Y de pronto despiertas
con sus labios en tus labios.
¿Se te puede una siesta
salir de las manos?

La habitación se llena,
menudo espectáculo.
Tu familia entra
y se inmiscuye en tu cuarto.

De boda te hablan
y tu con espanto.
No estás ni despierta
y ya te están casando.

Y dime tú qué harías
si acaso fueras yo.

Buscas a tu chica,
la bruja del páramo.
Tenían cita
a una hora y tanto.

Y de pronto el príncipe,
sin venir al cuento,
te dice que a la bruja
la sacó del reino.

Y dime tú qué harías
si acaso fueras yo.

La verdad es solo una,
y es que nadie se ha planteado,
que la princesa besó al príncipe
sin haber despertado.