Tus Bocados
Personaje: Nick (Rotten Dinner)
Advertencia: yandere mod, lenguaje inapropiado, temas sensibles (mención de canibalismo, mención de abuso físico)
Tiempo: actual
Protagonista: Letha, cabello negro rapado con un flequillo, ojos celestes
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Nick era atacado como todas las mañanas en la universidad, la única variación era el lugar, pues le hacían tanto daño físico que no debería ser capaz de moverse después de eso, aunque a él no le importaba. Aún con el daño en sus ojos, podía ver claramente a la multitud, entre ellos, a la persona que más amaba en el mundo, de quien anhelaba en momento para tener un bocado suyo. Ella estaba ahí mirando con inquietud, pero antes de decidir que hacer, alguien más pasó entre la multitud, gritándole a los tipos que lo golpeaban.
-¡Hey! ¡Bola de idiotas!- todos miraron en shock -¡Déjenlo en paz, no estamos en el club de la pelea!
-¡¿Qué?! ¡¿Quieres un poco de esto, nena?! ¡Podemos hablar cuando termine con este idiota!
-¡¿Eres sordo o te caíste?! ¡Qué lo dejen en paz!- el primero de los bullies soltó a Nick.
-¡¿Quieres sexo o una paliza, perra?!
-¡Ahg, nadie quiere acostarse contigo, neanderthal acelerado! ¡¿No te atreves a ir por alguien de tu tamaño o solo quieren alimentar sus egos, pitos chicos?!
-¡Ya verás, maldita puta!
La chica se quito su chaqueta, dejando ver brazos bien definidos en fuerza, por comparación, Nick hubiera podido matar a sus bullies, ella les puede arrancar la cabeza. Uno de ellos retuvo a la chica y el otro golpeó su rostro, algo de sangre de ella se derramó y su aroma era tan vigorizante para la víctima en suelo, inquietandose ante la posibilidad de que no le permitan probarla. Entonces, la chica con una sonrisa confiada, golpeó la cabeza de su captor con su nuca y la pared, liberándose y pegándole un derechazo al líder, que cayó inconsciente al suelo, por lo que ella dirigió su atención al público.
-¡¿Qué miran?! ¡Este no es un puto circo! ¡Larguense!- todos se fueron sin dar más palabra, pues el miedo era real. Ella levanta a Nick de la camisa, dejándolo de pie -No eres débil ¿Porqué los dejas golpearte?
-... No me molesta...
-¿Eres masoquista o que tienes?
-¿Qué? No... Solo no es algo que me moleste, no puedo sentir los golpes, aunque si pueden lastimar mi orgullo. No es algo que me inquiete.
-Aun así, no deberías darle la satisfacción de sentirse superiores a ti, Nick.
-¿Sabes mi nombre?
-¿No lo saben todos?... Deberías ir a la enfermería, tu nariz esta sangrando.
-... ¿No irás? También estas herida...
-... No es la primera vez que me pasa algo así. Estaré bien.
-Deja que al menos te ayude con eso, probablemente la enfermera no esté de todos modos.
-... Bien, vamos. Ya terminé mi turno y debo ver a alguien después.
-Puedo saber tu nombre.
-Letha...
Nick sintió una extraña familiaridad con el nombre, ambos se dirigieron a la enfermería, donde como se había mencionado, la enfermera no se encontraba ahí. Antes de que él pudiera tratarla, ella lo sentó en la camilla bruscamente, alzando su cabeza, limpiando la sangre en su rostro y poniéndole banditas a sus heridas y algo de papel en su nariz, además de revisar sus lentes para ver si los cristales estaban rotos. Una vez hecho eso, se sentó a su lado para tratarse sola, lo que puso nervioso al chico, nisiquiera era así cuando observaba a su amada, levantándose de la inquietud.
-Si te vas a volver a sentar, quédate quieto- dice Letha con una aguja en su mano.
-¿No prefieres que te ayude?
-Ya lo he hecho antes...- Nick, en un extraño acto de valor, toma la aguja de Letha, incluso estando él sorprendido -¿Qué haces?
-... Tu mano está temblando... Es mejor que te ayude...
-... Bueno...
Letha cierra los ojos, dejando que el chico tratará sus heridas, limpiando su sangre con una gaza, aprovechando la falta de visión de su acompañante para probarla y olfatearla, sintiendo de nuevo esa sensación vigorizante y guardando el trapo. Procedió a cocer las heridas más profundas, teniendo una urgencia por probarla, pero sabía que no era el momento, pues no tenía como atacarla y que no se le escapará. Con cada puntada, sentía un escalofrío con pensar en probar su carne, aunque cada imagen tenía algo extraño, ella estando viva, con una sonrisa satisfactoria ¿Acaso la quería diferente?
-¿Terminaste?- dice Letha, sacando a Nick de sus fantasías.
-... Sí...- Nick le pone una venda -Como si nada.
-¿Porqué conservas eso?- pregunto Letha, lo que puso nervioso a Nick.
-¿Qué cosa?- Letha lo acorrala con su brazo a la pared.
-¿De verdad me crees tan idiota? No sé que te pasa, pero tengo algunas ideas...- Letha lo suelta -Adiós, Nick.
-Espera, por favor...
Letha se fue, dejando al chico solo en el cuarto, sus pasos se dirigieron a su hogar, exhausta y con sus heridas recientes palpitando, sabía que su camino era peligroso, aunque lo era más su destino. Abrió la puerta de su apartamento, con la desgracia de no ser la única dentro, una mujer de aspecto cuestionable se le acercó, fumando un cigarrillo y soplando el humo en su cara. La chica trató de evitarla, rodeandola y dirigiéndose a su habitación, pero la misma la agarro del cabello, jalandola bruscamente.
-¿Qué? Ya no saludas a tu madre.
-Tú no eres mi madre. Eres la novia viuda de mi padre, el cual fue asesinado por tu ex. Perdón por no darte un saludo cálido.
-Ahg, debimos echarte antes.
-Oh, pero ahora no puedes ¿Cierto? Después de todo, yo soy la que está pagando el apartamento, mientras tu traes a cualquier hombre aquí para coger. Ya es raro que no hayas traído ninguno hoy- Letha recibe una bofetada.
-Le dije a tu padre que un día acabarías mi paciencia... Si te apuñaló y dejo tu cadáver en el callejón, al fin saldrás de mi vista.
La mujer apaga el cigarrillo contra los puntos en la frente de Letha, quien intentó apartarla, recibiendo un arañazo de las uñas largas de la contraria, aturdiendola un momento. Cuando había recuperado la compostura, sintió algo en su estómago, mirando hacía abajo y viendo un cuchillo de mesa clavado, siendo tirada contra la mesa de vidrio. Ella solo podía escuchar lo que estaba pasando, alguien abrió la ventana, caminando sobre los pedazos de cristal rotos, acariciando su mejilla y lamiendo las marcas de uñas, cayendo inconsciente con el ensordecedor grito de la señora.
...
-¿Letha?... ¿Letha?- escucha la voz familiar, abriendo los ojos de golpe y tratando de golpear al extraño sin éxito -Vaya que eres agresiva, pero ahora entiendo porque.
-Nick ¿Dónde estoy?- cuestiona, mirando al chico y notando sangre en su ropa -¿Qué hiciste?
-Un favor para ti, y un regalo. Aunque debo admitir que tú me diste más de lo que puedo ofrecer... En especial ese exquisito aroma.
-¿Aroma?
-Tu sangre... Es embriagante y tan... Indescriptible... Nunca había probado algo como eso y me fascina descubrirlo ahora, antes de cometer un error.
-¿Error? ¿De qué mierda estas hablando?
-Mis ojos estaban en alguien más, quería hablarle hoy, pero cuando llegaste y te enfrentaste a esos idiotas, no pude evitar sentir esa vigorizante sensación. Quería probar tu carne, cada maldito bocado que tuvieras para ofrecer...
-... Por eso guardaste la gaza...
-Esperaba que no te dieras cuenta, es algo que espero conservar para siempre.
-¿Porqué no me has matado entonces? Tuviste una oportunidad en la enfermería ¿Qué te detuvo ahí?
-... Es cierto que anhelo probarte, pero no de la forma en que lo hago... Una fugaz fantasía pasó por mi mente... No tengo que comerte para mostrarte lo mucho que me enamorado de ti... Con un poco de tu sangre es como estar en el paraíso.
-Estas enfermo...- intenta levantarse, pero estaba atada a la silla -¡Aléjate!...- una pregunta la golpea -¡¿Cómo me encontraste?!
-Te seguí. Vi como esa mujer clavo el cuchillo en tu estómago, eso me hizo hervir. Lo que me lleva a tu regalo y favor para ti...- Nick toma una caja y la abre frente a Letha, revelando la cabeza de mujer, lo que le llevó a sentir náuseas, pero no expulso nada de su estómago vacío -Oh no, parece que no has comido nada hoy. No te preocupes, ya no pasarás hambre.
-¡No quiero nada que tú prepares!
-No tienes muchas opciones ¿No? Ya no te queda nadie... Solo te quedó yo.
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