Broma 2/3 (Temblar)
Personaje: Osoro Shidesu (Yandere Simulator)
Parte: 2/3 (Temblar)
Advertencia: temas sensibles (autolesión), Bulling.
Tiempo: actual
Protagonista: Hisa Ishiba, 18 años, cabellos verde corto y liso, ojos azul oscuro
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La mujer les abre la puerta, ignorando por completo su imagen amenazante, entrando de uno en uno, llevando a la chica al final, quien fue tomada por su madre y guiada a uno de los muebles. Osoro notó que, a pesar de ser una casa pequeña, estaba bastante bien cuidada, además de que solo eran ellas dos en la familia, o eso daban a entender algunas fotografías. La señora los invitó a tomar asiento donde prefirieran, antes de ir a la cocina, dejando al grupo por unos minutos, para luego regresar con un juego de té, sirviéndole primero a Hisa.
-Ten, Hisa...- pone la taza entre sus manos -Cuéntame ¿Te hicieron daño hoy?
-... Me mojaron... Con agua sucia...
-Bueno, eso explica el cambio de ropa. No te preocupes, tu uniforme estará limpio para mañana.
-Estaba cerca cuando pasó...- confiesa Osoro, teniendo la necesidad de mencionarlo -Sabemos quienes lo hicieron.
-Mutsumi Rokuda y las niñas de papi.
-¿Quién?
-Musume- dice Osoro.
-¿Sabe de esas 🐩?- Osoro le da un codazo al chico.
-Desgraciadamente, hemos tratado de resolver el problema con sus padres, pero hacen la vista gorda. El director les tiene miedo y cada día son peor.
-¿Ha pensado en demandarlo?
-No tenemos tanto dinero, y su padre es mi jefe, si tocó el tema de nuevo, me despediran. Sin mencionar que esta casa esta entre sus propiedades.
-¿Y las heridas?
-Hisa ha tenido conflictos desde que su padre murió en un tiroteo, y esas chicas tampoco ayudan, cada vez que trato sus cortes, llega sin los vendajes y con quemaduras... Es tu favorito, Hisa...- la chica toma del té -A veces tiene ataques de pánico, otras pierde conexión con la realidad.
-¿Han buscado ayuda?- dice una de las chicas.
-Sí, pero no hemos podido pagarlo. Hago lo que puedo para que pueda seguir, pero es difícil... Sé que sería mucho pedirlo, pero... ¿Creen que puedan cuidarla por mi?
-Pues claro, como la masc...- el chico fue silenciado por tres manotazos, Osoro toma la palabra.
-Haremos lo que podamos, gracias por el té.
-Gracias a ustedes por traerla y por su ayuda, significa mucho de los delincuentes del instituto- todos quedan sorprendidos -¿Porqué se sorprenden si no son muy discretos tampoco?
-Entonces sabe lo que le dije a su hija ayer...
-Sí, también que fuiste el único en notar su ojo morado. Pensó más en eso que en tu amenaza, la que creo es el verdadero motivo por el que están con ella.
-... Es complicado...
-... ¿Mamá?...- Hisa se notaba confundida -¿Cuándo llegué?
-Tus amigos te trajeron, dijeron que te estabas golpeando la cabeza y que te quedaste en blanco.
-... Oh... Eso...
-Tranquila, Hisa. Ya estás en casa- la mujer la abraza.
-... Debemos irnos, buenas tardes, señora.
El grupo se fue, dejando a ambas solas en la casa, donde la joven pudo terminar de calmarse y dejarse consolar por su madre. Al día siguiente, Hisa llegó al instituto, teniendo ojo atento en el caso de que apareciera Musume, pero fue sorprendida por un agarré firme en su hombro, volteando a ver al dueño del apretón. Osoro mantenía una mirada neutral, aunque se veía más relajado que el día anterior, no tardaron mucho en unirse algunos de los delincuentes para darle el saludo mañanero a su jefe y su mascota.
-Hola, jefe ¿Qué tal la mascota?
-... Parece bien... ¿Cómo estás, Ishiba?
-... Bien...
-¿Estas segura? Ayer te veías bastante mal- dice una de las chicas.
-Sí... Solo... Un mal día como siempre...
-¡Hisa! ¡¿Dónde estás?!- Hisa iba a huir en cuanto escucho su nombre, pero Osoro la detuvo del hombro.
-¿Olvidas el trato?
-Pero...
-¡Ahí estás!- se acerca Musume -Ahg y con los perros callejeros. Ya les dejamos mucho rato con la torpe, la quiero de vuelta.
-Nosotros decidimos eso, 🐩- dice uno de los chicos molesto, armado con un bate.
-Yo la tenía primero.
-Siempre la pierdes, así que si querías tenerla contigo, tal vez debiste ponerle correa...- dice Osoro en burla -Esta pagandome, se queda con nosotros.
-... Ahg, no me rebajare a discutir con estos salvajes. Chicas, vámonos. Y tú, no te quedes muy tranquila- las fresas se van, dejando a Hisa con los delincuentes.
-Jefe, nunca nos dijo porque le debe.
-Choco conmigo...- todos se quedaron en silencio -No quiso una paliza, así que hicimos un trato. Ahora me seguirá y obedecera ¿O no?
-... Sí...
-Puede que no lo recuerdes, pero le dije a tu madre que te cuidaría, así que, si te separas de nosotros sin mi permiso, considerate condenada. Tanto por mi como por Musume ¿Hable claro?
-Sí...
-Bien. Ahora, siendo que ellos no te conocen, sería bueno que te presentes correctamente.
-... Soy Hisa Ishiba, voy a la misma clase que su jefe, aunque fue hasta hace poco que empezamos a hablar... No sé qué...
-¿Qué sabes del combate?- preguntó una chica.
-... Muy poco... Solo por algunos libros...
-¿Entonces eres nerd? Porque tengo este problema con mi tarea de matemáticas...- el chico recibe un manotazo de Osoro.
-Ella no hará tu tarea, que este en deuda conmigo, no significa que ustedes le van a estar dando órdenes ¿Hable claro?
-Sí, jefe.
-Bien, vamos. No llegare tarde.
Osoro agarró a Hisa, arrastrándola a su salón a vista y paciencia de todos, haciendo que la gente mirara entre confusión y preocupación, aunque a ella no le importaba, ya que al menos alguien la respetaba lo suficiente como para tratarla como una persona. Las semanas pasaban y ellos mantenían el trato en pie, en las clases se sentaban juntos, en los recesos iban al incinerador, y cada vez que Musume intentaba acercarse, alguno de los delincuentes siempre estaba presente cuando su jefe no estaba, incluso la trataban como su amiga.
Una tarde, cuando iban al lugar de siempre, el rubio se detuvo en la puerta principal del instituto para atender una llamada, pero al estar en mitad de la misma, la chica lo empujó, haciéndolo caer y que todos reaccionaran con suspiros de sorpresa. Osoro se levantó molesto, buscando el motivo de su atrevida acción, pero entonces la vio y su expresión se deforma con inquietud y confusión, Hisa estaba empapada con algo extraño y pegajoso. Ella quería irse corriendo, pero no podía, se sentía paralizada, podía escuchar susurros y burlas a sus espaldas, pero entonces escuchó algo más.
-¿Eso es... Miel?- cuestionó Osoro con una mirada enojada.
-¡Hisa!- la voz de Musume la hace voltear, recibiendo en su cara un ataque de plumas -¡¿Qué te parece? Ahora sí eres una gallina cobarde!- las risas llegaron, ella estaba humillada, pero aún así, no se podía mover -Te dije que no te quedarás tranquila ¿No? Vamos, chicas.
-... Hisa...
-Osoro...- ella lo mira temblando -Lo lamento, esto es mi culpa. Debería haberme mantenido alejada... No, no debí haberme chocado contigo, de haber sido así, al menos no hubiera tenido que empujarte para que...
-... Gracias...
-¿Qué?
-No es algo que suelo decir, no esperes que lo repita.
-Esta bien, pero no deberías, no en este caso... Es culpa mía después de todo...- Osoro la mira con detenimiento -Debería ir a lavarme esto...
-Sí...- Osoro silba, no tardaron mucho en aparecerse algunos de sus banda -Debo hacer algo importante, quiero que la vigilen.
-¿Qué le paso a Hisa?
-Después hablamos, que vaya a cambiarse y una de ustedes ayúdele con las plumas y la miel del cabello.
-Jefe ¿No irá con... Él, o sí?- dice una de las chicas.
-¿Quién?
-No lo pienses mucho, Hisa. Preocupate por no llenarte de hormigas ahora. Vayan.
Osoro se dio la vuelta, saliendo del instituto, mientras el grupo la acompañaba a los vestidores, los chicos la rodeaban como guardaespaldas y se quedaron cerca de las puertas, mientras las chicas entraron con ella para ayudarla a limpiarse. En otra parte, el rubio entró en un depósito que parecía estar abandonado, encontrándose con dos hombres en traje y enmascarados, quienes lo llevaron a una oficina. En el medio del cuarto había un hombre colgando por las muñecas de una cadena y con una bolsa en la cabeza, otros 3 hombres lo rodeaban, uno de ellos, con tatuajes en los brazos y fumando, se acercó a él.
-¿Qué te trae a mi, muchacho? Juraría qué no volverías.
-Es importante.
-Claro, solo negocios ¿No?
-Venganza, y tal vez el favor que me deben.
-Oh, eso suena interesante- el hombre se aparta, agarrando un bate -Aunque debes elegir si la venganza o el favor, no me puedes cobrar por dos.
-¿Y si te dijera que involucra al hombre por el que me llamaron esta tarde, tomarías ambos?- el hombre se detiene.
-... ¿Quién es?
-Mutsumi Rokuda.
-... Interesante oferta ¿Qué es lo qué quieres hacer?
-Una amenaza y un apoyo financiero.
-¿Apoyo financiero? ¿A quién le debes?- cuestiona preocupado el hombre.
-Es al revés, ella me debe...
-¿Ella? ¿Porqué viniste a mí, Osoro?
-... Una chica, Hisa Ishiba...
-¿Ishiba?... Ese nombre me suena... Una mujer, un hombre y su pequeña niña...
-¿Los conoces?
-Eran buenas personas, Ahake, una mujer compasiva, y su esposo Usai siempre fue comprensivo y tolerante. Aún sabiendo que amaba a su mujer y que envidiaba su vida, nunca me apartó... Salvo mi vida una vez y nunca pude retribuirle.
-... Tal vez sea tiempo de hacerlo.
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