La Loba Del Pastor

Personaje: Joseph Seed (Far Cry 5)

Advertencia: temas sensibles (autolesiones)

Tiempo: actual

Protagonista: Mel Taylor, cabello castaño con mechas negras y rojas con ojos carmesí

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Mel había llegado al condado de Hope junto a sus compañeros, nunca pensó que un arresto le destruiría su vida después de años de trabajo para llegar a su puesto. Todo parecía algo protocolario, hasta que se entero de la situación. Bajaron del helicóptero y caminaron a la iglesia donde se encontraba el culto de Joseph Seed, el hombre al qué iba a arrestar. Las puertas fueron abiertas en medio del sermón del qué llamaban el Padre, ella estaba ciertamente inquieta, su instinto decía que algo andaba mal.

-No aprietes el gatillo. No te muevas, Marshall- dice el Sheriff al Marshall.

-A la mierda... ¡Joseph Seed! ¡Tengo una orden de arresto en tu contra por sospecha de secuestro con prejuicio! ¡Ahora sal con las manos en alto y donde pueda verlas!

-Aquí están...- dice Joseph alzando las manos -Langostas en el jardín... Vienen por mí. Han venido a apartarme de ustedes. Quieren destruir todo lo que hemos creado- los gritos sorprenden a Mel, quien es calmada por el sheriff.

-Tranquila, todo saldrá bien, novata... ¡Espera! ¡No toques esa arma de servicio! ¡No te muevas!- grita el sheriff al Marshall.

-¡Bajen las armas!

-¡No dispares! ¡Cálmense!- Joseph interviene tranquilo, entre sus seguidores.

-Esperábamos este día. Estamos preparados. Vayan... Vayan...- como perros a su amo, obedecieron la palabra del Padre -Dios no dejara qué me lleven. Vi cuando el cordero abrió uno de los sellos y escuche a uno de los cuatro seres vivientes decir como con voz de trueno: "Ven y mira"

-Muévete...

-... Y yo mire... Y vi... Un caballo blanco... Y el infierno le siguió...- extendio las manos hacía delante, mirando a Mel de frente por primera vez.

-Novata, esposa al hijo de puta.

-Dios no dejara qué me lleven...- Mel se sentía intimidada, había investigado de él, pero su presencia le hacía sentir una extraña fuerza rodearlo, no creía que fuera inteligente arrestarlo ahora que tiene medio ejército de seguidores armados.

-¿Qué esperas, novata? Esposalo.

-No la fuerces, Marshall.

-Hazlo o yo lo haré, no tenemos tiempo para esto.

Las palabras del Marshall la sacaron de su pensamiento, viendose obligada a arrestar al hombre, con manos temblorosas esposando las de él, Joseph lo noto. El grupo salió de la iglesia con el Padre siendo retenido por Mel, qué no dejaba de temblar ante la sensación de haber cometido el peor error de su vida. Cadáveres rodeaban su visión, gritos de dolor y sufrimiento retumban en sus oídos y sus manos estaban manchadas. Volvió a la realidad al llegar al helicóptero, donde intento qué el prisionero no fuera tirado al suelo por su compañero, pues a sus ojos seguía siendo un hombre.

-¡Sube, novata!- gritaban los otros.

-Cuidado con la cabeza- dijo la joven al subir al hombre al helicóptero, ayudándolo a sentarse, mientras los otros suben y les protegen, incluso poniéndole el cinturón -Debería ser suficiente con eso.

-¿Porqué te preocupas si vas en contra de mi palabra?- ella se sienta al frente.

-Ellos te ven como un rey y te alaban como el mesías. Pero si lo eres o no, no quita el hecho de que, al igual que él, sigues siendo un hombre. Tratarte como un animal... Solo demostraría qué soy igual de castigadora qué tú y tus hermanos, creyendo que pueden convencer a la gente solo por seguir su voluntad... Nunca me gustó la idea de imponer cuando se puede hablar, pero no tengo muchas opciones.

-... Tan comprensiva y maternal... Como una loba cuidando a su manada...

-Solo doy lo que no se me dio... No estoy buscando perdón, porque sé que no lo merezco. Incluso puede ser mejor que muera hoy, qué esperar a que alguien más me haga sufrir.

-No debes temerme, los bienaventurados y buenos de corazón son protegidos por el Señor.

-¡Concéntrate, novata! ¡Deja al desgraciado y defiende el helicóptero!

-Dios no dejará qué me lleven... No dejara qué te aparten de mí.

El helicóptero estaba despegando cuando es atacado por los seguidores de Joseph, provocando un accidente del qué sobrevivieron milagrosamente. Mel estaba aturdida, viendo todo de cabeza, a sus compañeros inconscientes y uno de los comunicadores que colgaba de un cable. Se estiró para tomarlo, pero una mano firme la detiene, el Padre la mira con intensidad, cantando la canción que representaba a su culto, lo que la inquietaba, estaba segura de que iba a morir.

-Te dije que Dios no dejaría qué me llevarán...

-¡Por favor! ¡Necesito saber que esta pasando ahí!- Mel iba a hablar, pero Joseph le cubre la boca con fuerza, tomando el comunicador.

-... Estoy aquí... Todo va perfectamente... No hay que llamar a nadie...

-Sí, Padre. Alabado seas...

-Nadie vendrá a salvarte... Solo te quedó yo, mi loba... Como tiene que ser...- le hizo una marca en la frente, sus seguidores llegan por él y se dirige a ellos -Todo marcha según los designios de Dios. Sigo con ustedes... ¡El primer sello se ha roto! La Caída ha empezado y tomaremos lo necesario. Conservaremos lo nuestro. Y mataremos a quienes se pongan en nuestro camino. Y ellos... Los heraldos de la ruina verán la verdad... ¡Qué empiece la cosecha!

-Hay que salir de aquí... Hay que salir de aquí... ¡Hay que salir de aquí!

-Liberen a su Madre y traiganla conmigo, hijos míos.

-¡Hey! ¡Déjenla! ¡Novata!- se acercan a Mel, luchando con ella para liberarla y arrastrarla a los pies del Padre. Iban a liberar a los otros, pero las llamas se alzaron.

-¡Déjenlos! ¡Es el deseo de Dios! ¡Es su castigo!

-¡No! ¡Sáquenlos! ¡Por favor! ¡Debo...!- Joseph se acerca a ella y toma su barbilla con fuerza, haciendo que le mire.

-Tan maternal, mi loba. Dios te puso en mi camino en el momento correcto. Tus delicadas manos no verán de nuevo la sangre de mis hijos, ni sus cuerpos sin vida llenarán tus ojos de dolor. No volverás a escuchar sus gritos conmigo protegiendo tus oídos.

-... ¿Cómo lo sabes?...

-¡Hey! ¡Escapan!

-¡Vayan por ellos! Debo hablar con mis hermanos de nuestra nueva Madre.

-¿Qué?

Los seguidores ataron y amordazaron a Mel, dejando que el Padre se la llevé como un costal, ella trataba de liberarse, golpeando la espalda del hombre sin éxito. Subieron a un vehículo y se dirigieron al qué establecieron como su hogar y punto de reunión, la joven trataba de soltarse, pero no alcanzaba éxito alguno. Llegaron a destino, donde Joseph la llevó dentro del edificio, en que ya hacían sus hermanos reunidos en el salón principal.

-Joseph ¿Qué haces con esa mujer?- dice Jacob con severidad al verla.

-¿Acaso olvidaste lo que les profetise, hermano?

-¿Ella es...?

-Así es, Faith... La loba ha llegado con su manada... Tenemos una Madre para nuestro Edén.

-Ella debería confesarse, debe estar limpia si va a ser...

-No, John. Esta vez no es necesario... Su arrepentimiento es fuerte... Su dolor es tan profundo qué corta su propia piel...- deja ver debajo de sus mangas, donde habían marcas de insultos tachados con cicatrices -Ella ya sufrió suficiente... Reconoce sus pecados y vive con ellos, esperando el momento en que pueda extirparlos.

-¿Y crees que eso es suficiente para aceptar tu palabra?- cuestiona Faith, queriendo convencerlo de usar el gozo.

-Ella ya dijo algo... Algo que a veces olvidó, mis hermanos. A pesar de ser iluminado por Dios, sigo siendo un hombre. Ella ha sido compasiva conmigo, por lo que debo ser igual, para que nuestra unión sea pura a los ojos de Dios.

-¿Tienes algo que decir, loba?- Jacob le quita la cinta de la boca.

-... ¿Cómo sabes de mis alucinaciones? ¿Quién te dijo de...?

-No son alucinaciones, mi loba. Son visiones de un futuro del qué debo protegerte, por eso estas con nosotros. Si te dejaba con ellos, huirias de mi, matando a mis hijos y llenando tu corazón maternal de dolor, al saber que has quitado más vidas de las que tus manos pueden soportar. Cuando debes estar a mi lado.

-¿Qué haremos con ella, Joseph?

-Ella se quedará, y caminara conmigo a las puertas del Edén.

-¿Qué se supone que significa eso? ¿Qué quieren de mí?- cuestiona Mel confundida.

-... Mi loba, te convertirás en la Madre de mi pueblo. Estaremos juntos en el nuevo mundo... Tú serás mi mujer... Y yo seré tuyo... Así como debe ser... Debemos estar juntos...

Mel fue encerrada en la casa cerca de la iglesia, pues Joseph sabía que su conversión total tomaría tiempo, aunque eso no evitaría qué intente hacerle ver porque la eligió a ella. John anuncio la boda, Faith hizo un evento de flores para todos sus seguidores, Jacob se volvió su testigo en un matrimonio secreto para que pudieran ocultar a la chica, y en caso de no poder hacerlo antes del desastre. El Padre la alimentaba, le leía su libro, le contaba sobre cómo se sintió al reconocer a la loba qué entro en su iglesia y el vuelco de su corazón al saber que Dios le había dado una nueva compañera, pero no todo era felicidad para el Padre.

Los compañeros de la chica habían levantado la resistencia, destruyendo sus templos y monumentos. Pratt mató a sus seguidores y asesino a John en la iglesia. Hudson destruyó sus jardines de Gozo y asesino a Faith cerca del lago. El Sheriff asesino a Jacob al punto más alto de la montaña. El destino qué le hubiera tocado a su loba de no haberla llevado con él. Ambos ahora se encontraban en la iglesia donde todo empezó, esperando que llegará la resistencia y ofrecerles una última oportunidad.

-Joseph ¿Porqué sigues con esto?- preguntó Mel, quien ahora usaba un vestido blanco e iba descalza.

-Es la misión qué se me encomendó ¿No lo ves, mi loba? Aun con todo lo que tus amigos han hecho, tratando de encontrarte...

-Esto terminará en una masacre.

-Pero no de la forma en que piensas, querida... Dios me iluminó para guiar a mi familia, prepararnos para el castigo impuesto por su mano humilde sobre la tierra. Él nos concedió el perdón y nos eligió para ser quienes alcancen las puertas del Edén...

-Joseph, deja que se vayan. Me quedaré, pero deja que yo hable con ellos para que se vayan.

-Un alma maternal... Protegiendo a los cachorros traviesos de su manada...- junta su frente con la de ella -Pero Dios es quien debe darles el perdón, yo solo puedo darles la elección.

-¡Joseph Seed!- se escucha un grito fuera de la iglesia, Joseph abre las puertas, con Mel siendo agarrada de los hombros.

-El cordero rompió el quinto sello, y bajo el altar vi las almas de los mártires, muertos por la Palabra de Dios...

-¡Libera a la novata ahora!- grito Hudson.

-Han hecho mártires de mi familia... Puedo hacer lo mismo a la de ustedes...- sus seguidores traen rehenes de las zonas liberadas -Pero Dios nos observa. Y nos juzgará por lo que hagamos ahora.

-¡Joseph, deten esto ahora!

-Les dije que este mundo se acerca a su fin... Cada desaire, cada injusticia y cada elección revela nuestros pecados ¿Y dónde nos llevaron? ¿Dónde los llevaron? Son los únicos responsables de la muerte de mucha gente. El mundo está en llamas, y es todo culpa de ustedes ¿Valió la pena?

-Joseph, por favor. Deja que se vayan.

-¿Cuándo se darán cuenta de que no todos los problemas se resuelven a tiros?... Cuando llegaron aquí, les di la opción de irse... Y no lo hicieron... Ante Dios, les ofrezco nuevamente, por última vez... Bajen las armas. Tomen a los suyos. Dejen en paz a los míos... Y vayan en paz.

-¿Ir en paz? Es un demente.

-¿Tú crees? No tendríamos que haber venido.

-A la mierda con tu paz- dice Marshall molesto.

-Marshall...- habla Mel, a lo que los tres ponen atención -Por favor... Solo váyanse.

-Novata, no nos iremos sin ti.

-Sheriff, le dije a Joseph que me quedaría si me dejaba hablar con ustedes. Quiero que vivan.

-¿De qué estás hablando?

-Él no es el único que ha visto cosas. Nunca pensé que fueran más que alucinaciones o sueños, pero tiene sentido ahora... Si valoran mi voz en esta elección... Váyanse y pónganse a salvo.

-Recuerden... Dios observa...

...

-Solo quedamos nosotros... Es una pena que no lograrás convencerlos de irse... Tal vez las cosas habrían sido diferentes para tu familia...

-... Lamento lo de la tuya...

-Me duele que me arrebataran a mi familia...- se acera a Mel, quien estaba sentada en la cama, aun con sus ataduras encima -Pero me consuela saber que logré evitarte más sufrimiento...

-¿Te arrepientes de haberme salvado?

-No... Ahora eres mi familia, como Dios había encomendado... Ya había perdido a mi mujer... Y entregue mi hija a Dios, el día que me puso a prueba... Que me dio una misión... Ahora tú eres mi misión, cuidar nuestro futuro para llegar a las puertas del Edén.

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