensión, transmitiendo le un sentimiento que creía haber olvidado.

Mi nombre es Cirius

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