A mal inicio, Buen final
—Ya no me molestes más—
Esas habían sido sus palabras exactas. Pero ahora las mismas parecían ser su propia condena.
Desde ese día, Erwin Smith, comandante de la Legión de Reconocimiento, había estado evitando al Capitán de la misma, Levi Ackerman, con quién mantenía una relación amorosa y secreta.
Cada vez que ambos hombres se cruzaban en los pasillos de la base de la guarnición o se encontraban durante las juntas para las expediciones, Erwin, solo miraba con una expresión de tristeza en su rostro y esquivaba la mirada del menor.
— ¿Acaso se hartó de mí? — se decía siempre que se encontraba con el mayor y que no le dirigía la palabra a menos que fuese por asuntos de la Legión.
Llevaba dos semanas soportando la indiferencia de Erwin, hasta que en el día libre de este, Levi fue hasta su oficina para enfrentarlo y poder así terminar con la intriga de no saber que le pasaba a aquel hombre y porque estaba evitándolo.
—Después de joderme hasta el cansancio, ahora este imbécil ¿me evita? No me jodas maldito bastardo— murmuraba furioso mientras se dirigía hasta la oficina.
Los soldados usualmente acostumbrados al mal genio de su capitán, ahora se apartaban de su camino, despavoridos al ver como un aura oscura emanaba de él.
Aunque era raro que Erwin tuviese un día de descanso, Levi sabía muy bien que este estaría en su oficina, pues Erwin era un hombre que no descuidaba el trabajo aunque no tuviera que ir a él
Una vez que llegó frente a la puerta de la oficina, se preguntó qué diría una vez que abriera la puerta y estuviera frente Erwin.
Apretó sus manos antes de entrar.
Allí se hallaba Erwin y Hanji, y ambos se volvieron a verlo cuando este abrió la puerta de una patada.
—Levi...—
El mencionado, entró pisando fuerte y sin miramiento alguno, sujetó con rudeza el brazo de la mujer que perpleja, se quejaba del repentino actuar de su compañero.
—Sal de aquí Hanji, quiero hablar con este idiota—
La empujó con tal fuerza que Hanji terminó cayendo de manera estrepitosa en el pasillo, frente a los ojos de algunos soldados que pasaban por ahí en ese momento.
—Hanji-san...—
Algunos soldados acudieron en su ayuda al verla tirada en el suelo.
—Estoy bien... no tienen de que preocuparse...—
La puerta se cerraba ante sus ojos, mientras Levi la miraba con expresión de lamentar su grosera manera de proceder.
Hanji sonrió y se levantó del suelo ayudada de los soldados que estaban allí para luego marcharse a continuar con sus asuntos. Ya luego exigiría una disculpa.
Levi puso el seguro a la puerta, y así evitar que alguien los molestara. Pero ahora que estaba al fin frente a Erwin, las palabras no acudían y solo salieron palabras que no planeaba decir.
— ¿Cuál es tu problema? — soltó mientras su cuerpo expresaba su nerviosismo temblando ligeramente.
Eso no era lo que quería preguntar, lo que quería saber era ¿Por qué se comportaba así?
Pero en lugar de obtener alguna respuesta, Erwin se levantó de su silla y al igual que en todas las ocasiones en que se habían encontrado, lo miró con tristeza y una vez más se alejó de él, sin responder a su pregunta y abandonando la oficina.
Levi salió tras él solo para gritarle:
— ¡Bien, vete a la mierda! —
Durante los días siguientes, el ambiente entre ellos se volvía tenso cada vez que estaban en el mismo lugar. Pero ahora ambos se ignoraban.
La noche previa al cumpleaños de Levi, Erwin literalmente, no había dado señales de vida durante toda la jornada. Muchos soldados también se preguntaban dónde estaría sabiendo que Erwin era un hombre que no abandonaba su puesto de trabajo por nada.
Levi, tras terminar con sus labores regresó a su cuarto, deseando al fin poder estar solo. A eso de las once de la noche, el llamado a su puerta lo alertó.
— ¿Sí?— dijo mientras se sentaba en su cama luego de una agradable ducha.
—Capitán Levi— la voz de uno de sus subordinados le hablaba — El comandante Erwin solicita su presencia en su oficina urgentemente—
Levi fue hasta la puerta y abrió, ante él, se haya un joven menudo y temeroso y le tendió un sobre al momento en que la puerta se abrió.
—Dice que por favor no tarde—
Levi tomó el sobre y el muchacho tras un saludo se fue.
Rompió el sobre y sacó su contenido.
—Ven de inmediato a mi despacho, no me hagas esperar—
La rabia y la decepción lo invadían.
— ¡Quién demonios se cree que es! — Se dijo y destruyó el papel que tenía entre sus manos—
Furioso, dejó su habitación mientras iba terminando de vestirse en el camino. Al llegar a la oficina de Erwin, abrió la puerta del mismo modo que lo había hecho días atrás. De una patada.
— ¿Qué mierda quieres para llamarme a esta hora? — pregunto enojado.
—Feliz cumpleaños... — dijo Erwin sonriendo por primera vez en más de dos semanas.
Erwin iba cargando aun su equipo de maniobras, cosa que a Levi le extraño pero rápidamente olvido ese detalle.
Levi por un momento se quedó pasmado, pero pronto regreso en sí.
Erwin por su parte, se acercaba a él, quitando el cabello que caía por sobre su rostro, y llevando bajo su brazo una caja negra.
Al llegar junto al moreno, entregó la caja y lo abrazo, pero Levi molesto lo aparto con brusquedad.
— ¿Eres estúpido? — Soltó con la rabia invadiéndolo por completo— ¡no me hablas por más de dos semanas y ahora crees que con estúpidos regalos y un maldito "feliz cumpleaños" ¿se arreglara todo?! —
La caja quedó tirada en el suelo abriéndose levemente al estrellarse contra la madera.
— ¡Me jodes el culo hasta que te cansas y luego me evitas! No me hablas y cuando intente acercarme todo lo que hacías era alejarte... ¿acaso te cansaste de mí? ¿No soy lo suficientemente bueno para ti? ¿Ya no me quieres? — terminó preguntando con sus ojitos anegados en lágrimas.
Pero Erwin asombrado por las palabras de Levi, se inclinó para recoger la caja y coger la mano de Levi y salir juntos del despacho.
Una vez fuera de las instalaciones, Erwin cargó a Levi en sus brazos con una facilidad ridícula, y subió a Levi a su caballo, él le siguió de inmediato y lo llevó hasta el muro, donde utilizando su equipo de maniobras, subió al murió con Levi.
— ¿Por qué me traes aquí? Hace frio... y empieza a nevar...— dijo acariciando sus brazos, pues al salir de su cuarto tan apresuradamente, dejó su pañoleta y su saco olvidados.
—Lo siento, pero no quiero interrupciones...— dijo mientras se quitaba su capa y se la daba a Levi, al mismo tiempo que frotaba con sus manos, los delgados brazos del joven que temblaba por el frío.
— ¿Por qué no abres esto...? Es un regalo por tu cumpleaños... supongo que ya es más de medianoche así que...—
Tomó entre sus grandes manos las pequeñas, enrojecidas y frías manitos de Levi. Las acercó a sus labios para soplarlas y darle de su calor.
Pero una vez más Levi se soltaba de él.
—No estoy para tus juegos...— dijo.
—Siento haberte evadido... pero estaba con una fuerte gripe y con mucho trabajo, además quería que fuera una sorpresa... quería hacerte pasar el mejor cumpleaños de tu vida, pero creo que las cosas no salieron como lo esperaba. Solo hice que te enfadaras y lo siento... tampoco quería contagiarte la gripe...—
Pero Levi abría la caja.
"El muy idiota solo estaba cuidando de mi a su maldita manera"
Se sintió como un idiota la darse cuenta de la verdadera razón por la cual Erwin había estado evadiéndolo.
Una blanca camisa, yacía prolijamente doblada al interior de la caja, Levi la saco para verla del todo.
—Lamento... lamento todo lo que dije antes Erwin... yo...— comenzó a balbucear mientras abrazaba la camisa, pero su boca fue silenciada por un beso del rubio.
La nieve empezaba a caer más copiosamente. Repentinamente, Levi se quitó la capa dejándola caer como un vestido cae del cuerpo de una mujer. Erwin lo observó un momento y pronto descubrió lo que el menor intentaba hacer.
—Espera... no te desvistas aquí... te enfermaras y de nada habrá servido el haberte evitado por tanto tiempo...—
—Cállate... es mi maldito problema...— dijo mirando molesto a Erwin.
Aquella piel morena, resaltando entre los insistentes copos de nieve que caían sobre esta y que al derretirse por el calor que aun emanaba ese delgado cuerpo, lo empapaban, obligaba al mayor a mantener a raya el impuso de querer devorarla en ese mismo lugar.
La camisa no tardó en cubrir el torso de Levi, y aunque siempre vestía correctamente cuando no estaba de servicio, en esa oportunidad pareció no importarle ese detalle cuando estaba en medio de un sólido y frio muro con la helada calando sus huesos y la nieve mojando sus ropas.
—Luce realmente hermosa en tu cuerpo... aunque luces aún más hermoso cuando no llevas nada encima...—
—Si tanto te gusta mi cuerpo, no debiste ignorarme como lo hiciste...—
Levi se miraba a si mismo usando el regalo que Erwin le había dado.
Erwin inmediatamente, recogió su capa y volvió a ponerla en Levi para que este pudiera retener el calor que su cuerpo emanaba. La camisa que Levi traía antes, quedo olvidada sobre el muro.
—Vas a resfriarte— dijo sonriendo y envolviendo al menor en sus brazos.
El frio está pudiendo en demasía con el joven, y este término por aferrarse a Erwin y sentir el calor de su cuerpo.
—Tengo frio Erwin...— dijo mientras temblaba entre los brazos del mayor.
—Regresemos... no pensé que vendrías vistiendo solo tu camisa
Regresaron hasta las instalaciones, era ya muy tarde y todos dormían. Todos menos Erwin y Levi, que se retorcía del placer que Erwin estaba dándole. Había intentado quitarse la camisa que Erwin le había regalado pero este se lo impidió.
Su respiración agitada y, su aroma a té negro, enloquecían al rubio que lo embestía con fuerza. Haciendo que la cama de madera, rechinara a cada estocada que le daba al menor.
Una de las manos de Levi se aferraba a la nuca de Erwin impidiendo que este se separar de él mientras era besado con pasión y lujuria, solo lo soltaba un momento para poder respirar.
—Es mi cumpleaños, así que hazme disfrutarlo y paga por haberme tenido tan abandonado...— jadeaba ante las fuertes y placenteras embestidas de Erwin.
—Entendido... fue mi error, no lo haré otra vez, pagaré mi mal comportamiento...—
La embestida de ese momento fue tan placentera que Levi jaló un poco del cabello de Erwin mientras que con la otra apretaba con fuerza las sabanas que cubría a ambos desde la cadera hacia abajo.
Levi arqueaba su espalda ofreciendo su torso moreno a Erwin que no perdía oportunidad alguna de disfrutar esa piel.
Al otro lado de la ventana, la nieve continuaba cayendo.
Un par de horas después, Levi jugueteaba con el cabello de Erwin que, cansado, dormía sobre su pecho. Podía sentir la respiración caliente del rubio que acariciaba su piel que empezaba a enfriarse a causa del frio.
—Eres un maldito bastardo que juega conmigo a su antojo... — dijo mientras continuaba jugando con aquellos rubios cabellos —pero quisiera que realmente me ames...— dijo y beso aquella cabeza rubia.
—Nunca he jugado contigo— dijo Erwin que habia despertado al sentir aquel beso y movió un poco su cabeza para poder ver a Levi —no haría algo tan cruel... —
—Te gusta hacerme ver como el villano ¿verdad? — murmuro mientras Erwin se dejaba caer a su lado, lo obligaba a verlo.
—No es eso, es solo que amo esas expresiones como la que me enseñas ahora... porque me siento afortunado de ser yo quien las puede ver...—
Levi cubrió su cara apenado con las mangas de su nueva camisa.
—Maldito bastardo...— murmuro.
—También te amo...—
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