Chico de la limpieza V-Final


Ese día llegue a Nevermore con cierta tristeza. No vi a las chicas hasta uno de los descansos en los que ambas se acercaron a mí. Era también mi momento para poder comer un poco. Mientras lo hacia, por fin me decidí a hablar del tema que tanto ocupaba mi mente, pero sobretodo mi corazón el cual desde hacia un tiempo pertenecía a Miércoles.

—Chicas, hoy es mi último día aquí—dije.

—¿Qué?—Enid dio un salto—¿te han despedido?.

Miércoles guardaba silencio.

—No, mi madre se ha operado y ahora tiene otras tantas en otro lugar. En un hospital con máquinas más avanzadas y los cirujanos acudirán a esas instalaciones a operarla. También tendrá que estar meses a base de pruebas médicas—explique.

—Eso quiere decir...—comenzó a Enid quien volteó a mirar a su compañera.

Yo agaché la cabeza triste. La gótica se acercó a mí y me dio un pequeño beso en la mejilla.

—Debo admitir que lo nuestro fue bonito...pero es lo mejor para los dos—comentó. Yo tenía ganas de llorar.

Antes de decir nada más, la campana sonó y teníamos que regresar a nuestras tareas. Nos despedimos y nos separamos. El resto de mi horario estuve triste, haciendo mi faena pero con el corazón roto. Yo suspiraba cada cierto tiempo. Me dolía el pecho un poco sabiendo que no volvería a ver esa fría mirada y esos ojos asesinos que tanto me atrapaban.

Una vez cambiado y aseado, me fui a su habitación para despedirme pues a la mañana siguiente me tendría que ir temprano.

—Tn—me dio un abrazo—te echaremos mucho de menos.

—Y yo a vosotras, gracias por transmitirme tu optimismo Enid—ella me dio un pequeño golpe en el hombro.

Al entrar, Enid me dejó a solas con ella. Estaba escribiendo. Me acerque y me senté a su lado.

—Estoy escribiendo—en un momento le tomé la mano y la hice mirarme.

—Te voy a echar de menos...Miércoles Addams...me has robado por completo el corazón—le sonreí mientras algunas lágrimas se deslizaban lentamente por mis mejillas.

—Eres demasiado emocional, débil...—nos dimos un abrazo. No quería que este momento se acabase, quería que durase eternamente pero finalmente ante la resistencia de ambos, nos separamos un momento antes de darnos ese último beso.

—Te quiero—susurré.

Me marche de la habitación, nos miramos una última vez. El regreso a Jerichó fue el más silencioso que nunca había tenido. Ni siquiera encendí la radio, miré por el retrovisor el edificio hasta que lo perdí de vista.

Esa noche mi madre ya tenía todo preparado. Estaba mucho mejor, más fuerte y había cogido todo el peso que perdió durante la etapa en su hospital. Ambos cenamos tranquilos como hacia mucho que no teníamos.

—Tn, ¿qué ocurre?—preguntó.

—Nada, ¿por?

—Es esa chica...¿verdad?—asentí y comencé a llorar.

Ella me dio un cálido abrazo y me besó la frente.

Aquella noche apenas pude dormir, sabiendo que hasta dentro de unos cuantos meses no vería a mi Miércoles. Y seguramente, habrá encontrado a alguien mejor que yo. Mi madre se quedó un rato en la puerta de mi cuarto hablando de lo mucho que lo sentía. Yo le resté importancia diciendo que era un tema de salud y por ella.

En la mañana siguiente, durante el desayuno, apenas comí algo. Me guardé un poco por si durante el trayecto me entraba el hambre. Salí y vimos el coche aparcado. Abrí el maletero y metí las maletas de mi madre, solamente faltaban las mías.

—Tn, ¿podemos hablar un momento antes de irnos?—yo asentí.


Punto de vista de Miércoles.

Miré por la ventana, hoy era el día en que ese normie se iba con su madre. Aún podía sentir sus malditos labios en los míos si me esforzaba. ¿Cómo me había dejado engatusar por él?, la imagen de su sonrisa se dibujó en mi mente. Y comprendí...acepté...que era amor, algo que desde Tyler nunca imaginé.

—Le echas de menos, ¿no?—la voz de Enid sonaba melancolica.

—Si...se ha ido...—apoyé mis manos en la barandilla—así que esto es el amor...

—Si, es duro.

Tras un rato mirando el horizonte, bajamos a desayunar. Apenas comí pues el hambre parecía esquivarme. Enid comió también poco, en el transcurso de esos días en los cuales coincidimos con Tn, ella había hecho una buena amistad.

—Tú también lo echas en falta—dije.

—Sí, además me mantenía al tanto de los chismes de Jerichó, era mi enviado especial—dijo con una sonrisa antes de soltar unas lágrimas.

Ese día teníamos libre así que salimos a dar una vuelta por el bosque. Estuvimos con Eugene recolectando setas que luego serviría para hacer unas recetas que quería hacer Enid. 

—Estoy agotada—dijo la loba quitándose el sudor.

—A pesar de ser una loba no estás hecha para el campo.

—Tenemos un montón—Eugene miraba su cesta repleta de setas.

—Miércoles...—empezó Enid—mira.

Yo miré en la dirección y vi a Tn apoyado en un pilar, cerca de él estaba su coche.

—¿Qué estás haciendo aquí?, la despedida fue ayer...no quiero despedirme otra vez—dije fría.


Punto de vista de Tn.

Allí estaba ella con esa mirada, tenía la ropa un poco sucia y me preguntó que hacia allí.

—Mi madre ha decidido irse con una familiar que vive en el lugar cercano al hospital y me ha obligado a estar aquí a aguantarte—dije sonriente.

—¿Quién ha dicho que vaya a querer que estés aquí?.

Me puse muy cerca suya y la miré a los ojos, guardando silencio durante unos momentos.

—Si realmente quieres que me vaya...dilo...y me iré.

Miércoles suspiró y agachó un poco la cabeza. La tomé del mentón y la besé de la manera más tierna que pude. Ella correspondió el beso, me rodeó con los brazos y continuamos con ese beso hasta que tuvimos que separarnos por falta de aire.

—Te quiero Miércoles Addams—dije con la mayor sonrisa.

—No hagas eso...sonreír de esa forma—desvió la mirada y la abracé como si fueran a quitármela.

Luego de ducharse y ponerse ropa limpia vino hasta mí. Enid iba detrás sacando algunas fotos.

—Enid te voy a matar si sigues con las fotos—dijo ella enfadada.

Yo me extrañe al verla con una maleta.

—¿Dónde vas con eso?

—Durante los fin de semanas viviré en tu casa para vigilarte, alguien se tiene que asegurar de que no te hagan daño. No voy a dejar que estés solo—dijo con un pequeño rubor.

—Ya veo.

Puse sus cosas en el coche, nos despedimos de Enid y nos marchamos de Nevermore a Jerichó. Yo mientras tanto empecé a intentar buscar una buena emisora.

—Deja está canción, me gusta mucho—dijo quitando mi mano de los botones de la radio.

—Cómo quieras.

Iba a estar muy feliz con ella después de una despedida triste con mi madre. Aunque sabía que estaría bien cuidada. Yo mientras dejaría de trabajar para dedicarme a mis exámenes y aprobar, estando con Miércoles cuando podía.

Y así, con la música de fondo, emprendimos nuestro primer fin de semana juntos.

https://youtu.be/O4irXQhgMqg

De esta manera, la historia ha llegado a su fin.

Espero que les haya gustado :D

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