Siempre me había preguntado qué se sentía morir, pero creo que nunca lo sabré.

Vivo en una maldita ciudad, sin animo de cambiar.

"La gente exitosa no duerme más de 3 horas" me dijeron. Que mi vida no valía más que el éxito, pero ahora, aquí, nada de eso importaba en realidad.

Ahora estoy en mi hogar, que también se convertirá en mi tumba. Esperando a que una de las otras chicas muera para poder comer algo.

A él no le importa si comemos, viene aquí todas las noches a divertirse, supongo que no se ha dado cuenta de que no nos divertimos mucho.

Ese hijo de puta, me seguía desde hace semanas, pensé que le interesaba, parecía un tipo normal, pero sorpresa querida Aiko, te arrastró a un callejón y te drogó para traerte aquí.

Este lugar no está tan mal, tenemos lo que necesitamos y si le pedimos algo, él lo traerá.

No pedimos comida muy a menudo, lo primero que pedimos, fue un calendario, para contar los días que llevamos aquí. Lamentablemente cuando acabó ya había muerto la mitad de nosotras, pero había nuevas.

El segundo calendario se fue como llegó, al igual que casi todas las otras chicas, Hiromi y yo tuvimos que aprender a sobrevivir.

Ah, no les he contado acerca de Hiromi, es mi mejor amiga aquí, llegó en el mismo calendario que yo, por ahí de la primera pagina, un poco antes que yo.

Me explicó quién era él, como había que tratarlo y que le gustaba, también me ayudó a acostumbrarme a este pequeño espacio, apenas cabemos aquí.

Ella murió hace dos paginas, me prometió que me esperaría ahí, pero no quiero rendirme, él tiene una debilidad, algún día la sabré. 

24 de Mayo, 2009