La Única Qué Entiende

Personaje: Eddie Gluskin (Outlast)

Advertencia: problemas de autocontrol, insinuaciones, sangre, lenguaje, escenas explícitas (mutilación), mención de abuso sexual y físico

Tiempo: actual

Protagonista: Lucy/Leo, cabello castaño claro corto, ojos azules

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Waylon se había encontrado con Lucy escondida en un baño, vestida con ropa de recluso, con el cabello cortado de mala manera y la cara sucia, murmurando y llorando que no quería que le volvieran a tocar, siendo capaz de identificarla como una mujer al verla de cerca. Él le permitió acompañarlo para escapar y revelar la verdad de Murkoff, ella aceptó temerosa, presentándose con el nombre de Leo. Park y la chica se adentraron en el bloque vocacional, donde un hombre casi les saca un susto de muerte.

-¿Acaso te asuste? Lo lamento tanto, no quise asustarte- dice el hombre mientras buscaba otra entrada.

-No, no ahora...- susurraba Lucy aterrada, agarrando el brazo de Waylon.

-¿No nos hemos visto antes? Sé que he visto tu rostro. Tal vez... Antes de despertar. Aunque parece un sueño ahora, estar aquí contigo.

-¿Lo conoces?

-... Vi lo que le hicieron... Trate de pedir ayuda, pero me descubrieron. Querían silenciarme...- Waylon le contesta en susurro, escuchando pasos cercanos y cubriendo sus bocas mientras se mantenían en las sombras para que no los viera.

-Déjame llenarte... No tendrás que estar sola nunca más. Puedes completarme. Puedo llenar el vacío en tu interior- las palabras del hombre asustaban a Lucy, que recordaba con dolor los tratos de los guardias desde que fue encerrada por su jefe por un crimen que no cometió.

Vieron la oportunidad para correr, huyendo de Eddie Gluskin, el novio que necesita una novia. La idea aterraba a la chica, que temía que le hiciera lo mismo que habían hecho algunos guardias con ella, aunque algo le decía que había puesto sus ojos en su compañero. Ambos corrieron del extraño hombre, llegando a un ascensor y saltando a unas escaleras que se rompieron, haciéndolos caer al techo del elevador, lastimando a ambos de gravedad.

-¡AAAH! ¡AAAHG!- Waylon y Lucy gritaron de agonía.

-Oh Dios. Oh Dios ¿Estas bien?- grito Eddie, viendo a Waylon sacarse el pedazo de metal de su pierna.

-Mierda... Con un carajo...- Lucy se había torcido el tobillo.

-Leo, tu pie... Esto es malo.

-Dijo el que se le clavo una barra en la pierna.

-Dime que estas bien. Odio la idea de ti sufriendo sin mi ¿Porqué te harías algo así?... Acaso... ¿Prefieres morir que estar conmigo?

-¡Nos estabas persiguiendo, animal!- grito Lucy, dejando notar su voz aguda y cubriendo su boca al instante. Eddie posó su mirada en el otro cuerpo.

-... Así que es eso... Me cambiaste... Muere entonces- cerró la puerta del elevador y este se empezó a mover.

-Leo, debemos irnos- Waylon ayuda a Lucy a salir del elevador en el piso más próximo.

-¿Qué están...? Ja... Entonces continuamos- avanzaron como pudieron hasta un cuarto, donde aprovecharon para recuperar el aliento.

-¿Listo?

-¿Para...? ¡Ah! ¡Mierda!- Waylon acomodó el tobillo de Lucy -Al menos avisa...

-Lo siento... Esto es una pesadilla...

-Deberías dejarme aquí. Así no te estaré parando.

-Somos dos cojos en una prisión para insanos... ¿Crees que te voy a dejar sabiendo lo que te hicieron aquí? ¿Lo que los guardias te hicieron pasar?... Leo... No voy a abandonarte aquí...

Lucy miró sorprendida antes de ser levantada de un jalón por Waylon, caminando por el sendero de sangre para ocultarse, llegando a un callejón sin salida, donde sólo había un casillero para esconderse. Él iba a hacer que ella se metiera en el casillero, pero ella lo empujó en su lugar, cerrando la taquilla y mandándole a mantener silencio y la cabeza abajo, iba a replicar, pero entonces apareció.

-Tú... Te llevaste a mi mujer ¿Dónde está?...

-¿Sigues buscándola?... Eso es triste- dice como si fueran dos hombres hablando de una mujer. 

-¿A qué te refieres...?

-Se fue. Me empujó al casillero y desapareció, como si nada. No tengo idea de donde fue, pero no vale arriesgarse.

-¿Es eso?...- se acerca a Lucy de forma atrevida, haciendola retroceder contra el casillero, pues su pie aún le dolía -¿O mientes para llamar mi atención?

-¿Porqué querría hacer eso? No necesito atención y parece qué te sobra- dice de forma burlona, aunque estaba aterrada.

-No, no, no. No soy de esos idiotas. Yo soy hombre para una sola mujer... Y parece que tú eres la afortunada, querida.

-Je... ¿Qué te hace pensar que soy una mujer?- Eddie toma con fuerza el rostro de Lucy y se acerca a su oído.

-Oí tu voz, querida. Puedes llenarte de tierra y golpes... Pero esas caderas...- pone una mano en su cintura -Son de una verdadera mujer... Tu cuerpo me suplica... Para ser purificado...

-Basta...- Eddie iba a poner su mano en su trasero, pero recibo un golpe bajo, haciéndolo quejarse -No vuelvas a pensar que me dejaré tocar de nuevo, menos por un degenerado como...

-¿De nuevo?...- Eddie dijo en un tono molesto -¿Tuviste a otro? ¿Alguien más lleno tu vacío?...

-... Hay cosas que no merecen hablarse...- Lucy se iba enojada, para que su compañero tuviera la oportunidad de escapar, pero Eddie la tira del tobillo malo, haciendo que tropezara -¡Ah! ¡Hey!

-Oh, no, querida. No pienses que te dejaré volver con ese maldito que te profano...- el novio se pone sobre ella, buscando noquearla -Vas a ser una madre maravillosa, querida.

-¡Déjalo en paz!- el de la cámara sale del casillero y se tira sobre él, para que suelte a la chica -¡Corre, Leo!

-Pero...

-¡Que te vayas!

La joven obedece, alejándose tan rápido como pudo, Eddie se lleno de ira al verla huir, sus nudillos blancos bajos sus guantes lo hicieron pelear con furia. La pelea termina con Park noqueado en el suelo, solo viendo al muchacho como una oportunidad, ya no quería hacerlo una mujer completa para él, quería usarlo de carnada para la joven que se le había escapado, sin saber que ella era una mujer de verdad. Metió al inconsciente Waylon en el casillero, arrastrandolo por los pasillos hasta que llegaron a una extraña habitación.

Lucy mantenía su distancia, queriendo ayudar a su compañero, aunque no esperaba lo que sus ojos presenciaron ahí. Eddie tenía a otros dos hombres cautivos, a los cuales les arrancó sus "partes vulgares", para luego matarlos y tirarlos de la mesa como muñecas de trapo. Entonces, llegó el turno de Park, desprendiendo sus ropas y atando sus extremidades a las patas de una mesa para subirlo a la plataforma próxima a la sierra, como si realmente quisiera transformarlo en una mujer, a diferencia de los otros que parecía hacerlos sufrir con intención.

-Tienes una increíble estructura ósea. Una piel suave. Vas a ser hermosa...- Lucy no podía evitar mirar con asco como Eddie tocaba a Waylon -Una mujer... Debe sufrir algunas cosas. No es placentero, lo sé, pero trata de... Durar. Por mi. Por el bien de nuestros niños.

-Esto es enfermizo...- pensó Lucy, agarrando un palo del suelo.

-No tomará mucho. Algunos cortes en la carne aquí y aquí. Cortar todo lo... Vulgar. Un cómodo lugar para recibir mi semilla. Para formar nuestra familia. La incisión dolerá. Y la concepción... Y el parto nunca es fácil- Eddie comenzó a mover la mesa hacía la sierra -Haré el corte rápido. Solo cierra los ojos y piensas en nuestros hijos.

-Quitale las manos de encima- Lucy empuja a Gluskin, impactando contra la mesa y haciendo que se rompa, liberando a Waylon.

-¿Leo?- ve como la chica iba a golpear al novio con un palo, pero este forcejea con ella.

-Mira quien está celosa ¿Estás molesta, querida?

-¿Qué?

-No te preocupes. Una vez me encargue de esa perra, podremos empezar con tu purificación. Al fin serás mía.

-... ¡Vete, Waylon!

-¡No te dejaré aquí!

-¡No estoy preguntando!- La chica libera el agarre del novio, golpeandolo y corriendo, siendo perseguida por Eddie.

-¡Vuelve aquí!

Waylon se vistió, no sabiendo que hacer para ayudarla, pero sí para que su sacrificio no fuera en vano, tomando su cámara y buscando la salida hacía el pabellón de hombres. Por su parte, Eddie perseguía con insistencia a Lucy, deseando atraparla y purificarla para la concepción, pues había encontrado a la mujer que quería como suya para siempre. Ella aun no se recuperaba por completo de su torcedura, por lo que una tacleada fue suficiente para tenerla entre sus brazos.

-Eres rápida, querida.

-¡Suéltame! ¡Déjame en paz!- intenta liberarse, pero Eddie la agarra de las muñecas, notando algo peculiar.

-Hm... Eres muy delgada, querida, tan fina como una hoja de papel...- los ojos de Eddie bajan a su pecho.

-¿Qué miras, pervertido? ¡Hey!- Eddie abre la parte superior del overol de Lucy, unos vendajes comprimian sus pechos.

-... ¿Acaso te purificaste para mí?

-Deja de decir eso, no puedo ser una mujer en este lugar.

-... ¿De qué hablas?

-Esos guardias me... Tocaron... Me golpearon y lastimaron cada centímetro de mi cuerpo... Solo sintiendo satisfechos cuando mi voz quedaba ronca de tanto gritar y no tenía fuerza para caminar...

-¿Porqué dices que no puedes ser una mujer?

-Después de tres meses haciéndome sufrir, dijeron que iba a ser reubicada. Me atacaron a golpes, me raparon la cabeza y me dejaron en una celda con un hombre... Él intento tocarme al ver lo que era, pero lo ahogue con una almohada... Corte la funda de la misma, la ate a mi pecho y oculte mi cuerpo con el overol del muerto... Nadie me ha tocado desde entonces.

-... No eres como las otras... Eres pura...

-¿Acaso escuchaste lo que dije? ¡Esos guardias me violaron, golpearon y me forzaron a pasar el resto de mi vida oculta como un hombre en un lugar del qué nunca voy a salir! ¡¿Qué tiene eso de puro?!- Eddie la fuerza a un abrazo, Lucy ya había dejado caer sus lágrimas, pero ahora no podía aguantarlas.

-Oh, querida... Nunca pensé que... Encontraría a alguien que entendiera lo que he vivido... Es un milagro para mí, que un alma pura como la tuya sea la única que entiende mi sufrimiento en su propia carne.

-¿Porqué sigues diciendo que soy pura cuando no es cierto?

-Eres tan hermosa y fuerte, querida. Tan frágil y valiente, mereces más de lo que puedo darte, pero lo daré todo a tu nombre. Si esos malditos siguen vivos, te prometo que los haré pagar por lo que te hicieron. Los haré sufrir el triple de lo que tuviste que soportar, Leo.

-... Ese no es mi nombre...- Eddie la mira expectante -Lo usaba para no llamar la atención... Me llamo Lucy...

-Lucy... Esos hombres van a pasar por mi mano, el dolor que tú nunca debiste vivir. Mi promesa para ti, querida.

-¿Porqué lo harías?

-Podemos completarnos... Nos entendemos mejor de lo que nadie lo hará... Nuestros hijos serán tan fuertes como nosotros.

-¿Hijos?- Lucy intenta alejarse asustada.

-No te preocupes, querida. No te lastimare... Nuestra noche juntos será como el paraíso después de una vida en el infierno.

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