12
-¿qué hacías con un tipo como él?- dijo mamá golpeando la mesa -¡es ca-SA-do!- enfatizó en la consonante, mostrando su disgusto.
¿Que haces cuando tu hija, tu única hija cree estar enamorada del un hombre veintidós años mayor que ella, comprometido, con familia y vaya a saber que más siendo de otro país ¡otro continente!.
Aura había estado investigando los pasos curiosos de Dolores, desde que terminó la carrera solo se ha dedicado a viajar (según su movimiento migratorio) y vivir de su sueldo de un trabajo para una serie.
-para mamá, de todas formas te lo iba a...-
-¿cuándo? ¿Cuando el tipo te embarace y la criatura esa tenga que lidiar con sus hermanastros? ¿Cuando hayas asumido que siempre estarás en segundo plano?- le gritó, odiaba gritarle pero ella se había cerrado en su necedad.
-no entiendo esto - golpeó la mesa con ambas manos- no entiendo tu afán por saber sobre mi- entiendia su sobresalto
Las llaves del otro inquilino de la casa alertaron su presencia, Ben llegaba puntualmente a tomar la cena, como buen Inglés que era.
Sus pasos se hacían más notorios, esos pasos que había escuchado toda su vida, entrando a su manera y silbando una melodía de Sinatra.
Las luces del pasadizo quedaron encendidas, sacó su teléfono del bolsillo derecho, dejó el maletín con sus cosas sobre la mesa de la cocina y nos miro a ambas confundido.
-¡pichón!- me dijo casi gritando -¿cuándo llegaste? Pude haber ido por ti al aeropuerto, el camino es muy largo para que hayas venido sola, peor con la autopista mala, ¿esta todo bien? ¿Lorena y tu tienen dificultades con la renta? ¿Necesitan otro lugar? ¿te vas a mudar aquí?-
-no, no, no Ben, es solo que no vine por mi cuenta-
-yo la traje- dijo mamá sirviéndose un poco de café recién preparado, dando la espalda a ambos, supongo que su grado de satisfacción era tal que puedo jurar que se le escapó una sonrisa maligna.
-¿que qué? Y eso, está a mitad de año, ¿avisaste a todos en tu trabajo?-
Ambas nos miramos, el no comprendía y era mejor así, previo al enojo de mamá y la sorpresa de la llegada de Ben, me había mensajaeado con Lorena, justificando mi falta con la excusa de que pronto retornaría, pero ni ella se lo creyó.
-¿me puedo retirar? Ya suficiente tiempo he perdido intentando hacerte entender algo que no te queda claro- poniéndome de pie con determinamiento, ella vio aquella acción y arrugo la frente molesta, fue hacía la puerta y se cruzó en medio de la sala y la cocina.
Mamá era insoportable a veces y por eso no vivo con ella.
No sé cómo Ben la soporta
Quizás sea el amor o quizás sea que ya no era más una niña que ella podía controlar, vestir como su muñeca de porcelana o simplemente tener mi tutoría.
-aquí vamos a hablar como personas adultas Aura-
-a su orden patrona- dije haciendo un ademán militar, una pequeña risita de parte de Ben llegó, que se escondió detrás del refrigerador
-no entiendo como Ben puede estar tan tranquilo después de todo-
-¿Ben lo sabe?- le dije
-a decir verdad, el hijo de Morgana me lo comentó, dice que es fanático de aquella serie, así que indague, no miento, cuando me impactó la noticia ya que hasta hace una navidad no sabía que ibas a Canarias y menos que habías recorrido Madrid con él y sus ¿cuarenta y cinco?- asentí, él si que había investigado a Antonio
-¡CUARENTA Y CINCO!- dijo mamá gritando -cuarenta y cinco tiene la mujer de tu padre-
-complejo de electra, mamá- tome un sorbo de la coca que quedaba en mi vaso
-¿cómo te lo tomas de tan buen humor?-
-¡porque te hablé! ¡te dije! Pero como paras tan ensimismada en tu trabajo y la casa de campo no me has prestado atención, a estas alturas ¿no te has puesto a pensar que todos tus amigos nariz respingada lo saben? Que todas tus amigas huele caca saben que tengo un hombre a mi lado y que no soy la chiquilla que violaron y se dedicó a dar pena hasta que se largó de su país ¿ahhhh? ¿Lo pensaste? No, no lo hiciste porque no entiendes que hay cosas de las que me liberé y de las cuales ejerzo total derecho sobre mi misma y una de esas es mi sexualidad-
-eres demasiado insolente a veces-
-no mamá, tu eres muy retrógrada ¡ni siquiera estoy embarazada o casada! Estoy siendo yo misma a plenitud y consciencia-
-con un hombre casado-
-esta separado-
-¿y tu como sabes eso? Acaso duerme contigo, está contigo, come contigo o algo-
-me quedé con él en Barcelona, mamá, tengo un piso allá donde siempre voy cuando él tiene que grabar-
La cara de mamá y de Ben fue todo un poema, su pichón, su hija malcriada y mal agradecida, la horroroza muchacha estaba viviendo con un hombre que a parte de doblar su edad, en otro país, con un pasaporte que desconocían hasta entonces
-¿ustedes han...?- dijo Ben "rompiendo el grueso hielo", según él
-¿a donde vamos con esa pregunta?- dijo mamá
-¿se están cuidando?- remato Ben
-si, si a todo- los mire -es un gran paso dejar que un hombre me toque, él me hace bien, papás-
Ni tanto bien, recordar que hace unas semanas estaba detrás de una mesa, llorando amargamente, todo por culpa de "la relación o el matrimonio feliz" que pretendían ser, él había mentido, yo no.
¡WTF!, pensé, es demasiado tener que lidiar con los cuchicheos aquí, en la facultad y en las calles, tuve que cambiar mi nickname de todas las redes sociales, mis cuentas se volvieron tendencia en búsqueda.
Ya no subía fotos y si lo hice, la última foto, según yo, era la más retocada, eran mis manos en su espalda, claramente después de hacer el amor, a regañadientes deje que él tomara la foto y casi exigiendo me pidió que la subiera.
De pronto, un comentario cotidiano se volvió centenas, millares, donde preguntaban si era él, que qué habíamos hecho y porque me paneo de esa manera sabiendo perfectamente que era casado.
Si, luego, como cuento de terror, la foto se volvió tendencia en portales y mis fotos privadas, mi cuerpo, se volvieron objeto de críticas.
La famosa no era yo.
Pero sufrí y él sólo calló y eso me dolió más que toda la avalancha que se ocasionó por una instantánea.
Luego, ella, con un croptop de mezclilla negro, una falda larga de color coral, sujetando su brazo.
Él de terno café, zapatos negros y pantalón del mismo color, ¿cómo se le llama a eso?, ella me decía indirectamente que aún no lo dejaría ir.
Lo decía por el anillo de matrimonio que ella usaba, pero él no.
Tome una foto de lo que veía y recuerdo perfectamente el trato de Lorena, evitando a toda costa enviar esa foto, pero lo hice.
Luego, la historia se hizo conocida.
Mi mamá lo supo, todos lo supieron y ahora estoy en media cocina aguantando las riñas de mamá a la una de la mañana.
-no sé que más decir Aura, es pura preocupación de mamá, nada más- agregó Ben
-ten- le entregué el teléfono, con el número de papá -llamalo, llámalo mil veces y si te contesta dile todo, todo, quiero prepararme mentalmente por si tengo que huir de allá también-
Le había ofendido terriblemente, pero ella tenía que entender todo, ya había madurado, estaba haciendo cosas por mi misma, estaba superando mis traumas y demás cosas del pasado.
Estaba superando todo.
Incluso estar lejos de Antonio.
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