• Mis Solitarias Tardes •

Y de esa forma descubrí que mis tardes eran solitarias, no importa con cuantos espíritus me rodeará, siempre estaría solo, es algo sentimental tener que recordar cómo me hundía en las mantas de mi "cama", buscando el calor de una compañía por más mínima que fuera, incluso intente enseñar a un pájaro a hablar para tener una conversación con alguien más aparte de mis sombras. 
El ave exclamó un día "Hola" y fue el momento más feliz de mi vida, ahora podía salir de mi hogar siempre pensando que al regresar alguien me dirá "Hola", solo busco que alguien me diga "Bienvenido a casa", no importa quién sea, solo quiero que alguien más me hable, que podamos jugar, compartir nuestros días, agotarnos hasta caer rendidos entre las mantas para dormir y soñar.

Esta casa ha sido el único lugar que conozco como la palma de mi mano, cuantas grietas tiene, cuantas ventanas, el número de escalones, la ubicación de los muebles, puedo caminar por el lugar sin necesidad de tener abiertos los ojos, no necesito tocar los muebles con las manos para saber dónde están, ¿Entiendes? Mi soledad me ha llevado a memorizar este lugar, me ha hecho caer en una depresión silenciosa por querer tener contacto con la gente, soy un ave enjaulada.

Regreso una mañana de invierno a este lugar, me encuentro con una alfombra blanca cubriendo el jardín, yo estuve ausente, ¿Sabes por qué? Por qué cambie de jaula por una temporada, la gente que me acogió dijo que no podía morir en el frío, no aún, ¿Cuándo voy a morir? Es una pregunta muy frecuente para mí, cuando estás solo sin más que hacer, únicamente meditando por un bien, la pregunta "¿Qué pasará si muero?" llega de la nada, quieres experimentarlo aún sabiendo que será lo último que puedes llegar a hacer y no tendras respuesta. Ese día volví a caer en soledad, como dije, el invierno había cubierto por completo la casa donde paso mi soledad, no culpo a la naturaleza, a fin de cuentas hay reglas en la vida, pero no estaba listo para haber perdido a mi primer amigo, el ave que enseñé a decir "Hola" dijo "Adiós" sin necesidad de emitir un sonido, estaba muerto.

Te conozco un día de la nada, apenas puedo articular unas cuantas palabras, te ves mal, ¿Te hicieron daño? No te preocupes pequeña niña generosa, voy a ayudarte, nadie te hará daño mientras esté vivo. Intercambiamos unas palabras y por un momento olvido que hay algo llamado soledad, ¿Así se siente hablar sin tener miedo? Tal vez te preguntes por que no se expresarme o tal vez te dé igual, pero para alguien que siempre ha sido callado por voces más fuertes, tener una conversación en donde ambos podemos expresarnos, es lo más raro que he experimentado.

Tus suaves mejillas me recuerdan a los melocotones de primavera, tienes unos labios de color cereza ¿Sabrán igual que la fruta? Una bella sonrisa que alegra mi vida, tus sentimientos son como la nieve, blancos, puros, sin imperfecciones, ¿Sabías que el pardo de las plumas de los halcones me recuerdan a tu cabello? Es especial esta comparación, tal vez por qué quiero verme egoista y comparar lo bello con lo feo... Niña generosa, me presento.. Soy Minamoto Masaru, un ave de especie halcón y prisionero de esta jaula llamada hogar, mis sentimientos por ti se desbordan como el agua de las cascadas, caen en un pozo profundo acumulandose, hasta formar un estanque de emociones incontrolables hacia ti.

Deseo escuchar tu voz pronunciando mi nombre, dandome una bienvenida e invitarme a hablar contigo toda la noche, expresaría mis más honestos sentimientos hacia ti, poniendo de testigo a las estrellas  que no miento, que ninguna palabra es falsa y solo es la pura verdad de mi amor incontrolable por ti.

. . .

Regreso a mi nido llorando, desbordo lágrimas como los sentimientos que siento por ti, te alejaste de mí, volaste libre por el horizonte, espero seas libre pequeña niña generosa, déjame morir solo en esta jaula, pensando en tu felicidad junto a ese pequeño copo de nieve, son los dos luceros que veo en el cielo nocturno y que iluminan las penas de mi vida, quiero dormir para siempre, pues tengo fe en que al despertar tu volveras, me amaras tanto como yo lo hago. 

La soledad me invade otra vez, pero es lo único que deseo tener, así se que tu estaras bien, por que el destino no nos quiso juntos, pero no impide amarnos. 

Hiroko, mi niña generosa... Gracias por acompañarme en mi soledad, solo eras tú y nuestro hijo y eso era más que suficiente para no estar solo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top