Enamorada de un normie II
Punto de vista de Tn
Había quedado con Enid esa misma tarde para ir por Jerichó y que me contase mucho más sobre el pueblo y la academia. Todavía era un recién llegado, apenas conocía el lugar. Ella amablemente se había ofrecido encantada. Llegó con el uniforme de la academia y esa gran sonrisa que tanto parecía caracterizarla. Me dio un fuerte abrazo que por poco me parte en dos y tuvo que retirarse al cabo de unos pocos segundos tras percatarse de ello.
—Lo siento—dijo avergonzada—me cuesta controlar la fuerza.
—Ya lo veo...jeje—mi espalda se sentía adolorida.
—Venga, voy a enseñarte el pueblo.
Caminamos lentamente ya que todavía era pronto. El pueblo era tan distinto a la ciudad que me gustaba mucho la tranquilidad. Tienda a tienda, fuimos recorriendo hasta que nos metimos a la cafetería a tomar algo. Invité a Enid como compensación por tomarse la molestia.
—Dime, ¿tienes novia?—sacó un blog de notas.
—Esto...no—respondí—no tengo novia ni tampoco he tenido.
—Ajá—ella escribió algo—¿hay alguna chica en la que estés interesado?.
—No, de momento no.
Ella estuvo un buen rato haciendo preguntas y anotando cosas, según tenía entendido por Miércoles, Enid era la número uno en los chismes. Parecía muy concentrada en lo suyo hasta que por fin dio por finalizada la entrevista.
—¿Y tú?—pregunté.
—Estoy con un chico, una gorgona, ya sabes...puede convertirte en piedra y...—paró de pronto, miraba por la ventana y algo captaba su atención.
Vi a un chico, ella comentó que era su novio cuando de golpe, le vimos darse un beso con una normie. Volteé a ver a la joven loba que se llevó las manos a la cara mientras sus ojos comenzaban a ponerse vidriosos. Luego se llevó la mano al pecho, parecía que le fuera a dar un ataque de ansiedad. Enseguida me puse a su lado para calmarla y recibí un fuerte abrazo.
—Sabía que nuestra relación no estaba bien pero...creí que era un bache...solamente eso—a pesar de conocerla de tan poco tiempo me daba mucha pena por ella.
—Tranquila, puedes desahogarte—susurré mientras le limpiaba las lágrimas.
Entonces vi que se dio unas palmadas en la cara y puso un rostro serio que me asustó.
—Voy a darle una paliza—antes de poder detenerla la vi salir por la puerta.
Me quedé viendo por la ventana mientras se dirigía allí. No podía escuchar nada pero si verlo e intuir lo que pasaba. El joven enseguida se puso a la defensiva aterrado. La otra chica retrocedió unos pasos cuando Enid agarró a Ajax de la camisa, lo levantó antes de mandarlo volar contra el suelo. Luego se acercó de nuevo y le dio unos cuantos golpes en la cara que seguramente le dejarían marca.
Una vez hecho eso, Ajax con la ayuda de la chica se levantó y se marchó. Enid regresó y estaba con algo de calor por la pelea así que pidió algo fresco.
—Lamento que hayas tenido que ver eso—comentó—no quería que me vieras enfadada.
—Ha sido impresionante—dije—ver en acción a una loba.
Después de eso tocaba regresar a Nevermore. La llevé hasta la puerta y me pidió quedarme un rato más con ella hablando así que salimos del vehículo. Estuvimos allí, hablando de todo un poco, me lo pasaba muy bien con ella.
—Gracias por animarme con lo de Ajax—susurró mientras me abrazaba.
—Oye—dije levantando su rostro por la barbilla—no pasa nada. Si necesitas hablar o ser escuchada me lo dices. Sé que Miércoles no es buena en ello.
Ambos nos reímos hasta que apareció ella.
—Enid, es hora de entrar—dijo.
—Voy, nos vemos Tn—nos despedimos y ella fue dando unos saltos.
Luego se acercó a mí con esa mirada tan fría.
—Me alegra verte aquí—comentó—Enid necesitaba a alguien como tú.
—¿Cómo yo?
—Alguien bueno en esto de escuchar y no ser un capullo insensible—respondió—me alegra verte. He podido recordar que ayudaste en varias ocasiones a mi hermano, gracias.
—No es nada, a mi me alegra verte rodeada de buena gente
—Salvo Ajax.
Ella miró a la entrada donde Enid aguardaba.
—Me voy ya, cuídate—dije antes de ir al coche.
—Igualmente.
Punto de vista de Enid.
El imbécil de Ajax había traicionado mi confianza. Ahora estaba soltera de nuevo, pero por alguna razón sentía más ligera. Quizás la preocupación de mi relación lastraba mucho y eso terminó por romper el amor que sentía por él. Ahora ambos haríamos nuestras vidas por su camino aunque estemos en la misma academia.
—Lo siento—dijo Miércoles—lo de Ajax.
—Ah...gracias...entre tú y Tn me habéis ayudado mucho a sobrellevarlo.
—Tn es buen chico, me recuerda a mi hermano—comentó.
Esa noche, tumbada sobre la cama mientras Cosa y Miércoles jugaban al ajedrez, recibí memes y reels graciosos que me sacaron más de una sonrisa. Ella pareció percatarse pues me preguntó por ello y yo le respondí.
—Miércoles, tú conoces mejor a Tn—empecé.
—Si vas a pedirle una cita permite que te recuerde que apenas he estado en contacto con él. De hecho hemos hablado más desde su estancia en Jerichó—miraba el tablero y hablaba sin mirarme.
—No te iba a hablar sobre eso, además, he roto con Ajax está misma tarde y apenas conozco a Tn—me defendí.
—Enid, nos conocemos, demasiado bien—dijo—pero tratándose de Tn probablemente sea mejor pareja de Ajax. En lo que has estado con esa gorgona apenas hablabas por teléfono porque siempre iba fumado o estaba con amigos.
—También le veía más
—Lo que quiero decir es que con Tn...la cosa podría funcionar. Pero aún es temprano, date un tiempo para aclarar tus sentimientos y ver como se desarrolla tu amistad con él.
Yo quedé impresionada por el consejo, no parecía ella misma.
—Gracias—le fui a dar un abrazo pero se negó.
Los siguientes días no podía estar con Tn y conocerlo mucho mejor ya que los pases a Jerichó estaban limitados así que hablamos por teléfono. Sin embargo, lo peor fue ver a Ajax en las clases o por los pasillos así que yo le evitaba todo lo que podía.
Cuando llegó el día de ir a Jerichó, me fui probando distintos modelos.
—Enid, recuerda que Tn no es tan despistado como Ajax—comentó mientras tecleaba—si intentas algo se percatará de ello.
—¿Demasiado llamativa?—le mostré un conjunto.
—Si—contestó.
—¿Y este que tal?, ¿será mucho color?—ella me miró un instante.
—Si tuvieras un hijo saldría un niño arcoirís.
Al final me decidí por uno que me gustó mucho con gorrito rojo.
—Buena suerte—escuché decir antes de cerrar la puerta.
—Gracias roomie.
Cuando llegué a Jerichó ahí estaba él, vestido con camiseta arremangada y unos vaqueros, realmente tenía un buen gusto por la moda.
—Hola—se acercó y me dio dos besos—¿vamos?—preguntó con una sonrisa que hizo que mi corazón diera un vuelco.
—Claro—contesté mientras me ponía a su lado.
Continuará...
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