Me enamoré de un Extraño (final)

Bueno, este mini fic acaba aquí, pronto actualizaré "Te para dos"

Le dio un sorbo a su té mientras miraba el cartel.

Los días pasaban y ninguno había vuelto a saber del otro.

Durante la semana, Levi había invitado a Petra al baile, y habían acordado que él pasaría por ella a su casa.

Aunque ya no había vuelto a saber de Erwin, no dejaba de recordarlo a cada momento.

En el trabajo, lo recordaba cuando lo vio frente a él en la calle, cuando estaba solo era cuando más lo recordaba... y pronto la necesidad de verlo una vez más se apoderó de él.

"Espero que te enamores de un hombre que te ame de verdad tío, y así esta mujer te deje en paz de una vez"

Las palabras de Nana rondaban en su cabeza todas las horas en que estaba despierto.

Se torturó toda la semana y los días anteriores, pensando en si vería a ese hombre otra vez, y en más de una ocasión, había sacado su móvil con la intensión de llamarlo, pero cuando iba a presionar el botón de "llamar" se arrepentía y volvía a guardar su teléfono.

El día sábado, a las nueve y treinta de la noche, Levi pasaba a buscar a Petra a su casa.

La joven lucia preciosa. Llevaba un vestido azul oscuro que le llegaba a las rodillas, sobre sus hombros, una delgada pañoleta negra que mostraba levemente los desnudos hombros de la joven, y su cabello suelto se agitaba con suavidad a causa del viento.

Levi, lucía un traje negro simple, su cabello estaba hacia atrás y solo los cabellos más cortos caían sobre su rostro, pero estos no la cubrían en lo absoluto, y un pañuelo rodeaba su cuello.

Mientras iban en el carro del joven, Petra comentó:

— ¿Has vuelto a encontrarte con ese hombre? —

—No— respondía él — no lo he vuelto a ver desde ese día...— dijo y su semblante se entristeció.

—Qué pena... parecía un buen hombre...—

—Lo es— dijo Levi — es un buen hombre, de lo contrario me habría abandonado a mi suerte esa noche, pero me llevó su casa y cuido de mí mientras intentaba recordar...—

—Te gusta ¿no es así? —

Ante esa pregunta Levi guardó silencio. No podía decir que no le gustaba, pero tampoco podía afirmarlo, apenas y lo conocía. O al menos eso se obligaba a pensar.

Como Levi no decía nada, Petra dejó de hablar y momentos más tarde, llegaban al salón.

Un salón de baile como el de los tiempos antiguos, con una gran pista, era decorado en todos los pilares y techo, cada espacio de aquel salón estaba cuidadosamente tallado y adornado con algunos dibujos de épocas antiguas.

—Este lugar el realmente hermoso...— decía emocionada Petra cuando llegaron junto a la escalera que daba a la pista.

Desde arriba, ambos observaban el panorama que el lugar ofrecía. Había ya bastante público a pesar de que aún era temprano, la música sonaba a gusto y sin molestar.

Los meseros iban entre la multitud ofreciendo o entregando tragos. Se habían ido formando pequeños grupos a un lado de la pista, pues otros no perdían el tiempo y bailaban.

De pronto su atención se dirigió a cuatro personas que estaban en la pista.

—Erwin...— se dijo al tiempo que la mujer que lo acompañaba, le daba un golpecito en el costado y señalaba en la dirección en que ellos estaban.

— ¿Vamos? — dijo Petra y Levi la miró, para bajar luego con ella por las escaleras.

Apenas habían pisado la pista cuando esas cuatro personas se acercaron a ellos.

—Señor Akerman— dijo Erwin con una radiante sonrisa — que alegría verlo... ha pasado ya un tiempo desde la última vez que lo vi— levantó su mano para estrechar la de Levi.

Los nervios se apoderaron de él.

—Si— dijo con suavidad y apretó con cuidado aquella mano.

Se sentía suave al tacto, y no pudo evitar pensar que pasaría si no soltaba esa mano, pero al darse cuenta de que en realidad no lo estaba haciendo la soltó de inmediato.

—Soy Hanji Zoe, amiga de Erwin— dijo contenta ella.

La mujer iba vestida con un largo vestido carmesí oscuro ajustado a su cuerpo, tenía el cabello suelto pero de un lado, estaba sujeto con un prendedor pequeño. De su cuello colgaba un una fina cadenita de la que colgaban una figura de unas alas, una azul y la otra blanca, sus manos estaban cubiertas de pulseras y un anillo adornada uno de sus dedos de la mano izquierda.

—Tenía muchas ganas de conocerlo, Erwin no hace más que hablar de usted y al fin tengo el placer de conocerlo—

—Ustedes no necesitan presentación, pues ya se conocen— dijo Erwin mientras saludaba a Petra.

—Es cierto, ya nos conocemos— sonreía la mujer.

Para olvidar sus nervios Levi decidió hablar un poco.

—Y... ¿Cómo está Nana? — preguntó a la pareja.

—Oh... justo ahora está en una pijamada que organizaron sus compañeras de salón...—

Fueron los seis hasta una mesa donde se sentaron un momento a platicar, y aunque Levi no estaba poniendo mucha atención a ello, fingía estar divirtiéndose.

Quería irse, tal vez no debería haber ido a aquel baile. Sintió celos de una mujer a la que no conocía y no podía estar a solas con Erwin y poder platicar un poco con él.

Entonces Petra notó a que se debía el comportamiento de su amigo.

Mientras nadie la observaba, derramó a propósito su bebida sobre su precioso vestido.

— ¡Cielos, que descuidada! — se levantó terminando de derramar el resto del contenido de su copa en su vestido.

Hanji y Nanaba, se levantaron de su lugar para acudir en ayuda de la muchacha.

—Vamos al baño, intentaremos arreglar este desastre... — decía Hanji.

—Mike, en el auto esta mi cartera ¿puedes traerla por favor? Tal vez podamos quitar la mancha...—

En medio de la confusión de lo que había sucedido, Petra aprovechó para murmurar en el oído de su amigo.

—Aprovecha este momento Levi—

Luego miró a todos.

—Como lo siento, derrame mi bebida al pasar a llevar mi copa, lamento las molestias...—

Las mujeres se la llevaron con ella, mientras Mike iba por la cartera de su esposa.

Entonces Erwin y Levi quedaron al fin, solos.

Pero ¿Qué haría entonces? Las palabras no acudían a él.

Para calmarse un poco, bebió el contenido de su copa hasta el fondo.

—Tranquilo— rió algo nervioso el rubio —nadie va a quitarle la bebida—

—Solo estoy algo nervioso...— comentó sin saber lo que decía en realidad.

— ¿Es por esa joven? — Dijo y su semblante cambio a uno más triste — es su novia ¿no es así? —

—Es una amiga, nada más...— evitó la mirada de otro mientras hablaba, los nervios se lo estaban devorando vivo.

— ¿Está bien? — preguntó al notar que el joven empezaba a temblar con algo de brusquedad.

Pero entonces, y sin importarle lo que sucediera dijo:

—Estoy bien... no es nada, no se preocupe señor Smith...—

—Creí que...—

—En realidad, hay algo que necesito decirle— interrumpió — hasta hace unas semanas atrás, nada en la vida me importaba, y nada me importaba lo que sucediera con mi vida, pero entonces... lo conocí a usted. Conocí a un hombre del cual no sé nada, y que me acogió amablemente es su hogar... seguramente le parecerá tonto, pero, desde ese día del incidente, usted no ha dejado de estar en mis pensamientos, se aparece en ellos cada vez que estaba solo o cuando estaba en el trabajo y eso me estaba molestando un poco. Pero me di cuenta que, es estúpido evitar lo inevitable... desde ese día, he sentido una presión en mi pecho que duele... y hasta este momento no estaba seguro de que era... y entonces recordé que sin motivo alguno pensaba en usted, sentía un vacío desde que dejamos vernos, y entendí que se debía a que estaba extrañando estar cerca de usted...—

Tomó aire antes de continuar.

—Lo que quiero decir es... es... que usted me gusta y mucho — dijo.

Apretó el puño sobre la mesa, mientras que con la otra mano cubría avergonzado su rostro por sus palabras.

Erwin no sabía que responder a esa confesión. Y no solo eso, Hanji y los demás llegaban en el momento exacto en que Levi se confesaba.

Había pasado ya un buen rato, desde que habían llegado a aquel salón, y de pronto se oyó la voz de un hombre que estaba junto a la orquesta en un rincón de la pista.

—Bueno, como es el baile de inicio de primavera, le pido a cada caballero que invite a una dama que no haya invitado a esta velada, a bailar...— la voz del animador de pronto dejó de oírse en los oídos de Levi.

— ¿Me concede esta pieza? — un joven apuesto invitaba Petra a bailar, y Levi aprobaba la solicitud con un gesto de la cabeza y su mano, indicando que no había problema.

—Adelante...— había dicho.

Hanji fue invitada por Mike y Nanaba por otro joven.

Entonces Erwin viendo una oportunidad de poder hablar con Levi, lo invitó también a bailar.

Levi estaba con el corazón latiendo a toda prisa, y temía que fuera a darle un paro cardíaco en pleno baile.

Erwin se ubicó detrás de él, y aunque a Erwin no se le notaba, estaba igual o más nervioso que su compañero de baile.

Inesperadamente puso su mano en la cintura del menor, y lo guió a la pista,.

— ¿Baila? — preguntó Erwin y le tendió su mano para que Levi la tomara.

Este la tomo con cariño aceptando así la propuesta de baile.

Al tomarse de las manos, fue toda una obra de arte, el cuidado, con que lo hacían y las miradas que se dirigían era algo que parecía sacado de un cuento de hadas.

Erwin acercó entonces a Levi a su cuerpo, mientras este apoyaba su mano sobre el brazo del otro.

Y comenzaron a bailar al hallar el compás de la música.

Erwin lo guiaba, y ambos no se quitaban la mirada de encima, sentían que si parpadeaba una milésima de segundo, ese momento se desvanecería.

Un poco más allá de ellos, Petra, Nanaba y Mike, observaban a la extraña pareja, y no fueron los únicos.

Poco a poco la multitud se detenía para ver como esa pareja de hombres danzaban con tanta naturalidad, como si ambos hubieran nacido para bailar juntos.

La música los envolvía, no había nada más a su alrededor, solo ellos. Los nervios se habían ido a algún lugar a dar un largo paseo.

Ya nadie le daba importancia al hecho de que fueran dos hombres los que bailaban con esa armonía que era tan difícil de ver en pareas normales, todos parecían embelesados ante sus movimientos.

Pero a media canción, Hanji llegaba con ellos.

—Me permites...— dijo Hanji apartando con cuidado a Levi de Erwin.

Solo entonces entendió que estaba en un baile y que todos lo miraban.

—Claro... adelante...—

Miró a Petra que lo miraba con tristeza, para luego ir con ella y dejarle las llaves de su coche,  no iba a regresar con ella, pero no iba a dejarla a su suerte.

—Puedes llevarte el coche... yo me voy Petra...—

Su voz sonó entrecortada y más grave de lo que ya era.

Sin mirar atrás subió con lentitud las escaleras, pero se detuvo final de estas para echar un último vistazo a aquel hombre extraño del cual había empezado a sentir aquellas emociones.

Allí estaba Erwin, bailando con aquella mujer lo que quedaba de canción, y cuando ésta acabo, Levi volvió sobre sus pasos para abandonar el recinto.

Una vez que estuvo afuera, sus lágrimas se dejaron caer por sus mejillas y llevó su mano hasta su pecho, el que apretó al sentirse así.

— ¿Por qué? — se preguntó una y otra vez, porque ese hombre había aparecido en su vida, habría sido mucho mejor el no haberlo conocido. Gustaba de un completo extraño que simplemente había sido amable con él.

Apenas y había logrado calmarse, cuando una voz lo llamó.

— ¡Señor Akerman! —

Al principio creyó haber oído mal, pero se volteó con lentitud para confirmar que nadie le hablaba en realidad, sin embargo Erwin caminaba presuroso hasta él.

—Señor Smith...— dijo él quitando las lágrimas de sus ojos —¿Que hace aquí? —

—Quería saber si estaba bien... abandonó así tan repentinamente la pista que...—

Pero Levi lo callaba, mientras depositaba un beso en los labios ajenos, mientras sus lágrimas resbalaban por sus mejilla enrojecidas.

Había tomado el rostro de Erwin entre sus manos y mientras se separaba de él, lo miraba lloroso.

—Cuanto lo siento...— dijo y se apartó cubriendo su boca.

— ¿Ya te quedó claro, Erwin? — La mujer de antes, hablaba desde la entrada del local, detrás venían los padres de Nana y Petra — Tus dudas acaban de ser disipadas con ese beso ¿no es así?—

Llegaron con ellos y Hanji se disculpó con Levi.

—Lamento haber interrumpido su baile, pero tenía que hacer algo para que usted respondiera las dudas de este tonto— dijo y volvió a darle otro golpe, esta vez en las costillas.

—Nosotros nos vamos— anunciaba Mike — te veo luego— dijo y se llevó con él a Nanaba.

—Ya no hace falta nada más Erwin, este muchacho te ha mostrado sus sentimientos en solo un beso, deberías responder a su confesión ¿no te parece? Es tu turno de confirmar que también lo quieres—

Luego empezó a caminar.

—Ahhh... tendré que caminar, y los pies están matándome...—  añadió Hanji mientras se alejaba de Erwin y Levi.

Entonces Petra fue con Hanji.

—Puedo llevarla si quiere— se ofreció.

Una vez más estaban solos. Entonces Erwin era quién besaba esa boquita temerosa frente él, confirmando sus sentimientos por Levi y haciéndoselos saber.

Luego de eso, ambos se sonrieron, y Erwin apoyó suavemente su frente sobre la del jóven frente a él.

—Me alegra el haberle ayudado esa noche señor Akerman—

Final.

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