L y W estuvieron aquí
Tururuuu~
Dije que actualizaría mañana, pero me apeteció subir ya este capítulo, no sé porqué.
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Suspiré y salí de la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras.
«Genial —pensé—, castigo con McGonagall»
Me pasé una mano por el pelo y lo revolví, un rasgo que había heredado de mi padrino, que a su vez él había heredado de su padre.
—¡Eh, Teddy! —me llamó mi amigo Marcus— ¿Te vienes al campo de Quidditch?
—Tal vez más tarde, tengo castigo con Minnie.
Me deseó suerte, cosa que necesitaría. No podía permitir que McGonagall avisase a Harry de que me habían pillado de nuevo escabuyéndome del castillo gracias a la metamorfomagia.
Con paso pesado llegué hasta un aula en la que había varios estudiantes sentados. La mayoría estaban ahí siempre.
Carl Rogers, un cleptómano que se dedica a coleccionar varitas de los estudiantes más despitados.
Clara Glander, una matona.
Phil Calvins, el típico chico que pasa de los estudios y le importa todo una...
Un momento.
Me fijo en una persona que está de espaldas a mí. Cabello rubio largo, con una túnica de Ravenclaw. Con tan solo ver eso la reconozco.
—Vaya, vaya, vaya. Weasley, ¿cómo tú por aquí? —me burlé.
Se giró y vi en sus ojos azules una expresión de odio. Ja, como si me odiase de verdad.
—Déjame en paz, Lupin —Victoire Weasley volvió a mirar al frente dándome la espalda.
Rápidamente me senté en la mesa que había a su lado.
—¿Qué pensarán tío Bill y tía Fleur?
—Cállate idiota. Además, no son tíos ni tuyos, ni míos —respondió.
Fruncí el ceño y se me borró la sonrisa. Sí que estaba borde.
—Oye, yo solo quería hablar —respondí con un bufido.
Victoire me miró un momento con arrepentimiento pero rápidamente cambió la expresión a una mueca rara cuando vio entrar a la Profesora McGonagall.
—Buenos días —dijo con un tono gélido la directora del colegio.
Me volví a fijar en la extraña expresión de Victoire. Entonces lo entendí. Tenía miedo.
—Oye Minnie, ¿vas a darnos la lata con lo de "porqué estáis aquí..."? —pregunté sonriendo.
—Por supuesto, Señor Lupin. Y luego comentaré las consecuencias de los hechos a parte de este castigo.
Uh, golpe bajo. Sabe que Harry explotará si se entera de lo que he hecho.
—Bueno —y empieza a hablar—, repasemos la lista de castigados.
Soltó un rollo de nombre y porqué se encontraban aquí.
Y llegó mi turno.
—Señor Lupin —la profesora me miró con su expresión inexpresiva, pero seguro que quería decir algo tipo: «La mitad de las canas que me han salido este año son por tu culpa, peliazul»—, está aquí por salir a escondidas del castillo a las 12 de la noche, metamorfoseándose en un alumno. Por desgracia para usted, deshizo sus encantamientos justo cuando Filch volvía de pasear con su gata.
Victorie me miró con cara de: «Eres idiota, si vas a hacer algo malo, ¡hazlo bien!»
Me encogí de hombros y le sonreí.
—Señorita Weasley —empieza lo divertido—, está aquí por merodear por el Bosque Prohibido y saltarse la clase de Astronomía.
Me quedé boquiabierto. Todo eso era un sinsentido. ¿Victorie "Tengo Todo Extraordinarios" Weasley pirando una clase? ¿Para escapar el Bosque Prohibido? No me podía creer que Chica Perfección hubiese hecho nada de eso.
La observé. Estaba sonrojada y miraba al suelo avergonzada, seguramente arrepentida.
Luego me di cuenta de que seguía con la boca abierta. La cerré y seguí intentando procesar la información.
—Bueno —Minnie habló—. Tengo que irme por unos asuntos... confidenciales. El Señor Filch se encargará de supervisar el castigo hasta que yo llegue —bla, bla, bla... Siguió hablando de a saber qué—. Adiós —y se fue.
Yo había dejado de atender en cuanto mencionó lo de Filch. Eso significaba una cosa: iba a saltarme este castigo.
Filch entró con su gata y se sentó en la silla que hace un momento ocupaba Minerva. Soltó un rollo sobre como castigaría él a los alumnos:
—Quema en la hoguera, ahorcamiento, un té con el Sapo Rosa...
Habló de algo así, no sé, tampoco escuchaba.
Esperé a que se durmiese, a si que solo tuve que esperar unos 10 minutos.
—Bueno, chavales, que os vaya bien. Pero yo, por desgracia, tengo que marcharme a una misión muy importante. Los nargles me han dicho que viaje hasta el final del arco iris, donde encontraré una lámpara mágica con un genio que me regalará tres patatas fritas. ¡Nos vemos!
Varios me aplaudieron, algunos rieron y otros simplemente me ignoraron. Pero claro, la señorita Weasley no se encontraba en ninguna se esas tres categorías.
—¿Pero en qué diablos estás pensando? —susurró, con miedo de despertar a Filch.
—Intento no pensar, interfiere con ser genial —le guiñé un ojo—. Aunque, dime, ¿en qué pensabas tú al irte al Bosque Prohibido en medio de Astronomía?
—...
—Genial, nos vemos luego, Weasley.
Y salí por la puerta.
Pero claro, las cosas nunca son tan fáciles.
Chica Perfección me siguió.
—¿Qué quieres? —dije algo molesto.
—Advertirte. Si McGonagall te pilla fuera del castigo, avisará a Harry sí o sí.
—¿Creés que no lo sé? —suspiré.
Me miró un momento y siguió caminando.
Salimos fuera del castillo y llegamos hasta el lago en total silencio.
Ella desvió su mirada al Bosque Prohibido, y me pareció detectar un destello salvaje en sus ojos.
—Eres un idiota por hacerme salir del castigo —me suelta de repente.
—¿Qué? Yo no he hecho nada —digo desconcertado.
Rueda los ojos y sonríe.
—No hubiera estado en ese castigo si no fuese por tu culpa.
No entendía nada.
—A ver, te explico —dijo al ver mi cara de idiota—: Te oí el otro día cuando comentaste que era una estirada, que nunca hacía nada rebelde ni valiente.
Oh mierda, me había pillado.
—No... No quería ofenderte.
—Shh —me cortó—. Tenías razón. Yo... Quise demostrar que podía saltarme algunas normas, dejar de ser Chica Perfección... A si que decidí saltarme una clase e ir el al Bosque Prohibido. Dos pájaros...
—...de un tiro. Ya.
Le miré avergonzado.
—De verdad, no pienso que seas una estirada. Solo... Ya sabes, soy un idiota que dice idioteces.
No me di cuenta de que mientras hablábamos nos acercábamos al Bosque Prohibido.
—No deberías demostrarme nada. Eres prefecta, ¿es qué quieres perder ese puesto? —continué—. Además, no tienes nada que demostrar —me di cuenta de lo sonrojado que estaba.
Llegamos al bosque y Vic se acerco a un árbol que trepó con sorprendente rapidez.
—Vaya, Chica Perfección, eres una caja de sorpresas.
Subí al árbol y me tumbé en una rama ancha, usando de posapies el regazo de Victoire.
Pasamos así un rato, sin saber que decir o que hacer.
—¿Por qué te escapaste tú? —pregunta de repente.
—Yo, eh... En realidad, iba a salir para despistar a la gente, y luego volver al castillo, a... —dejé de hablar, colorado.
Me miró curiosa.
—¿A dónde?
—No importa —dije seco.
Me senté sobre la rama y me acerqué al tronco. Arranqué una pequeña rama y tallé una "L".
—¿Qué haces? —cuestionó la rubia.
—Dejar una marca de rebeldía, ¿te apuntas?
Miró la "L" y lo entendió. Escribió al lado varias palabras con el resultado final de: "L y W estuvieron aquí". Me sonrió y bajó la mirada a sus pies, que colgaban de la rama en la que estaba.
—Teddy, deberíamos volver, se hace tarde. Tenemos que llegar antes de que acabe el castigo —me recordó Vic.
—Es verdad. Vamos, entonces —bajé de un salto y al llegar al suelo rodé para evitar hacerme daño.
Victoire puso cara horrorizada.
—¿Estás bien? ¿Te has hecho daño?
—Tranqui, Vic —le calmé.
Victorie observó la distancia que había de la rama donde se encontraba al suelo.
—Vale, me toca saltar.
—¿Qué? Ni hablar.
—¿Por qué no? —me miró con los ojos entrecerrados.
—Porque yo llevo practicando esto para no hacerme daño, ¡no quiero que acabes en la enfermería!
—Ah —me miró—. Bueno, a veces hay que arriesgarse.
Y saltó.
Y cayó y rodó y se levantó sin problemas.
Por segunda vez en el día, me quedé boquiabierto.
—Vamos, idiota, que llegamos tarde —me dijo—. Bueno, espera.
Y bueno, lo que pasó a continuación fue lo típico, lo más normal del mundo, sobre todo viniendo de Victorie Grabielle Weasley Delacour (nótese el sarcasmo): me besó.
Y echamos a correr, porque íbamos tarde.
Llegamos al aula de castigo y abrimos la puerta. Bingo, Filch seguía durmiendo. Nos sentamos en nuestros sitios y fingimos que no había pasado nada.
Mientras que yo seguía intentando procesar lo que había pasado.
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Houla. Espero que os haya gustado el capítulo, que trata sobre una de mis parejas favoritas: el Tedoire.
Sé que lo único que se sabe sobre ella es que James Sirius los pilló besándose xD, pero en rolles y demás son mis papis y siempre me han gustado, no sé.
Espero que alguien pille la referencia a Leo.
Comentad que os ha parecido :)
Nos leemos,
Pau~
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