La costilla de Adán

Se ha defendido por algunos que la mujer es tratada de un modo igualitario con el hombre en la Biblia. Pero no sólo el episodio de la costilla desmiente esto (dejamos a la consideración de lectoras y lectores el análisis del posible machismo implícito en el hecho). Otros muchos pasajes diseminados a lo largo del libro dejan clara la subordinación de la mujer en el sistema bíblico patriarcal.

Por ejemplo, cuando en Éxodo 20: 17 se dice:

17 No codiciarás la casa de tu prójimo, ni codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo.»

En ningún momento se dice "no codiciarás al marido de tu vecina".

O cuando en Éxodo 19 se lee:

10 Yahvé dijo a Moisés: «Ve al pueblo y que se purifiquen hoy y mañana; que laven sus vestidos

11 y estén preparados para el tercer día; porque el tercer día descenderá Yahvé sobre el monte Sinaí a la vista de todo el pueblo.

14 Moisés bajó del monte, adonde estaba el pueblo, lo purificó y ellos lavaron sus vestidos.

15 Después dijo al pueblo: «Estad preparados para el tercer día; no os acerquéis a vuestra mujer.»

Tampoco leemos: "No os acerquéis a vuestro marido".

En cuanto a las leyes divinas sobre la esclavitud, y en concreto la de la mujer, tampoco son moco de pavo. En Exodo 21:

2 Si compras un esclavo hebreo, te servirá seis años; pero el séptimo saldrá libre, sin pagar nada.

3 Si entró solo, solo saldrá; si tenía mujer, su mujer saldrá con él.

4 Si su amo le dio mujer, y ella le dio a luz hijos o hijas, la mujer y sus hijos serán del amo, y él saldrá solo..»

Y más adelante:

7 Si un hombre vende a su hija como esclava , ésta no se irá como salen los

esclavos.

8 Si no agrada a su señor, al que había sido destinada, el señor permitirá su rescate. No podrá venderla a extranjeros, tratándola con engaño.

9 Si la destina para su hijo, la tratará como a sus hijas.

10 Si toma para sí otra mujer, no privará a la primera de la

comida, del vestido ni de los derechos conyugales.

11 Y si no le da estas tres cosas, ella podrá irse de balde, sin pagar nada.

Basten estos ejemplos y vayamos al tema de la costilla. Una vez colocado el hombre en el jardín del Edén, habla Dios en Génesis 2:

18 Se dijo luego Yahvé Dios: "No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada".

Reparemos en la palabra "ayuda"...

19 Y Yahvé Dios modeló del suelo todos los animales del campo y

todas las aves del cielo y los llevó ante el hombre para ver cómo los llamaba, y para que cada ser viviente tuviese el nombre que el hombre le diera.

20 El hombre puso nombres a todos los ganados, a las aves del cielo y a todos los animales del campo, mas para el hombre no encontró una ayuda adecuada.

Aquí destacaremos que la mujer no tuvo la más mínima oportunidad de nombrar un solo animal, dado que aún no existía.

21 Entonces Yahvé Dios hizo caer un profundosueño sobre el hombre, que se durmió. Le quitó una de las costillas y rellenó el vacío con carne.

22 De la costilla que Yahvé Dios había tomado del hombre formó una mujer y la llevó ante el hombre.

Mucha gente piensa todavía que los hombres tienen una costilla menos que la mujer. Pero para el profesor de biología Scott Gilbert, del Swarthmore College de Pennsylvania, esta versión bíblica choca con la constatación anatómica de que al hombre no le falta ninguna costilla. Yo le diría al profesor que aquí no hay ninguna contradicción, Dios pudo usar una costilla porque la información continuaría en el ADN y este suceso solo afectaría a Adán durante su vida. Parece mentira que un biólogo se asombre de eso.

Sin embargo, este mismo científico opina, con cierta lógica, que no fue una costilla lo que Dios le arrancó a Adán. Ziony Zevit, un especialista en literatura bíblica y lenguas semitas de la American Jewish University de Los Ángeles explicó que la palabra hebrea utilizada en el Génesis significa también "tabla", "viga", "puntal" o "columna".

Esto le confirmó a Scott Gilbert sus sospechas sobre la verdadera identidad del hueso bíblico. Para él, si Dios se lo había quitado al varón para crear a Eva, éste debía faltar en el esqueleto masculino. Y existe, en efecto, un hueso cuyo nombre es báculo (baculum), es decir, bastón o cetro, que todavía está presente en los machos de muchas especies de mamíferos, pero ya no en el hombre: se trata del hueso del pene que poseen, entre otros, los chimpancés y los gorilas, es decir, especímenes muy cercanos a los humanos.

Otra prueba que esgrime el investigador a favor de su tesis es la referencia bíblica a que Dios "cerró la carne" de Adán luego de la operación (primera con anestesia). Para él, esta es una clara referencia al rafe perineal, una especie de línea o "sutura" que corre a lo largo del órgano reproductor masculino (por la parte de abajo).

Eso aclararía los dos últimos pasajes que citamos:

23 Entonces éste exclamó:

«Esta vez sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Ésta será llamada mujer,porque del varón ha sido tomada.»

24 Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne.

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