Relación Floral

Personaje: Fumito (Diona's closet shop)

Advertencia: sangre (amputación), temas sensibles (hematofobia, trauma, ataque de pánico, pensamientos intrusivos)

Tiempo: actual

Protagonista: Letha, cabello negro rapado con un flequillo, ojos celestes

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Letha iba caminando enojada después del trabajo, siendo su último día haciendo horas extras, tenía un cumpleaños al día siguiente y no tenía un regalo para el cumpleañero, aunque no se sentía cómoda con la idea de asistir, necesitaba llevar algo, necesitaba soltar lo que sentía. Con el estrés queriendo explotar pensando en que hacer, se topó con una floristería abierta, aún con la hora que era. La curiosidad y la desesperación le pudieron mas, entrando al lugar y descubriendo tan bellas flores, algunas en arreglos, otras esperando para ser seleccionadas.

-Vaya... ¿Buenas? ¿Aun esta abierto?- escucha pasos del cuarto de empleados, acercándose a mirar, encontrándose a un muchacho.

-Disculpa, pero no puedes entrar aquí.

-Lo siento, no quería entrar así. Vi la luz y pensé que aun estaba abierto... Que idiota, debes estar queriendo terminar tus horas y yo llegando de la nada a las 11:30 de la noche...- contesta nerviosa.

-Tranquila, me refería al cuarto de empleados.

-Oh, claro... Perdón.

-¿Cómo puedo ayudarte?

-Bueno, mañana tengo que ir a un cumpleaños, pero no tengo regalo para esa persona y... Nisiquiera sé porque lo hago, no vale la pena darle algo bonito después de lo que hizo... Aun cuando tuvo la cortesía de invitarme.

-¿Es alguien importante?

-Es complicado...

-Bueno ¿Tal vez quieras ver el libro de significado de flores?

-... Sí... Eso ayudaría al menos para un mensaje personal...- el florista le da el libro, en el que ella busca un significado específico -Claveles blancos, hortensias azules y... Narcisos.

-... ¿Estas segura?- contesta el muchacho algo sorprendido, ella asiente -Muy bien... Espero que no te importe si algunas están marchitas, es difícil que se mantengan hasta la noche.

-No hay problema... Nada es eterno y... Las flores son de las pocas cosas que son bellas, incluso en sus últimos días.

-Es raro encontrar alguien que aprecié a las flores tanto como yo.

-Pues... Antes tenía un jardín con mi madre, pero no supe como cuidarlo desde que falleció... Así que lo deje ser, aun cuando no era lo mejor, no quería lastimarlas.

-Es triste escucharlo, pero lo entiendo. Siempre tuve un amor por las flores, pero desde que conocí a mi esposa, mi amor por ellas ha crecido más.

-Que afortunado...

Letha se quedó en silencio después de eso, incluso con las disculpas de ida y vuelta del muchacho por material para el arreglo, hasta que se escucha un ruido y el florista vuelve al área de empleados. Cuando él regresó, ella notó una mancha de sangre en el suelo, a lo que empieza a entrar en pánico, paralizandose, pero el joven se explica, al notar su estado, diciendo que le sangro la nariz, aunque eso no la calmo mucho. Terminado el arreglo, él preguntó si quería añadir alguna tarjeta, a lo que ella aceptó, aunque lo que quería que escribiera dejaba al aire ciertas preguntas para el chico.

-¿Qué te gustaría que escriba?

-... Feliz cumpleaños... Puede que te sorprenda un regalo mío, más con lo que paso... Espero que disfrutes de tu nueva relación y perdón por no ser suficiente para ti... No esperes que conteste. Felicitaciones y adiós...

-... ¿Estas segura de eso?- Letha asiente, a lo que el florista termina de escribir y coloca la tarjeta en el arreglo -¿Así está bien?

-Sí... Linda letra, por cierto...

-Gracias ¿Sería todo?

-Sí, pero... Creo que no debería preguntar... ¿Cómo es que ustedes... Funcionaron?

-¿Disculpa?

-... ¿Sabes qué?...- le paga por el arreglo -No importa, sólo soy una tonta que vio a un chico guapo casado y pensó que le podía aconsejar...

-¿Piensas que soy guapo?- la chica se pone roja con lo que preguntó el muchacho -Me halagas, pero...

-¡Claro, que idiota ¿Cómo voy a preguntar a un hombre casado sobre su relación con su esposa sin que suene como que quiera algo más con usted?! Digo, no es que no me interesaría ¡Si fuera soltero! Pero es claro que no lo es y mi pregunta suena... Tal vez sólo deba irme, debe estar cansado de escucharme hablar incoherencias- iba a tomar el arreglo, pero él toma su mano.

-Espera... Entiendo, estas curiosa por nosotros ¿No es así?

-Es una forma de decirlo... Por lo poco que dijo de ella... Supongo que solo añoro el sentirme así con alguien y, solo quiero saber como lo viven ustedes... Disculpe por ser tan metiche.

-Para nada, es tierno tu interés en nosotros...- él toma la foto en el mostrador -Fue este lugar donde la conocí, hace mucho que no he vuelto, pero nunca olvidaré lo que me hizo sentir. Aún cuando todos me consideraban extraño por mi amor por la naturaleza, ella siempre me apoyo.

-... Es muy bello... Ojala algún día encontrará a alguien así...- ambos se miran, Letha se sonroja incómoda -Perdoné...

-No, por favor... No tienes que disculparte... Ha sido difícil para nosotros y la gente suele juzgar por nuestras circunstancias, suelen entrometerse en la vida personal, incluso las relaciones... Es raro que alguien genuinamente quiera entendernos. Eres un respiro de aire fresco entre la gente marchita.

-... Lamento oír eso, no me imagino por lo que están pasando...

-Es la naturaleza de las personas el juzgar y conquistar lo desconocido, pero tú eres diferente...- el chico acaricia los girasoles, mostrando una mirada enamorada -Cómo regalo de partida, quisiera ofrecerte algo especial... Quiero que la conozcas.

-¿En serio? No debería, no quiero incomodarla...

-No lo harás, mereces conocer a alguien tan especial como lo es mi esposa. Y estoy seguro de que a ella le gustaría conocer un alma tan hermosa como la tuya.

Letha acepta acompañarlo, siendo guiada escaleras abajo por la puerta de sólo empleados, llegando a una segunda puerta con la misma indicación, un olor familiar la hacía querer retraerse, pero no quería ser grosera. Siguieron hasta llegar a una puerta de madera, la cual fue abierta por el joven, dejando ver un invernadero con luces rojas, el aroma de las flores se mezclaba con ese olor inquietante. Él cierra la puerta tras ellos, lo que no le daba mucha tranquilidad, el muchacho la sostiene de los hombros, viendo una figura enorme acercarse.

-Diona, querida... Ven a ver un momento- la sombra se acerca a la luz, a lo que el muchacho se acerca a ella, dejando ver una extraña criatura parecida a un girasol, con ojos de varios colores llamativos y una monstruosa boca con afilados dientes.

-¿Qué?

-Grrr...

-Oh, sé que estas ansiosa, mi amada. Acércate... Dame un beso ¿Podrías?- la criatura lame cariñosamente al florista, Letha estaba paralizada -No te preocupes. Nuestra invitada está aquí para quedarse... Di hola a mi esposa.

-... Ho... Hola...- Letha alza la mano con una sonrisa nerviosa, no sabía cómo reaccionar a su mirada.

-Como esperaba, esta encantada de conocerte.

-Rrrggh grgr...

-¿Qué está pasando? ¿Tal vez me desmaye después de ver la sangre? Sí, eso debe ser, despertare en un hospital en cualquier momento ¿Verdad?

-Discúlpame por mi ausencia de antes. Sabes que debo atender a nuestros invitados, especialmente a los curiosos.

-¿Ah?

-Verás, mi amada se estaba poniendo impaciente con tu presencia. Ella ha estado hambrienta durante semanas, y el sonido de pasos desconocidos la estaba enloqueciendo...- el pánico se estaba apoderando de ella, pero él toma la palabra de nuevo -Pero no te preocupes. Le enseñado bien. Y estas a salvo aquí conmigo... ¿Te gustaría estrechar su mano? Siempre está emocionada de conocer nuevas caras- dice el florista, acercando un pétalo hacía Letha.

-... De acuerdo...- Letha extiende una mano ya temblorosa y toma el pétalo -Hola... Diona. Es un placer conocerte...- su sonrisa nerviosa se marco con fuerza en su rostro, al sentir que la lamian del brazo que la sujeta.

-Querida, calma... ¿No es hermosa?

-... Lo es... No podría alcanzar tal... Belleza...- contesta dudosa, no sabiendo si ella lo decía en serio o presa del pánico, aunque el florista parece haber notado sinceridad.

-No seas así contigo. Diona piensa que eres hermosa también...- él aparta su mano del pétalo, con cierto celo -Ella es un tipo de girasol carnívoro. La conocí en un jardín cuando era más joven, como a los 10 años. Prácticamente crecimos lado a lado y enfrentamos muchos retos juntos... Entonces, ella tenía el tamaño de un girasol normal. Su dieta era de animales pequeños, pero no fue hasta que ella mordisqueó mi dedo anular, que supe que tenía un apetito por la sangre. Esta bien, además, ese momento marcó el comienzo de nuestro lazo ¿No es cierto?...- Letha no podía evitar una sensación de incomodidad e intriga, no podía entender cómo podía ser tan macabro y tan dulce en su forma de hablar -Hay una forma metafórica de decir que las parejas deben probar el sabor del otro antes de llegar al altar. Con nosotros es literal... No te preocupes, Diona ya tuvo su merienda en la tarde, aunque suele tener mucho apetito ¿Verdad, mi rayo de sol?

-Rrrgggh rhhhh...

-Mi esposa es increíblemente adorable, siempre se avergüenza cuando hablo de su apetito.

-... Tengo preguntas... Pero no sé si quiero respuestas...

-¿Porqué eres tan tímida? No creo que puedas hacer preguntas más vergonzosas que las que hiciste arriba.

-Estaría sorprendido...- la criatura mira al florista.

-¿Podrías repetir mi amada?... Pero no estoy mintiendo. Es solo parte del plan...

-¿Plan?...- Letha se notaba muy alterada, agarrando sus manos nerviosa y comenzando a hiperventilarse.

-Solo se paciente, esposa mía. Te consentire esta noche. Extraño pasar tiempo contigo...- ambos miran a Letha -Mi esposa dice que le gustaría comerte...

-... ¿Sonaría irrespetuoso preguntar en qué sentido?

-Disculpa, deja que lo diga de nuevo... Quiere conocerte por tu sabor...

-... De acuerdo...- su corazón latía con fuerza, ella se sostiene de una mesa cercana, cortando su mano con unas tijeras por accidente -¡Ay!

-... ¿Estas bien?- el chico se notó confundido, era raro que para ese momento no intentara huir.

-... Sí...- dice entre risas -Solo... No pensé que moriría siendo deborada... Creo que se me heló la sangre de la idea de... Ver mi sangre...- ve su corte, paralizandose -Mucha sangre... Mucha sangre... Sangre...- Letha se desmaya, cayendo en los brazos del florista.

-Te dije que se quedaría...- Diona gruñe emocionada -Que indecorosa, al menos deberías probarla antes de pensar en eso.

El florista toma las tijeras en la mesa, con su esposa mirando impaciente como él toma la mano herida de la chica, colocando su dedo anular entre las hojas de metal. Al día siguiente, Letha despierta por la luz del sol, en una cama de sábanas verdes y un cuarto con libros de botánica, no reconocía la habitación, por lo que suponía que estaba en la floristería todavía. Ella siente un dolor punzante en su mano izquierda, descubriendo un vendaje parecido a un guante, pero cuando iba a quitárselo, alguien abre la puerta, era el florista, con una bandeja de té y una sonrisa cálida, estaba confundida.

-¿Qué me paso?

-Te cortaste con mis tijeras de podado y te desmayaste ¿Te da miedo la sangre?

-... Sí... Mi madre estaba enferma... Vomitaba sangre y... No puedo verla sin sentir que me voy a desmayar.

-Ten...- él le da una taza de té -Te ayudará a sentirte mejor- ella toma la taza, bebiendo la infusión.

-... Que sabor tan curioso... ¿Qué es?...

-Girasol...- Letha se detiene, recordando lo que paso -Diora ha querido compartir su sabor contigo... Así como yo...- la chica se ahoga con el té.

-¿Qué dijiste?

-Era justo... Más cuando mi querida esposa ha querido compartir nuestro vínculo contigo después de que probamos tu sabor...- ella trata de levantarse, pero él la detiene.

-¿Qué estas...?

-Un sabor muy suave, agradable, aunque amargo... Supongo que por tu timidez... Tal vez tu corazón roto... Sea como sea, no te puedes ir, ya estás unida a nosotros... Un amor intenso a través de la sangre y la carne.

-¿Sangre?...- el chico toma la mano vendada, quitando los vendajes y revelando su dedo ausente, su miedo estaba presente.

-Ahora somos Diora, tú y yo...- él besa donde faltaba su dedo anular -Mis esposas...

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