Nunca retes a un Potter

—¿En serio no me crees capaz? —rió James Potter.

—No, no creo que seas capaz —le respondió su inseparable amigo, Sirius Black.

Junto a ellos se encontraban Remus Lupin, que no paraba de poner los ojos en blanco, y Peter Petigrew, que se dedicaba a comer sin prestar atención.

—¿Me estás retando? —pregunto Potter, con un aire y una sonrisa de superioridad.

—Claro que sí, Cornamenta. Yo no me ando con juegos estúpidos —respondió el que se hacía llamar Canuto.

—¿Ah, no? —indagó Lupin—. Si ayer estabais jugando a quien se daba cabezazos más fuertes contra la pared.

—Eso —dijo Sirius— es verdad. Pero era un juego totalmente serio, que obviamente yo gané —hizo un amago de fliphair con sus rizos castaños, pero no quedó muy bien al ser tan cortos.

Lunático rodó los ojos y miró a James.

—¿Lo vas a hacer? Porque ya me estoy aburriendo de oír vuestras estupideces y no ver nada de acción.

James sonrió y se levantó del banco en el que estaba sentado.

—Claro que lo voy a hacer, me han retado.

Se subió a la mesa que tenía enfrente, apartando la comida a patadas y dejando a Colagusano con un tenedor en la mano pero sin un plato del que coger comida.

—YO, JAMES CHARLUS POTTER —vocifereó el pelinegro—, GRYFFINDOR, DE 16 AÑOS, HIJO DE MIS PADRES, DECLARO MI GRAN Y ETERNO AMOR POR LILY EVANS.

Sirius empezó a aplaudir y vitorearlo, y a eso se le sumó toda la mesa de Gryffindor, con la excepción de Remus, que únicamente se reía y negaba con la cabeza, y una muy sonrojada Lily Evans, que ocultó su cara tras un libro.

James se sentó y dijo:

—Reto cumplido.

                           -_-_-_-_-_-_-

—James, no lo hagas, es peligroso —replicó Peter.

—Ah, Peter, no te había visto. Sé que es peligroso, pero es que mi segundo nombre es Peligro —le guiñó el ojo y puso morritos de egocéntrico, imitando a Sirius cuando se pone a ligar.

—En realidad es Charlus —le recordó Remus.

James rodó los ojos y le sacó la lengua enfurruñado.

—Le quitas la gracia, Lunático. Bueno, Sirius me espera... —Potter cogió su escoba pero sin llegar a subirse a ella.

Miró hacia abajo, apoyado al pasamanos que bordeaba el balcón de la Torre de Astronomía.

—No... No parece TAN alto —dijo casi tartamudeando el de gafas.

Peter se asomó y rápidamente se alejó.

—James, solo un loco haría eso.

—¿Loco? —cuestionó Lupin—. Más bien un tonto que hace lo que sea con tal de que Sirius le rete a ello.

—Veréis —empezó James, cansado de repetir siempre lo mismo—, es una cuestión de orgullo. Canuto ha dicho que no soy capaz, ¡le voy a demostrar que se equivoca! —hizo muecas y movimientos muy exagerados y se subió al pasamanos de un salto.

Se puso de pies sobre él, y se balanceó, lo que causaba que a Colagusano le entrase pánico.

James agarró bien la escoba.

Remus Lupin, miraba de reojo, ya que en realidad quería que pareciese que esto no le interesaba y que solo estaba allí leyendo.

James estaba listo, y cuando justo iba a saltar, se oyó un chillido proveniente de los jardines.

—¿JAMES PELIGROSO POTTER? MÁS BIEN JAMES GALLINA POTTER.

James sonrió y dijo:

—Se va a tragar sus palabras.

Y saltó.

Todo lo que pasó a continuación, pasó muy rápido. Una mancha de colores caía rápidamente hacia el suelo, hasta que, unos segundos antes de estamparse contra el suelo, se elevó en el aire y se dirigió hacia Sirius Black. James le despeinó el pelo (cosa que Canuto odiaba, dedicaba mucho tiempo a peinarse el pelo) y descendió de la escoba. Apoyó el codo sobre el palo de la escoba y se le quedó mirando, levantando una ceja.

—Este gallina ha cumplido su reto —anunció.

                         -_-_-_-_-_-_-_-

Sirius se estaba desesperando. Ya no sabía que reto ponerle a Charlus Peligro Potter (ahora les hacía llamarlo así).

Estaba tirado en el sofá de la Sala Común, pensando en como dejarlo en ridículo. ¡Tenía que haber algo que no pudiese hacer! ¡No puede ser perfecto! Encontraría la manera de hacerlo perder.

Entonces entró Petigrew en la Sala empapado.

—Eh, Colagusano, ¿sabes hay algo que se llaman toallas? Las usas para secarte después de ducharte —dijo burlándose.

—Ja, ja. Que gracioso, Sirius —Peter suspiró—. Estaba al lado del lago cuando el calamar gigante me salpicó entero.

Mientras Canuto se reía, se le ocurrió el mejor reto que se le podría haber ocurrido en esas circunstancias.

—¡Vuelvo ahora! —dijo mientras salía corriendo hacia los jardines de Hogwarts, en busca del pelinegro.

Lo vio a la sombra de un árbol, copiándole a Remus los deberes y jugando con su varita.

—¡POTTER! —gritó Sirius—. ¡TENGO UN RETO PARA TI!

En cuanto James lo oyó dejó la varita en paz y se dirigió hacia Canuto.

—Cuenta —ordenó Cornamenta.

Sirius sonrió y le contó lo que tenía que hacer: echarle un pulso al calamar gigante.

James al principio lo miró como si se hubiese vuelto loco, pero su orgullo le impedía echarse atrás, por lo que se metió en la orilla del lago.
De repente, vio un tentáculo gigante que se asomaba cerca de él. Lo cogió con una mano y se puso en posición de echar un pulso, cuando el calamar enrolló el tentáculo a su alrededor y lo empezó a agitar.
El de gafas sentía que estaba en una montaña rusa, las mismas que siempre le dejaban con ganas de vomitar y que luego le impedían caminar como una persona normal. Las que hacía que pareciesen un ridículo pato mareado.

El calamar lo lanzó contra el centro del lago y cayó de plancha. Auch.

Mientras, a lo lejos, se veía a Lupin y Black riéndose a carcajadas.

James llegó a la orilla del lago nadando y salió de él dando tumbos y con toda la piel roja del planchazo que se acababa de dar y de la vergüenza que estaba pasando.

—Reto... Cumplido... —dijo Potter tirándose en el suelo, agotado.

—Por supuesto que sí —dijo Sirius— James Pato Mareado Potter.


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¡Holaaa!

Por fin actualizo, no se me ocurría un tercer reto a si que he tardado en acabar este capítulo.

Pregunta random: ¿Generación favorita?

Yo creo que no puedo elegir... ¿La cuarta? XD (Los rolles...)

Si hay alguna falta ortografica, por favor, avisad, es que no he tenido tiempo de revisar el capítulo y quería publicar ya.

~Pau

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