🌞 Género: Romance | Fluff
🌞 Palabras: 1.1K
🌞 Sinopsis: A la luz de un nuevo día, Baekhyun sólo puede pensar en todo lo que está bien en su vida.

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Primavera es la estación favorita de Byun Baekhyun. Lo es desde que era un niño — con sus rulos castaños y sonrisas de 3x2 — y salía a jugar con su precioso Corgi de orejitas puntiagudas y lengua traviesa o simplemente a montarse sobre el pequeño columpio que papá y mamá compraron para él. Primavera es su estación favorita desde que la pubertad fue parte de su día a día, con toda esa masita muscular repartida en sitios nada favorables y un par de muslitos a los que pronto supo sacar provecho. ¿Quién diría que los shortcitos le irían tan bien teniendo esas piernitas que un tiempo fueron fofas pero que no tardaron en volverse deseables?

A Baekhyun le gusta la primavera, tanto o poquitito menos que las fresas, las malteadas de menta y las burbujas. Le gusta porque en primavera los días se tiñen de dulces colores y las plantitas dan flores de variadas formas, colores y olores. Con una sonrisa que alcanza a mostrar en su totalidad la blancura de su dentadura, Baekhyun aún recuerda aquella linda mañana de abril cuando el agradable Kim Kibum accedió a contratarle en su florería — ese precioso local de paredes azul cielo y tipografía en cursivas, localizado a dos esquinas de la universidad — y le dio entre grititos de su persona, su lindo mandil azul que hoy día, Baekhyun aún exhibe por ahí con total alegría.

¿En qué momento fue que su vida se tornó tan buena? Si se detiene a pensar, con los ojitos cerrados y los labios finamente apretados, Baekhyun puede recordar los meses en que nada parecía salir de acuerdo a sus metas. Con peligro de suspender el año y no poder matricularse en una buena universidad durante el último ciclo de preparatoria, con su mamá enferma y aislada en un hospital y papá muy lejos desde el día en que les abandonó. En aquellos días tan grises, Baekhyun recuerda que ni en primavera se pudo sentir bien, más aún es extraño recordar el momento exacto en que su vida dio un giro de 360°.

Batiendo con suavidad casi imposible su preciosa mata de pestañas, Baekhyun abre los ojos para encontrar frente a sí los rayos de un sol radiante que ya comienzan a calentar. El sábado que apenas comienza luce casi tan perfecto como el último ramo de rosas rositas que hizo en la florería y mientras toma la posición de indio sobre su cama y observa a detenimiento las bonitas ramillas de una enredadera que lleva meses cultivando, el chico de las sonrisas de a 3x2 y los ojitos más alegres que nunca han destellado, se permite sonreír dulcemente para sí, porque es un lindo día y sin dudarlo, también es una linda vida.

¿Quién dijo que hacer cinco proyectos y dos exposiciones en una semana, era imposible? Baekhyun puede rememorar aún, las muchas carreras que dio por la preparatoria y los muchos cafés que tomó cada noche mientras tuvo que trabajar, más también recuerda el par de manos que siempre le ayudaron y la dulce voz que hablaba con él a muy altas horas de la noche, sólo para que el sueño no llegara a vencerle.

Las tardes visitando a su mamá, las noches que comió sándwiches baratos de una máquina expendedora, también se ven acompañados de buenos recuerdos; con sus chistes sin gracia que le robaban carcajadas y ese par de brazos que nunca se cansaron de acunarlo a él o a su mamá. ¿Y cómo olvidar las muchas lágrimas que escaparon de sus ojos, cuando le dieron el alta, cuando pasó el año o recibió su carta de aceptación a la universidad?

Si alguien le hubiera visto por aquel entonces, habría puesto en verdadera duda que se tratara de él, más Baekhyun puede asegurar que la persona que estuvo con a su lado durante aquellos tristes días, también lo está hoy día en sus mejores momentos. Cuando los rayos del sol los despiertan bruscamente, anunciando una carrera a la escuela por quedarse dormidos, o las comidas que atraviesan sumidos entre los libros porque los finales se acercan y ellos deben cumplir con los trabajos impuestos.

¿Y qué decir de las noches, cuando vuelven a casa tras una visita a la señora Byun? Cenar tteokbokki antes de hacer la caminata de tres cuadras hasta su apartamento, compartir una buena charla respecto a su día a día y caer rendido sobre el colchón al término de una semana abrumadora, no tiene comparación.

— ¿No dijimos que hoy ibas a intentar dormir hasta pasadas las 10? — la voz tan grave y tan adormilada que se escucha a sus espaldas lo hace sonreír.

Las caricias sobre sus piernitas expuestas, sólo cubiertas por un bóxer negro que lleva un perrito grabado en el trasero y el borde de una camiseta gris que le queda dos veces su talla, no se hacen esperar y esos brazos que por años le han sujetado pronto se enredan en torno a su cintura, apegándolo al cuerpo a espaldas de él, dejándolo sentir un fuerte pecho golpeando su espalda y la nariz del contrario hundiéndose hasta el fondo entre sus cabellos cobrizos.

— Intento fallido, ya desperté — susurra con una sonrisa, mientras se deja llevar, porque los besitos que el otro deja en su cuello y va repartiendo por toda su piel, lo pueden volver loquito o incluso, derretirlo cuál miel.

— Ya veo... Entonces tendremos que probar otra vez. Tal vez deba agotarte para que vuelvas a dormir —

— ¿Agotarme? —

— ¿Hacemos el amor, Baekhyun? —

El tiempo que ha pasado desde que lo conoce, no basta para evitar que Baekhyun se sonroje con agresividad al escuchar aquellas palabras y es que, Park Chanyeol realmente tiene el poder de derretir entre sus manos al pobrecillo Baekhyun. Mientras lo besa devuelta y su cuerpo se deja hacer bajo el de aquel gigante que lo tiene completamente enamorado, Baekhyun sonríe entre besos y susurra dulces frases al chico que conoció una gris y triste mañana de abril.

El día en que primavera volvió a ser su estación de luz y color, porque Chanyeol llegó a su vida para ayudarlo, apoyarlo pero sobre todo para amarlo, aun destella entre luces doradas bien grabado en su memoria y es que, ¿cómo si no su vida sería lo que hoy es? Quizás, Chanyeol no podría haber sido la razón porque su madre venció el cáncer o el motivo por el que el profesor Choi lo dejó presentar todos aquellos proyectos, pero sí que fue la razón por la que Byun Baekhyun jamás se rindió.

Chanyeol fue su pilar, su fuente de luz; fue su psicólogo en días de locura y su niñero en noches de berrinches. Park Chanyeol fue la luz que brillaba intensamente en un día muy gris, del mismo modo que Baekhyun siempre ha sido y siempre será, la tierna musa que Chanyeol encontró una mañana de abril cuando esperaba a su padre en la sala de espera del hospital en que trabajaba. 

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