🎆 Género: AU!EXO | Romance | Fluff
🎆 Palabras: 1.6K
🎆 Sinopsis: Porque para Chanyeol la luz que da vida a sus sueños no es otro más que Baekhyun.
🎆 Una pequeña viñeta a modo de regalo para este #HappyBaekhyunDay 💕

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Park Chanyeol se considera un soñador, uno de esos entes irrealistas que proyecta sus ideas en dulces fantasías envueltas con listones multicolores y algodones parecidos a esponjosas nubes de tonos pastel. Sin importar quién, cuándo o cómo le pregunte, Chanyeol siempre dirá que es uno de esos amantes empedernidos de las ilusiones y utopías con frecuencia tildadas de infantiles e incluso de inservibles.

¿Qué importa si el mundo no lo alcanza a comprender? Chanyeol es lo suficientemente inteligente como para resolver que no hay en el mundo dos personas que piensen igual. Y es que si existieran, probablemente serían odiosas y deberían encontrarse cada una en un extremo distinto del mundo pensando que no hay nadie más que evoque lo que les pasa por la mente. Así que verdaderamente, Park Chanyeol no vaga por la vida creyendo que algún día encontrara alguien que entienda y sienta sus ideales por igual, si acaso y con muchísima suerte, tendrá la fortuna de cruzarse con alguien paciente y muy amable que no juzgue o se burle de sus creencias personales.

No, Chanyeol vaga errante por la vida soñando por gusto y construyendo fantasías allá donde le place. Con más frecuencia de la esperada, el alto chico de la sonrisa extraña se encuentra imaginando altas murallas formadas de arena y torres en torno a un castillo que cualquiera diría se disolvería con el mar. Chanyeol evoca la dulce ilusión de un lago plateado, de aguas tan claras que la misma luna se bañaría en ellas y una corriente tan ligera que un humano incluso podría caminar sobre ella.

Si debe ser sincero, Chanyeol sueña más de lo que realmente vive, más no es ni por asomo de aquellos que revolotean contando sus sueños y sus más privadas fantasías. Porque Chanyeol recorre los largos pasadizos de sus castillos de arena en la quietud de su mente y camina sobre las aguas plateadas de un río en que se puede charlar con la misma luna, cuando duerme plácidamente en la comodidad de su cama.

Chanyeol vuela tan alto que sobrepasa las nubes y corre tan rápido que a su paso una estela de fuego ardiente se puede advertir, Park Chanyeol libra guerras que nadie más podría librar y rescata hermosos príncipes de altas murallas de cristal. Lo hace todo en sus sueños, cuando duerme y cuando no, cuando cierra los ojos e intenta distraerse por un solo minuto o cuando mira al horizonte intentando pasar de una charla aburrida o de un sermón más de tantos.

En toda una vida y con más sueños en la mente que años que contar con velas de cumpleaños, Chanyeol alguna vez podría haber perdido la capacidad de imaginar, la sed de ilusión y la pasión por la utopía, pero lo verdaderamente cierto, es que si alguna vez la idea de olvidar los sueños y comenzar a vivir una existencia muy amarga pasó por su cabeza, Chanyeol la sacudió como sacudía los restos de arena en sus pies después de un largo paseo o como se deshacía de los villanos a la puerta de aquella alta muralla frente a un castillo de cristal.

Con una sonrisa en los labios, Chanyeol podría decir que posee un secreto para jamás perder la ilusión, que en su mente y en su corazón alberga una carta escondida en la que lleva escrita la clave para nunca dejar de soñar; es cierto. Park Chanyeol tiene un secreto, una clave dorada de cabellos cobrizos y ojos como cachorro. El alto chico de las orejas grandes posee en su poder un tesoro invaluable que le provee de claridad para cuando el mundo real se tiñe de negro y sus mismos sueños amenazan con volcarse hacia el suelo.

Quien quiera que le escuchara cuando habla de él, podría creer que no se trata de algo más trivial que un amor correspondido pero nadie puede comprender hasta qué punto aquel dulce chico lleva alegría y brillo a su vida. Y es que entre las tantas virtudes que Byun Baekhyun posee en su existencia, la habilidad de brindar vida a la presencia de Chanyeol sobre la Tierra destaca como fuegos artificiales en medio de una noche fresca sin luna.

Porque ahí donde todos aprecian un chico más, Chanyeol observa trazos y líneas firmes, curvas exactas y proporciones adecuadas. Chanyeol admira colores y aromas, percibe destellos y también tonalidades fuera de proporción, es capaz de encontrar las concordancias y también las discordancias y por encima de todo, Park Chanyeol es capaz de dejarse embelesar por la destellante luz que Baekhyun lleva con él.

— ¿Chanyeol? ¿Junmyeon hyung? ¿Hay alguien en casa? — la dulce voz de un Baekhyun adormilado, seguramente por la hora tan elevada de su vuelta al dormitorio, se deja escuchar y justo cuando los pasos del recién llegado apuntan a estarse dirigiendo hacia los apagadores, la voz de un Chanyeol mucho más despierto que a horas del día, se deja escuchar:

— No la enciendas. Todavía no —

— ¿Channie? ¿Qué estás haciendo? —

— Acércate hyung, con cuidado... Contaré los pasos para ti, sólo... sólo no enciendas la luz — pide el alto con una sonrisa, al tiempo que un bufido bajito se deja escuchar y lo siguiente que Chanyeol capta es que Baekhyun ha comenzado a caminar.

Entonces cuenta bajito para él, porque no es la primera vez que andan en el dormitorio a ciegas y avisa a tiempo a su hyung para escucharlo ponerse en cuclillas frente a la mesita de centro en la cómoda salita del lugar.

— ¿Me dirás que haces? Tengo sueño, Chan, quiero ir a la cama... — se queja Baekhyun con voz cansada y Chanyeol no duda que realmente haya sido un día pesado para él. Es decir, la agenda de su hyung no ha estado muy vacía esos días pero Chanyeol cree fervientemente que unos minutos más robados a sus sueños no pueden irle tan mal. Después de todo, no es cualquier día, por más que Baekhyun haya parecido no recordarlo.

— ¿Te he dicho que te quiero, hyung? — pregunta entonces Chanyeol y no es necesario tener las luces encendidas para saber con exactitud que Baekhyun ha sonreído con lo que acaba de decir.

— Creo que no en lo que va del día y ¡oh! creo que un nuevo día está a minutos de comenzar. Tendrás que decírmelo dos veces, entonces — canturrea Baekhyun con esa linda voz que a Chanyeol hace sonreír y que le hace recordar las bonitas y brillantes estrellas que sueña cuando está con el mayor.

— Te quiero hyung. Yo, realmente, te quiero Baekhyun... — le dice entonces con la voz muy firme y sin titubear, con su nombre acariciando dulcemente sus labios como caramelo derretido sobre sus delgados belfos.

— También te quiero, Chanyeol —

— Pero yo te quiero más. Te quiero demasiado. Te quiero tanto, tanto, que me es difícil creer que pueda quererte como te quiero. Te quiero porque gracias a ti mi vida tiene luz y te quiero aún más porque egoístamente, brillas sólo para mí — espeta entonces y con cuidado, casi como si pudiera prevenir las acciones de su hyung, Chanyeol desliza una mano por encima de la mesita buscando la pequeña extensión de Baekhyun que no tarda en encontrar — Feliz cumpleaños, mi dulce Baekhyun. Pide un deseo —

— ¿Feliz...? Oh, ¡cierto! Mi cumpleaños es hoy. Yo... — la emoción del otro se corta un momento y reparando en sus palabras, Chanyeol no se sorprende ni un ápice al escuchar que: — ¿Cómo pediré mi deseo? No veo un pastel, ni velas en él... A decir verdad no veo nada, Yeol. ¿Por qué no podemos encender la luz? —

— Porque eres tú, Baekhyun. Tú eres la luz y los deseos, eres mi luz, mi estrella y mi más hermosa constelación. Olvida las trivialidades, cierra los ojos y desea algo por tu cumpleaños. Sopla suavemente cuando lo hayas hecho...

Y Baekhyun sonríe y cierra los ojos, aprieta fuertemente su mano mientras desea poder cumplir un año más en compañía de aquel chico que ha sido más que un compañero en la empresa en la que están.

Y es que si para el alto, Baekhyun es la luz que ilumina sus sueños y le brinda más sueños de los que puede albergar, para el bajito, Chanyeol es el fuego, el coraje y el valor. Chanyeol es la fuerza que necesita cuando parece derrumbarse y el pilar que le sostiene cuando cree no poder más. Chanyeol es su deseo y el deseo es ardiente como el mismo fuego.

Entonces abre los ojos, sonríe al parpadear y acostumbrarse a la luz, porque Chanyeol no ha preparado una tarta ni ha encendido las luces, simplemente, ha hecho arder la mecha de una preciosa vela en medio de ellos dos y sostiene con una sonrisa el mejor regalo que jamás podrán hacerle a Baekhyun.

— ¿Es muy pronto para pedirte que te cases conmigo? Incluso si fuera de estas paredes nuestro amor se debe ocultar e incluso si al encenderse las luces una dura realidad nos arrastra con ella, sueña conmigo Baekhyun. Sueña tan alto que nadie nos alcance, tan lejos que nadie nunca nos encuentre, sueña que la libertad es nuestra y déjame luchar porque sea verdad. Sueña conmigo, sueña por mí y sueña también para mí. Y cásate conmigo —

Pasando de las respuestas, levantándose hasta tomar asiento a su lado y abrazarlo con toda la fuerza que es capaz de demostrar, Baekhyun lo besa y asiente y toma la argolla que le ha ofrecido, con lágrimas de infinita felicidad.

Porque Chanyeol es un soñador y Baekhyun es la luz que da vida a todos sus sueños. Porque Chanyeol es un amante empedernido de las fantasías y las nubes multicolores y tal vez Baekhyun no pueda soñar como él, pero por supuesto... Por supuesto, que lo hará junto a él. 

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