Llamar a la línea de emergencias fue lo primero que hizo Adán al encontrar aquel cuerpo en la fría mañana de junio camino a su trabajo. Cuando le preguntaron sobre las condiciones de la persona no supo responder, aunque no había herida visible toda la sangre, había corrido calle abajo debido a la pendiente, pintando así un frente y medio en la calle Insidia al 300. 

Cuando se acercó a tomarle el pulso como el de la línea de emergencia le indicaba, aquel que Adán sospechaba ya cadáver abrió los ojos junto a su boca y le saltó al cuello.

Al parecer los no vivos habían aprendido técnicas para cazar.

M.D.D.