Al Menos Una Vez

Personaje: Oko Ruto (Yandere Simulator)

Advertencia: -

Tiempo: actual

Protagonista: Gina Sakia, 17 años, cabellos café largo ondulado, ojos celestes

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-Diosa del amor, concédeme mi deseo, qué los latidos de este corazón sean correspondidos. Guía mis pasos para hablar con la dueña de mis pensamientos, que sus ojos se fijen en este mensajero de las sombras... Y que me mire al menos una vez...

Susurraba Oko en oración en el cuarto de su club, sus compañeros no estaban ahí y era mejor que fuera así. Siendo la hora del almuerzo, era su única oportunidad de pedir por su amor. El joven estaba enamorado, deseaba hacer realidad el solo acercase a decirle la verdad, pero nunca pasaba del borde de la pared donde su imagen se perdía de su visión. Oko se digno en salir para comer algo, buscando al ángel que lo había sacado de sus demonios, apenas alcanzando el éxito al verla en el tejado junto a Amao.

No podía evitar sentir celos al verlos conversar, cada vez que le pasaba un trozo de pastel o cuando limpiaba el glaseado con su mano. Quería interferir, pero sabía que no sería posible, sus mejillas se calentaban con solo pensar en acercarse. La campana sonó, asustandolo y haciéndolo tirar su libro antes de salir corriendo, temiendo qué su amada lo descubriera mirando. Llego con el corazón acelerado al salón, sentándose en su banca y preparándose para la clase. Aunque no pensó que su libro sería la oportunidad que la Diosa del amor le concedió, siendo que ambos iban a las mismas clases.

-¿Disculpa?- Oko salta un poco de la impresión, volteando a mirar y retrayendose al instante, pues su ángel estaba frente a él -¿Eres Oko Ruto?

-... Ah... Sí...

-Entonces esto es tuyo- extiende el libro al chico -Escuché un golpe y cuando fui a ver solo estaba el libro, vi que tenía una etiqueta con tu nombre y me pareció escuchar tu nombre antes.

-... Gracias...- contesta en susurro, evitando mirarla por lo nervioso qué se estaba sintiendo.

-... Oye, disculpa si soy algo metiche, pero ¿Porqué siempre te sientas al fondo?- la mira de reojo, pues sus mejillas se enrojecieron al pensar que ella ya lo había notado.

-... Es mejor así...

-... Soy Gina, por cierto- extiende su mano, pero él se aparta en reflejo -Tranquilo, solo es un saludo. No tienes mucho amigos ¿O sí?

-... No soy... Bueno... Para... Hablar...- escucha voces acercándose -Deberías irte...

-¿Porqué?- Musume entra por la puerta, con su grupito.

-Miren nada más, parece que el chico creepy se hizo una amiga.

-Déjalo en paz, Musume.

-¿Qué eres? ¿Su representante?

-No tienes ningún derecho de tratarlo de esa manera.

-Tú no me mandas.

-Pero sí estoy a cargo de tus tutorias- tanto el grupo de Musume como Oko miran con sorpresa -Has empeorado en historia, biología y química, y no sabíamos porque. Pero ahora puedo decirle a la profesora que es porque no te lo has tomado en serio como esperaba, por lo que te moverán al curso de verano.

-No le digas.

-No diré nada si te comportas como una persona decente, te disculpas y lo dejas en paz. Ah, y ya que mis tutorias no funcionan contigo, le pediré que te asignen a otro.

-Pero... Ahg... Eres detestable. Vamos a nuestros puestos.

Las fresas se van, Gina aprovecha de sentarse a lado de Oko, quien se mostraba muy inquieto con su presencia, teniendo sus mejillas rosadas. En el transcurso de la clase, el chico no dejaba de pensar en su oración de esa mañana, sus plegarias habían sido contestadas, no sabía cómo sentirse, pero una felicidad oculta pasaba por su mente. La profesora entregó unos exámenes al final de la clase, a la chica le había ido bien, pero a él no tanto, lo que llevó al llamado de la docente después de la clase.

-Oko Ruto, Gina Sakia, podrían venir...- ambos se acercan al escritorio.

-Antes de que diga algo, iba a solicitar qué le asignará un nuevo tutor a Musume.

-Ya hice eso, es obvio que no valora tu tiempo. Sin embargo, tendrás que seguir dando tutorias.

-No entiendo.

-Al joven Ruto no le ha ido bien últimamente en matemáticas, motivo por el que llame a ambos.

-No... No sé si sea...

-Ya se decidió, no se puede cambiar, joven.

-... No puedo... Soy líder de club...

-El director ya no permitirá las horas de tutoria en ese horario, ya que chocaba con las actividades extracurriculares. Ustedes deciden los horarios y el lugar. Si no tienen más dudas, pueden retirarse- ambos salen del salón.

-Bueno... Yo no tengo nada ahora... ¿Te parece que te espere después del club?

-¿Qué?

-Sí, no hay nadie en mi casa ahora y normalmente dejan qué uno se quedé hasta terminar el horario de actividades. Así también te voy conociendo.

-... No tienes... Que hacerlo...- dice con la mejillas rosadas.

-Pero quiero hacerlo.

-No creo... Que... Quieras... No me... Conoces todavía... No sabes... Que me gusta...

-Puedo darme algunas ideas, podría estar equivocada, por lo que no quiero caer en prejuicios... ¿Club de ocultismo?

-¿Cómo...?

-Tu libro de conjuros.

Gina comenzó a caminar en dirección al club de ocultismo, Oko la seguía un poco de cerca, aun no podía creer que no sólo lo notará, si no que ya sabía de su existencia. Las dudas invadieron su mente ¿Acaso también sabía que la mira en los recesos?, de ser así ¿Porqué querría ser su amigo?, quería preguntarle, pero temía arruinar todo. No tardaron mucho en llegar, viendo que los miembros ya estaban presentes, los cuales mostraron sorpresa al ver a la chica, lo que puso nervioso al líder.

-... ¿Qué ocurre? No suelen venir otros a nuestro club- dice uno de los chicos.

-Soy Gina. No los molestaré, solo vine a acompañar a Oko. Si prefieres puedo esperar afuera.

-... Puedes... Estar aquí. Donde te... Sientas más... Cómoda...

-¿Seguro? No quiero hacerlos sentir limitados por mi presencia.

-No te preocupes. Si Oko esta bien contigo aquí, no debería haber problema- dice una de las chicas.

-¿Podemos preguntarte algo?- Gina asiente -¿Sales con Oko?

-¿Qué?

-¡No!... Ella es... Una amiga... Y me... Ayudará con matemáticas... Es todo.

-Es que habías mencionado que hoy intentaríamos un amarre para que la Diosa del amor por fin te permita estar con...- la chica es cortada por un de los chicos al ver que su líder sonrojado de los nervios, algo que no era normal de ver.

-Ahora tengo curiosidad... Pero creo que los estoy entretenido demasiado.

-Podemos mostrarte lo que hacemos... Lo de los amarres no es algo que realmente practiquemos, no estaría bien dejarte con esa imagen ¿Cierto?

-Hablaste más...- dice Gina al escuchar todo lo que dijo Oko, haciendo que su sonrojo aumentará -Muy bien, tal vez me interesé una inscripción ¿Qué hacen aquí?

Oko empezó la reunión de ese día, mostrando algunos objetos que se les permitían manejar solo en ese salón, así mismo varios de los libros que ya habían utilizado para protegerse de los espíritus que habitan en la escuela o atormentan algunos estudiantes. Las horas pasaron, llegando la hora de salir y teniendo qué retirarse, para evitar problemas en dirección. Gina se despidió de los chicos del club y se fue con el líder al parque, específicamente a una cafetería cerca de su casa donde suele ir a estudiar, pasando el resto de la tarde ahí.

-... Y ahora que ya resolviste el paréntesis, puedes seguir con la división...

-... Gracias...- dice Oko, terminando de resolver la operación.

-Oye ¿Porqué es que te ha ido mal en matemáticas?

-... No entiendo...

-Oko, hace 5 ejercicios atrás me di cuenta que no es eso...- el chico se sonroja -¿Tiene algo que ver con Musume?

-No... No he podido... Concentrarme...

-¿Hay algo molestándote?... Es lo que mencionaron tus compañeros antes sobre el...

-¡Solo queríamos probar!- salto de repente, lo que sorprendió a Gina -Perdón... No quise...

-¿Te gusta alguien, no es cierto?- él esconde su rostro sonrojado -Eso me dice que sí.

-... Yo... Rogaba porque ella... Me mirará... Al menos una vez... Y hoy... Por fin se cumplieron mis súplicas...

-... ¿Puedo saber quien es la afortunada?- Oko se retrae a la idea de decirle, seguro ya pensaba que era raro, pero el comentario de Gina lo hizo delatarse -¿Soy yo?

-No, digo... No es que no pudiera pasar... Que no significa que sea... Aunque pudiera ser... Pero que no es...

-... ¿Soy yo, cierto?

-... Sí...

-Gracias por decirme- esa respuesta lo dejo confundido.

-¿Porqué?

-Tengo otra razón para conocerte mejor.

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