Alguien Que Escuché

Personaje: Koolie Sterling (Tendedor Leche)

Advertencia: -

Tiempo: actual

Protagonista: Letha, cabello negro rapado con un flequillo, ojos celestes.

Nota: para esta historia, Venus no existe, Koolie sólo se presentará como un chico nervioso.

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Letha había invitado a Koolie a su casa para pasar la tarde, ya llevaban un tiempo hablando desde que empezó a llevarle leche semanalmente, le parecía un buen chico, aunque los vecinos dijeran lo contrario. Quería conocerlo por lo que es y no por lo que otros dijeran a espalda del lechero, así que no pudo evitar alegrarse al quedar con él para tomar té en su casa el fin de semana, qué eran los días que estaba libre. Letha estaba metiendo el flan en el refrigerador cuando escucho que tocaban la puerta, al abrir, se encontró con el Sr. Sterling con una vasija con galletas.

-Sr. Sterling, llego antes- dijo Letha al abrir la puerta.

-Oh, disculpe, es que estaba un poco ansioso. Los vecinos rara vez llegan a tratarme tan bien, nunca me habían invitado para algo como esto.

-Bueno, hice flan, aunque hay que esperar que enfríe...- empieza a sonar un silbato -Ay, el agua. Pase, por favor.

-Gracias- Koolie entra en la casa, mirando la decoración, Letha cierra la puerta.

-Siéntese donde guste.

La chica fue a la cocina para preparar el té, Koolie no pudo evitar notar algunas fotos que tenía en una mesa junto a la puerta principal, una de estas parecía ser de la chica en un concurso de canto cuando estaba en la escuela, no pudo evitar sentir ternura. Estaba tan metido en sus ideas que se sobresalto al escuchar a Letha llegar a la sala, con una bandeja en mano donde tenía la tetera, una azucarera, algo de leche y miel, además de dos tazas a juego y un par de platos extras.

-Disculpe, no quise asustarlo.

-No, no, yo estaba distraído, fue cosa mía... Oh, olvidaba que traje galletas. Las hice yo anoche.

-Se ven deliciosas- dice Letha con entusiasmo, haciendo que el chico juegue con su pelo -Espero que mis pastelitos estén igual.

-Seguro que sí, se ve bonita... ¡Quise decir! Se ven bonitos, digo, ricos. Los pastelitos se ven ricos... Ah, discúlpeme.

-No sé preocupe...- Letha deja la bandeja en la mesa de café -¿Le sirvo?

-Si no es molestia.

-Claro que no, es mi invitado después de todo- le entrega su taza -¿Azúcar?

-Dos, por favor...- Letha le echar los cubitos en la taza de Koolie -Gracias... Disculpe el atrevimiento, pero ¿Porqué me invito a pasar la tarde?

-Pues... Me ha animado mucho últimamente y estoy muy agradecida por eso. Me parece una persona agradable, por lo que quise conocerlo mejor.

-¿Incluso con los rumores?- Koolie comenzaba a sentirse nervioso, jugando con su pelo.

-¿Esta bien, Sr. Sterling?

-Sí, sí, es que... Los vecinos siempre malinterpretan mis intenciones. Solo trato de ser amable, alegrarles la mañana con una sonrisa que tal vez, nisiquiera reciben en sus casas o el trabajo.

-Es tierno que se preocupe por otros así.

-Pero siempre piensan que intento coquetear, o peor, qué soy un don Juan que no respeta las relaciones ajenas. Solo quiero ser un buen vecino y no tengo amigos por esos rumores...

-Usted es un buen vecino, Koolie...- dice Letha, interrumpiendolo -No tenga dudas, porque se lo estoy diciendo. Usted es un buen vecino.

-Pero...

-No... Usted se preocupa genuinamente por desconocidos, de los cuales muchos prefieren caer en el chisme antes de querer hablar con usted. No creo que sea una mala persona y mucho menos que no sea un buen vecino ¿Sabe porque?

-... No...

-Porque aun sabiendo de los rumores que dicen de usted, viene cada semana, visitando cada casa y haciendo sus entregas, con el objetivo de, no sólo cumplir su trabajo, si no también de sacarle una sonrisa a un extraño... Lo están juzgado injustamente sin saber nada de usted, el hecho de que aceptará mi invitación me da más claridad de la que ya tenía. Ellos son los malos vecinos, no usted.

-... Usaste mi nombre...- Letha mira con sorpresa, pues al repasar su discurso, se dio cuenta de que tenía razón -Nadie usa mi nombre... Solo algunas mujeres para coquetearme.

-Discúlpeme, no quise incomodarlo. Solo quería...- es interrumpida al sentir una mano sobre la suya.

-Qué no le de pena usarlo. Me conmueve qué lo usará una dama con tan bellas intenciones... Me siento halagado.

-... Me alegra... ¿Pastelito?- ofrece Letha, a lo que él toma uno.

-Por favor... ¿Galleta?- ella toma una de la vasija.

-Gracias.

Letha y Koolie pasaron el resto de la tarde conversando, el ambiente qué sentían entre ambos era ameno y agradable para ambos, llegando al punto de que no notaron la hora, por lo que el invitado también se quedo a cenar, cuando por fin pudieron comerse el flan. Al final, llegó la hora de despedirse, la joven le dio un pastelito y algo de flan para llevar, el muchacho se notaba algo nervioso, había disfrutado el momento, aunque no sabía si se podría considerar una cita o una salida de amigos.

-La pase muy bien. Gracias, Letha.

-Yo también...

-Te... ¿Te gustaría salir en otra ocasión? No tiene que ser en tu casa. Tal vez ir a comer o...

-Me encantaría...

-Genial... Ehm...- Koolie saco su celular -¿Puedo tener tu número? Así nos ponemos de acuerdo.

-Sí, claro...- Letha le da su número, dejando que el guardará el número -Nos vemos pronto y ve con cuidado. Llamame cuando llegues a tu casa.

-Lo haré, adiós.

Koolie se fue de la casa de la joven, ambos estaban sonrojados ante la idea de salir de nuevo, tal como lo pidió, el muchacho llamo a Letha una vez llegó a su hogar, hablando un poco antes de dormir. Cuando llegó la siguiente semana, algunos vecinos chismosos ya sabían del encuentro de los dos jóvenes, habiendo corrido la voz en la comunidad, así mismo dejando que los vecinos se encuentren con un nervioso y sonrojado lechero.

-Buenos días, aquí tiene su leche, señor- el muchacho entrego la botella al hombre.

-Pareces más felices qué de costumbre ¿Tuviste un buen fin de semana?- por primera vez, el hombre se mostró interesado en hablar, motivado por el nuevo rumor qué había llegado a sus oídos.

-¿Es tan obvio? Oh cielos...- Koolie se puso más rojo de lo que ya estaba, jugando con su cabello -Casi no pude dormir de recordarlo.

-¿En serio?- contestó de mala manera, pues los rumores que había oído no eran muy "admirables" se puede decir, por lo que quiso sacarse la duda de forma directa -¿Acaso tuviste una... Noche especial?

-¿Qué?

-¿Dormiste con ella?

-Oh, Dios, no... Letha solo me invito a tomar el té, es todo... Aun así... No puedo esperar para salir con ella.

-Así que solo eres un pequeño niño enamorado.

-¿Enamorado?... Nunca lo pensé así... Aunque, ahora que lo dice... Es bonito pensarlo...- el hombre notó la sinceridad en su tono, además de sus ojos que mostraba un complemento encantó con la idea de su vecino -Oh, debo irme. Que pase un buen día.

-Igualmente...- Koolie se fue, dejando al hombre en la puerta -Buena suerte con tu chica, muchacho.

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