El pueblo de Grifo
En el pueblo de Grifo hay una despertadora.
Cada mañana se la ve sin demora,
sonando las campanillas de ventanas, puertas y otras.
En el pueblo de Grifo todos se han quedado ciegos;
ciegos de por vida, pero no de nacimiento.
En el pueblo hay también una oscurecedora,
y que quede claro que no es cosa de ciegos inventar palabrotas.
Cada año el pueblo se anima,
cuando es hora de cegar a una nueva nacida.
La llevan en manos hasta la oscurecedora.
La niña tiene suerte, la luz ya no la ahoga.
Para un ciego su ceguera es sagrada,
perder la vista, es no hacer más tretas.
Los ciegos bien saben por qué hacen lo que hacen,
y es que la envidia y el odio ya no flotan en el aire.
Ahora nadie ve, nadie debe preocuparse
por el vestido que usas o por las joyas que compraste.
Ahora todo es más sencillo. Nada es tan complicado.
Aunque a veces en las tardes un mal paso alguien ha dado,
y quizás nuestras letrinas en un mes no se han limpiado,
pero son cosas de ciegos no tener mucho cuidado.
En el pueblo de Grifo una chica se ha perdido,
y en el bosque ha descubierto a un pequeño, a un nuevo amigo.
Se ha acercado a su rostro y la venda le ha quitado.
La chica ha descubierto que ciega nunca ha estado.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top