Caricias
Personaje: Leslie Withers (The Evil Within)
Advertencia: -
Tiempo: actual
Protagonista: Jenifer Milhard, enfermera desempleada, cabello castaño claro, ojos ámbar
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Tras un incidente en el hospital Beacon, el lugar fue clausurado para investigación, por lo que los pocos trabajadores que no habían estado presentes quedaron sin empleo, entre esas Jenifer. Cuando la llamaron junto a otros colegas para identificar a los residentes fallecidos, la inquietud de que Leslie Withers no estaba entre ellos, la alcanzó. Dudas de su estado actual habían llenado su mente, pues su paradero era desconocido, aunque no siempre podía pensar en eso siendo que debía atender en su nuevo trabajo hasta poder estabilizarse o conseguir otro trabajo de enfermera.
-Missy, ya llegué...- no hubo respuesta -Debe seguir dormida. Que gata más floja- cierra la puerta detrás de ella y deja sus compras en el comedor, cuando escucha un ruido en la cocina.
-¿Missy?- de nuevo sin respuesta -Missy, si intentas asustarme...- se detiene al sentir algo en su pierna, mirando hacía abajo y encontrando a su gata.
-Pero, si tú...- se escucha un quejido y algo romperse -Espera aquí...- le indicó a su gata, se acercó a la entrada y se asomó -¡¿Leslie?!
-Jeny...- Jenifer vio al chico en el suelo junto a un vaso roto, agarrándose la mano tembloroso.
-¿Cómo llegaste aquí?- se acerca calmada, tomándolo de los hombros y alejandolo de los pedazos de cristal.
-Leslie... Recuerda... Venir... Antes...
-¿Antes?... ¿Con quién viniste antes? El doctor nunca te trajo aquí y nunca te dije cómo venir...- Jenifer nota la sangre en su mano -Oh Dios, tu mano. Ven, cubriré tu herida.
Jenifer llevó a Leslie a la mesa del comedor, encendiendo la tele para que se distraiga con vídeos relajantes, recogiendo el vidrio en la cocina y buscando el botiquín para poder revisar su corte. Al volver, vio que el chico se había movido al sofá, con la mano cortada lejos del mueble, mirando como cortaban jabón en cuadritos. Ella se mostró enternecida por su preocupación por no ensuciar el mueble, pero no dejaba de preguntarse como es que él llegó a su hogar, ni porque es que entró solo, pues cuando se trataba de un lugar extraño, él no entraba si ella no lo hacía primero.
-... Jeny...
-Encontré el botiquín...- ella se sienta frente a él en el suelo -Dame tu mano...- obedece, con la mano temblando por la sensación, por lo que ella comenzó a tratarlo con cuidado.
-... Extraño...
-Tranquilo, no fue un corte profundo, pronto terminará.
-No... Yo... Te... Extraño...
-¿Me extrañaste?- él asiente -Leslie, ¿Cómo llegaste aquí? Tú no habías venido antes conmigo o el doctor.
-... Después... Después...
-¿Después?... ¿Hablas de lo que pasó en el hospital?- Leslie comienza a inquietarse.
-... Duele, duele... Duele... Por... Favor...- se agarra la cabeza -Jeny... manos... Ayuda...
-¿Quieres que... ponga mis manos en tu cabeza?- asiente levemente con lágrimas en los ojos -Esta bien... Tranquilo...
Jenifer acerca sus manos con calma para no asustarlo, pero sintió el repentino jalón de Leslie hacía su cabello. Fue grande la sorpresa al sentir el apretón en sus muñecas, agarrandola con desesperación, esperando que el solo tener sus palmas sobre él lo ayudara a disipar el dolor. Entonces ella recordó lo que hacía cuando le pasaba eso, o tenía pesadilla, usando sus dedos para masajear la zona donde él la tenía sujetada. Vio como su respiración agitada disminuía y su agarre firme se suavizó, una sensación de paz lleno el aire, encontrando la tranquilidad.
-¿Mejor?
-... Mejor... Gracias...
-¿Encontraste mi hogar solo?
-... No... Él sigue... Aquí...- la soltó para volver a agarrar su cabeza -Él me... Trajo... Aquí... Antes...
-¿Él... Te hizo entrar?
-No... Ver que... Jeny... Entrar... Antes...
-¿Me viste entrar antes y entraste?
-... Seguro... Seguro... Jeny, seguro...
-Voy a llamar a alguien para que te lleven a un lugar seguro ¿Sí?- se iba a levantar, Leslie la agarra.
-No... Aquí, Jeny... Seguro- dice nervioso.
-Leslie...
-No... Él... Peligro... Herida... Jeny... Aquí es seguro...
-... Esta bien, no dejaré que te alejen de mi ¿De acuerdo?
-Bien... Bien...
-¿Sabes que debo avisar que apareciste?- Leslie se muestra inquieto -No te preocupes, no regresaras al hospital. Tal vez pueda hacer un acuerdo para que te quedes conmigo.
-Jeny... Seguro...- abraza a la chica, escondiendo su rostro en su vientre
-Aunque parece que no piensas irte de todas maneras...
Ella acaricia su cabello, jugando con algunos mechones, Leslie se acomodó para quedar acostado, no queriendo separarse de ella, pero se dejó de mover cuando se dio cuenta que Jenifer ya no tocaba su cabeza. Volteo a ver que Missy se había acostado cerca de ellos, viendo que la chica le acariciaba con la mano contraria, además de que la gata usaba sus patas para que rascase su pecho. Él reacciono tomando la muñeca de la joven y dirigiéndola de vuelta a él, a lo que ella reacciona volviendo a acariciar su cabello, como si fuera otro gato, hasta que recordó que no era así.
-Leslie ¿Tienes hambre?
-Solo... Un poco más...- su estómago suena, lo que hace que se sienta incómodo.
-¿Sabes qué puedes pedirme comida, cierto?
-... Hambre...
-¿Te gustaría una avena caliente?- él asiente -¿Quieres acompañarla con algo?
-... Galleta...
-¿Te gustan las pasas?- él niega -Muy bien, porque justo me las acabe en mi avena del desayuno.
-¿Jeny... Gusta... Pasas?
-Es un gusto aprendido. Vamos.
Ambos se levantan del sofá y caminan a la cocina, Jenifer saca las cosas para la avena mientras Leslie observa, hasta que sintió a la gata cerca de sus piernas. Se agachó para acariciarla, viendo su reacción positiva, sentándose junto a ella para estar más cómodo, pero Missy lo sorprendió al moverse a sus piernas y acomodarse sobre estas. Cuando la chica volteo de la estufa, vio la pequeña escena con ternura, pues él no dejaba de ver a la gata como si fuera a desaparecer.
-Es lindo que le agrades a Missy, no es muy sociable con extraños...
-... ¿Extraño?
-Ella te conoció hoy, eres alguien nuevo para ella.
-Missy... Peluda... Suave...
-Sí, el pelaje de Missy es bastante suave- iba a acercar la mano para acariciarla, pero Leslie la detiene por tercera vez, dirigiéndola a su cabeza de nuevo -Parece que eres más celoso que ella ¿Eh?
-... Solo... Cálido...
-Si te gusta que lo haga, puedes decirme ¿Sí?
-Sí... Lindo... Suave... Seguro...
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