Su Rostro 2/3 (Espectro Cantor)

Personaje: Erik Destler (The Phantom of the Opera)

Partes: 2/3 (Espectro Cantor)

Advertencia: yandere, insinuaciones

Tiempo: pasado (Línea de tiempo alternativa)

Protagonista: Lucy, cabello castaño claro corto, ojos azules (utiliza una máscara/prótesis por varias cicatrices y heridas de su rostro [como se ve esta a imaginación de ustedes])

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Erik toma el pañuelo, sintiendo una pequeña corriente al tocar el cuero de sus guantes, estaba maravillado con la extraña mujer, deseando conocer su nombre, pero no podía desobedecer, ahora era un rehén. Él se ató la tela a los ojos, sintiendo de nuevo la mano enguantada sosteniendo la suya, siendo jalando por el desconocido sendero, solo teniendo la seguridad de caminar cuando una luz empezó a pasar por el tejido en su rostro. Ella se detuvo, acercando sus manos al vendaje para quitarlo, lo que hizo sonrojar al caballero, dejando que la luz entre por completo a su visión y pudiendo ver la habitación.

-Se quedará aquí por ahora. Hay una cama en la que puede dormir, si necesita un cambio de ropa, hay un camisón en el armario que le podría servir.

-¿Podría preguntar porque es tan hospitalaria conmigo?- Erik se quita el saco, colgándolo cerca del armario.

-... Tiene un oído fino, admiró eso de los músicos...- ella iba a irse, pero él la detiene.

-¿Realmente piensa dejar sin vigilancia a su rehén?

-No conoces los caminos seguros, podrías morir antes de llegar de vuelta a la entrada.

-¿Y qué asegura que no me las puedo arreglar para volver y guiar a la policía a su escondite?

-¿Porqué insiste en que me quede?

-Quiero llegar a conocer a mi captor, sabiendo la gran artista que es y empezando por su nombre.

-... Me llamó Lucy... Y no tengo nada bueno que contarle.

-Muy bien, mademoiselle Lucy. Entonces no sería molestia para usted que empiece a fisgoner, siendo que usted me ha dicho que puedo pasar la noche aquí- Erik mueve una cortina donde se escondía un espejo, lo que asustó a la joven.

-¡No toque eso!

Lucy fue apresurada para cubrir el reflejo, haciendo que su capucha cayera y dejando ver su rostro cubierto por una máscara, momento en que Erik aprovechó de atrapar a la mujer entre sus brazos. Ella luchaba porque lo soltara, pero su fuerza era mayor, incluso que la del tramoyista que había neutralizado con anterioridad, y él era mucho más robusto que el pianista. El músico comenzó a extender una de sus manos al objeto que seguía ocultando el rostro de la joven, por lo que ella, en un acto de puro instinto, piso sobre los finos zapatos, logrando derribar al hombre contra la cama y acorralarlo.

-¿Va a seguir colmando mi paciencia hasta que lo mate?- dice Lucy, presionando el cuchillo contra la garganta de Erik.

-¿Acaso mancharía sus manos con la sangre de un hombre inocente?

-Usted no actúa como una persona inocente.

-¿Usted lo hace?

-Sé que no. El infierno tienen un lugar especial para mí, por lo que una muerte más sería como una mancha de lodo en un día de lluvia.

-... Cada minuto es más cautivadora.

-¿Qué?- en un estado de impacto, se alejo del hombre, la forma en que le hablaba le hacía sentir vulnerable.

-¿Acaso no se lo han dicho?...- Erik se levanta, acercándose lentamente.

-Aléjese... ¡Esta tentando la ira del diablo!- grito en rabia, recordando el como había sido abandonada y maltratada de joven, siendo esa de las frases que escuchaba seguido.

-No lo veo así...- Erik la acorrala contra el espejo, sosteniendo las muñecas de la mujer enmascarada contra el frío cristal y forzando que suelte el arma.

-¡¿Qué está haciendo?!

-¿Alguna vez ha escuchado de mí, Lucy? ¿Me conoce?

-Es un músico reconocido alrededor del mundo, un talentoso pianista y organista, que ha tocado en solitario y con renombradas orquestas, además de ser bastante atractivo para las damas, pero muy solitario en cuanto a la idea de una relación romántica.

-Tengo mis motivos...- Erik se acerca al oído de la joven -Aunque ninguno aplica en usted... Usted es la única mujer que me ha cautivado como para hacer las tonterías que he hecho hoy, incluso antes de ver su rostro... Y no puedo evitar la curiosidad, de saber como es aquella dama tan talentosa, fuerte y cautivadora.

-¡Alto, no...!

Erik extendió una de sus manos a la máscara, quitándosela, lo que le dio una vista muy leve de lo que ocultaba antes de ser apartado bruscamente, viendo a Lucy salir fuera del cuarto en que lo dejó. Él la siguió, admirando por completo su casa bajo la Opera Populaire, había un piano con varias partituras, una mesa con varios dibujos de vestidos, periódicos y una maqueta del escenario, algunos muebles y varios candelabros de pie, además de una segunda habitación. Al no verla por ningún lado, entró con cautela al único lugar faltante, viendo una cama y un tocador con algunas máscara, el espectro estaba frente a este, cubriendo su rostro lleno de lágrimas.

-Madam...

-Váyase...- se cubre con la capucha de su capa -¿Porqué perder el tiempo con esta muerta en vida? Lo único que sana mi dolor es la música, e incluso eso me intentan arrebatar... No hay nada bueno para usted conmigo, váyase y deje al diablo en su infierno, del que nadie se puede salvar.

-... Excusez-moi, mademoiselle...- Erik extiende la máscara a la joven -No quería faltarle el respeto, pero sí me he sentido cautivado por usted... ¿Hay alguna oportunidad de que me permita verla?- ella toma la máscara, volviendo a ponérsela.

-Vio suficiente... Lo llevaré de vuelta...

-¿Cuándo la volveré a ver?

-A no ser que esos burócratas busquen formas de hacerme enojar, no hay motivos para hacerlo pasar por el infierno.

-S'il vous plait, madam. Debe haber un modo en que pueda ayudarla...- ella se levanta del tocador y empieza a caminar, pero él toma su mano.

-... La única forma en que puede ayudarme es convenciendo a Christine Daaé y a los dueños de la Opera de poner a la joven como la protagonista. Si no, tendré que encargarme de ellos por mi cuenta.

-Yo hablaré con ellos, aun así deseo verla de nuevo.

-No se condene a estar en compañía del diablo.

Ambos caminaron al pequeño muelle, subiéndose a una balsa, aunque Erik se ofreció a remar, Lucy se lo negó al ser la única que conocía el camino. El Espectro dejó al pianista frente a una de sus entradas ocultas, haciéndo que él volviera al pasillo, siendo encontrado por Madam Giri. La mujer llevó al músico con los dueños, que incluso con la preocupación que tenía por su recién llegado invitado, el único tema que pudieron conversar fue sobre el cambio de protagonista, ignorando sus dudas sobre le spectre chantant.

-¿Monsieur Destler?- le llama la joven Christine -¿Me permite un minuto?

-Claro ¿Cómo puedo ayudarla?

-¿Porqué me recomendó para protagonizar la obra?

-... Ella debía ser quien protagonizará, pero no tiene el valor para mostrar su voz o su rostro... Por lo que hace las obras pensando en su voz. La felicito, ha de tener una voz hermosa, mademoiselle Daaé...

-Merci...- ella nota su mirada perdida -¿Ocurre algo?

-Pude verla, mademoiselle Daaé...

-¿Al Espectro Cantor? ¿Los rumores son ciertos?

-Mera exageración. Ella es muy talentosa... No quiero sonar mal, pero deseo verla de nuevo y que se quede a mi lado... No puedo dejar de pensar en ella, en su voz, en su rostro, en sus ojos... Nunca me había sentido así.

-¿Ella lo sabe?

-Sí... Pero no lo aceptó... Negó la posibilidad de que la vuelva a ver, llamándose el diablo... Me duele que se vea de esa manera... No puede ver lo hermosa y talentosa que es...

-... Tal vez la han lastimado mucho... Si se esconde, debe tener motivos...

-... Quiero tenerla conmigo... Y creo que usted puede ayudarme a hacer que se vuelva a presentar.

-¿Quiere hacerla aparecer?

-Si logró llevarla conmigo, el teatro se librará de los rumores... Y yo tendré a mi cautivadora Espectro Cantor.

-¿Qué planea hacer?

-... Le encanta hacer vestidos... Entonces, le daré una ocasión en la que pueda usarlos.

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