🚈 Train to you 🚈
🚈 Género: Fluff | Romance
🚈 Palabras: 1.1K
🚈 Sinopsis: Chanyeol lo encuentra cada día en el vagón del tren. Y cada día se pregunta si algún día podrá hablarle, hasta que el destino — y un empujón — le dan la oportunidad que tanto ha deseado tener.
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Nieva. Chanyeol observa los primeros copos cayendo desde la ventana de su habitación y se pregunta en que rincón del armario habrá dejado la gruesa bufanda que su madre le tejió. Busca y rebusca, sabiendo que está desperdiciando un largo par de valiosos minutos pero no se detiene porque no puede permitirse enfermar por exponerse a la nevada. Casi brinca de emoción al encontrar la prenda y se apresura a tomar sus cosas para ir a la oficina.
Hace un año que se graduó, todavía es un novato en su área de trabajo y aunque nunca se lo ha dicho directamente, es bastante consciente del hecho que su jefe lo tiene bien vigilado para asegurarse que haga bien su trabajo. Se envuelve en el abrigo y enrolla la bufanda alrededor de su cuello, toma el viejo maletín que carga porque no ha tenido dinero para comprar uno mejor y abandona el calor de su pequeño apartamento para enfrentarse a la helada hasta que pueda arribar al subterráneo.
Las pocas personas que transitan a su alrededor, se han enfundado también en gruesas prendas para combatir la nieve y por aquí y por allá, Chanyeol es capaz de ver los paraguas abiertos en un intento por evitar que los copos se cuelen traviesos entre los cuellos de la ropa o se instalen sobre el cabello hasta convertirse en escarcha. El viento sopla frío y el alto castaño piensa que sería un desastre si la nariz se le torna roja.
Apresura el paso lo más que puede hasta que las dos manzanas habituales quedan atrás y las escaleras del tren lo reciben poniendo un techo sobre su cabeza y un espacio cálido que no es tan agradable porque al comienzo del día, todas las personas corren de un lado hacia el otro, esperando abordar los vagones y aparecer a tiempo en sus respectivos trabajos. Chanyeol también lleva prisa y tiene un horario con el que cumplir pero al llegar al andén, sus ojos buscan por la estación y los pies se le congelan porque no es posible que suba al tren todavía.
Se pregunta si la búsqueda por la bufanda le habrá robado más tiempo del imaginado o si acaso, tener unas piernas tan largas como las suyas, es del todo inútil porque no pudo apresurarse y estar a tiempo para montar en el tren anterior. Decidiendo abordar y hacerse un ovillo de resignación junto a la puerta, Chanyeol está pendiente de sus zapatos cuando una persona aparece corriendo y monta en el vagón.
Está agitado por haber hecho el viaje corriendo y las mejillas se le han teñido de rosa cuando las puertas se cierran y el tren se pone en marcha. Lleva puesto un largo abrigo que tomó del armario de su hermano menor — la genética no es buena y entre más años tienes, más enano te quedas — y abraza la mochila donde lleva todos los útiles escolares. Los exámenes finales están muy cerca y si Baekhyun quiere titularse, tiene que cargar con el montón de libros que utiliza en las clases.
Todavía no puede creer que sabiendo que a la primera hora, tendrá que encontrarse con Lee Soo Man, se le haya ido a ocurrir quedarse dormido. Una mañana nevada no ayudó mucho más y es que, Baekhyun es de esos que en los días fríos, se hace un ovillo bajo las mantas y sueña con ovejas lanudas y pachoncitas. No parece algo tan malo haberse pasado un par de minutos y es que, al enderezarse, sus ojos advierten a aquel gigante.
Chanyeol sigue sin creer que haya perdido oportunidad para ver a aquel chico, todo por una bufanda. De haber sabido que lo vería, con su cabello castaño cayendo sobre la frente y el rostro más bonito que hubiera visto nunca, habría preferido enfermarse sólo para viajar en el mismo vagón que él. Debió ser un año atrás cuando lo vio por primera vez y desde entonces, no ha podido despegar los ojos de su brillante y pequeña personita.
No sabe su nombre, nunca ha escuchado su voz. pero ha visto su sonrisa. Aquella curva de labios que brilla con la intensidad del sol y le da a su rostro un toque encantador. Ha pensado en acercarse, en preguntarle su nombre y decirle el suyo a cambio. Asustarlo — tal vez un poco — cuando mencione que lo ve a diario y que no hay día que no piense que las mañanas son más bonitas porque comienzan con él.
Le gustaría hacerlo reír con uno de esos malos chistes que Junmyeon le ha pegado o si quiera despedirse con un intercambio de "Hasta pronto" que duré hasta el día siguiente. Sin embargo, esa mañana — como muchas otras — no será la ocasión y es que...
Una fuerte sacudida lo hace trastabillar y girar en un intento por buscar apoyo en alguna de las barras de metal. No sabe lo que ha pasado pero cuando empieza a comprenderlo, se da cuenta que el tren se ha detenido y que un chico ha ido a caer en medio de todo el alboroto. Su mochila está un par metros más allá y él se queja adolorido porque ha debido golpearse fuertemente en el trasero. Un pensamiento lo acomete al darse cuenta de quién es y que «Chanyeol eres un idiota», es todo lo que puede decir.
— ¿Te encuentras bien? — pregunta entonces, acercándose lo suficiente para ayudarlo a levantar y encontrando aquella mirada de cachorrito que antes ha visto y lo ha dejado embelesado. Chanyeol siente las manos temblarle pero aun así, alcanza la mochila del menor y se la tiende cuando este se pone de pie.
— Gracias. Estoy bien. ¿Qué ha pasado? — pregunta y el más alto piensa en responder pero hay algo que no le permite recordar cómo demonios se debe hablar. Su voz, joder, la voz de aquel pequeño chico es tan hermosa como todo en él.
— La nieve debe estar obstruyendo el camino. Pronto se solucionará — espeta, al cabo de unos minutos. Baekhyun asiente y piensa que realmente estará tarde para la cátedra de Soo Man pero si va a hacerlo, al menos debería hacer que el retraso valiera la pena.
— Soy Baekhyun. ¿Cuál es tú nombre, gigante? —
Baekhyun. Chanyeol piensa que aquel nombre es algo que nunca podrá olvidar, del mismo modo que la sonrisa que el otro le devuelve cuando dice su nombre, esperando que el bajito, tampoco sea capaz de olvidarlo a él.
— Me llamo Chanyeol. ¿Vas muy lejos de aquí, Baekhyun? — ninguno de los dos se da cuenta cuando el tren vuelve a la marcha y es que, definitivamente, necesitaban aquel empujón para acercarse al contrario.
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