• Maldito Destino •
Aún recuerdo la primera vez que ví a esa pulga enana corriendo por el instituto, maldita sea, se veía tan lindo corriendo con ese gato en manos... Un gato que se parece...
—¡Bao Yang!
Mi nombre es Yang Xiao Li, algunos me dicen XiaoLi o solo Li... Pero no es lo importante en esta historia, sino, el como conocí a esa pulga y no, no me refiero a esta vida...
Era un presumido de mierda, alardeando sobre lo "increíble" que es, Akiyama Derek, el chico prodigio de la casa, el favorito del maestro Bennett, tan perfecto a la vista de mi maestro, sin embargo, solo es un aprovechado, no sabe cuanto lo odio y más cuando cree tener poder sobre mí, sin embargo, por ciertas cuestiones él fue "libre" de este lugar ¿Y yo? Yo me quedé en este maldito lugar, no sabes cuanto lo odio...
Su delgado cuello entre mis manos, no sabe el placer que siento de por fin tenerlo bajo mi dominio, voy a matarte.
—Espere cada día y noche por tenerte así
Solo vi como tratabas de liberarte, ¿No puedes? Eres débil... Veo como buscas con la mirada a tu acompañante, ¿Cómo se llamaba? Cierto, Rigel, el mapache de la familia japonesa... Es una pena que tengan que morir aquí.
...
Me encanta el caos que forme, todas las vidas que tomé, fue divertido para mí ver cuando llegaste a tu templo a "advertir" a los demás del problema... Si supieran que tú moriste en mis manos desde mucho antes y lo único que veían era un cuerpo manipulado... Espero mi próxima vida para destruirte otra vez.
....
¡Te atrapé! Maldito enano como te atreves a robar a mi Bao Yang... Estamos en la terraza de la escuela, no hay escapatoria.
—¡Devuelve a mi gato, idiota!
—¡No! Tú te robaste mis hojas de proyecto, además, me hiciste quedar como un idiota en la clase de termodinámica
—No te hice quedar, ya eras idiota desde un inicio
Un chico de cabello negro sujetaba de la bufanda a un chico albino, quien cargaba en sus brazos un gato siames peludo. El chico más alto iba a arrebatar al gato de sus manos, pero cuando sus dedos rozaron la mano contraria...
Las pálidas mejillas de una joven albina se tornaban de rojo, la nieve golpeaba su rostro con fuerza, en sus brazos cargaba un bulto pequeño.
—Junko, prometo que voy a sacarte de aquí... Ese monstruo no va a encontrarnos, tu vida en el pasado ya fue difícil y yo me encargaré de que no sufras más
El escenario cambio, el atardecer se reflejaba através de una ventana, XiaoLi veía a un niño frente al cuerpo inerte de una mujer.
—Mami... ¿Por qué no despiertas? ... Es hora de ir al parque...
...
Akira observaba otro tipo de escenario, uno muy distinto al que observaba XiaoLi. El sonido de las cigarras le indicaba que estaban en verano, una mujer paseaba con un bebé en manos.
—XiaoLi, estoy segura que serás muy feliz, un niño sonriente, no sabes lo mucho que deseo, que cuando seas mayor... Conoscas a tu amor verdadero, así como yo conocí a tu padre, quiero que tengas una historia de amor, una vida feliz y llena de grandes recuerdos
El recuerdo cambio de la nada, se veía a un joven de tal vez dieciseis años, cargando a una cría de gato en sus manos.
—Bao Yang, estamos comenzando una nueva aventura, tu y yo contra el mundo, vamos a encontrar a nuestra pareja destinada, tal y como mamá lo desea, cumpliremos su deseo sin importar que...
Los recuerdos se cruzaron, ambos veían su vida pasada.
—¡Derek! ¡Juro que te mataré en todas tus vidas! ¡Me verás hasta en tus pesadillas!—gritó un chico rubio—.
—¡Zeke! ¡Matame todas las veces que quieras! Pero jamás obtendras lo que quieres, ¡No mientras viva! Te estaré esperando
Se separon de golpe, lo único que podían percibir, era una ligera brisa, pronto comenzaría a llover. Bao, el gato de XiaoLi, comenzó a maullar suavemente, Akira entregó la mascota al más alto con cuidado.
—Oye...
—Olvídalo ¿Si?
Dijo para seguído recoger sus cosas del suelo y salir de ahí, sin embargo...
—Derek... No se que nuevo juego sea este, pero... Lo siento...
Se disculpó de la nada, una disculpa sincera y sin rastros de burla o maldad, XiaoLi era y es diferente...
El albino se detuvo, había escuchado las palabras, más había algo que no le hacía confiar.
—No quiero tus disculpas, tampoco se que fue eso... Pero si sabes quien fui, alejate de mi, alejate de las personas que me rodean y pobre de ti si llegas a dañarlas...
Sentencio sin pizca de remordimiento, el contrario frunció el ceño y mientras el albino se alejaba, él solo gritó.
—¡Tampoco te quiero en mi vida! ¡Ojalá te mueras pronto!
Duele... ¿Por qué? ¿Por qué duele decirle eso? ¿Por qué me dolió lo que me dijo? Maldito destino.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top