E - Lujuria

Okey... Me gustaría explicarles que la saga que verán a continuación "P-E-C-A-D-O-S" contarían historias un poco más oscuras y sin fluff, deseo terminarla pronto y agregar más cortos con todo el amor que esta pareja se merece pero creo que no está mal un poco de Dark.



Debes aprender a afrontar tu destino, aprender a afrontar la verdad. Afrontar lo que han provocado tu testarudez, tu egoísmo y tu lujuria. -Amor. -No, lujuria. 
Don Winslow

La noche en Tokio era hermosa, calles iluminadas de diversion, plazas curiosas de amantes despechados y hoteles deseosos de nuevos inquilinos, esta era una noche igual a otras, aunque no todos la verían igual, allí  en el estrecho pasillo de aquel hotel escondido, dos amantes escapaban entre cínica diversión. La tensión era palpable, ambos corrieron sin soltar sus manos, tenían prisa.

La puerta de la habitación fue abierta con torpeza, desesperados, en la oscuridad de la habitación, Seung se adelantó, rodeando el cuello de Pitchit con sus brazos, desesperado por un beso y caricias. Pitchit se vio acorralado en la pared del cuarto, palpando en busca del interruptor, deseaba verlo, deseaba tomarlo ahí mismo, lo deseaba.

Tan pronto como las luces fueron encendidas la mente de Seung se vio iluminada al igual que aquel que sería su escondite de amantes

-Vendas, mis ojos, rápido.

Pidió Jadeante, separándose del tailandés mientras caminaba y se recostaba en la única cama. Una vez sus ojos fueron cubiertos los besos continuaron, su ropa fue desapareciendo tratando de ignorar la cordura y necesidad. Pitchit lo sabía, se había prometido alejarse del otro, le había prometido a Yuuri no volver a verlo, pero era imposible, le necesitaba y quizás este le necesitara también.

Los gemidos aumentaron a medida que sus embestidas se volvían más erráticas. El coreano se retorcía en la cama completamente indefenso, gritando, jadeando, pidiendo más, y recordó porque tuvo que decir no al momento de verse en el lobi de ese hotel, recordó porque estaba allí en primer lugar. Debía romper ese hechizo

-¡JEAN! Jean por favor, ¡más! Te amo, te amo-

Jadeaba sin temor a ser escuchado, deseaba gritarlo, gritar su amor, pero ¿como sería posible si el otro estaba comprometido? Pitchit odiaba esto, entregarse a un hombre que sabía su corazón le era indiferente, maldito sea el dueño de su amado, el saber que lo tenia en esa cama, que era el causante de aquel hermoso desastre sin serlo. Dolia, era usado y lo sabía, él había propuesto aquello. No sabría que eso dolería tanto, quizás algún día todo sería distinto, quizás. Pero que tan cruel es el destino para recalcar en tu cara que quien amas le pertenece a alguien más, ser el juguete de alguien que no siente ni siquiera odio por ti, alguien a quien le eres indiferente y solo te llama cuando necesita ser follado en un destructivo "juego de roles" donde siempre ocupará el lugar de otro. Sabe que siempre pasará eso, pero no hay otra forma, solo así puede tenerlo en sus manos, solo así puede dejar marcas en su cuerpo y se odia por esto. Le ama, demasiado para ser Real pero solo puede seguir embistiendo hasta que su pareja esté satisfecha y lo abandone en aquella sucia habitación. Sin más palabras, sin miradas, sin amor. Pero de nuevo este sentimiento de necesidad no desaparece, se imagina rodeando sus manos sobre el pálido cuello y sofocarlo hasta que el nombre de aquel intruso se detenga, nunca lo hará, solo son fantasías, JAMÁS le dañaría, jamás le abandonaría, ya no hay vuelta atrás, sabe que le pertenece a alguien que solo lo ve como un cuerpo vacío, un simple elemento que usará bajo un pseudónimo. Y no se queja, porque sabe que este tampoco le ordenará salir de su vida, por las pocas migajas que quedan de esa asquerosa amistad, porque este también necesita de una buena cogida, por el único que seguiría este absurdo juego porque sus cuerpos se complementan perfectamente juntos, pero en el sexo lo carnal domina a cualquier sentimiento, y ellos solo son dos corazones que buscan algo que jamás obtendrán

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