Nublado

Tras bañarse y antes de vestirse, se sentó frente al espejo a peinar su cabello. 

De repente, su vista se tornó nublada. Parpadeó no una, sino dos veces tratando de aclarar la misma y no caer presa del pánico. Mas la desesperación ganó cuando su olfato junto a su memoria le recordaron el pollo que había dejado en el horno.

M.D.D.

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