Navidad, dulce Navidad
Nos introducimos en un tema peliagudo y escabroso que puede enojar a mucha gente, pero procuraremos ceñirnos a los hechos.
Hay controversia sobre los evangelios, pues había más de cien escritos y fragmentos de los cuales la iglesia solo seleccionó tardíamente 4 y con métodos bastante risibles. Los demás fueron calificados como apócrifos (aunque muchos están disponibles).
Parece que el primero de los cuatro seleccionados o canónicos, el de Marcos, que no acompañó a Jesucristo, sino que fue discípulo de Pedro, es el más veraz. Este no dice nada sobre el nacimiento y la infancia de Jesús.
Después hay un empeño en convencer a todos de que Cristo era el Mesías que esperaba el pueblo y que haría retornar la gloria del imperio de David, recordado con nostalgia (como el Israel actual lo sigue añorando). Para eso, Mateo (que no es el apostol Leví y que debió leer primero el evangelio de Marcos) y Lucas (que acompañó a san Pablo y que escribió posteriormente a aquellos dos), trazan genealogías larguísimas y claramente falsas que hacen descender a José, el padre de Jesús, del rey David y a través de este del antiquísimo patriarca Abraham. Mateo se desvive por arreglar todo para que coincida con las profecías de Isaías y otros.
Además de las genealogías, Mateo dice lacónicamente y con bastante morro, que Jesús nació en Belén, la misma ciudad donde había nacido David:
Mt 2-1 Jesús nació en Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes.
Sin embargo, José vivía en Nazaret, con su esposa la virgen María, casi en la otra punta de Israel. Es de suponer que Lucas no encontraba razón para que se desplazaran a Belén y se inventó un censo romano provincial que, según los datos históricos no existió o no concuerda con el reinado de Herodes. En todo caso eran censos de bienes, fiscales, para abonar impuestos en el mismo lugar de residencia. Aceptar esto supone también dar por válidas las genealogías y que José era de Belén, cosa muy dudosa después de ver tanto arreglo.
Lucas, pues, llevado del ansia de hacer coincidir el lugar de nacimiento de Jesús con el de David, completó la historia de Mateo con el motivo del desplazamiento por el censo. Y de paso lo adornó todo con el portalito y el pesebre:
Lc 2 1 Por aquel entonces se publicó un edicto de César Augusto, por el que se ordenaba que se empadronase todo el mundo.
2 Este primer empadronamiento tuvo lugar siendo Cirino gobernador de Siria.
3 Todos fueron a empadronarse, cada cual a su ciudad.
4 También José subió desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, llamada Belén, por ser él de la casa y familia de David,
5 para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta.
6 Mientras estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento
7 y dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el albergue.
Para más ornato introdujo también la adoración de los pastores, avisados por los angeles;
Lc2 15 Cuando los ángeles los dejaron y se fueron al cielo, los pastores se decían unos a otros: «Vamos a Belén a ver lo que ha sucedido, eso que el Señor nos ha manifestado.»
16 Fueron a toda prisa y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre.
20 Los pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto, tal como se les había anunciado.
Juan no dice nada tampoco sobre el nacimiento y la infancia de Jesús. Así pues, no hay fecha, ni lugar válido, aunque lo más probable es que naciera en Nazaret, en su casa y no en un pesebre. Antiguamente se solía nombrar a la gente por el lugar de nacimiento y nunca se dijo "Jesús de Belén", sino "Jesús de Nazaret".
¿Porqué celebramos entonces la Navidad el 25 de Diciembre? Porque esa era la fecha de la gran fiesta pagana del Sol Invicto, la fiesta del solsticio de invierno y la Iglesia quería apagar los ecos del paganismo sepultando esa fiesta bajo la suya propia, como sepultaba los monumentos de otras religiones bajo sus propias basílicas. Y se adoptó esa fecha como la del nacimiento de Jesús.
Por tanto, los nacimientos con sus figuritas y sus camellos y el portal de Belén es un cuento pastoril que además va perdiendo su atractivo según las sociedades se modernizan y se alejan del campesinado y las faenas agrícolas y ganaderas. Hoy día la mayoría de la gente prefiere instalar en su salón el árbol de Navidad y no el portal del Belén.
En cuanto al episodio de los Reyes Magos (que no estuvieron en el pesebre, en todo caso), y lo relacionado con él, como la matanza de los inocentes por Herodes y la huida a Egipto, lo trataremos en el siguiente capítulo.
Posdata: En los evangelios apócrifos hay más datos sobre el nacimiento y la infancia de Jesús, pero he preferido no meterme con ellos porque si se les da validez a unos habría que dársela a otros. Unos en que, por ejemplo, cuando otro infante se echaba a la espalda de Jesús niño jugando, este se volvía y lo mataba con sus poderes...Si alguien quiere más datos que lo ponga en los comentarios.
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