El secreto de la pintura

Tres estudiantes de la secundaria Anthonian llevan más de una semana desaparecidos, la última vez que se los vio fue el viernes alrededor de las cinco de la tarde. Según algunos testimonios de sus compañeros de clase la última vez que los vieron fue en su último recreo del día, el profesor a cargo y el director están actualmente siendo interrogados por la policía como posibles sospechosos de secuestro; saltó un testimonio anónimo diciendo que los vieron entrando en la oficina del director por última vez antes de que desaparecieran, los alumnos creen que el profesor puede considerarse sospechoso.

Esto fue lo que dijo la TV pública sobre la misteriosa desaparición de Facundo, Sofía y Matías. Para ponerlos al tanto de lo que sucedió, retrocedamos un poco el reloj y les contaré donde comenzó todo.

Facundo estaba yendo a la casa de Matías para ir a la escuela juntos, era su primer día de clases cursando cuarto año del secundario.

— ¿Hiciste la tarea de vacaciones?

— Uffff, Mati estás re pesado con eso. Quedate tranquilo, la hago ahora cuando llegamos al Cole, si total era una pavada.

— Claro, ahora decís que es una pavada pero te digo que en cinco minutos no la vas a terminar.

— Tenés razón, no son ni cinco minutos lo que se necesita para hacerla, se hace en dos con lo fácil que es química.

— Si vos decís... Mira que no te voy a pasar la tarea si me la pedís.

Ya llegando al colegio se cruzaron con Sofí y entraron al aula. A penas entraron en el salón Facundo se puso a hacer la tarea a toda velocidad. Unos minutos después llegó el profesor, se sentó en su pupitre y lo primero que hizo fue preguntar por la tarea. Facundo ya había terminado su tarea y se la puso a comparar con la de Matías.

—Chicos, les dije que la tarea se hacía de manera individual, supongo que no quedó muy clara la consigna.

—No, Profe, solo estaba comparando mis respuestas con las de Mati, nada más.

—Bueno si tanto les gusta comparar respuestas en vez de escuchar a la gente cuando habla entonces vayan a hacerlo afuera, se quedan ahí hasta el recreo.
   Los chicos salieron a regañadientes, pero Sofía no se iba a quedar callada.

—Profe, es muy injusto que solo por ver las respuestas de otra persona en una simple tarea los eche de la clase y encima en el primer día.

— A bueno, quédese tranquila porque usted se va directo a la oficina del director ahora.

   Todos quedaron sorprendidos de mal modo por el comportamiento del profesor, pero no dijeron nada por temor a recibir el mismo castigo. Por otro lado, Sofía estaba muy enojada, salió del salón dando grandes pisotones que resonaron en las paredes hasta que finalmente abandonó el aula. En eso se encontró con los chicos en frente de la puerta.

 — ¿A dónde vas, Sofí?

 — El profesor me mandó con el director solo por decirle que estaba siendo injusto, o sea, yo sabía que el colegio era estricto ¡Pero este profesor ya se pasó! Esto más que estricto es una dictadura. Encima que le pasa, recién es el primer día de clases y ya nos tocó un profesor loco.
Y así transcurrió una semana con los castigos que el profesor les imponía, los chicos insistían en que él solo se desquitaba con ellos por sus problemas personales o algo así. Cuando al fin se cansaron, decidieron que hacerle una jugarreta no estaría nada mal, después de todo solo le iban a dar de probar un poco de su frustración.

   Era viernes de la segunda semana de clases, el profesor siguió con sus ridículos castigos y los chicos se hartaron. Sofí propuso que alteraran los registros para que parezca que el profesor no hizo su trabajo durante las clases, a Facu y Mati les pareció una buena idea, pero el único problema era que los archivos estaban en la oficina del director.

— Chicos, ya casi es el recreo, cuando podamos lo que vamos a hacer es entrar en la oficina del director, Sofí se va a quedar afuera vigilando mientras Mati y yo buscamos los registros semanales.

   En eso, tocó el timbre del recreo y se pusieron manos a la obra. Cómo dijeron, Sofí se quedó en la entrada mientras Mati y Facu buscaron los archivos, pero tardaron tanto que sonó la campana otra vez para indicar que se había terminado el recreo.

— Dale, chicos, que seguro que alguien entra en cualquier momento, apúrense o si quieren nos vamos y después buscan esos registros.

— Bueno dale, los buscamos el lunes de última.

 Sofí entró a la habitación para ayudarles a acomodar todo. De golpe la puerta se cerró abruptamente, cada uno de ellos se sobresaltó.

— Uffff, sonamos, seguro que era alguno de los profesores que nos pescó.
   El silencio se apoderó de la habitación, los tres dirigieron su mirada a la puerta mientras se acercaban lentamente.

— Chicos, es de mala educación entrar sin permiso.

El dueño de la voz no era nadie más que el profesor que los estuvo atormentando desde el primer día, se encontraba sentado en la silla del director con los pies sobre el escritorio.

— ¡¿Cuándo entró el profe?!

— Tranquilizate Sofía, siempre estuve en esta habitación, solo que ustedes no se dieron cuenta.

Facundo, después de analizar las palabras y la fría expresión del profesor, se dio cuenta de que no era posible que una persona adulta se escondiera en algún lugar de esta habitación que tan solo tenía unos pocos archivadores pequeños y un escritorio.

— ¡¿Nos estás tomando el pelo?! Como si una persona se pudiera esconder acá.

— ¿Quién dijo algo sobre que estaba escondido?

Todos quedaron boquiabiertos al escuchar tal afirmación, no podían comprender a que se refería. Mientras los chicos seguían tratando de entender lo que habían oído la puerta se abrió, dejando entrar al dueño del escritorio, el director.

— Buen día, chicos. Los estábamos esperando. Su profesor me dijo acerca de unos alumnos de cuarto año que eran interesantes, veo que no estaba equivocado.

Mientras les explicaba la situación a sus desorientados alumnos, cerró la puerta lentamente. El profesor que antes estaba tranquilamente sentado ahora estaba parando a la derecha del escritorio mirándolos con una sonrisa escalofriante.

El director tomó asiento en su respectivo lugar y les dijo:

— Les voy a decir la razón por la que están acá, su infernal profesor no es más que una ilusión.

— ¿A qué se refiere?

— Mirá Matías, te explico. El profesor encargado de su curso no es más que una pintura del infierno.

Antes de que ellos pudieran replicar sus palabras, el director cambió el curso de su mirada hacia la derecha donde estaba el profesor.

— No te voy a hacer esperar más, podés empezar, quiero cumplir mi parte del trato cuanto antes.

 El profesor caminó lentamente hacia la pintura que destacaba de la habitación y posó su mano en el centro de ella. Su piel comenzó a cambiar de una común a una reseca, su cabello comenzó a desaparecer salvó por unos pocos mechones de ellos. Se dio la vuelta en dirección a los chicos y les dirigió una espantosa y sádica sonrisa, les dijo:

— Hora de empezar.

Después de decir esto dirigió su mirada a la guitarra que se encontraba debajo de la pintura y ésta empezó a flotar hacia él. El profesor extendió la mano para tomarla y cuando lo hizo, con un movimiento de dedos y sin tocarlas arrancó las cuerdas y se las enroscó alrededor del cuello a cada uno de los estudiantes, por último, les dijo:

— Llevémonos bien a partir de hoy.

NOTICIAS DE ÚLTIMO MOMENTO:

Los fiscales revisaron el último lugar en el que fueron vistos los alumnos. Al parecer el presunto secuestro se transformó en un asesinato, al registrar el lugar se encontraron los cuerpos decapitados junto a unas cuerdas de guitarra ensangrentadas y una pintura que tenía una cabeza con otras tres dentro de sus ojos y boca. Según las fotografías de los alumnos éstas pequeñas cabezas en la pintura tenían el mismo rostro que ellos. Los sospechosos se fugaron de la comisaría en dónde estaban siendo retenidos y siguen prófugos. 

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