Fragmentos del pasado: 4
Parte 4. (perdón si me quedó culero :,3 pero como ya saben, estoy bien mensa últimamente)
El miedo... aquel sentimiento que sin darnos cuenta, crece en nuestro corazón y ahí se queda, no hay cura para el miedo, no hay antídoto ni tratamiento, solo es algo que te hace mas fuerte si lo combates.
Pero qué se podía hacer en ese momento? Ecuador se mantenía temblando, hecha bolita en aquel pedazo gigante de madera que surcaba el infinito mar. Con sus ojos abiertos como platos, examinaba todo a su alrededor con miedo y frustración.
Hace ya varios días que sucedió el confrontamiento entre los Europeos y los de nacionalidad Inca, no todos habían sido asesinados y los pocos que quedaron fueron descubiertos y apresados para luego ser llevados en una carabela hacia España.
En cuanto a la country menor, ella había sido separada de sus hermanos que seguían vivos, a parte de que como ya vimos anteriormente, mataron a su madre y a sus otros hermanos frente a sus ojos así que era normal que durante esos tres días no haya pronunciado ninguna palabra y esté con la mirada perdida.
Eso al parecer no fue impedimento para su coraje, a veces cuando los de armadura se le acercaban para darle comida o simplemente para verificar que siguiera viva, la menor simplemente actuaba de forma hostil, lanzando patadas y golpes al aire además de que gritaba como si la fueran a matar y como era de esperarse, eso no contentó mucho a los españoles y por ello era que el cuerpo de la menor estaba adornado con múltiples rasguños, heridas y llagas, provocadas por los latigazos.
Igualmente ella se mantenía firme, no daría su brazo a torcer por nada del mundo a pesar de que ella bien sabía que era una simple niña, era pequeña y débil por no decir indefensa. Los mayores podrían darle fin a su vida con un golpe bien dado, pero no lo hacían. Eso era preocupante para la menor ya que su vida ya no tenía ningún sentido, su corazón estaba roto en miles de pedacitos y eso era algo que nadie podría sanar.
De rato en rato se preguntaba el por qué aquellos hombres no le daban un fin a su vida de una vez por todas? es que a caso estaban empeñados en hacerla sufrir por toda la eternidad?.
Debía vivir con la cruel realidad y ver como una parte pequeña de su pueblo era castigado y hasta eran llamados ¨esclavos¨.
Esclavos? esa palabra no existía en el lenguaje de la menor, ellos eran gente libre, hijos del dios sol y de la madre luna...
Escuchó como la puerta se abría y se levantó de golpe, estaba dispuesta a tratar de arrancarle los ojos a quien se asomara por ahí aunque eso le provocara laceraciones graves en su espalda.
Entró en la bodega un hombre al que ella conocía como: ¨semilla de maíz¨ por su cabello color amarillo con algunos tonos anaranjados. Aquel muchacho en particular era el más joven de todos y era el único con el que Ecuador se portaba un poco mejor.
-Que quieres?- la menor se acercó poco a poco.
El mayor retrocedió y puso una bandeja de comida en el suelo y en señal de paz levantó ambas manos- te he traído un poco de comida, mi general no quiere que llegues muerta a España- dijo y se dispuso a retirarse.
-Cuánto falta para llegar?- la menor volvió a la esquina en la que antes se encontraba.
-Llegaremos hoy al amanecer así que vete preparando, ya verás que España es un país muy lindo- sonrió y tomó confianza para acercarse a la menor- y allí estará Imperio Español, te juro que el es alguien bueno y te va a cuidar-
Cuidar? eso habían dicho los hombres que la mantenían encadenada en aquella oscura bodega, pero prefirió no decir nada, solo se limitó a asentir y empezó a comer. El joven vio que la conversación había llegado a su fin y salió presuroso del cuarto.
Pasaron las horas, los minutos y los segundos, la menor se encontraba acostada en el suelo, tratando de conciliar el sueño y no marearse por el movimiento de las olas, pero escuchó algunas voces que provenían de afuera; afinó el oído para tratar de entender lo que decían pero fue en vano.
De un azote la puerta se abrió, dejando ver a un soldado entrar al cuarto con cara de pocos amigos. La menor se levantó como pudo y se colocó en posición para lanzarse hacia el mayor, esta vez si estaba dispuesta a sacarle los dientes a aquel que mató a su madre.
-Ahí está, atadla bien si no queréis que escape- habló y otros desconocidos entraron con cadenas y cuerdas-
-Suéltenme!!!- gritó, tratando de pronunciar bien el español. Se movía de manera violenta, tratando de zafarse del agarre de los dos que la tenían amarrada como si fuera un animal.
Como era de esperarse, ambos no hicieron caso a la exigencia de la country así que salieron pronto de la carabela.
Ecuador entrecerró los ojos al sentir la luz atravesar sus ojos acostumbrados a la total oscuridad, cuando ya no sintió mas molestia abrió delicadamente sus párpados y divisó algo impresionante.
Eran casas enormes, parecidas a las que había en su antiguo hogar pero hechas de una piedra lisa, casi perfecta. Habían diferentes animales que ella no había visto en su vida. Las personas que por allí pasaban traían una ropa muy rara y algo graciosa, además de que sus cabellos eran de colores claros y muy lindos.
Las mujeres tenían túnicas muy raras según la tricolor, sus vestidos parecían campanas y sus peinados estaban adornados con lazos y plumas.
-Llévenla al castillo- dirigió el que antes estaba en la bodega- Díganle a Imperio Español que el cargamento de esclavos se retrasará hasta nuevo aviso-
Ambos chicos asintieron y en silencio se llevaron a la menor, aprovechando que esta estaba embelesada admirando el paisaje que se alzaba frente a ella.
En el camino toda la gente se le quedaba viendo, eso a la country le pareció incómodo pero no podía hacer nada mientras esté encadenada.
Llegaron a una construcción enorme, la niña aseguraba que se trataba de una montaña de piedra. Allí los guardias al verlos acercándose se interpusieron en la gran puerta. Uno de los jóvenes que sujetaba a la menor se acercó a los guardianes de la entrada y le explicó la situación, luego de varias explicaciones aburridas, los guardias abrieron la compuerta, pero con la condición de que solo dejaran entrar a la ¨esclava¨.
-Nosotros la llevaremos, vosotros largaos de vuelta al muelle- Acto seguido agarraron la cadena que sujetaba las manos de la niña y a paso rápido entraron al castillo. Prácticamente arrastraron a la tricolor por un laberinto de pasillos y jardines hasta llegar a un cuarto gigante en el cual estaba un señor de espaldas, al parecer el estaba leyendo.-Señor, el comandante Francisco ha ordenado traer a esta esclava a su presencia-
La palabra ¨esclava¨ resonaba en los tímpanos de la menor, estaba harta de que la trataran como tal así que frunció el seño.
-Déjenla conmigo- respondió el hombre- podéis retiraros...-
-P-Pero no quiere que la llevemos con los demás esclavos?-
-Ella no es ninguna esclava- el hombre habló tajante- ella es una Colonia Española ahora- por fin el hombre se dio la vuelta.
Ecuador quedó perpleja, aquel señor era un country... su cara era blanca, atravesada por una X con tonalidades rojas. Su cabello era de un castaño oscuro y sus ojos eran de color...miel?, era demasiado alto e intimidante, ahora Ecuador sabía la razón por la que aquellos soldados se pusieron nerviosos...
-Por favor dejadme a solas con la niña- ordenó y ambos guardias salieron de allí.- Cómo te llamas?- se arrodilló y sonrió con el fin de que la niña se calme un poco.
-Ecuador...-susurró temerosa.
-Bueno, mi nombre es Imperio Español- se levantó- supongo que ya has escuchado mi nombre-
La menor retrocedió un poco y al ver que el hombre se distrajo trató de huir pero las cadenas de sus manos se lo impidieron, jalándola hacia atrás. La menor soltó un quejido pero trató de escapar nuevamente, moviéndose violentamente con la esperanza de que las cadenas se rompieran.
-Detente!- la voz del mayor resonó en la estancia pero la menor seguía moviéndose desesperada. Su temor creció al ver que el mayor se acercaba a ella.- tranquila no te voy a lastimar...- susurró y trató de tomar a la joven por los hombros.
-Suélteme!! me van a matar, yo lo se!!- gritó asustada-
-No te haré nada, lo juro...-
-NO!! miente!! usted miente, todos los suyos mintieron!!!- sollozó-
El mayor la vio confundido, de qué estaba hablando? hasta donde el sabía, sus hombres solo habían ido a explorar el nuevo mundo y a hacer tratos con los pueblos que en el continente residían. Se alarmó con lo que a continuación dijo la niña.
-No les basta con matar a mi familia y destruir mi hogar?!!!- gritó furiosa y sus movimientos se hicieron mas rápidos, alejándose a toda costa del Español. Pero no duró mucho ya que se derrumbó en el suelo ante el recuerdo de su difunta madre.
-Tranquila- se acercó con cautela a la niña y sujetó sus hombros- aquí no te pasará nada, este será tu nuevo hogar y te trataremos muy bien-
La menor escuchó con atención la voz de el country de bandera blanca y se tranquilizó un poco... aquella voz era tan suave y firme como la de Collasuyo...
Sin pensarlo dos veces se abalanzó hacia el mayor y buscó sus brazos para quedarse ahí al menos un momento. Eso obviamente sorprendió al mayor pero rodeó el tembloroso cuerpecillo de la menor con sus brazos.
Aprovechó esto para quitarle las cadenas de las manos.
-Desde ahora serás una colonia más de aquí, te juro que no te faltará nada y vivirás sana y salva, todos sabrán tus virtudes y se inclinarán ante ti como la princesa que serás bajo mi cuidado- habló orgulloso- Te lo prometo...-
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Fin del capítulo.
Atte: Amimanumi :3
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