Personaje: Erik Destler (The Phantom of the Opera)

Partes: 1/3

Advertencia: yandere, insinuaciones

Tiempo: pasado (Línea de tiempo alternativa)

Protagonista: Lucy, cabello castaño claro corto, ojos azules (utiliza una máscara/prótesis por varias cicatrices y heridas de su rostro [como se ve esta a imaginación de ustedes])

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Erik llegó a la casa de la Opera, pues fue invitado por los dueños Firmin y André para ser parte de los músicos, siendo que esperaban que los rumores del Espectro Cantor fueran silenciados con la presencia del famoso pianista y organista. Fue recibido por ambos caballeros, quienes lo escoltaron a conocer al resto de músicos, los bailarines, a Carlotta Giudicelli y Ubaldo Piangi, las voces principales y protagonistas de la obras de la Opera Populaire.

-Un placer conocerlo, Monsieur Destler.

-El placer es mío, Madam Giudicelli.

-Por favor, dígame Carlotta. He oído que es un gran músico, que ha tocado para distintos teatros alrededor del mundo ¿Qué captó su atención a la Opera Populaire?

-He viajado demasiado, por lo que pensé en encontrar un hogar para mi música.

-Pues su música siempre será bien recibida aquí, Monsieur.

-Caballeros, me temo que la paz que esperaban se ha roto- dice Madam Giri, entregando una carta a Firmin, con un sello en forma de rosa. El hombre la abrió molesto.

-"Buen día, debo felicitarlos, pues a volado a mis oídos la llegada de un nuevo miembro de la orquesta. Mis saludos y bienvenida a Monsieur Erik, espero que su presencia y talento puedan abrir los ojos de estos ignorantes burócratas. Espero que sigan las reglas de la casa, puesto que estoy recibiendo al extraño con los brazos abiertos ante la esperanza de que la Opera Populaire brille como la luna llena. Si vuelven a dejarme fuera de estas decisiones, mi ira se verá reflejada en sus obras. No comentan el mismo error de amateur que hizo el dueño anterior al ignorar mis advertencias. Atentamente. Le Spectre Chantant"

-Otra vez ese nombre infernal.

-Excusez-moi, Monsieur André ¿A qué se refiere?

-Nada de lo que deba preocuparse, solo algún bromista que intenta despistarnos. Pero no le daremos el gusto.

-¿Acaso no recuerdan la primera carta, messieurs? El Espectro Cantor nos observa y sus reglas fueron claras desde el momento en que empezó a escribir las obras de la casa de la Opera.

-¿Esta diciendo que quien escribió la obra Rossignol bleu fue este "espectro"?- cuestiona Erik con cierta curiosidad y entusiasmo, a lo que Giri asiente -Es de mis obras favoritas del último tiempo.

-... En todo caso, tal vez haya razón en que su presencia hará una diferencia en este lugar...- dice Firmin -Con algo de suerte, también nos quitara un peso de encima a causa de este... Envahisseur.

-Por lo que me dicen, yo soy el envahisseur.

-C'est absurde, tu es le bienvenu.

Empezaron los ensayos para la nueva obra l'amour de ma douleur, todos los involucrados estaban cerca del escenario para escuchar tanto al pianista como a la diva. Aunque la voz de la Carlotta era poderosa, ciertamente no era del agrado de Erik, casi sintiendo un pitido en el oído en su intento por alcanzar las notas altas. La canción era una maravilla, sin embargo la voz no era la correcta, por lo que el músico interrumpió la canción, sosteniéndose sus oídos molesto. Todos miraron con sorpresa, pues la música fue cortada con tal brutalidad, que incluso el resto de la orquesta dejó de tocar con él.

-¿Ocurre algo, Monsieur Destler?

-Excusez-moi, pero no creo que la voz de la Carlotta sea la apropiada para protagonizar esta obra.

-¿Insinúa que mi voz no es suficiente para usted?

-No es por mí por quien habló, mademoiselle- Erik se levanta y camina al escenario -Esta canción en especial es una despedida, el adiós de una hija a su padre, buscando el consuelo en su espíritu por un hombre, alguien que le robo su corazón y la dejo abandonada en su dolor y agonía al descubrir su traición con otra mujer. Sufriendo al no tener ni al amor de su vida, ni el abrazo consolador del hombre que la vio crecer.

-¡Un milagro ha ocurrido!- se escucha una voz femenina e imponente, haciendo a todos brincar del susto, buscando el origen.

-El Espectro Cantor...- susurraban las bailarinas.

-¡Un oído fino ha reconocido mi intención en esta obra! ¡Pues es una voz suave es la que debe representar a la hija desconsolada! ¡En su lugar, dejan de protagonista a esta voz de bárbara!

-¡¿Excusez-moi?!- dice la Carlotta ofendida.

-¡Atrapenla!- grita Firmin.

-¡Si quieren éxito en esta obra! ¡Deberán cambiar al sapo, por una voz angélical!

Se escuchan pasos en el techo, seguido de la caída de varios sacos de arena, todos estaban conmocionados ante la aparición, pero Erik no podía evitar pensar en la imponente voz del Espectro, reconociendola como aquella que debía protagonizar la obra. Ignorando los gritos de todos, escuchó unos pasos en el área tras bambalinas, asomándose y viendo apenas una sombra moverse lejos del escenario, siguiéndole sin que el resto notarán su ausencia.

Camino por los pasillos vacíos, siguiendo los ligeros pasos que escuchaban ante la ausencia de personas, llegando hasta uno de los palcos superiores. Miró por la baranda, pero no encontró rastro alguno, se dio la vuelta para retirarse, siendo amenazado con un cuchillo y acorralado contra el borde por una figura encapuchada, un poco más baja que él, manos finas ocultas tras unos guantes, además de un a penas visible y delgado rostro.

-¿Porqué me sigue? ¿Acaso no ha pensado en las consecuencias de seguir a un extraño?

-Excusez-moi, mademoiselle ¿Usted es quien habló hace poco en el escenario?

-¿Porqué le interesa saber?- él toma la amenazadora mano con delicadeza.

-¿Es usted la autora de las obras de la Opera Populaire?

-... Sí...

-Entonces, permitame decirle que tiene mucho talento, además una voz maravillosa.

-¿Qué?- ella se aleja ante la sorpresa, nunca le habían hecho un elogio.

-¿Todo bien, madam?

-... No me vuelva a buscar, será lo mejor para usted... Dios le dio una día más libre del diablo...- ella iba a irse, pero él la detiene.

-¿La volveré a ver?

-... ¿Porqué querría ver a un espectro de nuevo?- ella intenta soltarse, pero él mantienen un agarre firme.

-¡Monsieur Destler!- llaman al hombre a la distancia.

-Suelteme...

-Mademoiselle, S'il vous plait... Puedo ayudarla...

-No debería hacer tratos con el diablo.

-¡Revisen los palcos!

-¡Suelte...!

La joven es interrumpida por la mano de Erik, quien se oculto con ella detrás de unas cortinas, poco él sabía que ahí se escondía un pasaje secreto. El Espectro Cantor presionó una zona de la pared, lo que abrió una compuerta, haciendo que ambos cayeran de espaldas y cerrándose de inmediato. Cuando los artistas llegaron al palco, no encontraron rastro alguno del pianista o la mujer que acababa de amenazarlos.

-¿Qué fue...?- Erik apenas pudo ver como la puerta se cerrada frente a él -¿Qué es este lugar?- siente la hoja de un cuchillo contra su cuello.

-¿Porqué no aceptó mi perdón? ¿Acaso no le convenía volver con los músicos para ensayar la obra que les escribí?

-Excusez, pero no podía quedarme tranquilo con solo dejarla desaparecer. Más sabiendo que usted fue quien escribió Rossignol bleu. He querido decirle lo mucho que admiró su trabajo, en especial en esa última obra de ballet.

-Aún así, si me hubiera dejado ir, ya estaría de vuelta con los artistas que lo están buscando. Lo único que ha hecho es poner un último punto en mi castigo por no escuchar mis peticiones.

-¿A qué se refiere?

-No puedo dejarlo volver por donde entramos, por lo que lo mejor sería tenerlo conmigo hasta poder darle una salida alternativa. Además de que tal vez esto los asusté lo suficiente para hacer los ensayos con la joven a la que postulé inicialmente, Christine Daaé.

-Si le soy honesto, madam, creo que usted tiene una mejor voz para esta obra. Al escuchar a Carlotta, mis oídos sufrían como los de un perro ante los pertados de las fiestas, pero al escucharla hablar, pude reconocer la entonación, no es difícil de notar.

-Solo porque la he practicado para que fuera digna para ella, para Christine- la joven encapuchada le da un pañuelo a Erik -Cubrase los ojos, no lo guiare por mi hogar como si nada.

-Podría tropezar.

-Es mejor eso que ha desviarse tratando escapar y muera en alguna trampa. Así al menos tengo la seguridad de que no hará algo estúpido.