Maldito Normie VI
Punto de vista de Tn.
Tal y como habíamos quedado, esperaba sentado en un banco a Miércoles para poder ir juntos al cine ya que no quiso que fuera a recogerla. Me puse lo más guapo posible ya que quería estar presentable para ella. Por fin vi pararse el autobús y los pasajeros bajaban hablando entre ellos algo que no alcanzaba a escuchar.
―¿Qué ocurrirá?―pensé mientras miraba como todos tenían la misma reacción.
Al cabo de poco vi lo que sucedía, bajó Miércoles. Iba con una ropa oscura, una trenza y estaba mucho más guapa que de normal.
―Hola―saludé con una sonrisa―te ves muy bien.
―Puedes ahorrarte los halagos―dijo―me veo horrible.
―Que va, te ves fantástica―le di un pequeño beso―de verdad.
―Gracias―miró a otro lado, supongo que por vergüenza.
La tome de la mano, entrelace mis dedos con los suyos y caminamos juntos. Le pregunte como le habían ido las clases y ella simplemente soltó un; aburridas. Al cabo de un poco, liberé mi mano para rodearla con el brazo por su nuca y acercarla a mí.
―¿Lista para ver la película?―pregunté con una gran sonrisa.
―Por supuesto.
Ya teníamos todo, las entradas y el picoteo que deje en un pequeño asiento antes de entrar ya que teníamos tiempo. Noté unos pasos que se acercaban y al voltear, pude ver a un grupo de chicos que solamente buscaban problemas. Eran de mi colegio, todo el mundo los conocía.
―Ey, si es el pequeño Tn―dijo el líder mientras me tomaba del hombro―hace mucho que no te pido dinero.
―Ni le pedirás más veces sino quieres acabar muy mal―intervino Miércoles.
―¿Y está mocosa?
―No se te ocurra llamarla así―dije enfadado.
Este se echó a reír junto al resto.
―¿O sino qué?―le di un fuerte puñetazo en el pómulo que lo tiró al suelo.
Era la primera vez que me defendía, y sobretodo que golpeaba a alguien, odiaba la violencia, pero sentí una rabia el ver como insultaban a mi chica.
Paralizado por mi acción, los otros se acercaron a mí para vengar a su compañero. Fue entonces cuando la vi en acción. Miércoles se libró tan sumamente fácil de ellos que quedé asombrado. El primero quedó en el suelo, otro sujetando su nariz y el último metido en una papelera. El líder tomó a sus amigos y se marcharon corriendo.
―Idiotas―comentó mientras se limpiaba la ropa un poco.
―Eso ha sido...¡jodidamente increíble!―dije mientras le plantaba un sonoro beso.
―No ha sido nada―replicó ella.
―¿Qué no?, Miércoles...me has dejado de piedra.
Eso hizo que esbozase una media sonrisa y entonces vimos el cartel, ya teníamos que entrar. Durante toda la película de miedo, la gente gritaba y gritaba. En cambio Miércoles parecía disfrutar mucho de ella.
Al salir, ya nos habíamos comido todas las palomitas y bebida. Le di mi botella de agua porque sabía tenía sed.
―Estás siempre en todo
―Es mi deber como novio
―Se me hace raro
―¿El qué?
―Decir que tengo novio.
Yo sonreí divertido hasta que me dio un pequeño puñetazo en el brazo.
Como la cafetería estaba llena, fuimos a mi casa. Mi madre estaba trabajando así que estaba con ella a solas. Le serví un café hecho con mucho amor y unas pastas que tenía preparada para la ocasión. Ella agradeció el gesto, estaba muy tranquila y eso también me alegraba.
―Pronto vendrán mis padres a Nevermore, me gustaría que los conocieras―comentó con un tono algo preocupado.
―Claro, encantado―sonreí.
―Debo avisar de que son...algo...peculiares―yo reí.
―Hombres lobo, vampiros, personas que pueden convertirte en piedra...¿qué hay más raro que eso?―ella suspiró.
―Supongo que tienes razón.
Luego de eso fuimos a mi cuarto, nos tumbamos y ella apoyó su cabeza en mi pecho. Hablando, salió el tema de que se rumoreaba de que un vampiro rondaba el pueblo y atacaba de noche. Lo había oído en la radio y ella enseguida habló con Enid para saber más.
―Luego te cuento estoy con Yoko―dijo ella antes de colgar.
―Siempre antepone los chismes
―Anda, disfrutemos de estar juntos.
Ella volteó y se colocó encima de mí antes de besarnos. Poco a poco fui notando un calor por todo mi cuerpo mientras ella me mordía suavemente en el cuello. Suspiraba con cada beso, cada caricia...mi manos se deslizó por su espalda hasta llegar a su trasero para manosearlo debajo de su falda haciendo que ella parase durante unos segundos. Tal vez había sido demasiado pero ella continuó lentamente mordiendo mi cuello.
Todo iba bien hasta que un grito nos hizo separarnos. Salimos a la calle tras ver a gente rodeando algo que no se podía ver. Al acercarnos, vimos un cuerpo sangrando por una mordedura de vampiro. Miércoles miraba a un lado y a otro.
―Entonces es verdad―dije algo asustado.
―Será mejor no separarse―comentó ella.
La policía y médicos llegaron y le pararon la hemorragia. No era una mordedura normal, había ido a matar. La gente se alejó por orden de la policía y regresamos a casa. Yo estaba algo asustado y ella me tomó de las manos.
―Está noche que tu madre duerma con vigilancia, tú te vienes a mi habitación―yo abrí los ojos.
―Pero...
―Nada de peros, hablaré con la academia.
Al final logró hacerlo. Mi madre se quedaría con unos familiares y yo en la academia. Al llegar, Enid me dio un fuerte abrazo y me ayudó a instalarme.
―Que bien, un nuevo roomie―dijo mientras me volvía a abrazar.
―Deja de abrazar a Tn
―Perdón, eso es tu trabajo
―Así es.
Esa noche empezó a llover pero no era muy fuerte, solamente la suficiente para helar a una persona. Hacia frío y mientras me tapaba en la cama de Miércoles, con Cosa ya en su cama durmiendo, si es que dormía, mi novia me abrazaba pero estaba pensativa.
―Tranquila, ya darán con él―susurré.
―Si, supongo que sí.
Al cabo de un buen rato, ya en silencio, noté algo, Enid se puso a mi lado.
―Hoy dormiré con vosotros, tengo miedo a los rayos―comentó.
―Enid...ya somos muchos
―A Tn no le importa, ¿verdad?―me miró con ojos de cachorrito.
―Supongo que puede dormir con nosotros
―¡Gracias!―me abrazó y colocó su cabeza en mi pecho―buenas noches.
―Enid saca de ahí tu cabeza
―Hay espacio para las dos
―Me da igual, y tú Tn deberías ser más firme en esto.
Adoraba aquella mirada seria, fría y que te mataba, la besé con una pasión que no era propia de mi sorprendiendo a ambas.
―Enid danos un poco de tiempo―dije mientras la seguía besando.
―No, hoy no―dijo Miércoles―pero si te permito besos.
Enid se colocó unos tapones y se fue a su cama, aunque durante los besos y caricias que fueron un poco más durante esa hora, pude captar la mirada de la joven desde su cama, pero en ese preciso momento no me importaba.
Todo ello con el vampiro rondando a sus anchas.
Continuará...
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